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Bob Avakian es completamente diferente a ese sinfín de políticos burgueses los que nos presentan como “líderes”, cuyo objetivo es mantener una variedad u otra de este sistema del capitalismo-imperialismo, fundado y perpetuado por medio de la explotación cruel que literalmente roba vidas, la opresión asesina y la destrucción masiva en todas partes del mundo. BA es un revolucionario que se basa en el entendimiento científico de que hay que derrocar finalmente a este sistema mediante una lucha organizada con la participación de millones de personas, y reemplazarlo por un sistema orientado a satisfacer las necesidades más fundamentales de la humanidad y que es capaz de hacerlo, un sistema que capacite a la humanidad para convertirse en dignos guardianes de la Tierra.
Bob Avakian es el arquitecto de un marco completamente nuevo para la emancipación humana, la nueva síntesis del comunismo, a la cual se refiere popularmente como el “nuevo comunismo”.
BA es el autor de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, una aplicación inspiradora del nuevo comunismo — una visión abarcadora y un plano concreto para una nueva sociedad socialista, cuyo objetivo fundamental es crear un mundo sin clases ni diferencias de clase, un mundo sin explotación y opresión y sin las divisiones y antagonismos destructivos entre las personas: un mundo comunista.
Ardea Skybreak, una científica con formación profesional en la ecología y la biología evolutiva, y una seguidora de Bob Avakian, habla de la importancia de lo que él ha desarrollado:
Bob Avakian... a partir de décadas del duro trabajo [ha venido desarrollando] un conjunto general de trabajo... la teoría para hacer avanzar la ciencia del comunismo, para hacer avanzar la ciencia de la revolución, para explicar más profundamente el origen de los problemas, qué es la estrategia para salir de esta locura, qué métodos y enfoques son necesarios para mantenerse en el camino y de hecho para construir un mundo mejor, para construir una sociedad en la que la mayoría de los seres humanos querrían vivir. (De: Ciencia y revolución, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak)
BA es un líder que está firmemente convencido, sobre la base de un método y enfoque consecuentemente científico, de que el objetivo debe ser nada menos que una revolución total, y quien al mismo tiempo ha enfatizado:
el nuevo comunismo repudia cabalmente, y está decidido a arrancar de raíz en el movimiento comunista, la venenosa noción, y la práctica, de que “el fin justifica los medios”. Es un principio central del nuevo comunismo que los “medios” de este movimiento tienen que provenir de (y corresponder con) los “fines” fundamentales de abolir toda explotación y opresión mediante una revolución que se dirija sobre una base científica. (De: Breakthroughs [Abriendo brechas]: El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico)
Como un líder revolucionario, BA también encarna esta combinación poco común: alguien que ha logrado desarrollar la teoría científica de un calibre mundial, al mismo tiempo que tiene un entendimiento profundo y una conexión visceral para con los más oprimidos, y una capacidad altamente desarrollada de “desmenuzar” la teoría compleja y hacerla accesible a un amplio público.
Un líder como este nunca ha existido antes en la historia de Estados Unidos, y esta dirección es de enorme importancia para la emancipación de toda la humanidad.
Lo que urge mucho ahora es que un número de personas que crece continuamente —miles, y al final millones— se conviertan en seguidores conscientes y activos de BA, construyan el movimiento revolucionario, basado en el nuevo comunismo, al cual BA da esta dirección sin precedentes.
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Hace poco, un profesional de clase media, a quien se le envió un artículo mío (mi respuesta a un artículo de opinión en el New York Times escrito por el ex “radical de los años 60” Mark Rudd)1, respondió en el sentido de que a pesar de que estaba muy ocupado,
Hoy me abrí un espacio... para leer la respuesta completa de Bob Avakian al artículo de Mark Rudd en el New York Times y quedé muy decepcionado. A pesar de que Rudd se enfoca en el tema de la violencia como una herramienta para el cambio revolucionario, Avakian vacilaba y evadía, tratando de argumentar por dos cosas al mismo tiempo. Condenó la “locura” del Weather Underground y de “equivocado” calificó al bombazo que intentaron, pero luego criticó vagamente la estrategia de la “no violencia” por ser demasiado “limitante”. ¿¿¿¿Qué????
Aparentemente, el Nuevo Comunismo apoyaría la violencia una vez que una revolución “real” masiva estuviera en marcha. Si esa suposición es cierta, pues, ¿por qué Avakian no lo dice en lugar de mostrarse tan esquivo al respecto en su respuesta a Rudd? Aparentemente, el Weather Underground solamente estuvo tácticamente “equivocado” al planear prematuramente un ataque violento.
Muy confuso y embrollado.
Esto es digno de una respuesta — no a manera de singularizar a esta persona específica, sino precisamente porque sus comentarios son típicos de todo un sector de los “liberales” de clase media, cuyo problema básico es que, a pesar de sus inclinaciones a favor de oponerse a ciertas formas de injusticia y opresión, están en un maridaje tan fuerte con este sistema que se resisten fuertemente a explorar, o incluso se niegan rotundamente a explorar, la cuestión decisiva de lo que realmente es necesario para poner fin a la opresión y la explotación —la cuestión decisiva de la reforma o la revolución— y en particular tienen una fuerte aversión a abordar una presentación sustancial de por qué es imposible reformar este sistema del capitalismo-imperialismo de una manera que correspondería en los intereses fundamentales de la humanidad, y que hay que derrocar este sistema, mediante una revolución real, y reemplazarlo por un sistema radicalmente diferente y mucho mejor.
La cuestión esencial y central que se aborda en el artículo al que responde esta persona no es la violencia o la no violencia, es la reforma o la revolución. Y, derivado de esa cuestión decisiva —o con mayor precisión, derivado de la determinación científica de que hace falta una revolución— se trata la cuestión de qué es necesario para llevar a cabo tal revolución, así como cuál es el contenido de esa revolución. En lugar de responder a estas cuestiones, la respuesta de marras se entrega a lo que desafortunadamente es un desdén liberal simplista tan común, que ofrece tan sólo una crítica superficial, falsa y engañosa: que mi artículo (mi respuesta a Rudd) “vacila y evade” sobre la cuestión de la violencia (o sea, no habla con claridad al respecto). Si se trata de que, por parte de esta persona, él no puede ver o que él no verá lo que es obvio, las siguientes secciones de mi respuesta a Rudd dejan muy en claro cuál es mi posición sobre esta cuestión:
Rudd pone una dicotomía falsa: Según su manera de presentar las cosas, las únicas alternativas son la violencia de parte de un pequeño grupo que está aislado de las masas de personas, o limitar las cosas a las reformas que se obtienen mediante la acción no violenta de millones de personas. Pero, ¿y qué de la lucha verdaderamente revolucionaria de millones de personas, con el objetivo no solo de ganar concesiones al sistema existente, sino de derrocarlo y crear un sistema mucho mejor?2
Y:
Hay, por supuesto, un lugar definido y un papel definitivamente positivo para las luchas no violentas masivas cuyo objetivo queda corto de una revolución pero que se oponen a la opresión y atrocidades reales de este sistema. Un ejemplo muy importante al respecto es el llamamiento de Rechazar el Fascismo a una movilización de masas no violenta pero sostenida para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence. Pero limitar las cosas a la no violencia, en todas las circunstancias y como una especie de supuesto principio absoluto —oponerse a una lucha revolucionaria llevada a cabo por millones de personas para derrocar este sistema cuando se hayan gestado las condiciones que lo harían posible— significa al menos aceptar objetivamente y acomodarse a este sistema monstruoso y las instituciones muy violentas (en particular las fuerzas armadas y la policía) que refuerzan su gobierno, en Estados Unidos y en todo el mundo, con las atrocidades más masivas y atroces. Cualquiera que sea su intención, eso es lo que Rudd de hecho está haciendo3.
Solo hay una sola conclusión posible —o lógica y razonable— que se puede sacar de la forma en que este artículo pone las cosas en este caso (así como en cualquier otro lugar), y esa conclusión definitivamente no es que el artículo está “vacilando y evadiendo” sobre qué tipo de lucha de millones de personas es necesaria para deshacerse de este sistema y para crear un sistema mucho mejor. Si esta persona estuviera genuinamente confundida acerca de esto, podría haber recurrido al discurso mío, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, que se cita (y lleva una nota al pie de página) en esta respuesta a Rudd, donde aborda con cierta profundidad y detalle la cuestión de la manera en que la revolución para deshacerse de este sistema debe y puede llevarse a cabo, y al mismo tiempo que lo explica con mucha precisión, sin dejar espacios para malentendidos honestos sobre lo que se está diciendo (y lo que no se está diciendo)4. (Dado que, como lo indicó esta persona, estaba muy ocupado en el momento en que escribió su crítica, si de alguna manera no tenía una genuina claridad sobre lo que ahí se decía sobre la cuestión de derrocar este sistema, lo que hubiera correspondido a una posición de principios simplemente habría sido declarar que le faltaba claridad e indicar que, dada la importancia de esta cuestión objetivamente, él planeaba intentar obtener una comprensión más profunda de cuál es esa posición en realidad al leer “Por qué nos hace falta... cómo concretamente podemos...” cuando tuviera el necesario tiempo para explorarla con detenimiento. En el ínterin, estoy seguro de que, si él lo reflexionara un poco, esta persona tendría la capacidad, y la experiencia, para comprender por qué, si uno va con seriedad para hacer una revolución real, hay ciertas cosas que hay que expresar con cuidado y de manera responsable y no de manera “esquiva”, con el objetivo de impedir que se facilitara que se interpretaran mal y que el poderoso aparato represivo de este sistema actuara sobre la base de una tergiversación de lo que se dice).
De todos modos, “aparentemente” esta persona sí entiende lo que se dice acerca de la violencia y la no violencia — aunque la forma en que lo pone no es la forma precisa en que hay que formularlo. Esto se revela en su declaración de que “Aparentemente, el Nuevo Comunismo apoyaría la violencia una vez que una revolución ‘real’ masiva estuviera en marcha”. Pero su siguiente “aparentemente”, una vez más, no acierta: no es que “el Weather Underground solamente estuvo tácticamente ‘equivocado’ al planear prematuramente un ataque violento”. Más bien, ellos intentaron sustituir actos de “terror excitante” en lugar de una revolución real con la participación de millones de personas, y además que tales actos fueron incorrectos y perjudiciales, fueron distintos no solo en “tiempo” sino en naturaleza a una lucha revolucionaria real por el poder que se emprendería de acuerdo con el principio de que las fuerzas de combate revolucionarias deben: “Siempre realizar las operaciones y actuar de las maneras que concuerden con el punto de vista y las metas emancipadores de la revolución” — lo que incluye distinguir entre las fuerzas armadas que luchan por conservar y reforzar el sistema existente de explotación y opresión y, por otro lado, los civiles comunes5.
Una vez más: la reforma o la revolución
Pero, una vez más, toda esta supuesta incertidumbre equivale a una “evasión”, una diversión, para evitar lo que de hecho es la cuestión decisiva en la realidad y en lo que se trata de manera central en el artículo que responde a Mark Rudd: ¿Es posible reformar este sistema, por medio de una lucha que se apoye únicamente y como un principio absoluto en la no violencia — o, de hecho, se necesita una lucha revolucionaria de millones de personas, para derrocar este sistema, a fin de poder abrir el camino a la eliminación de la explotación, la opresión, la desigualdad y la injusticia que están incorporadas en este sistema?
Mi respuesta a Rudd aborda profundas contradicciones que caracterizan a este sistema, tales como se formulan en los “5 ALTOS” (que abarcan la opresión de los negros y otras personas de color, la opresión de las mujeres y otras opresiones basadas en el género, la persecución de los inmigrantes, las guerras injustas y los crímenes contra la humanidad, y la destrucción cada vez más intensificada del medio ambiente) y el enorme y verdaderamente horroroso sufrimiento que este sistema impone a las masas de la humanidad y la amenaza existencial muy real que representa para el futuro de la humanidad. Declara muy claramente que “en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!”6 Luego pone este reto:
¿Es posible que Mark Rudd (o cualquier otra persona) argumente que es posible que se realice todo esto —poner fin a estos “5 ALTOS” y a las horrorosas condiciones a las que están sometidas las masas de la humanidad bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo— mediante reformas dentro de los límites de este sistema y sin el derrocamiento revolucionario de este sistema (o dice el argumento según el cual lo mejor que se puede esperar es que todo esto continúe, pero con —lo que objetivamente representa— una leve mitigación)?7
Sería muy bueno que, en lugar de evadir las cosas con la afirmación espuria de que mi respuesta a Rudd está “vacilando y evadiendo”, la persona que escribió esta “crítica” —y, más allá de eso, todos los “liberales” con ideas afines— respondieran a este reto y abordaran directa y honestamente esta cuestión. Eso podría ayudar a alentar y contribuir a lo que es un necesario debate de masas en toda la sociedad sobre la cuestión decisiva de la reforma o la revolución, y todo lo que tiene una profunda importancia en relación con eso.
 
1. Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real. Este artículo está disponible en revcom.us. [volver]
2. Bob Avakian responde a Mark Rudd, énfasis en el original. [volver]
3. Bob Avakian responde a Mark Rudd, cursivas en el original, negritas agregadas. [volver]
4. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el vídeo en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
5. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
6. Bob Avakian responde a Mark Rudd, énfasis en el original. (En esta parte, la respuesta a Mark Rudd cita Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.) [volver]
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Prepublicación, 3 de agosto de 2019 Lea o descargue el pdf en español; o en forma de html
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Hace poco, en el New York Times (viernes 6 de marzo de 2020), salió un comentario (“Political Passion Turned Violent” [La pasión política se volvió violenta]) escrito por Mark Rudd, un ex radical de los años 1960. La motivación de la redacción del diario Times, al publicar este artículo de Rudd, no es difícil de discernir. Rudd enfatiza que los actos significativos de violencia de hoy, y el peligro de lo que eso representa para la sociedad, los está perpetrando lo que él llama la “extrema derecha”; y, en general, insiste en que la no violencia es la única forma legítima y efectiva de obtener un cambio social deseado (y deseable) y que hay que renunciar a toda violencia, por parte de cualquier movimiento social para el cambio. Aparte de la propia motivación de Rudd al escribir este comentario, la realidad es que ambos argumentos de Rudd están alineados con las preocupaciones y los objetivos de la redacción del Times, y del sector de la clase dominante de este sistema del cual son representantes: reconocen la amenaza muy real a las “normas” del orden social existente en lo que están haciendo Trump y aquellos que están alineados con él y se unen detrás de él (la “extrema derecha”, según Rudd); y, más fundamentalmente, les preocupa que, sobre todo en estos tiempos de intensificación de polarización y agudo “estrés social”, los movimientos sociales y los conflictos sociales deben permanecer circunscritos a un marco y límites que no amenacen al sistema existente. Y sin duda les sirve de beneficio adicional que alguien identificado como un “radical de los años 1960” que “ha dejado ese ámbito” y se ha unido a las filas de los “razonables” que insisten en que en realidad no existe ninguna alternativa a este sistema.
Debido a esto —porque Rudd dice, como alguien que participó en el auge de lucha radical de la década de 1960, que esté brindando lecciones cruciales y principios universales sobre cómo debe llevarse a cabo (y no llevarse a cabo) la lucha contra la opresión y la injusticia— es importante examinar lo que Rudd sostiene, y en particular a lo que él renuncia que hay que renunciar, y a lo que no hay que renunciar sino que hay que defender y llevar adelante, a la vez que darle una orientación y dirección científicamente fundada.
A fines de la década de 1960 (y entrando a los principios de la década de 1970) Rudd era parte del grupo Weather Underground. Como él mismo dice, las personas que formaron el Weather Underground habían sido parte del grupo Estudiantes para una Sociedad Democrática (SDS), el que a fines de la década de 1960, en el apogeo del auge de lucha radical de esa época, se había convertido en una organización de masas de miles de personas que representaba los sentimientos revolucionarios ampliamente sostenidos de literalmente millones de jóvenes en ese momento. A medida que llegaban a entender que las cosas como la opresión de los negros y la matanza en masa llevada a cabo por Estados Unidos en Vietnam de alguna manera estaban vinculadas a la naturaleza misma del sistema, SDS se había topado con la cuestión de cómo hacer que se dé algún tipo de cambio revolucionario, aunque había diferentes ideas sobre lo que eso de hecho significaba y cómo hacer que se diera, y por eso la organización se escindió en varias tendencias diferentes, cada una comprometida con un enfoque diferente respecto a estas cuestiones muy básicas. En efecto, Weather Underground expresó la indignación de los jóvenes educados frustrados que habían perdido la paciencia con la idea de hacer el trabajo político para ganarse a las masas de personas hacia una posición revolucionaria y, en cambio, adoptaron lo que equivalía a actos de “terror excitante” en lugar de un movimiento revolucionario de masas. En una de sus observaciones más veraces y perspicaces, Rudd ha señalado que la enormidad de los crímenes cometidos por este sistema, en el territorio de Estados Unidos y en Vietnam, fue mayor de lo que los que se convirtieron en Weather Underground podían manejar racionalmente. Y por eso adoptaron una orientación y acciones que estaban divorciadas de cualquier enfoque serio y científico de la revolución, y en muchos aspectos estaban cada vez más divorciados de la realidad. Como alguien que formó parte del amplio movimiento revolucionario de la época, que se enfrentó y luchó contra esta degeneración política e ideológica de las personas indignadas por los crímenes de este sistema, y reflexionando sobre ello ahora, una paráfrasis de los versos iniciales del poderoso poema de Allen Ginsberg Aullido me viene a la mente: vi a algunas de las mejores personas de mi generación destruidas (por un tiempo) por la locura.
Desafortunadamente, la “recuperación” de esa locura por alguien como Rudd ha implicado caer en otro tipo de “locura” política e ideológica: la noción de que de alguna manera es posible lidiar con los crímenes masivos de este sistema por medio de un movimiento a favor de las reformas, dejando a este sistema intacto y en el poder. A lo que hay que renunciar en la posición del antiguo Weather Underground es a su abandono y alejamiento del proceso de hacer nacer un movimiento de millones de personas con el objetivo de un derrocamiento revolucionario real de este sistema criminal. A lo que no hay que renunciar es al profundo odio por todo este sistema y la determinación de poner fin a sus crímenes sin fin, que en realidad requiere una revolución real llevada a cabo por las masas, por millones de personas.
Aunque Rudd habla de los revolucionarios negros a los que la policía y el gobierno federal “atacaban despiadadamente” durante el auge de lucha de la década de 1960, al parecer se le ha “olvidado” la profunda verdad expresada por uno de los revolucionarios negros líder de la época, Rap Brown: “La violencia es tan estadounidense como el pastel de cereza”.
Bajo este sistema, la policía mata a mil personas cada año y somete a millones de personas más, sobre todo a las personas de color, al continuo hostigamiento y brutalidad. Millones de hombres negros y latinos, y un número creciente de mujeres, están encarcelados en prisiones infernales, mientras que millones más están atrapados de varias formas en el “sistema de justicia penal”. Al mismo tiempo, Estados Unidos sigue llevando a cabo masacres en masa (y respaldando a tales matanzas por parte de sus “aliados”) en el Medio Oriente y en muchas otras partes del mundo.
Rudd reconoce algo de eso, pero luego tergiversa la historia y una vez más se aleja de una forma racional y lógica de pensar al servicio de renunciar y declarar no ha lugar a cualquier cosa que no sea una protesta no violenta dentro de los límites de este sistema. Y, como no debería sorprender a nadie que haya estado prestando atención a las convenciones de la época, como parte de hacerlo, Rudd hinca su rodilla metafórica, rindiendo una adulación aparentemente obligatoria, a las tergiversaciones de la “política de identidad”. Les recuerda a los lectores que las personas que formaron el Weather Underground eran “jóvenes blancos, de clase media y con educación universitaria”. Y luego dice lo siguiente:
Nuestro dolor por la violencia de este país y nuestra vergüenza por no tener la capacidad de detener la guerra abrumaban a todos nosotros. Esa vergüenza también emanó de nuestro privilegio racial y de clase. No éramos las personas que sufrían los bombardeos de saturación en Vietnam ni nos enfrentábamos a las turbas y los sherifatos racistas en Misisipí. (énfasis añadido)
Uno está tentado a descartar toda esa línea de argumentación (y especialmente la parte que he puesto en cursivas) con un simple “¡¿Y qué?!” Pero cabe desmenuzarla más profundamente. En primer lugar, Rudd (que habla de los revolucionarios negros sometidos a una represión brutal por parte de la policía y el gobierno) una vez más “olvida” a esos revolucionarios negros y al hecho de que, al pasar de las limitaciones del movimiento de derechos civiles a la posición más avanzada de exigir la liberación de los negros y vincular esa lucha con las luchas de liberación en el tercer mundo, esos revolucionarios negros ejercieron una poderosa fuerza positiva para influenciar a los movimientos de aquellos tiempos, incluso entre los jóvenes educados, hacia una orientación más revolucionaria, aunque esa orientación era un revoltijo, que abarcaba un complejo de tendencias en conflicto, entre ellas el comunismo revolucionario que salía de China, así como diversas tendencias nacionalistas revolucionarias y otras tendencias contradictorias. Los argumentos de Rudd en este caso también están alineados con lo que argumentaban en ese momento la clase dominante y los defensores de derecha de la guerra de Vietnam, quienes atacaron a los estudiantes que se movilizaban contra esa guerra al denunciarlos como mocosos privilegiados de clase media que habían logrado evitar “servir” en el ejército en esa guerra. Esto pasa por alto el hecho de que entre los sectores más oprimidos de la sociedad, aquellos con el menor “privilegio de clase y racial” —los negros, los chicanos y los puertorriqueños, cuyos jóvenes murieron de manera desproporcionada en esa guerra— la oposición a la guerra fue muy extensa, y el hecho de que crecía una oposición a la guerra entre los soldados estadounidenses (y ex combatientes) en esa guerra, inspirados en un grado importante por la posición antibélica y las acciones precisamente del movimiento estudiantil. Entre otras cosas, esta realidad en sí es una refutación poderosa a lo que al parecer Rudd argumenta o da a entender. El “privilegio de clase y racial” que pone Rudd, respecto a aquellos que formaron el Weather Underground, y el hecho de que ellos no fueron las personas que estaban sometidas a la horrorosa violencia a la que él se refiere, no hace en absoluto que su vergüenza sea inválida, ilegítima o intrascendente. Por el contrario, el hecho de que ellos no estuvieran sometidas directamente a esa situación, sino que estaban indignadas por esa situación y estaban decididas a hacer algo para detenerlo, es exactamente lo que tenía de correcto su orientación. El problema fue que abandonaron y rechazaron el camino de construir un movimiento revolucionario de masas decidido a poner fin no solo a la matanza en Vietnam y a la violenta opresión y represión “en casa”, sino a todo el sistema que, debido a su propia naturaleza, continuamente perpetra crímenes tan monstruosos. En cambio, hicieron lo que en realidad constituía una retirada hacia actos aislados de violencia mal dirigida, y hacia una orientación general, objetivamente en oposición a la construcción del movimiento de masas revolucionario que hacía falta.
Reflexionando sobre la muerte de miembros del Weather Underground, que resultaron muertos mientras fabricaban una bomba que, según Rudd, iban a detonar en un baile en la base militar del Fuerte Dix (un baile al que asistieron no solo soldados sino también civiles), Rudd tiene razón en que tal bombazo, si se hubiera llevado a cabo, habría resultado en una represión gubernamental aún más generalizada y sanguinaria, no solo contra el Weather Underground sino contra los amplios movimientos de masas de resistencia y contra las auténticas fuerzas revolucionarias de ese entonces. Pero él está traficando con la verdad cuando retrata a los soldados estadounidenses, como los que estaban apostados en el Fuerte Dix, simplemente como “nuestros vecinos y conciudadanos”. No, eran otra cosa — algo más y algo peor: eran parte de la maquinaria masiva de muerte y destrucción que estaba llevando a cabo la matanza en masa del pueblo vietnamita, de millones de personas, al servicio de los intereses y objetivos imperiales a los que las fuerzas armadas de este sistema sirven y buscan reforzar. De hecho, como ya se mencionó, eso era algo que un número creciente de esos soldados empezaban a reconocer, y para el momento que Rudd menciona (a principios de 1970), miles de ellos ya habían entrado en rebelión contra los crímenes que se les ordenaba llevar a cabo y contra aquellos, en el ejército y más allá, que estaban organizando, entrenando, desplegando y ordenando que llevaran a cabo estos crímenes de guerra masivos y crímenes contra la humanidad.
Sin duda, el bombazo contra el baile en el Fuerte Dix habría sido un acto equivocado y muy perjudicial. Pero los soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidos, en ese entonces y hoy, no se merecen que sean acogidos simplemente como “nuestros vecinos y conciudadanos”, ni tampoco se merecen que los celebren por ser “héroes”, sino más bien se merecen que los condenen por los crímenes que han cometido y hay que llamar y luchar con ellos para que se nieguen a seguir cometiendo tales crímenes y se conviertan en parte de la resistencia política al sistema el cual requiere y exige tales atrocidades masivas de manera continua — una lucha la que, de hecho, muchas personas con una mentalidad revolucionaria llevaban a cabo durante el curso de la guerra de Vietnam, contribuyendo a la creciente oposición entre los propios soldados y al movimiento más amplio de oposición a esa guerra1.
Como parte de su repudio a la revolución, Rudd dice que, en los años transcurridos desde el auge de lucha de la década de 1960, “la izquierda” ha “formado un fuerte consenso... para controlar sus elementos marginales violentos”, pero que “La violencia está amenazando una vez más a nuestro tejido social, en esta ocasión desde la extrema derecha”.
En primer lugar, y fundamentalmente, perpetran la violencia no solo “la extrema derecha” sino el sistema en su conjunto — y aquellos que gobiernan en él, entre ellos aquellos que se encuentran en “la izquierda” de este sistema (en el Partido Demócrata). ¿Rudd se refiere al Partido Demócrata al mencionar sus “elementos marginales violentos” de “la izquierda”? ¿El Partido Demócrata, y aquellos que aspiran a ser sus máximos dirigentes — son aquellos los que han renunciado a la violencia? NO. No lo han hecho — y no pueden hacerlo. Su sistema continuamente perpetra y depende de la violencia — no podría existir y perpetuarse sin una violencia masiva.
Rudd pone una dicotomía falsa: Según su manera de presentar las cosas, las únicas alternativas son la violencia de parte de un pequeño grupo que está aislado de las masas de personas, o limitar las cosas a las reformas que se obtienen mediante la acción no violenta de millones de personas. Pero, ¿y qué de la lucha verdaderamente revolucionaria de millones de personas, con el objetivo no solo de ganar concesiones al sistema existente, sino de derrocarlo y crear un sistema mucho mejor? Hay, por supuesto, un lugar definido y un papel definitivamente positivo para las luchas no violentas masivas cuyo objetivo queda corto de una revolución pero que se oponen a la opresión y atrocidades reales de este sistema. Un ejemplo muy importante al respecto es el llamamiento de Rechazar el Fascismo a una movilización de masas no violenta pero sostenida para expulsar al régimen fascista de Trump y Pence. Pero limitar las cosas a la no violencia, en todas las circunstancias y como una especie de supuesto principio absoluto —oponerse a una lucha revolucionaria llevada a cabo por millones de personas para derrocar este sistema cuando se hayan gestado las condiciones que lo harían posible— significa al menos aceptar objetivamente y acomodarse a este sistema monstruoso y las instituciones muy violentas (en particular las fuerzas armadas y la policía) que refuerzan su gobierno, en Estados Unidos y en todo el mundo, con las atrocidades más masivas y atroces. Cualquiera que sea su intención, eso es lo que Rudd de hecho está haciendo.
Como he enfatizado:
Ciertas concesiones del gobierno ante la lucha contra la injusticia —por ejemplo, la legislación por los derechos civiles; DACA, que otorgó el estatus legal temporal a algunos inmigrantes traídos a Estados Unidos de niños; decisiones judiciales que establecían el derecho al aborto y al matrimonio gay— eran victorias ganadas con dura lucha, pero el problema es que son, y sólo pueden ser, victorias parciales, que lidian solamente con algunos aspectos de la opresión bajo este sistema, pero sin eliminar la opresión en general, o la fuente de esta opresión — la que es el propio sistema. Y aunque sí se ganen tales victorias parciales, mientras este sistema siga en el poder, habrá fuerzas poderosas que se maniobrarán para atacar y socavar, y tratar de revocar, incluso estos triunfos parciales2.
Rudd no solo abandonó lo que en esencia era correcto (y justo) en su posición durante la década de 1960 —su odio y oposición a este propio sistema— así como lo que estaba muy mal en dónde lo llevó ese odio (acoger, aunque él mismo efectivamente no llevara a cabo, actos de violencia infantil divorciados de la lucha revolucionaria de las masas de personas). Incluso ha ido al extremo de trivializar lo que representa “la extrema derecha”. Al hablar de la inclinación de la “extrema derecha” a la violencia, él dice lo siguiente:
Curiosamente, lo entiendo: quítese la supremacía blanca y consérvese el dolor, y eso no es muy distinto a mis amigos y yo de hace 50 años.
Sí, definitivamente es distinto — ¡hay una profunda diferencia! Sin ignorar los problemas muy reales con la orientación y las acciones del Weather Underground, no existe ninguna similitud, y definitivamente no existe ninguna equivalencia, entre el odio justo pero despistado contra la naturaleza criminal y las atrocidades de este sistema, lo que llevó al Weather Underground a un tipo de locura y, por otro lado, el fanatismo violento de los fascistas que están decididos a fortificar y llevar a dimensiones extremas toda forma de opresión sanguinaria y atrocidad depravada que requiere este sistema. Los comentarios de Rudd en este caso coinciden con la tendencia a prestar una cierta “legitimidad” a lo que no es solo una “extrema derecha”, en un sentido vago, sino una fuerza fascista definida, con la participación de un poderoso sector de la clase dominante, encarnada en el Partido Republicano, y en particular hoy en el régimen de Trump y Pence, y un segmento importante de la sociedad, que es la “base” dura de ese partido.
La supremacía blanca no es algo que existe como accesorio a este fascismo, sino que está al corazón de este fascismo — y no simplemente permite dárselo por descontado (“quitárselo”) sino que hay que reconocerla en toda su extensión por lo que es y luchar enérgicamente en su contra.
Las manifestaciones de empatía de Rudd por estos fascistas incluyen la afirmación de que ellos “tienen quejas por el proceso de desaparición de lo que siempre han visto como ‘su país’”. Pero, ¿cuáles, en realidad, son esas quejas y qué es lo que siempre han visto como “su país” al que quieren “hacer que vuelva a tener grandeza”?
Como he señalado:
Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, incluso con sus declaraciones y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países3.
Y aquí cabe citar unas observaciones importantes del teólogo afroamericano Hubert Locke, quien señala particularmente a los fundamentalistas cristianos, los cuales son una fuerza impulsora en este fascismo:
No debemos subestimar lo que está en juego en esta batalla contra la derecha religiosa. No es una casualidad que la fuerza y apoyo del movimiento proviene principalmente del centro del país, lo que llaman el “corazón” de Estados Unidos, y en particular la región sureña. Esa zona de Estados Unidos jamás se acomodó a la nueva realidad del país tras la Segunda Guerra Mundial. Al breve lapso de normalidad de posguerra le siguió una década de una revolución racial latente y por mucho tiempo necesaria, que arrasó con siglos de cultura y tradición, especialmente en el Sur. Dos décadas más tarde, el desengaño de una guerra impopular en el sudeste asiático sacudió las bases del patriotismo convencional y tradicional en la vida estadounidense; a eso le siguió una revolución sexual que trastornó actitudes muy arraigadas de ese sector de la población sobre la posición subordinada de la mujer en la sociedad y el rechazo a las personas gays y lesbianas en la vida estadounidense. Estas derrotas políticas, sociales y culturales han estallado ahora en una batalla sin tregua para retrasar el reloj 50 años y devolver el país a su pureza de la anteguerra. Es significativo que dar clases en el creacionismo ocupe un lugar tan prominente en el programa de la derecha religiosa. La derecha perdió esa batalla a mediados de la década de 1920 pero nunca aceptó su derrota, como algunas fuerzas duras nunca han reconocido su derrota en la Guerra Civil. En consecuencia, la derecha religiosa quiere restaurar un modo de vivir que desapareció del país hace medio siglo.
Si todo esto fuera simplemente una batalla por el corazón y la mente de la gente de Estados Unidos, podríamos entrar al conflicto con mucho menos preocupación, confiados de que al final la razón y la bondad humana triunfarán sobre la ignorancia y la intolerancia. Pero esta es una batalla por el poder: por apoderarse de las riendas del gobierno, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que reine en Estados Unidos lo que la derecha religiosa percibe como la voluntad de Dios4.
Rudd va al extremo de declarar que todos los que viven en Estados Unidos están “juntos en esto”. Al parecer, no basta para Rudd, que haya “hecho las paces” con este sistema de opresión violenta; él va al extremo de insistir en que hay que encontrar puntos en común con aquellos —los fascistas— que quieren darles las expresiones más extremas y grotescas a los crímenes que están integrados en este sistema.
En referencia a su orientación y la de los demás en Weather Underground a fines de la década de 1960 y principios de 1970, Rudd describe su perspectiva como de “aferrarse al delirio de que la revolución violenta era inminente”. Entre otras cosas, en este caso Rudd continúa con su descripción de las dicotomías falsas: “niega” la suposición falsa del Weather Underground en ese momento de que un pequeño grupo podría poner en marcha una revolución con actos de violencia divorciados de la lucha de masas de personas, y que se llevaban a cabo objetivamente en oposición a dicha lucha, al hacer ahora la declaración falsa, y ciertamente no menos perjudicial, de que una revolución real no es posible ni realmente deseable. En realidad, la cuestión de si una revolución real podría haber sido posible en Estados Unidos en el apogeo del auge de lucha de masas de fines de los años 1960 y principios de los 1970, es un asunto serio y complejo, y no algo a tratarse de manera irresponsable en la forma en que lo hace Rudd, al rechazar esta cuestión con la frase superficial y necia: “el delirio de que la revolución violenta era inminente”.
Una revolución real requiere dos factores esenciales: una situación revolucionaria, y un pueblo revolucionario que cuenta con millones de personas. Y estos dos factores están estrechamente interconectados. Una situación revolucionaria implica no solo una crisis en la sociedad en un sentido general, sino una situación en la que el sistema y sus poderes gobernantes se encuentran en una crisis profunda y aguda y millones y millones de personas se niegan a que las gobiernen a la antigua usanza — y están dispuestas y decididas a poner todo en juego para hacer caer este sistema y crear una nueva sociedad y gobierno. Según los componentes y las señales esenciales de una crisis revolucionaria, grandes partes de la sociedad vean la violencia utilizada para mantener en pie este sistema por lo que es —asesina e ilegítima— y que los conflictos entre las fuerzas gobernantes se vuelvan realmente profundos y agudos, y las masas de personas no respondan a tal situación cobijándose bajo uno u otro bando de los gobernantes opresivos, sino que respondan sacando provecho de tal situación para acumular las fuerzas para la revolución5.
En el punto álgido del auge de lucha radical de los años 1960 y principios de los 1970, existían elementos definidos de los factores necesarios para la revolución: existía una crisis política muy real y profunda para la clase dominante, y había masas de personas con una mentalidad revolucionaria. Eso es una verdad innegable:
Ya para 1968 y durante varios años después, grandes números de personas en Estados Unidos, incluidos millones de jóvenes de la clase media, así como masas de pobres y oprimidos, estaban motivados por un odio totalmente justificado contra este sistema y por sus aspiraciones a tener un mundo radicalmente diferente y mejor —y esto se propagó profundamente en las fuerzas armadas del propio sistema— aunque bien lo que la mayoría de las personas entendía se caracterizó por un sentimiento revolucionario el que, si bien justo, carecía de una base científica profunda y consecuente6.
Pero la situación aún no se había desarrollado (y, a medida que las cosas se desenvolvían, no se desarrolló) en una crisis revolucionaria total; y las fuerzas revolucionarias en ese momento no tenían claridad y no estaban unidas en torno a un enfoque estratégico que pudiera haber aglutinado el extenso sentimiento revolucionario en una fuerza organizada capaz de librar una verdadera lucha revolucionaria para derrotar y desmantelar a las violentas fuerzas de represión del sistema capitalista-imperialista gobernante. Como he resumido:
el verdadero fracaso de esos años era que aún no existía una vanguardia revolucionaria con esa base y método científico, y con la orientación, estrategia y programa que pudieran dar una expresión organizada al sentimiento revolucionario de masas y dirigir un esfuerzo por realmente hacer la revolución7.
El auge de lucha radical de la década de 1960 en Estados Unidos fue a su vez parte de una ola más amplia de lucha y transformación que se estaba dando en todo el mundo, y fue impulsada e inspirada en gran medida por las luchas, en todo el tercer mundo de América Latina, África, Medio Oriente y Asia, para quitarse el yugo de la opresión colonial — y más allá de eso, la existencia de un estado socialista revolucionario en China y el movimiento revolucionario de masas de la Revolución Cultural en ese país, con la participación de cientos de millones de personas en la lucha por derrotar los intentos de restaurar el capitalismo en China y, en oposición a eso, continuar y profundizar la revolución socialista ahí y apoyar a las luchas revolucionarias en todo el mundo. Pero, como he analizado, por ejemplo en obras recientes como Breakthroughs (Abriendo Brechas) y Esperanza para la humanidad sobre una base científica, ese auge de lucha se topó con ciertas limitaciones, así como con poderosas fuerzas contrarias, y entró en un reflujo, no solo en uno u otro país, sino como un fenómeno mundial8. Y desde ese entonces, se han dado cambios profundos en el mundo, muchos de ellos negativos: el capitalismo ha sido restaurado en China; en la Unión Soviética, donde el capitalismo ya había sido restaurado en la década de 1950, pero la clase dominante ahí continuó presentándose durante algún tiempo como un bastión del socialismo, por fin abandonó esa patraña cuando la propia Unión Soviética implosionó, lo que condujo al surgimiento abierto de capitalismo en toda la ex Unión Soviética y Europa del Este; y las fuerzas que lideraban a las luchas de liberación en el tercer mundo han sido derrotadas o transformadas en fuerzas gobernantes burguesas que actúan en concierto y esencialmente como apéndices del capital internacional y el sistema imperialista. En Estados Unidos, en el contexto de esa situación internacional cambiante, y mediante una combinación de represión y la formación de capas de clase media entre los oprimidos, junto con el creciente parasitismo de este sistema, cebándose de la superexplotación de miles de millones de personas, particularmente en el tercer mundo, durante varias décadas ha existido una atmósfera y cultura política cada vez más asfixiante y una orientación, por parte de la mayoría de las fuerzas que aspiran a un cambio social, de restringirse a los límites del sistema opresivo y explotador existente y su BEB (Basura Electoral Burguesa), como la hemos descrito con mucha razón. Y todo esto ha estado acompañado de un embate ideológico implacable, por las fuerzas gobernantes de este sistema y sus voceros mediáticos y cómplices intelectuales —un embate contra el comunismo y, de hecho, contra todos los aspectos positivos del auge de lucha radical de la década de 1960— un embate al que Mark Rudd está haciendo su propia modesta contribución.
Pero la realidad es que, a pesar de todos estos cambios, no ha desaparecido ni disminuido la base y la necesidad de tener una revolución comunista con una dirección científica, sino que se ha vuelto más pronunciada y se requiere con urgencia. Y no todos los que nos activamos mediante ese gran auge de lucha de la década de 1960 hemos abandonado la meta de transformar radicalmente la sociedad hacia el objetivo de un mundo sin explotación y opresión y sin la violencia masiva que lo impone, y la necesidad y posibilidad de tener una revolución comunista como la vía para alcanzarla. Sobre lo que he llamado con mucha razón las “décadas terribles” de tiempos recientes, algunos de nosotros hemos perseverado contra las dificultades muy reales para trabajar hacia la realización de esa revolución y hemos profundizado nuestra comprensión científica de la forma en que esa revolución debe y puede ser llevada a cabo. Particularmente por medio del trabajo que he realizado durante estas décadas, ahora existe un nuevo comunismo, el que es una continuación, pero también representa un salto cualitativo más allá y, en algunos aspectos importantes, una ruptura con la teoría comunista como se había desarrollado previamente y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, proporcionando la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real9.
En el curso del auge de lucha de la década de 1960, aquellos que llegaron a estar convencidos de la necesidad de un cambio radical buscaron ese cambio “como campesinos que iban a la guerra” con cualquier arma que encuentran a la mano (para invocar una formulación de Lenin, quien dirigió la revolución rusa de 1917 y también hizo aportes inestimables al desarrollo de la teoría comunista). Esto llegó a ser cierto, en un sentido real y más literal, respecto al Weather Underground; pero era cierto metafóricamente para algunos de nosotros — en el sentido de que retomamos la teoría existente del movimiento comunista en ese momento. Esto nos condujo, correctamente, al entendimiento de que una revolución tiene que contar, y solo podría hacerse, con la lucha organizada de las masas, de millones de personas, y no con un pequeño grupo aislado de dichas masas. Pero también nos condujo a adoptar lo que se estaba convirtiendo en un concepto incorrecto y anticuado —que, si bien hay que dedicar atención y esfuerzos serios a la lucha contra la opresión del pueblo negro y otras nacionalidades minoritarias, y de las mujeres, y otras cuestiones sociales importantes, según dicho concepto la fuerza principal para la revolución no era simplemente la clase obrera en un sentido general, sino más específicamente los trabajadores de la industria a gran escala— que de hecho, en Estados Unidos en particular, en un grado importante se habían vuelto “aburguesados” a raíz del botín parásito de la dominación y superexplotación por el imperialismo, particularmente en el tercer mundo. (De hecho, algunos de los trabajadores más jóvenes en esta situación respondieron favorablemente al trabajo revolucionario que estábamos llevando a cabo — por malogrado y limitado que estuviera por cierto concepto erróneo del proceso revolucionario y por tendencias definidas a favor del economismo, es decir, los esfuerzos por construir un movimiento para la revolución socialista al centrarlo y hacer que se desenvolviera en torno a las demandas económicas más inmediatas de estos trabajadores. Pero la respuesta positiva de esos trabajadores más jóvenes en realidad tenía mayor relación con la influencia de la cultura radical de la juventud de esa época que con el enfoque de combinar el economismo con los llamamientos generales a la revolución.)
Como se ha enfatizado aquí, se han dado cambios importantes en Estados Unidos y en el mundo en general desde ese entonces, hace décadas ya — y el desarrollo del nuevo comunismo ha implicado, como uno de sus aspectos más importantes, continuar aplicando un análisis científico a las cuestiones decisivas de la base, la estrategia y las fuerzas para la revolución — algo que analizan obras mías como el libro El Nuevo Comunismo10 y Breakthroughs (Abriendo Brechas), donde se señala que las fuerzas vertebrales para la revolución saldrán principalmente de entre las decenas de millones de personas —particularmente aquellos concentrados en las comunidades urbanas marginadas, pero también otras personas— las que están sometidas a una cruel opresión y brutal represión bajo este sistema, aunque también se enfatiza que esta revolución tiene que contar con una amplia unificación de diversas fuerzas sociales, especialmente jóvenes y estudiantes, pero también otras personas de entre las capas medias, y que hay que dirigir todas esas fuerzas con un núcleo sólido de miles y miles de personas, con firmes bases y raíces en la ciencia del comunismo, tal como se ha desarrollado más con el nuevo comunismo. Y sigo bregando con la aplicación de un método y enfoque científico a los problemas de la revolución, en Estados Unidos, pero aún más fundamentalmente en términos de la lucha general hacia la realización del comunismo en todo el mundo.
En términos de la base para la revolución, el nuevo comunismo enfatiza este entendimiento muy importante explicado de manera concentrada en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución.
La base para la revolución no se encuentra en lo que la gente piensa o hace en un momento dado, sino en las relaciones y contradicciones fundamentales del sistema que causan el tremendo sufrimiento pero las que no es posible resolver bajo este sistema. (De Esperanza para la humanidad sobre una base científica: Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense)
Y “Por qué nos hace falta... cómo concretamente podemos...” se centra en estas preguntas importantes:
¿Por qué los negros, latinos e indígenas están sometidos a la persecución genocida, la encarcelación en masa, la brutalidad y asesinato policial?
¿Por qué hay degradación patriarcal, deshumanización y subyugación de todas las mujeres en todas partes, y opresión a base de la orientación sexual o de género?
¿Por qué hay guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad?
¿Por qué satanizan, criminalizan y deportan a los inmigrantes, y militarizan la frontera?
¿Por qué están destruyendo el medio ambiente de nuestro planeta?
Estos son los que llamamos los “5 ALTOS” — contradicciones profundas y determinantes de este sistema, con todo el sufrimiento y destrucción que provocan, contra los cuales habremos de protestar y oponernos de manera poderosa, con una verdadera determinación de ponerles fin, pero que sólo se eliminarán por fin acabando con este propio sistema.
¿Por qué, con todo esto, vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global?
¿Por qué es así el estado de la humanidad?
Y ofrece esta respuesta científicamente fundamentada:
Hay una razón fundamental: la naturaleza básica del sistema del capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos y la manera, por su propia naturaleza, en que continuamente perpetra un horror tras otro. Y, en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
¿Es posible que Mark Rudd (o cualquier otra persona) argumente que es posible que se realice todo esto —poner fin a estos “5 ALTOS” y a las horrorosas condiciones a las que están sometidas las masas de la humanidad bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo— mediante reformas dentro de los límites de este sistema y sin el derrocamiento revolucionario de este sistema (o dice el argumento según el cual lo mejor que se puede esperar es que todo esto continúe, pero con —lo que objetivamente representa— una leve mitigación)? ¡No! La emancipación de la humanidad de todo eso es profunda y cada vez más urgentemente necesaria, y la posibilidad de un futuro radicalmente diferente y mucho mejor exige y requiere una revolución real y el avance de la humanidad más allá de este sistema, con la realización del comunismo en todo el mundo. La realidad de que será difícil de realizar eso y se requerirá una lucha monumental, ardua y abnegada por parte de millones y, en última instancia, miles de millones de personas, es algo que no negaría ninguna persona seria — y ciertamente nadie que se basara en el método y enfoque científico del nuevo comunismo. Pero un análisis científico lleva a la conclusión clara de que esto es tan necesario como lo es difícil — y que es posible (no es un hecho seguro, y ciertamente no es inevitable — pero es posible). Y deben dedicarse a contribuir a esta revolución todos aquellos que se niegan a aceptar el mundo tal como está bajo la dominación del sistema capitalista imperialista, todo el sufrimiento innecesario que este impone a las masas de la humanidad y la amenaza existencial muy real que representa para la humanidad misma.
En términos fundamentales, existe una unidad entre la antigua posición infantil, esencialmente terrorista, que sostenían en cierto momento las personas parecidas a Mark Rudd y la acomodación reformista con este monstruoso sistema que Rudd promueve hoy. Lo que unifica estos dos “polos políticos” aparentemente contrarios es su oposición común a una revolución real, llevada a cabo mediante la lucha organizada de millones de personas decididas a derrocar el sistema de opresión existente y a hacer nacer un sistema mucho mejor. Y, en términos de la epistemología (la orientación para conocer la realidad), lo que subyace a esta unidad de errores es el método y enfoque no científico —o fundamentalmente anticientífico— que tipifica tanto la orientación de algo como el Weather Underground como el reformismo en el que una cantidad exageradamente grande de personas, entre ellas Mark Rudd, se han dejado caer.
 
1. En su autobiografía, From Ike to Mao and Beyond, My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, Bob Avakian habla de su propio enfoque y esfuerzos, así como los de otras personas, en dar lucha con soldados y ex combatientes de las fuerzas armadas de Estados Unidos para convencerlos a que se opongan y presten su apoyo al movimiento de oposición a la guerra de Vietnam. [volver]
2. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el video en inglés de este discurso están disponibles en revcom.us. [volver]
3. ¡EL REGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible. El texto en español y el video en inglés de este discurso filmado de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
4. “Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke, está disponible en revcom.us. [volver]
5. Esta descripción de una situación revolucionaria es de CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución (una declaración del Partido Comunista Revolucionario), que se cita en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, ambos disponibles en revcom.us. [volver]
6. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
7. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
8. Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico; Esperanza para la humanidad sobre una base científica: Romper con el individualismo, el parasitismo y el chovinismo pro estadounidense. Estas obras de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
9. La estrategia para la revolución se explica en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución; y una visión panorámica y un plano concreto para una sociedad radicalmente diferente está contenida en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. El texto en español e inglés de la Constitución, y el vídeo en inglés y el texto en español de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, están disponibles en revcom.us. [volver]
10. EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación, Editorial Aurora Roja, 2018. Pedidos: RCP Publications, revcom.us. [volver]
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Prepublicación, 3 de agosto de 2019 Lea o descargue el pdf en español; o en forma de html
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(La versión corta — la verdad sencilla y básica)
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La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia — el método y enfoque científico para conocer y cambiar el mundo. Pero existe un gran problema en la forma en que la gente ha sido entrenada y condicionada para pensar (o no pensar). Aunque durante demasiado tiempo, muchos “liberales” y “progresistas” se han dejado paralizar por nociones ridículas como “¿Cómo puedes saber lo que es realmente cierto? Nadie puede decir que su verdad es más grande que la verdad de otra persona”, y así sucesivamente, las fuerzas fascistas, caracterizadas por una verdadera mentalidad de la edad de las tinieblas, están firmemente convencidas de la “verdad” de toda suerte de teorías de conspiración lunáticas que promueven “valores” y objetivos fascistas.
Dicho de otra manera, en términos de las principales tendencias de la sociedad en su conjunto: los que tienen la mayor certeza son los que están más desconectados de la realidad.
Lo que complica más la situación y lo que es una dimensión adicional de este problema es el hecho de que, si bien no comparten sino que se oponen firmemente a los “valores” y objetivos de los fascistas, muchas de las masas básicas, que están duramente oprimidas bajo este sistema, también sospechan de la ciencia y del análisis con base científica e incluso se inclinan por rechazarlos. Pero esto también las deja vulnerables a toda una sarta de “teorías de conspiración” infundadas y otras ideas erróneas y nocivas, como la noción de que no importará nada de lo que la gente haga porque “todo está en manos de Dios”.
La respuesta a todo esto es no renunciar a conocer la realidad, o simplemente creer lo que parece tener sentido, o lo que dice alguien que conoce, o lo que le da consuelo (al menos por un tiempo). La verdad de algo no depende de quién lo diga o de cómo te haga sentir. Cuando algo proviene de una fuente que te gusta, eso no lo hace verdad; y cuando algo proviene de una fuente que no te gusta, eso no lo hace falso. Y la verdad no es un “concurso de popularidad”. Cuando mucha gente cree algo, eso no lo hace verdad; y cuando solamente unas pocas personas creen algo, eso no lo hace falso.
La verdad es objetiva — lo que quiere decir: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material. (A ciertos niveles, la verdad de las cosas es obvia — por ejemplo, la verdad de que si llueve fuerte y estás expuesto a la lluvia por un período de tiempo prolongado, te mojarás. Pero hay niveles más profundos de las cosas, y la verdad acerca de ellas es más compleja y requiere un conocimiento más desarrollado —por ejemplo, qué causa la lluvia, por qué está lloviendo donde te encuentras y no en otro lugar, y así sucesivamente. Pero en todos los casos, a todos los niveles, rige este hecho: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material). Para separar lo que es falso de lo que es cierto y tener bases firmes en términos de conocer las cosas, hace falta el método y enfoque científico de la realidad — y sí, una certeza con una base científica, donde dicha certeza puede y debe establecerse.
Ardea Skybreak, una científica con formación profesional y promotora del nuevo comunismo como un avance adicional en la ciencia de la revolución, ha señalado que la ciencia no es la opinión de una persona cualquiera sino que abarca y requiere que se investigue la realidad y que se sistematice lo que se aprende vía este proceso. Enfatiza que “La ciencia es un proceso basado en la evidencia” y
La ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia1.
Sin juzgar las cosas por si existe evidencia convincente para ellas —y sin evaluar lo que la gente dice comparándolo con lo que la evidencia muestra sobre la realidad material— ¡es posible terminar por creer casi cualquier cosa! O, como dice Skybreak:
Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso2.
Skybreak enfatiza que la ciencia no es misteriosa, sino que es algo que cualquiera puede aprender y aplicar. También señala que ha habido ciencia mala (incluso ciencia mala que se utiliza para fines racistas) pero que podemos y debemos utilizar la ciencia buena —los métodos concretos de la ciencia— para conocer la realidad y poner al descubierto y refutar la ciencia mala. Dice, en términos sencillos y básicos: “Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia”3.
Oponerse al método y enfoque científico —y negar la posibilidad de llegar a conocer verdades importantes aplicando este método y enfoque— solo puede conducir a resultados malos, a veces extremadamente malos, dejando a las personas agobiadas por toda suerte de ignorancia y prejuicio, privando a las personas de la capacidad de conocer y cambiar el mundo en un sentido fundamentalmente positivo. Cuando, por ejemplo, Jonas Salk anunció que por fin había desarrollado una vacuna para tratar la terrible enfermedad de la polio, ¿la gente de hecho debiera haber sospechado de su afirmación y la debiera haber rechazado sin siquiera investigarla? ¿La gente de hecho debería responder de esa manera en caso de desarrollarse, o cuándo se desarrolle, una vacuna contra la Covid-19? Podría citarse casi un sinfín de ejemplos semejantes.
Cabe repetir algo muy importante enfatizado por Ardea Skybreak:
Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Y específicamente en términos de crear una mejor sociedad —al oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence, y aún más fundamentalmente al dar un salto radical más allá de este sistema capitalista-imperialista (el que ha engendrado este fascismo) y al crear un mundo mucho mejor—, se necesita el método y enfoque científico del nuevo comunismo.
 
1. CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak, énfasis en el original. Ardea Skybreak es una científica con formación profesional en el campo de la ecología y la biología evolutiva y una promotora del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Skybreak es también el autor del libro muy importante La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: saber qué es real y por qué importa, Editorial Tadrui, 2006. La entrevista completa a Ardea Skybreak (CIENCIA Y REVOLUCIÓN) está disponible en revcom.us.
En esta entrevista, Skybreak analiza con cierta profundidad la manera en que, al resumir la experiencia histórica del movimiento comunista y al sacar lecciones de una amplia gama de la experiencia humana, Bob Avakian ha desarrollado un nuevo comunismo que encierra un salto adicional en la aplicación del método y enfoque científico a la cuestión de la manera en que de hecho se podría crear una sociedad y mundo mejor, sin explotación y opresión. Este nuevo comunismo es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real.
En diversas obras, y en particular en el libro EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación, y en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico (que está disponible en revcom.us), Bob Avakian analiza lo que tiene de nuevo el nuevo comunismo y su relación con la anterior teoría comunista. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
3. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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(La versión larga — la verdad elaborada)
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La crisis del coronavirus ha puesto de manifiesto la importancia de la ciencia — el método y enfoque científico para conocer y cambiar el mundo. Pero existe un gran problema en la forma en que la gente ha sido entrenada y condicionada para pensar (o no pensar). Aunque la gente en el ámbito de la medicina procede sobre la base de un enfoque científico y, en el contexto de esta crisis del coronavirus, los “liberales” insisten en que ahora es de vital importancia “escuchar a los científicos”, durante demasiado tiempo los “liberales” y los “progresistas” se han dejado paralizar por un agnosticismo relativista, con una carencia —y a menudo incluso con un rechazo de la idea misma— de la certeza (con nociones ridículas como “¿Cómo puedes saber lo que es realmente cierto? Nadie puede decir que su verdad es más grande que la verdad de otra persona”, y así sucesivamente). Mientras tanto, las fuerzas fascistas, caracterizadas por una verdadera mentalidad de la edad de las tinieblas, y firmemente convencidas de la “verdad” de toda suerte de teorías de conspiración lunáticas que promueven “valores” y objetivos fascistas, están abrazando con entusiasmo un filisteísmo cruel, con un deliberado rechazo al pensamiento crítico, con una oronda ignorancia, desafío y denigración de la ciencia y del método científico.
Dicho de otra manera, en términos de las principales tendencias de la sociedad en su conjunto: los que tienen la mayor certeza son los que están más desconectados de la realidad.
Lo que complica más la situación y lo que es una dimensión adicional de este problema es el hecho de que, si bien no comparten sino que se oponen firmemente a los “valores” y objetivos de los fascistas, muchas de las masas básicas, que están duramente oprimidas bajo este sistema, también sospechan de la ciencia y del análisis con base científica e incluso se inclinan por rechazarlos. Pero esto también las deja vulnerables a toda una sarta de “teorías de conspiración” infundadas y otras ideas erróneas y nocivas, como la noción de que no importará nada de lo que la gente haga porque “todo está en manos de Dios”.
La respuesta a todo esto es no renunciar a conocer la realidad, o simplemente creer lo que parece tener sentido, o lo que dice alguien que conoce, o lo que le da consuelo (al menos por un tiempo). La verdad de algo no depende de quién lo diga o de cómo te haga sentir. Cuando algo proviene de una fuente que te gusta, eso no lo hace verdad; y cuando algo proviene de una fuente que no te gusta, eso no lo hace falso. Y la verdad no es un “concurso de popularidad”. Cuando mucha gente cree algo, eso no lo hace verdad; y cuando solamente unas pocas personas creen algo, eso no lo hace falso.
La verdad es objetiva — lo que quiere decir: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material. (A ciertos niveles, la verdad de las cosas es obvia — por ejemplo, la verdad de que si llueve fuerte y estás expuesto a la lluvia por un período de tiempo prolongado, te mojarás. Pero hay niveles más profundos de las cosas, y la verdad acerca de ellas es más compleja y requiere un conocimiento más desarrollado — por ejemplo, qué causa la lluvia, por qué está lloviendo donde te encuentras y no en otro lugar, y así sucesivamente. Pero en todos los casos, a todos los niveles, rige este hecho: el que algo sea cierto o no depende de si corresponde a la realidad material). Para separar lo que es falso de lo que es cierto y tener bases firmes en términos de conocer las cosas, hace falta el método y enfoque científico de la realidad — y sí, una certeza con una base científica, donde dicha certeza puede y debe establecerse.
La ciencia no es otro “dogma” —otro “conjunto de creencias” que no se ha verificado ni se ha comprobado— es lo contrario de eso. Obviamente son importantes las conclusiones basadas en la aplicación del método científico, pero la ciencia no es solamente una “colección de conclusiones”, y mucho menos es un conjunto de “preceptos” que no se toman de la realidad y no están en sintonía con la realidad, o que una vez reflejaban la realidad pero se han vuelto congeladas y “osificadas” y ya no corresponden a una realidad cambiante. La ciencia es, sobre todo y más esencialmente, un método. En este sentido, lo siguiente es muy relevante, de una entrevista a Ardea Skybreak, una científica con formación profesional y promotora del nuevo comunismo como un avance adicional en la ciencia de la revolución:
Así que pienso que para empezar valdría la pena hablar acerca de lo que es la ciencia, desmitificarla un poco. La ciencia tiene que ver con la realidad material, y se podría decir que toda la naturaleza y toda la sociedad humana son el campo de la ciencia; la ciencia puede tratar con todo esto. La ciencia es una herramienta muy poderosa. Es un método y un enfoque que nos permite poder decir qué es la verdad, qué corresponde a la realidad tal como en realidad es. En este sentido, la ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia. Es un proceso basado en la evidencia. Esto es muy importante. La ciencia es un proceso basado en la evidencia1.
Sin juzgar las cosas por si existe evidencia convincente para ellas —y sin evaluar lo que la gente dice comparándolo con lo que la evidencia muestra sobre la realidad material— ¡es posible terminar por creer casi cualquier cosa! O, como dice Skybreak:
Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso2.
Y:
Sea que hablemos de la realidad material de una enfermedad, de un ecosistema natural o de un sistema social en que viven los seres humanos, la ciencia nos permite analizar sus componentes, su historia, cómo es que llegó a ser como es, de qué está hecho, cuáles son las características que lo definen, y su carácter contradictorio (un tema al que volveremos) y por lo tanto cuál es la base para que cambie, o sea cambiado, si es nuestra intención cambiarlo. Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia3.
Skybreak enfatiza que la ciencia no es misteriosa, sino que es algo que cualquiera puede aprender y aplicar. También habla de la contradicción de que a veces a las personas no les late la ciencia, en parte porque se les ha dado un sentido equivocado de lo que es la ciencia, y
Otra razón por la que la ciencia quizás no les late a algunas personas es que ha habido ciencia mala.... en ocasiones en la historia han utilizado la ciencia para promover la idea de que algunas razas son inferiores a otras.... Pues, esa es ciencia basura. De hecho se puede usar métodos científicos rigurosos para comprobar que eso fue ciencia mala nada más. No es solamente mala en “lo moral” —aunque sí lo es, pero también es mala en lo científico— es completamente falsa y eso lo podemos comprobar por medio de la ciencia buena4.
Como lo he dicho, en concordancia con algo esencial explicado por Skybreak:
Es la “ciencia buena” —el método y enfoque científico de partir de la evidencia sobre la realidad para entender cómo de veras es la realidad, por qué es como es y cómo está cambiando y podría cambiar más— la que tenemos que aplicar de manera consecuente si queremos transformar el mundo para arrancar de raíz la opresión y la explotación5.
Con demasiada frecuencia, y con no poca ironía, los “liberales”, “progresistas” y “concienciados” educados de la clase media actúan como si estuvieran afirmando cierta verdad profunda cuando rechazan la noción misma de la “verdad” y critican y denuncian por dogmáticos (o incluso tiránicos) a aquellos que dicen que han llegado a conocer ciertas verdades definidas. Pero, una vez más, oponerse al método y enfoque científico —y negar la posibilidad de llegar a conocer verdades importantes aplicando este método y enfoque— solo puede conducir a resultados malos, a veces extremadamente malos, dejando a las personas agobiadas por toda suerte de ignorancia y prejuicio, privando a las personas de la capacidad de conocer y cambiar el mundo en un sentido fundamentalmente positivo. ¿Y este enfoque —de negar la posibilidad o deseabilidad de conocer la verdad y denunciar a aquellos que dicen haber descubierto verdades importantes claras— es realmente válido y viable, algo con lo que las personas pueden o deberían adherirse? Cuando, por ejemplo, Jonas Salk anunció que por fin había desarrollado una vacuna para tratar la terrible enfermedad de la polio, ¿la gente de hecho debiera haber sospechado de su afirmación y la debiera haber rechazado sin siquiera investigarla, y debiera haber criticado (o incluso marginado) a Salk por tener la cachaza de afirmar que había llegado a conocer una verdad importante (entender la enfermedad de la polio y la manera de combatirla)? ¿La gente de hecho debería responder de esa manera en caso de desarrollarse, o cuándo se desarrolle, una vacuna contra la Covid-19? Podría citarse casi un sinfín de ejemplos semejantes.
Como he enfatizado, al hablar de lo que es un principio epistemológico fundamental del nuevo comunismo:
La verdad es un reflejo correcto real de la realidad, y de su movimiento y desarrollo. Y, como se sabe, es cierto que nadie nunca puede contar con toda la verdad. Eso es parte de entender correctamente la realidad, es parte del método científico. Pero... es cierto que uno puede llegar a hacer determinaciones definidas y definitivas sobre la realidad de muchas cosas específicas, aunque siempre tiene que estar dispuesto a aprender más, y a considerar la posibilidad de que resulte que una parte de lo que pensaba que era cierto no lo fuera, o que se dan nuevos acontecimientos que implican que el mundo ha cambiado de modo que sea necesario modificar su entendimiento previo. Todo esto también es parte del método científico. Cuando hablamos de la verdad, no hablamos de LA VERDAD como una verdad absoluta y final, pero tampoco hablamos de una narrativa. Hablamos de un enfoque científico de conocer la realidad y luego, sobre esa base, de transformarla. Y el enfoque científico de ese proceso de analizar y sintetizar la realidad puede sacar conclusiones importantes y definitivas, a la vez que esto es un proceso continuo el cual nunca se completará porque nunca se puede captar toda la realidad — entre otras cosas porque está cambiando constantemente y porque siempre habrá aspectos de la realidad en los que los seres humanos ni siquiera habrán penetrado en un momento dado, ni hablar de llegar a entender6.
Existe una conexión definitiva entre el relativismo y el agnosticismo de una cantidad exageradamente grande de “liberales” educados de la clase media y su renuencia, si no su obstinada negativa, a reconocer el peligro fascista que representa el régimen de Trump y Pence por lo que es y lo que se requiere hacer ante esto — lo que es una lucha decidida contra este fascismo, una lucha que no se apoya ni confía en el sector “tradicional” de la clase dominante (representada por instituciones como el Partido Demócrata) y el sistema al que sirven, que ha engendrado este fascismo (de cuyas contradicciones básicas ha surgido este fascismo como esfuerzo por resolver estas contradicciones dentro de los límites de este sistema y bajo los términos más extremos).
Aún más fundamentalmente, existe una conexión definida entre el relativismo y el agnosticismo de tales “liberales” y su resistencia o su obstinada negativa a aplicar un enfoque consecuentemente científico basado en la evidencia y, sobre esta base, seguir la verdad adondequiera que conduzca, particularmente respecto a cuestiones históricas, sociales y políticas — porque a lo que lleva es a demoler las preciadas ilusiones y prejuicios de los “liberales” con respecto al rol concreto de esta “gran democracia estadounidense”, a lo largo de su historia y por todo el mundo; la naturaleza concreta del sistema bajo el cual vivimos, el capitalismo-imperialismo; y la verdadera experiencia de la lucha revolucionaria contra este sistema, y más particularmente la experiencia del movimiento comunista y las sociedades socialistas que ha gestado.
Al explorar profundamente estas cuestiones, y al sacar lecciones de las muchas dimensiones diferentes de la experiencia humana, he desarrollado un nuevo comunismo, el que es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real.
Con respecto a todo esto, cabe repetir algo muy importante enfatizado por Ardea Skybreak:
Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Y específicamente en términos de crear una mejor sociedad — al oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence, y aún más fundamentalmente al dar un salto radical más allá de este sistema capitalista-imperialista (el que ha engendrado este fascismo) y al crear un mundo mucho mejor: se necesita el método y enfoque científico del nuevo comunismo.
1. CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak, énfasis en el original. Ardea Skybreak es una científica con formación profesional en el campo de la ecología y la biología evolutiva y una promotora del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian. Skybreak es también el autor del libro muy importante La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: saber qué es real y por qué importa, Editorial Tadrui, 2006. La entrevista completa a Ardea Skybreak (CIENCIA Y REVOLUCIÓN) está disponible en revcom.us.
En esta entrevista, Skybreak analiza con cierta profundidad la manera en que, al resumir la experiencia histórica del movimiento comunista y al sacar lecciones de una amplia gama de la experiencia humana, Bob Avakian ha desarrollado un nuevo comunismo que encierra un salto adicional en la aplicación del método y enfoque científico a la cuestión de la manera en que de hecho se podría crear una sociedad y mundo mejor, sin explotación y opresión. Como señala este artículo, el nuevo comunismo “es una continuación de la teoría comunista como se había desarrollado previamente, pero también representa un salto cualitativo más allá de dicha teoría y, en algunos aspectos importantes, representa una ruptura con dicha teoría, y el que ha puesto al comunismo sobre una base científica aún más consecuente, ofreciendo la estrategia y la dirección para una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la emancipación real”.
En diversas obras, y en particular en el libro EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino hacia la verdadera emancipación (Editorial Aurora Roja, 2018; pedidos en revcom.us) y en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico (que está disponible en revcom.us), Bob Avakian analiza lo que tiene de nuevo el nuevo comunismo y su relación con la anterior teoría comunista. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
3. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
4. CIENCIA Y REVOLUCIÓN. [volver]
5. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el audio en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
6. Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, que está disponible en revcom.us. [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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Muchos millones de personas cifraron sus esperanzas de un mundo mejor y más justo en la candidatura de Bernie Sanders. Ahora, Joe Biden —un criminal de guerra, cómplice de la guerra contra Irak y de la continua tortura de su pueblo, un funcionario de larga trayectoria de los intereses capitalistas más venales y depredadores, y a la vez conciliador con la segregación y uno de los responsables del programa genocida de encarcelamiento en masa— está en camino de ganar la nominación demócrata, y la semana pasada Bernie Sanders puso fin a su campana. Muchos de ustedes que cifraron sus esperanzas en Sanders se sienten despojados.
En este momento, con tanto en juego para la humanidad, estamos reimprimiendo y enviándoles la invitación de Bob Avakian, publicada por primera vez en 2012. Y también les recomendamos los recientes artículos de Bob Avakian: “David Brooks —el no tan gran farsante— y las profundas diferencias entre Trump, Sanders y el verdadero socialismo”; “A la gente negra que está votando por Joe Biden”; “Linchamientos, asesinatos por la policía — ¡Al carajo el sistema entero! ¡No tenemos que vivir así!”; “Bob Avakian responde a Mark Rudd sobre las lecciones de los años 1960 y la necesidad de una revolución real”; y “Los liberales: ¿cuál es el problema con ellos?”.
Envíenos sus comentarios.
De parte de Bob Avakian
Juntos, tomemos un viaje crucial — lleno de unidad contra la opresión y de animada lucha acerca de la fuente del problema y acerca de la solución. Siga sus propias convicciones —de que son intolerables los ultrajes que le conmueven— a su conclusión lógica y esté resuelto a no cejar hasta que sean eliminados dichos ultrajes. Además, si al hacer eso así como al conocer otros ultrajes, y las ideas acerca de la manera en que todo eso se articula y surge de una fuente común —y la manera en que se podría poner fin a todo eso y crear algo mucho mejor— si todo eso lleva en la dirección de ver no sólo la necesidad de una resistencia resuelta y osada sino también la necesidad de la revolución y en lo fundamental el comunismo, pues no le dé la espalda a todo eso debido a que eso le hace salir de su espacio de seguridad y comodidad, a que eso desafía lo que han sido sus sentidas creencias o debido a prejuicios y calumnias. Al contrario, busque activamente conocer más acerca de esta posible solución. De ahí, actúe en consecuencia.
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Comunicado #5 de los Revcom:
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Podríamos estar a punto de atestiguar la aplicación de la pena de muerte a miles de personas en las prisiones de Estados Unidos. Están forzando a los 2.3 millones de personas encerradas en las prisiones de Estados Unidos (aproximadamente un 60% de ellos son negros o latinos) a enfrentarse al mortífero coronavirus sin acceso constante a jabón y agua, sin máscaras, sin posibilidades de practicar el “distanciamiento social”. Muchos de ellos cometieron delitos tan insignificantes como el consumo de drogas o el robo de una bicicleta, y muchos de ellos no han sido condenados pero que simplemente no pueden pagar la fianza. Y todos ellos son seres humanos que ahora se enfrentan a una muerte en masa si las cosas continúan tales como están.
Las autoridades hicieron un gran espectáculo de liberar a unos pocos de ellos (mucho menos que en otros países), pero en su inmensa mayoría siguen presos. Todo ello mientras los viles gobernadores (sí, entre ellos los gobernadores demócratas de California y Nueva York) ponen argumentos como “los prisioneros no tienen derechos al distanciamiento social” o incluso cosas peores, y de plano el propio fascista Trump amenaza con parar lo poco que se está haciendo. ¡La forma en que todos estos gobernantes están manejando este virus en las prisiones podría acelerar el “genocidio lento” de la encarcelación en masa para que sea un genocidio rápido!
Este encarcelamiento en masa, y toda la forma en que tratan a los negros y otros oprimidos, no salió de la nada. Bob Avakian (BA), el más importante pensador y líder político en el mundo de hoy, ha señalado:
En los días de la esclavitud, y luego la segregación Jim Crow tras la Guerra Civil, los opresores salvajemente explotaban y aterrorizaban a los negros, asesinando brutalmente a los que consideraron una amenaza, o que “no se quedaban en su lugar”, pero no mataban ni encarcelaban a una enorme parte de la población negra, porque necesitaban de su trabajo como una fuerza vertebral y fuente crucial de ganancias para las plantaciones de algodón y la economía general en el Sur (y en Estados Unidos en su conjunto). Hoy, con la concentración de grandes números de negros en las comunidades urbanas marginadas, y con el traslado de muchas fábricas y otras empresas capitalistas fuera de los centros urbanos, la policía ha matado a miles de negros en las últimas décadas, y desempeñan un papel clave para mantener forzosamente a las masas del pueblo negro en una situación donde, sobre todo los jóvenes a los que el sistema ha robado de todo futuro, miles se están matando unos a otros, y millones están encarcelados o de alguna otra manera están bajo el control del supuesto “sistema de justicia”.
— Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución
¡Todo esto tiene que terminar! Nos hace falta una revolución real para emancipar a toda la humanidad y el Club Revolución se está organizando para ello. Y ahora mismo es urgentemente necesario juntarse para determinar qué hacemos para impedir que se aplique esta pena de muerte en masa. Si usted se preocupa por la huma nidad, tenemos que hablar de cómo.
Póngase en contacto con el Club Revolución (los RevCom), para enterarse de las formas de trabajar juntos a favor de estas metas. Visite www.revcom.us y conozca más acerca de Bob Avakian y la revolución que nos hace falta. Mientras tanto: difunda este comunicado y suscríbase al canal de YouTube TheRevComs [Los Revcom], como parte de organizarse. Al hacerlo, escríbanos acerca de lo que está aprendiendo.
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Nota de la redacción: Como lo expresa el Comunicado #5 de los Revcom, “Podríamos estar a punto de atestiguar la aplicación de la pena de muerte a miles de personas en las prisiones de Estados Unidos. Están forzando a los 2.3 millones de personas encerradas en las prisiones de Estados Unidos (aproximadamente un 60% de ellos son negros o latinos) a enfrentarse al mortífero coronavirus sin acceso constante a jabón y agua, sin máscaras, sin posibilidades de practicar el ‘distanciamiento social’. Muchos de ellos cometieron delitos tan insignificantes como el consumo de drogas o el robo de una bicicleta, y muchos de ellos no han sido condenados pero que simplemente no pueden pagar la fianza. Y todos ellos son seres humanos que ahora se enfrentan a una muerte en masa si las cosas continúan tales como están”.
En respuesta a esta indignante injusticia, los prisioneros e inmigrantes detenidos en los campos de concentración han opuesto resistencia. La siguiente lista de más de 30 acciones en prisiones, cárceles y centros de detención y campos de concentración de inmigrantes da una idea del alcance de esto. Debido a la necesidad de información confiable (en lugar de rumores), hemos tenido cuidado de anotar las fuentes de los siguientes informes. La investigación para este artículo fue extraída del importante trabajo de Perilous Chronicle, un "proyecto de investigación digital que busca documentar todos los actos de descontento de prisioneros en Estados Unidos y Canadá desde 2010 hasta el presente".
También esta semana, varias fuerzas políticas, entre ellas el Club Revolución-Chicago, volvieron a protestar por las condiciones en la Cárcel del Condado de Cook, el mayor foco de infecciones de Covid-19 en Estados Unidos; grupos e individuos que apoyan a los inmigrantes también han tomado acción, y muchos individuos han protestado y llamado la atención sobre la situación. Este fenómeno de protesta adentro y afuera es positivo, y hay que divulgarlo y sacar inspiración de él para aún más protesta.
Como declara CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución:
“Ante toda ‘sacudida’ en la sociedad —toda crisis, todo ultraje nuevo, cuando muchas personas cuestionen y opongan resistencia a lo que por lo normal aceptan— es necesario que aprovechemos esto para impulsar la revolución y expandir sus fuerzas organizadas. Es necesario que nos opongamos y desbaratemos a las maniobras de los poderes gobernantes para aislar, ‘cercar’, brutalizar, encarcelar en masa y reprimir de manera sanguinaria a las personas que llevan la vida más dura bajo el presente sistema y que más necesitan esta revolución. Es necesario que nosotros los ‘cerquemos’" a ellos — al ver que nazca ola tras ola de personas que se levanten en decidida oposición al presente sistema”.
A continuación, la lista. Si usted sabe de otra resistencia, por favor escríbanos.
9 de abril — Centro Correccional de Lansing, Lansing, Kansas — El jueves 9 de abril, entre 124 y 160 prisioneros tomaron el control de un bloque de celdas de mediana seguridad de una sección del Centro Correccional de Lansing, dañando las oficinas y partes de la prisión. Un recluso le dijo a un canal de televisión local: “Los reclusos no se están haciendo daño unos a otros, pero están rompiendo cosas porque están enfadados... Porque no estamos recibiendo las cosas adecuadas para ayudar con el coronavirus”. El martes 7 de abril, ocho reclusos y nueve miembros del personal dieron positivo de Covid-19; para el jueves el número había aumentado a 12 reclusos y 14 miembros del personal. Mientras que la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) de Kansas y otras organizaciones pedían la liberación de algunos reclusos, la tensión interna creció hasta el punto de estallar1.
9 de abril, el Centro de Detención de Stewart, Lumpkin, Georgia — Las guardias utilizaron “spray de pimienta o gas lacrimógeno” y amenazaron con dispararles bolsas de bolitas a un grupo de detenidos enfurecidos porque les habían negado liberarlos. El 26 de marzo, los detenidos en Stewart organizaron una huelga de hambre para protestar por la falta de medidas para impedir la propagación de la Covid-192.
8 de abril — Prisión Federal de Oakdale, Luisiana — Después de cinco muertes de Covid-19, varios reclusos se resistieron cuando los guardias trataron de trasladarlos de la cuarentena a la población general. Al menos 30 guardias usaron gas lacrimógeno y bolas de spray de pimienta para sofocar el disturbio3.
8 de abril — Complejo Correccional de Monroe, Monroe, Washington — Más de 100 reclusos se rebelaron en el patio por seis casos positivos de Covid-19 en la prisión. Varias agencias de policía respondieron, usando spray de pimienta, bolas de picadura y bolitas de goma4.
7 de abril — Prisión de Portland del Norte, Oregón — Después de dos días sin jabón y sin máscaras, con ocho casos de la Covid-19 descubiertos en el sistema penitenciario de Oregón, los reclusos de dos unidades de 80 personas del Complejo Correccional del Río Columbia chocaron con los guardias y los obligaron a retirarse a oficinas cerradas5.
5 de abril — Centro Correccional de North Lake, Baldwin, Michigan — Diez reclusos del centro estaban en el cuarto día de una huelga de hambre en esta prisión federal privada para inmigrantes condenados por delitos federales. Creen que la prisión es tan insegura que les han puesto en un prolongado confinamiento solitario; y la comida es inadecuada6.
4 de abril — Cárcel del Condado de Passaic, Paterson, Nueva Jersey — Un día después de que un preso dio positivo de la Covid-19 y lo pusieron en cuarentena, al menos otros seis presos se negaron a volver a sus celdas. Los ayudantes del sheriff alegan que los prisioneros agarraron sábanas y provocaron una serie de pequeños incendios, en un enfrentamiento que duró cinco horas, cuando los ayudantes irrumpieron en la zona7.
4 de abril — Centro de Detención Donald W. Wyatt, Central Falls, Rhode Island — Más de 60 detenidos del ICE (Immigration and Customs Enforcement / Inmigración y Control de Aduanas) comenzaron una huelga de hambre el 4 de abril, exigiendo la liberación por el peligro de una rápida propagación de la Covid-19 a través del centro8.
3 de abril — Centro de Detención Otay Mesa, San Diego, California — Durante la semana pasada cientos de personas en el Centro de Detención de Otay Mesa y en el Centro de Detención Regional Occidental, una prisión privada que alberga a inmigrantes que se enfrentan a cargos federales, o a la deportación, realizaron huelgas de hambre para protestar por las condiciones y expresar su preocupación por la propagación de la Covid-19 en las instalaciones. En un llamado de prensa al que se unieron los inmigrantes detenidos, los funcionarios electos, abogados, expertos médicos y defensores exigieron que ICE, Aduanas y Protección Fronteriza y la Oficina de Prisiones liberaran a la gente del rápido deterioro de las condiciones en las cárceles y centros de detención de San Diego, donde cientos de inmigrantes están encerrados9.
3 de abril — Centro Correccional Industrial de Filadelfia, Filadelfia, Pensilvania — Nueve prisioneros bajo cuarentena en la instalación lanzaron contenedores del comisario a las ventanas de sus celdas, supuestamente tratando de romper el vidrio. Los guardias respondieron con equipo antidisturbios y usaron spray de pimienta contra los prisioneros. Hasta el 3 de abril, el día del disturbio, 31 prisioneros de las cárceles de Filadelfia y un número no especificado de guardias habían dado positivo de la Covid-19, haciendo que la tasa de infección en las cárceles de la ciudad fuera cuatro veces mayor que la del resto de la ciudad10.
3 de abril — Institución Correccional Carl Robinson, Enfield, Connecticut — Han transferido a más de 100 reclusos después de los disturbios relacionados con el coronavirus en la instalación. Trasladaron a un grupo de prisioneros después de que amenazaran con organizar huelgas de hambre y paros laborales para protestar por las reglas establecidas en respuesta al virus. Y cuando un carcelero recibió un puñetazo en la cara tratando de detener una pelea, enviaron a 86 prisioneros a prisiones de todo el estado como “precaución de seguridad” 11.
2 de abril — Cárcel del Condado de El Paso, Colorado Springs, CO — Han puesto al menos 17 presos de la cárcel en aislamiento sin haber dado positivo en la prueba de Covid-19, mientras que ocho sheriffs han dado positivo, cuatro de los cuales trabajan en la cárcel. Un disturbio estalló durante dos horas entre los sheriffs y los presos por las nuevas condiciones, lo que llevó a que a nueve presos los tacharon de “instigadores” y los acusaron de intento de motín y comportamiento delincuente12.
2 de abril — Institución Correccional de Neuse, Goldsboro, Carolina del Norte — Un grupo de prisioneros organizó una protesta después de recibir la noticia de que dos prisioneros de la institución habían dado positivo de la Covid-19. Prisioneros de diferentes dormitorios salieron y rechazaron las órdenes del personal y del alcaide de volver a sus celdas13.
31 de marzo — Centros de Inmigración de América, Farmville, Virginia — Unas 100 personas detenidas en la cárcel de Virginia ICE iniciaron una huelga de hambre en el centro privado después de múltiples informes de un brote de la Covid-1914.
30 de marzo — Casa Correccional del Condado de Bristol, North Dartmouth, Massachusetts — Los inmigrantes detenidos organizaron un paro laboral para protestar por la falta de protección en la prisión ante la amenaza de un brote de la Covid-1915.
28 de marzo — Cárcel del Condado de York, York, Pensilvania — Los inmigrantes detenidos en la prisión iniciaron una huelga de hambre exigiendo ser liberados del centro en medio de la pandemia de coronavirus. Afirman que el virus fue introducido por los empleados de la prisión, y que las enfermeras no tienen máscaras ni guantes, arriesgándose a que el virus se extienda entre los detenidos más susceptibles16.
27 de marzo — Centro de Detención del Noroeste, Tacoma, Washington — Este día, 30 inmigrantes detenidos comenzaron una huelga de hambre para protestar por la falta de respuesta adecuada al brote de Covid-19. Al día siguiente había 80, y para el 29 de marzo entre 300 y 500 detenidos estaban en huelga, llamada “Rompiendo Fronteras” porque hay muchas nacionalidades involucradas. Alrededor de 60 mujeres detenidas en el centro se unieron a la huelga de hambre el 5 de abril17.
26 de marzo — Centro de Detención Stewart, Lumpkin, Georgia — Al menos 350 inmigrantes detenidos en el centro con fines de lucro mantuvieron una huelga de hambre exigiendo su liberación inmediata: “Podríamos estar infectados en cualquier momento”18.
25 de marzo — Centro Correccional Richwood, Monroe, Luisiana — Un grupo de detenidos bajo custodia del ICE en el centro organizó una huelga de hambre exigiendo su libertad en medio de un creciente brote de la Covid-19 en las cárceles, prisiones y centros de detención de Estados Unidos. Según una declaración registrada por la Red de Derechos de los Inmigrantes del Sureste y publicada por Latino Rebels, 60 de los 64 detenidos en una unidad de vivienda están participando en la huelga19.
24 de marzo — Centro de Trabajo Comunitario Pierre, Pierre, Dakota del Sur — Nueve presas alojadas en el centro salieron sin permiso después de que otra presa en la misma unidad allí dio positivo de la Covid-19. Todas las que escaparon estaban cumpliendo sentencias cortas por delitos no violentos o de bajo nivel. Sin explicación, la alcaide, Wanda Markland, renunció el mismo día e inmediatamente dejó su oficina20.
24 de marzo — Centro de Procesamiento ICE de Pine Prairie, Pine Prairie, Luisiana — A siete inmigrantes detenidos en el centro los rociaron con gas pimienta cuando se negaron a la celda que compartían. Los oficiales de ICE alegan que se volvieron “físicamente combativos” en el área de recreación. Los prisioneros creían que estaban a punto de ser maltratados por los guardias. El Tennessean informó que Pine Prairie es uno de los tres centros de detención en Luisiana con detenidos que están en cuarentena por temor a una posible infección de la Covid-19. A principios de marzo, un grupo de detenidos del Camerún organizó una gran huelga de hambre en el centro21.
24 de marzo — Centro de Detención de Inmigrantes de Laval, en Laval, Quebec, Canadá — Entre 10 y 30 personas del centro de detención de inmigrantes cerca de Montreal comenzaron una huelga de hambre para protestar por las medidas inadecuadas para evitar su exposición a la Covid-19. Sus demandas incluyen la liberación inmediata así como atención médica para reducir el riesgo de contaminación por la Covid-19. Tres docenas de prisioneros enviaron una queja formal al Ministro de Seguridad Pública el 19 de marzo, exigiendo su liberación inmediata22.
23 de marzo — Casa de Corrección del Condado de Bristol, Bristol, Massachusetts — Inmigrantes detenidos emitieron dos cartas, una firmada por 51 detenidos, expresando sus temores de contaminación por la Covid-19 y exigiendo la liberación de algunos detenidos. “Estamos atrapados dentro de un almacén y tememos por nuestra vida. ¡Por favor, socorro!” escribieron los detenidos, refiriéndose a su encarcelamiento por el ICE23.
23 de marzo — Centro de Procesamiento del ICE de LaSalle, Jena, Luisiana — Los inmigrantes detenidos en el centro privado organizaron dos protestas la semana pasada en respuesta a las preocupaciones por la potencial propagación de la Covid-19 en sus instalaciones. Se informa que los guardias dispararon “bolas de pimienta” a un grupo de 23 detenidos en protesta el día 23. El 25 de marzo se usó gas pimienta contra 75 detenidos que habían organizado algún tipo de protesta e ignoraron las órdenes de los guardias. BuzzFeed News fue informado por alguien cuya madre está detenida: “Están enloqueciendo por eso. Ella está diciendo ‘ayúdenla’, implorando que la ayuden”24.
23 de marzo — Centro de Procesamiento del ICE de Texas, Pearsall, Texas — Aproximadamente 60 inmigrantes detenidos se negaron a volver a su bloque de celdas, en protesta por la falta de respuesta del centro a la amenaza de la Covid-19. Los guardias rociaron con gas pimienta a los manifestantes. Un abogado de inmigración dijo al San Antonio Express-News: “Los detenidos estaban molestos porque han visto llegar a gente nueva sin que los examinaran para el virus......y sienten que no los están atendiendo”. El ICE está presentando “cargos disciplinarios debido a violaciones de seguridad” contra nueve migrantes detenidos que, según dicen, “instigaron” las protestas25.
23 de marzo — Cárcel del Condado de Yakima, Yakima, Washington — En la noche del 23 de marzo, 14 prisioneros detenidos en la cárcel se escaparon. El incidente comenzó cuando los presos obligaron a un guardia que consideraban irrespetuoso a salir de la unidad. Cuando los guardias usaron gas pimienta, los presos usaron una mesa como ariete, rompieron una puerta de salida de incendios y escaparon. Los que escaparon después dijeron a los investigadores que se fueron por miedo a contratar la Covid-19 en la cárcel. Capturaron al último fugitivo cuatro días después26.
22 de marzo — Centro de Detención del Condado de Glades, Moore Haven, Florida — En la noche del 22 de marzo, los inmigrantes detenidos iniciaron una huelga de hambre para protestar por la negligencia del centro y su negativa a tomar las medidas adecuadas para evitar la propagación del virus Covid-19. Tres días más tarde, el número de huelguistas de hambre había aumentado a 100. Los detenidos han dicho a los activistas que se les obliga a vivir y comer en condiciones antihigiénicas aún peores que las habituales. Los huelguistas también afirman que a algunos detenidos el centro de detención ya no proporciona jabón antibacteriano27.
21 de marzo — Rikers Island, Nueva York — Ocho prisioneros en el Centro Anna M. Kross de Rikers Island se negaron a acatar órdenes de “encerrarse”, exigiendo que se les tomara la temperatura después de que un prisionero que había estado entregando alimentos a otros prisioneros fue retirado de la unidad con síntomas de gripe. Mientras los ochos prisioneros esperaban tratamiento, los guardias les rociaron la cara con gas pimienta. Al día siguiente, unos 90 a 100 prisioneros del Centro Robert N. Davoren de Rikers Island llevaron a cabo una huelga. Exigieron acción inmediata en respuesta a la creciente epidemia de la Covid-19 dentro de la cárcel28.
20 de marzo — Centro de Detención de Elizabeth, Elizabeth, Nueva Jersey — Los prisioneros se declararon en huelga de hambre en la instalación privada en respuesta a las malas condiciones sanitarias después de que un miembro del personal médico diera positivo de la Covid-19. Al menos 40 prisioneros se negaron a comer ese día. Un detenido dijo a Vice News: “No están tomando ninguna medida para protegernos. Pasamos tres días sin jabón.... Hay mucho miedo, porque si traen a una persona infectada, todos nos vamos a infectar”29.
20 de marzo — Centro de Detención del Condado de Etowah, Gadsden, Alabama — Los detenidos en el centro organizaron una protesta después de que trajeron a tres nuevos detenidos al centro con síntomas de gripe. (Otros detenidos transmitieron en vivo la protesta en Facebook, lo cual fue obtenido por el Washington Post). Dos detenidos se pueden ver de pie en la parte superior de su dormitorio con sábanas atadas alrededor del cuello, evidentemente amenazando con matarse si el centro no tomara medidas para proteger a los detenidos contra la propagación de la Covid-19. La protesta terminó cuando trasladaron a los detenidos enfermos a una unidad diferente, aunque no estaba claro si estaban en cuarentena.]30
20 de marzo — Centro Correccional del Noroeste de Nuevo México, Grants, Nuevo México — Unos 300 prisioneros participaron en un levantamiento tras la muerte de un prisionero. Los prisioneros se habían quejado de la amenaza de un brote de la Covid-19 en los confines atestados de la prisión. A ellos les dispararon bolsas de bolitas y pistolas de pintura que contenían irritantes para aplastar la protesta31.
18 de marzo — Centro Correccional y de Rehabilitación del Condado de Hudson, Kearny, Nueva Jersey — Los prisioneros de la instalación iniciaron una huelga de hambre el 18 de marzo debido al mayor riesgo de contraer la Covid-19. La huelga de hambre creció y para el 22 de marzo había aumentado a 120 participantes32.
17 de marzo — Centro Correccional del Condado de Essex, Newark, Nueva Jersey — Un grupo de detenidos en el centro con fines de lucro organizó una huelga de hambre exigiendo su inmediata liberación mientras Covid-19 se extendía por todo Nueva Jersey y el mundo. Más de 50 personas en total participaron entre esta huelga de hambre y una en el Centro Correccional y de Rehabilitación del Condado de Hudson, Nueva Jersey33.
1. Prison uprising put down as US inmates demand protection from coronavirus, TheGuardian.com, 10/4. [volver]
2. PerilousChronicle.com, 9/4. [volver]
3. Inmates Revolted Against a Federal Prison’s Coronavirus Response. They Got Tear-Gassed, Vice.com, 9/4. [volver]
4. Inmates ‘riot’ over 6 coronavirus cases at Monroe Corrections Complex, K5.com, 9/4. [volver]
5. Inmate Protest Over COVID-19 Response Forces North Portland Prison Into Lockdown, PortlandMercury.com, 8/4. [volver]
6. Prisoners go on a hunger strike at Baldwin’s North Lake Correctional Facility, WUOFM.com, 8/4. [volver]
7. 6 Passaic County Jail inmates charged after beds were set on fire during riot, NorthJersey.com, 5/4. [volver]
8. More than 60 ICE detainees on ‘hunger strike’ call for release from Wyatt, ProvidenceJournal.com, 7/4. [volver]
9. Federal Government Must Release Immigrants Trapped In Deteriorating Conditions at San Diego Federal Detention Facilities During COVID-19 Pandemic, National Immigration Justice Center, 9/4. [volver]
10. As the coronavirus gains strength in Philly's jails, panic and fingerpointing mark efforts to avert crisis by thinning inmate population, inquirer.com, 3/4. [volver]
11. More Than 100 Inmates in Conn. Transferred After Coronavirus Unrest, NBCConnecticut.com, 5/4. [volver]
12. Riot threatened at El Paso County jail to virus restrictions, CSIndy.com, 6/4. [volver]
13. Prisoners Protest After Two Inmates Diagnosed With COVID-19, Indyweek.com, 3/4. [volver]
14. URGENT: COVID-19 Hunger Strike at Virginia ICE Jail! Take Action NOW [volver]
15. ICE detainees released from crowded Bristol County jail as tensions rise amid coronavirus crisis, HeraldNews.com, 6/4. [volver]
16. ‘Sitting ducks’: Immigrants at York County Prison on hunger strike amid coronavirus, group says, YDR.com, 29/3. [volver]
17. Immigrant Women Launch Hunger Strike in Tacoma, WA as COVID-19 Cases Rise in Immigration Jails, DemocracyNow.org, 6/4. [volver]
18. Jailed Asylum Seekers Stage Hunger Strike, Demanding Release During Pandemic, DemocracyNow.org, 27/3; Detainees in US immigration jails living in fear as coronavirus spreads, TheGuardian.com, 29/3. [volver]
19. Detainees in US immigration jails living in fear as coronavirus spreads, TheGuardian.com, 29/3. [volver]
20. 9 inmates escape from South Dakota jail where there was a positive coronavirus test, NBCNews.com, 24/3; 155 inmates potentially exposed to COVID-19, paroles suspended in women’s minimum-security prison, RapidCityJournal.com, 26/3. [volver]
21. It’s Still Too Painful to Put Clothes On: An ICE Detainee Reports He Was Pepper-Sprayed and Sent to Isolation, MotherJones.com, 25/3; Detainees in 3 Louisiana ICE facilities under medical isolation amid coronavirus fears, Tennessean.com, 25/3. [volver]
22. Immigration Detainees Are on a Hunger Strike Over Coronavirus Fears, Vice.com, 26/3; Coronavirus: Four men continue hunger strike at immigration monitoring centre in Laval, GlobalNews.ca, 28/3. [volver]
23. Federal Judge Releases ICE Detainees From Bristol County On A Rolling Basis Due To COVID-19 Concerns, WBUR.com, 8/4; Activists protest conditions in ICE detention centers, YaleDailyNews.com, 31/3. [volver]
24. Immigrants Afraid Of The Coronavirus Outbreak Are Protesting Inside ICE Facilities, BuzzFeedNews.com, 26/3. [volver]
25. Detained migrants pepper-sprayed for protesting amid coronavirus fears, ExpressNews.com, 24/3. [volver]
26. Police searching for 6 of the 14 inmates who escaped Yakima County jail, SeattleTimes.com, 24/3; Yakima County jail official says inmates broke out because they were afraid of coronavirus, YakimaHerald.com, 24/3. [volver]
27. Florida ICE Detainees Start Hunger Strike Over Coronavirus Concerns, MiamiNewTimes.com, 26/3; Quarantines at Florida immigration detention centers rise as ICE arrests more migrants, MiamiHerald.com, 26/3. [volver]
28. Trapped on Rikers’: Jails and prisons face coronavirus catastrophe as officials slowly authorize releases, WashingtonPost.com, 23/3; Rikers Inmates Pepper Sprayed for Demanding Medical Care, Sources Say, TheCity.nyc, 23/3; If Coronavirus Deaths Start Piling Up in Rikers Island Jails, We’ll Know Who to Blame, TheIntercept.com, 23/3. [volver]
29. Immigrants Are Now on Hunger Strike in 3 ICE Detention Centers Over Coronavirus Fears, Vice.com, 20/3; “Everybody’s Scared”: Panic At Immigrant Detention Center After Positive Coronavirus Test, TheMarshallProject.org, 24/3. [volver]
30. ICE detainees threaten suicide, stage protests over coronavirus fears, WashingtonPost.com, 25/3; Connecticut Immigrant Describes ICE Detention Amid COVID-19 Fears, wnpr.org, 1/4. [volver]
31. Inmate injured during riot at men’s prison, AbqJournal.com, 21/3; Authorities squash western New Mexico prison riot, DurangoHerald.com, 27/3. [volver]
32. Immigrant describes shoddy efforts to fight coronavirus at ICE jail, NYDailyNews.com, 20/3; Coronavirus ICE detainees go on hunger strike in N.J amid coronavirus fears, lawyers say, NJ.com, 19/3; Immigrants Are Now on Hunger Strike in 3 ICE Detention Centers Over Coronavirus Fears, Vice.com, 20/3. [volver]
33. ICE detainees go on hunger strike in N.J amid coronavirus fears, lawyers say, NJ.com, 19/3; Immigrants in NJ Detention Center Organize Hunger Strike; [Nueva Jersey.com, 19/3; Inmigrantes en centro de detención en Nueva Jersey organizan huelga de hambre;] NYIFUP Condemns Egregious Conditions in Local ICE Jails Amid COVID-19 Pandemic, BronxDefenders.org, 18/3. [volver]
El tercer episodio de El Show Revolución, y Nada Menos
La ciencia y el nuevo comunismo, las prisiones y la Covid-19 (Video en inglés)
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“¡Cómo es posible no ver que una sociedad manejada por los capitalistas hace que estas emergencias (como esta epidemia) sean aún peores!”
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Presos alzan la voz sobre la pandemia:
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Valoramos mucho estas cartas de las y los presos y alentamos que las y los presos sigan enviándonos correspondencia. Los puntos de vista expresados en estas cartas son, naturalmente, de los propios autores de las mismas; y éstos no son responsables de los puntos de vista que aparecen en otras partes de nuestro sitio.
Virginia, 25 de marzo de 2020
La vulnerabilidad de los presos en medio de la crisis sanitaria mundial.
Con el brote de la pandemia del coronavirus (la covid-19), la vida que teníamos ha sido alterada. Países están cerrados, han cancelado torneos deportivos, las escuelas están cerradas, es prohibido congregarse en masa y se han prohibido viajes no esenciales, etc. Se estima que este brote será mayor que la “gripe española” de 1918, la epidemia del SRAG, la gripe aviar y la gripa porcina. En cuestión de meses la covid-19 logró llegar al último rincón del mundo. Para demostrar lo rápido que se propagó, el 8 de marzo de 2020 en Estados Unidos se habían confirmado 500 casos. Esa cantidad disparó a más de 3.000 en tan una sola semana y ahora hay 32.600 casos confirmados con más de 400 muertos.
Los hospitales en Estados Unidos están abrumados como resultado de la escasez de mascarillas protectoras y respiradores que sin duda alguna agrava lo que ya es una crisis sanitaria mundial. Mientras escribo la presente, en el estado de Virginia se han registrado 219 casos confirmados de la covid-19 y 2 muertos. Considerando el ritmo al que se está propagando este virus, es inevitable que afecte a un considerable porcentaje de la población en la sociedad… y de las prisiones.
Virginia, al igual que otros estados, declaró un estado de emergencia tras descubrir los primeros casos de la covid-19. El departamento de correccionales de Virginia (VDOC) suspendió hasta nuevo aviso todas las visitas de las familias, amigos y/o abogados de los presos con el fin de impedir que la covid-19 entre en sus prisiones. En vista de que este virus se propaga principalmente mediante contactos cercanos y gotículas respiratorias cuando alguien tosa, la suspensión de las visitas no fue sorpresa.
Luego circularon un memorando en que explican lo que es el virus y emiten métodos preliminares sobre la guerra naciente para evitar que se contraiga el virus, como: lavarse las manos con frecuencia, evitar tocarse los ojos, nariz y boca. Además, se sugirió practicar el “distanciamiento social”, al mantener 6 pies de distancia entre uno y los demás. Estas son directrices establecidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y adoptadas por el VDOC.
Este concepto del “distanciamiento social” en el contexto carcelario es prácticamente imposible de cumplir por varias razones. Muchas de las personas que están en la población general comparten una celda, caminan juntos al comedor, se encuentran cerca los unos con los otros, van al gimnasio, a servicios religiosos, practican juntos actividades de recreo en el patio al aire libre o en los pod [unidades de vivienda], etc. Por otro lado, aquellos que están en el calabozo tienen que estar escoltados por 2 guardias cada vez que salen de la celda por cualquier razón. El contacto cercano es inevitable. A pesar de los esfuerzos del VDOC por impedir que el virus penetre en sus prisiones, al juzgar por la tendencia sobre lo rápido que se propaga, parece que seguro va a lograr entrar en las prisiones.
De hecho, esta es una situación peculiar y en vista de que no existe ninguna manera segura de impedir que entre, es fácil de predecir qué tan rápido se propagará debido a las razones mencionadas, las condiciones de estrecha cercanía en las que viven los presos, y teniendo en cuenta otros factores pertinentes, tales como: usamos los mismos teléfonos, los quioscos Jpay (para recibir dinero), los aparatos de recreación, los guardias utilizan las mismos técnicas de sometimiento a todos los presos, etc. Es un caldo de cultivo para un masivo brote.
En un inédito acto de transparencia el VDOC giró un memorando con actualizaciones de la situación con respecto al virus de la covid-19, y que en resumen decía que el 18 de marzo de 2020 una docena de presos del penal Coffeewood tenían fiebre y 2 dieron positivo por la gripe, todos los que estaban alojados en la misma unidad. Se le informó al dto de salud de Virginia y los pusieron en cuarentena a la espera de practicarles la prueba para la covid-19.
Las pruebas para este virus mortal se han vuelto un gran asunto para aquellos que están afuera en la sociedad, al extremo tal que [el] gobierno sigue repitiendo que escasean los kits para las pruebas y ha adoptado una “lista de prioridades” para decidir a quiénes les practicarán las pruebas. Basta con decir que no es totalmente inconcebible suponer que los presos no estarán en esa “lista de prioridades”.
Una de las muchas cosas que he aprendido de cómo funcionan las prisiones es que, con frecuencia, las autoridades de la prisión tienen la propensión a reaccionar a situaciones antes que tomar medidas proactivas, o sea que esperan que algo suceda, y después imponen una política al respecto. Por más mortal que este virus haya demostrado que es, no han ofrecido a los presos mascarillas y se supone que no lo harán, por lo menos no hasta que se vea un aumento de casos confirmados de la covid-19, o de muertos. Únicamente en tal caso tomarán acciones.
Como presos, lo único que podemos hacer es adherirnos a las directrices de los CDC, lavándonos las manos con frecuencia, cubrirnos la boca al toser, evitar tocarnos los ojos y la nariz. Esta es nuestra manera de hacer nuestra parte en protegernos a nosotros mismos y a los demás. Los políticos ni se preocupan de nosotros. Las autoridades de la prisión seguirán su trabajo como de costumbre con tal de que sigan recibiendo sin problemas su cheque de quincena y que nosotros obviamente estemos excluidos de la “lista de prioridades”.
Un ejemplo de lo que señalo se puede verificar fácilmente por medio de las noticias. Sin duda alguna este virus domina lo que presenta los medios de comunicación grandes, pero en ningún momento han informado sobre las condiciones al interior de las prisiones ni de las medidas de prevención que se podrían tomar para salvar vidas. Nueva York tiene la mayor cantidad de casos confirmados de la covid-19, pero no ha salido ni un solo reporte noticioso sobre el hacinado complejo carcelario de Rikers y sus prisiones. Lo mismo se puede decir de California. Misisipí, ni de qué hablar.
Este virus ha abrumado a los hospitales, muchos de los cuales carecen del necesario equipo médico para combatir el virus, tal como: no tienen suficientes respiradores, mascarillas, batas, etc. Basta decir que claro que las unidades médicas de las prisiones no están preparadas, y mucho menos que están equipadas para manejar un brote.
La ironía de la falta de preparativos es que este es un país que ha almacenado una cornucopia de armamento para lanzar una guerra por sus propios intereses, no obstante estaban cien por ciento mal preparados para responder a la crisis sanitaria que ellos veían venir. Es incomprensible que falten mascarillas protectoras o equipo salvavidas tales como respiradores.
Los presos se encuentran en una situación singular de vulnerabilidad y es indispensable que nos lavemos las manos con frecuencia, que nos tapemos la boca al toser, que evitemos tocarnos los ojos, la nariz y que nos mantengamos sanos a nosotros y a nuestros compañeros.
¡Todo el poder al pueblo!
¡Amor Pantera!
Carolina del Norte, 29-03-2020
Fondo:
A la luz del coronavirus, espero que la presente les encuentre a todos mis camaradas sanos y libres del virus. Me da tanta rabia decirles que la prisión en la que me encuentro casi no ha tomado ninguna medida de precaución. Y lo triste es que el DPS [Departamento de Seguridad Pública] de Carolina del Norte le está mintiendo al público sobre las supuestas medidas preventivas que están tomando. Por ejemplo, a ningún empleado le han revisado la temperatura. El comunicado de prensa del DPS dice que (desde hace 2 semanas) ha suspendido todos los traslados salvo en casos de urgencia. Esa es una descarada mentira. Los autobuses que hacen los traslados siguen su horario regular. También dicen que han suspendido trabajos afuera del complejo. Esa es una mentira. Yo trabajo afuera del complejo. ¡A mi jefe ni siquiera le practicaron una revisión, y la semana pasada cuando me negué a trabajar, me amenazaron con aplicarme una acción disciplinaria! Aproximadamente [hace] 5 días, pusieron a un preso en cuarentena aquí y sí nos tomaron la temperatura a todos en el pabellón. Pero están diciendo al público que ningún preso tiene síntomas o está en cuarentena. Esas son dos mentiras. No están tomado suficientes medidas de precaución. ¡Una srgta de aquí se fue hace 4 días con tos y fiebre, y hoy está de regreso! No hay ninguna Cuarentena de 15 días ni nada. Yo temo constantemente por mi salud, pero nadie está dispuesto a responder a las preocupaciones mías o aquellas de los demás. Es solo cuestión de tiempo hasta que el Coronavirus azote al sistema carcelario de Carolina del Norte. ¡Mi Mayor preocupación es que nos sigue explotando haciéndonos trabajar por $1 al día, nos llevan afuera de la cerca y nos obligan a trabajar cerca del personal al cual ni siquiera les practicado una revisión ni nada!
Corría el rumor de que el gobernador iba a firmar una propuesta para dejar en libertad a 1000 presos que no han cometido delitos de violencia y estaban a punto de salir. Yo mismo soy uno de esos ofensores no violentos y me toca salir en unos 78 días (20 de junio). Pero los trabajadores sociales y el personal carcelario jamás confirman o niegan lo que la verdad es acerca de esta propuesta. Carolina del Norte hace TODITO al último minuto. Espero lograr salir de la prisión antes de que la covid-19 entre, porque una vez que se inicie, se propagará más rápidamente como un incendio forestal de California. Por favor, háganle saber al público que Carolina del Norte no nos está manteniendo sanos y salvos tal como le están informando al público. Y sí, han puesto a algunos presos en cuarentena, pero no le han dicho eso al público. Y si ustedes pueden encontrar alguna información acerca de lo que el dizque gobernador está proponiendo con respecto a poner en libertad a algunos presos, por favor, por favor háganme saber. Espero que todos ustedes logren salir de esta pandemia a salvo y con buena salud. POR FAVOR, sean mi vos, y háganle saber al público sobre lo que está pasando aquí.
Gracias
Misuri, 30/03/2020
“Gracias por mandar Revolución cada mes. Me ha estado ayudando mucho con estar al tanto de todo lo que está pasando en el mundo. Ya llevo 9 meses encerrado en este calabozo sin aire acondicionado y sin calefacción, y ahora que esta pandemia está en marcha, considero que eso es lo que ellos quieren…
…Según lo que yo sepa, en este campamento hay 2 personas en cuidados intensivos con el virus. Los C.O. [agentes penitenciarios] y otros no tienen mascarillas puestas. Y tal como se ven las cosas, no las van a ponerse en ningún momento pronto. No permiten que nadie vaya a la enfermería para recibir atención médica debido a los presos que ya tienen ahí. Cada vez más C.O. vienen a trabajar tosiendo y estornudando, y esos sujetos no consideran que estén haciendo nada malo con eso. En este campamento no se preocupan por los internos. En realidad, no sé qué hacer porque mientras leo su boletín informativo, me doy cuenta de que esto es solo el principio de algo grande. Y cuando golpee a estos campamentos, va a dejar mucha gente muerta. Nada más quisiera dejarles saber lo que está pasando”.
FONDO DE LITERATURA REVOLUCIONARIA PARA PRESAS Y PRESOS
El Fondo es un fondo de literatura educativa que les envia el periódico Revolución (www.revcom.us), las obras de Bob Avakian (el presidente del PCR) y otra literatura revolucionaria y científica a cientos de presas y presos por todo Estados Unidos. El Fondo ha luchado contra los esfuerzos de los funcionarios penitenciarios de censurar estas publicaciones. Por ejemplo, la ACLU del Sur de California representó exitosamente al Fondo en una batalla contra la censura que se centró en la Prisión Estatal Pelican Bay que tenía repercusiones en todo el estado de California.
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Nota de la redacción: Publicamos estos apuntes y reflexiones iniciales, de un miembro de la Gira Nacional “Revolución”, sobre la pandemia de la Covid-19. Se basan en nuestra cobertura, accesible en La pandemia del coronavirus — Una página de recursos, aunque va más allá y muchas cosas están cambiando rápidamente tanto en el conocimiento del virus como en el impacto de la enfermedad y las medidas para combatirlo. Anticipamos un interés más amplio para estos apuntes, si bien son muy detallados en ciertas secciones, y el objetivo es estimular más forcejeo, correspondencia de lectores y análisis continuos sobre lo que se perfila como una “sacudida” sin precedentes en el mundo, con implicaciones de gran alcance — para capacitar más al movimiento para la revolución para ponerse a la altura de los retos de este momento.
A manera de orientación, en este momento de gran cambio e incertidumbre, es muy difícil, si no imposible, hacer un análisis exhaustivo de la situación actual, que está evolucionando con una gama de posibilidades, e implicaciones potencialmente estratégicas. A su vez, es necesario poner el proceso en marcha para delinear de manera más sistemática los contornos amplios a medida que se desarrollen, las contradicciones centrales a medida que se cuajen y las crisis a medida que estallen y se abran más, con una tensión ante las potenciales vías para arrancar libertad para los objetivos estratégicos, como parte de un enfoque más estratégico de realizar los objetivos centrales y relativamente medioplacistas en las circunstancias dramáticamente nuevas y continuamente cambiantes y cada vez más realzadas. Estos apuntes tienen la intención de estimular ideas y efervescencia sobre “qué es LO” que enfrentamos —la pandemia, las medidas que se están tomando y sus implicaciones— con algo del “porqué”, para que podamos bregar más y comenzar a formular enfoques estratégicos sobre “lo que hay que hacer”, lo que incluye y va en paralelo con las curvas de aprendizaje para de hecho llevar a cabo iniciativas CENTRALES.
Sobre lo último, BA y Lo BAsico, Ciencia y revolución, ponen el grito en el cielo sobre lo que más se necesita en estos tiempos, el enfoque de la Ciencia, la realidad de la Revolución y su síntesis en el Nuevo Comunismo. La continua efervescencia en la sociedad podría concentrar el potencial para hacer avanzar objetivos estratégicos y más próximos para la Revolución, pero esto requiere que nosotros pongamos manos a la obra y hagamos trabajo duro, experimentación y práctica, de nuestra parte, para determinar las formas de realizar esto: no solo con la presencia digital en la red, con sus pilares del sitio web (revcom.us) y el canal de YouTube (con su pieza de resistencia Show RNL), interconectados con las redes sociales, sino también aplicando la dinámica de acumular-impactar-acumular En la Vida Real (“ELVR”) al MÁXIMO grado posible (aunque fluido, en las condiciones limitadas y cambiantes), todos los elementos de lo cual abarcan una muy fuerte curva de aprendizaje en este momento, tanto en contenido como en forma.
Las preguntas se plantean: ¿Cómo se logra romper “NHA” (No hay alternativa, topes dominantes y puntos ciegos en la sociedad al imaginar un mundo diferente) con el Nuevo Comunismo cuando el sistema actual “enferma” a las personas? ¿Cuáles son las responsabilidades de vanguardia generales, cómo se ve la Autoridad Revolucionaria en contienda, cómo se manifiesta en un momento como este y establece un polo? A medida que las personas “progresistas” se ven impulsadas y gravitan espontáneamente hacia figuras como el gobernador de Nueva York Andrew Cuomo, evocan nostálgicamente a FDR y anhelan la aburrida “normalidad” de Joe Biden, ¿cómo se difunde en la sociedad la realidad de lo que representa Weimar (la democracia burguesa liberal), especialmente e inclusive en su concentración en el argumento hecho en recientes obras modelo de BA? Uno de los retos más difíciles es acumular y organizar fuerzas para la revolución en un momento como este, y nosotros —de la Gira— necesitamos MUCHO más forcejeo y experimentación en esta dimensión, al presentar esta cuestión a las masas y entre las masas las que vayamos conociendo y con las que vayamos trabajando, para resolver esta espinosa contradicción.
A manera de cuestión fundamental de orientación y materialismo básico, lo siguiente de la obra de BA, “Hacer la revolución y emancipar a la humanidad”, es crítico y decisivo:
Es cierto que con el comunismo los seres humanos se relacionarán conscientemente con la naturaleza, y con ellos mismos, de una manera cualitativamente mayor que en cualquier otra época; pero todavía tendrán que lidiar con limitaciones y la transformación de las limitaciones. Siempre se va a tener que lidiar con el principio fundamental enumerado por Marx sobre los cimientos y las contradicciones impulsoras de la sociedad humana. No importa cuánto se avance en la sociedad comunista, nunca se dejará de lidiar con la necesidad que se presenta como algo “externo”, con lo que uno tiene que lidiar y luchar por transformar —y, al hacerlo, crear nueva necesidad. Lo que seguirá definiendo e impulsando a la sociedad serán las contradicciones entre las fuerzas y las relaciones de producción y entre la base y la superestructura. Y siempre será cuestión de captar eso de una manera cada vez más consciente— sin jamás tener nada como absoluta libertad al respecto. [énfasis, cursivas y negritas míos]
El materialismo básico y fundamental de esto, y la dialéctica dinámica de necesidad y libertad son una orientación general crítica, y además en este momento. Algo de esto se presenta de manera aguda en este momento, bregando no solo con lo que sería diferente bajo el socialismo —y con el tiempo bajo el comunismo—, sino también cómo esta necesidad “externa” particular de la pandemia de la Covid-19 (que es accidental, aunque los orígenes más amplios de pandemias comparables bien podrían estar arraigados en las dinámicas generales del sistema) está interactuando con el nivel actual de las fuerzas productivas y relaciones de producción. Esto está particularmente agudo en lo que SÍ ES posible ahora —por ejemplo, con la ciencia y la tecnología de las producciones de vacunas— en comparación con epidemias del pasado como la gripe española o algún otro período histórico del pasado. Por lo tanto, lo que es posible y lo que se espera —ahora— se manifiesta en agudo contraste con la forma en que esto se está desenvolviendo, y está sacando a relucir el continuo carácter innecesario de este modo de producción anticuado, con sus relaciones de producción. La contradicción entre las relaciones de producción capitalista-imperialistas, como una traba y limitación, y las fuerzas de producción (en primer lugar, las personas, con cierto nivel de ciencia y tecnología), se está expresando y manifestando de cierta manera conspicua -- con un acompañante horroroso e innecesario sufrimiento. BA lo ha expresado de manera clara e incisiva en su reciente artículo, “La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”:
Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad.
A pesar de todas las analogías históricas de plagas y pandemias que se están citando en el discurso convencional y “de izquierda”, lo que se espera a los gobernantes y a los gobiernos es distinto a lo que era en el pasado, y esto en general puede informar y generar potenciales cuestiones de legitimidad, aunque a la vez tal vez se manifieste y se concentre en torno a otras contradicciones particulares.
Estas fuentes de una potencial crisis de legitimidad —una impresión de que la burguesía “no es apta para gobernar”— podrían incluir: una historia o historias médicas que concentran el todo, como en aquellas del Centro Hospitalario Elmhurst en Queens, Nueva York, o la muerte de una familia o celebridad, en medio del crecimiento y escalada de las crisis en los hospitales de Estados Unidos, con chillantes titulares e historias en las redes sociales a diario; la economía en caída libre con personas que pasan hambre, choques repentinos de desempleo en masa y angustia no vistos desde la Gran Depresión, como se perfilaba en las recientes solicitudes de seguro de desempleo (10 millones en las últimas dos semanas, 20 veces el promedio); un programa genocida en las cárceles, o en los campos de detención de inmigrantes, con infecciones en masa y que dejan a la muerte a las personas gravemente enfermas; la represión contra las protestas y rebeliones, tal como se anticipa de forma preventiva en las peticiones del Departamento de Justicia del procurador general Barr para poner en pausa los procesos ante los tribunales “cuandoquiera que el tribunal de distrito esté total o parcialmente cerrado en virtud de cualquier desastre natural, desobediencia civil u otra situación de emergencia”; los pogromos de los fascistas y justicieros que les echan la culpa a las comunidades ya vulnerables; los trastornos y dislocaciones insostenibles, con la posibilidad muy real de cancelar las elecciones, incluso en el contexto de que Trump siente una pérdida de apoyo y una potencial pérdida electoral; Estados Unidos va a la guerra con Irán en medio de todo esto, etc., etc.
Al mismo tiempo, sigue siendo muy posible que la burguesía y los sectores fascistas “logren superar a fregadazos” esta sacudida (aunque a un costo social en vidas, y tal vez incluso con pequeños estallidos sociales) —dada una buena parte de lo que representa y domina en la sociedad estadounidense subyacente, en los ámbitos ideológico y político — tal como, por ejemplo, se analiza en recientes obras de BA, que incluye pero no solo se limita a Esperanza para la humanidad sobre una base científica, es decir, por tan severa que fuera una sacudida como la que se está perfilando en romper la “normalidad”, no se puede “apostar” a que tal situación” espontáneamente rompa la “barrera de sonido” política e ideológica subyacente en sí—, a que este sistema en última instancia “lidie” con esta pandemia, aunque a un alto costo.
Al examinar las cosas en perspectiva más allá de Estados Unidos, existen en esta pandemia global de la Covid-19, una conmoción y necesidad con poco precedente en índole y alcance, en este momento específico del capitalismo-imperialismo — que afecta al mundo entero en plazos muy cortos con un potencial de sufrimiento en masa; una incertidumbre, imprevisibilidad y disrupción que no se hayan visto en tiempos modernos, con sus brechas de desigualdad y cadenas de suministro globales, las complejas redes y procesos mundiales requeridos para la producción y distribución de productos y servicios, con la participación de personas, maquiladoras y granjas, minas y yacimientos petroleros, transporte y camionaje, tiendas de diseño y venta minorista, etc. que recorren al mundo; un realzado rol del accidente en medio de contradicciones discretas pero estrechamente relacionadas e interactivas a muchos niveles diferentes, que incluyen pero de ninguna manera son completamente agotables, desde lo macro y global a lo estadounidense y lo particular, altamente concentrados y a grandes brochazos — todo lo cual abre nuevas preguntas, líneas de investigación, etc.
* La relación dialéctica entre la pandemia y el sistema subyacente del capitalismo-imperialismo, su modo de producción y superestructura que configuran y conforman la sociedad, históricamente formada con diferentes capas y clases de personas:
Lo que actualmente está estableciendo los términos es la enfermedad concreta y su progresión, la pandemia, con todo tipo de incertidumbre — y sus efectos sociales, y en que la FORMA en que se está manifestando la respuesta necesariamente se está configurando y, en última instancia, se está determinando de acuerdo con el funcionamiento y las dinámicas del sistema subyacente, en conjunción con políticas conscientes de sectores dominantes de las clases dominantes burguesas en diferentes países. Esto significa que todas las fuerzas de clase tienen que responder a la necesidad impuesta por este virus y esto será así a menos y hasta que se desarrolle una vacuna o cura o se desaceleren cualitativamente en algún otro sentido el alcance y la intensidad de la pandemia, o tal vez emerja una crisis aún más grande. En este escrito, procuro examinar algunas de las formas en que esa necesidad parece manifestarse.
Las medidas necesarias a tomarse para la pandemia —“medidas pandémicas” en adelante— se ven obstaculizadas y distorsionadas, a la vez que se intensifican más, por medio de otras cosas:
Lo que se está manifestando cada vez más agudamente es el entrelazamiento de esta pandemia con el capitalismo-imperialismo, el carácter innecesario en todos los ámbitos del sufrimiento causado por este “huracán Katrina médico”. Algunos aspectos particulares a seguir repasando:
a. Las raíces más amplias y más profundas, si no próximas, de esta pandemia en la devastación ecológica, la urbanización y la globalización impulsadas por el capitalismo.
Todavía es demasiado temprano y se necesita entender mucho más sobre los orígenes de este virus y la pandemia, pero las prácticas y las consecuencias de la agroindustria en un marco social global imperialista más amplio establecen el contexto como un factor central que contribuye a estos tipos de brotes en este momento, aunque es probable que opere el papel del accidente en los orígenes particulares. Hay una industria agroeconómica cada vez más agresiva, que devasta los ecosistemas, priva a los animales salvajes de su hábitat y los coloca cerca de los seres humanos, impulsa la cría intensiva de ganado y amplía los suburbios urbanos con alta densidad de población y deficientes sistemas de alcantarilla. En términos técnicos, la Covid-19 y otros virus son enfermedades zoonóticas — es decir, son enfermedades transmitidas directa o indirectamente de animales a seres humanos.... “Por lo tanto, la devastación ecológica facilita la interacción entre patógenos los que previamente fueron mantenidos a distancia por los ecosistemas con una biodiversidad compleja, y las comunidades humanas en los márgenes de los ecosistemas perecederos. Los elementos patógenos emergen de territorios remotos o próximos, afectan los suburbios urbanos y comienzan a transitar rápidamente a lo largo de las rutas forjadas por la globalización”1. (Hay toda una historia de pandemias zoonóticas vinculadas a la expansión capitalista, desde la Revolución Industrial en adelante). Con la historia reciente del SRAG y del MERS (y el Ébola), los epidemiólogos y científicos de salud pública han considerado que era cuestión de “cuándo, y no de si”, en relación con una pandemia global de esta magnitud y alcance.
b. Preparativos y vulnerabilidad, bajo este sistema
A menudo pensamos en los preparativos principalmente con respecto a los suministros del EPP, ventiladores, camas de hospital, etc., los cuales son necesarios, pero en lo más fundamental tienen que ver con escenarios y planeación para pandemias de esta naturaleza. En Estados Unidos, si bien Trump recortó los presupuestos de los CDC y desmovilizó a las fuerzas de tarea gubernamentales para pandemias, Obama comparte la culpa2, que se deriva más fundamentalmente del funcionamiento del sistema — en la planeación y prevención para pandemias, investigación y preparación de vacunas, etc.
Por ejemplo, al hablar sobre los preparativos que se necesitan, Jason Schwartz, de la Escuela de Salud Pública de Yale, dijo sobre la eliminación de fondos y la disolución de la investigación de la vacuna contra el SRAG3 a principios de la década de 2000, cuando el SRAG entró en reflujo: “‘Si no hubiéramos abandonado el programa de investigación para una vacuna del SRAG, habríamos tenido mucho más de este trabajo fundamental que podríamos aplicar a este nuevo virus estrechamente relacionado’ ... Importan las inversiones gubernamentales largoplacistas porque la creación de vacunas, medicamentos antivirales y otras herramientas vitales requiere décadas de inversiones fuertes, aunque la demanda sea baja. Las economías basadas en el mercado a menudo tienen dificultades para desarrollar un producto para el que no hay demanda inmediata y distribuir productos a los lugares donde se necesitan”. [énfasis agregado.]4 Por eso, en parte, las compañías farmacéuticas están impelidas a abandonar ciertas vacunas e investigación y producción médica — y ahora, en este lío, quizá el mundo se encuentre a casi un año de distancia de desarrollar una vacuna eficaz, segura y ensayada, un factor real y decisivo que limite la aceleración de la progresión hacia el fin de la curva epidémica, al reducir su daño devastador con una inmunidad generalizada.
Los ya vulnerables corren aún más riesgo. Si bien aún es muy temprano para decir de manera concluyente cuáles son los factores de comorbilidad (es decir, las afecciones preexistentes que realzan el efecto del virus de la Covid-19 cuando contagie), parecen incluir las enfermedades respiratorias y cardíacas (pulmón y corazón) que afectan desproporcionadamente a las personas con niveles de vida más pobres, falta de acceso a la atención médica necesaria y oportuna, etc. Para cientos de millones de personas en los tugurios y ciudades miseria marginales hacinados y desesperadamente pobres del tercer mundo, las medidas de distanciamiento social necesarias son difíciles y, a menudo simplemente imposibles ya que la higiene básica, como agua limpia, jabón e inodoros, está fuera del alcance de la gente, un factor que también se aplica en gran parte a algunos sectores de la población en Estados Unidos, como las personas encarceladas.
En términos de la pandemia en sí, el virus y la enfermedad, hay mucho que todavía se desconoce y es un misterio, siendo este un virus nuevo y algo nuevo en los seres humanos, lo que incluye su propio funcionamiento y la forma en que progresa de manera variable en distintos individuos infectados, por qué la enfermedad es severamente nociva y mortal en algunas personas, mientras que es asintomática en lo que algunas personas estiman que es casi la mitad de los casos de los infectados, lo que potencialmente tiene que ver con la dosis inicial de exposición viral que interactúa con la biología subyacente de los individuos, cuáles son los otros factores que agravan la enfermedad, etc. — si bien los científicos sí saben algunas cosas, y están apresurándose a ponerse al día con la investigación, y con niveles relativamente altos de cooperación hasta ahora en la comunidad científica a nivel internacional.
Sobre la ciencia del virus y la pandemia, lo que presento a continuación es en gran medida lo que he podido discernir y resumir de los artículos científicos de acceso libre y la cobertura en los medios de comunicación convencionales. Hay muchas incógnitas conocidas, e incógnitas desconocidas, y esto está en constante cambio, a medida que los científicos médicos y otros vayan aprendiendo más y vayan desarrollando más nuestros conocimientos. De veras acogemos y apreciamos la correspondencia de científicos, lectores y otros, para poder refinar, corregir, actualizar y seguir comprendiendo científicamente este fenómeno que está afectando a la humanidad a múltiples niveles.
Si bien el cuadro principal de Johns Hopkins a continuación (que está disponible en vivo en La pandemia del coronavirus — Una página de recursos de revcom.us) ofrece instantáneas estáticas actualizadas, el aspecto principal es el dinámico movimiento y desarrollo captados en los cuadros acompañantes, y aún queda mucha incertidumbre y variabilidad, aunque sigue en la modalidad pre-pico a nivel global, en que el segundo cuadro ilustra un crecimiento continuo a nivel global. El epicentro por el momento, el principal complejo de transmisión, se ha trasladado a Estados Unidos, mientras países como Italia, España e Irán siguen severamente afectados — y la mayoría de los países (a excepción de China, Corea del Sur, etc.) todavía están en la fase pre pico.
Para tener una idea de dónde nos encontramos en este partido, en términos de tendencias, el número de “aumentos diarios” de infecciones continúa creciendo a nivel mundial, A DIFERENCIA DE estar en descenso (post pico); y al confirmar esta modalidad de crecimiento, el cuadro de registro logarítmico de abajo muestra que después de un fuerte crecimiento casi exponencial, seguido de una corta meseta relativa (de lo que se parece a un crecimiento lineal) desde aproximadamente el 10 de febrero, la tasa de crecimiento está aumentando nuevamente, no de una manera tan exponencial una vez más sino de una manera relativamente exponencial (paciencia con las matemáticas):
La variabilidad de la tasa de infecciones, muertes, etc. por país es muy marcada, con factores que incluyen la respuesta inicial, la naturaleza y el alcance de las medidas, la infraestructura de salud subyacente, etc. Por ejemplo, China ha reportado oficialmente unos 80.000 casos. Aunque diagnosticaran solamente un 10 por ciento de los casos en China, y el número real de casos estuviera más cerca de 800.000, ello representa una tasa muy baja de ataque / infección en una población de casi 1.4 mil millones de personas — 0.06 por ciento. Eso es notablemente más bajo de lo que los modelos predijeron, o por ejemplo, la cifra del 60-70 por ciento que inicialmente presentó la cancilleresa Ángela Merkel respecto a las potenciales infecciones esperadas en Alemania durante el curso de la pandemia. Por otro lado, la mayoría de las personas en China, según los informes, permanecen sin infección y están susceptibles a la infección, y un evento de transmisión no detectado en cualquier parte del país podría poner en marcha una nueva cadena de transmisión epidémica. También hay ahora un número creciente de personas quienes están cuestionando si las declaraciones del gobierno chino5 son francas o transparentes sobre las nuevas infecciones desde el brote inicial.
Las tasas de mortalidad continúan variando entre las regiones, lo que no se debe principalmente a las diferentes cepas del virus, sino a las medidas y los preparativos de la relevante infraestructura sanitaria, la demografía y los factores de comorbilidad que se están investigando. El promedio global de la tasa de letalidad (las muertes en proporción con los casos confirmados) es de aproximadamente cinco por ciento, sesgado MUY desproporcionadamente por Italia y España, cuyas tasas son del aproximadamente 9 al 12 por ciento (en contraste, por ejemplo, con Alemania, cuya tasa de letalidad es ligeramente en exceso del 1 por ciento), y además que ha representado casi la mitad de las muertes, sesgando así el promedio mundial. Existe el peligro de someter a excesivas interpretaciones las mutaciones y las cepas, las que son altas ya que el ARN tiene una fidelidad relativamente baja (o un alto nivel de errores) en la replicación y la Covid-19 tiene una de las secuencias de ARN más largas entre los virus, de acuerdo a la revista Science (y la Covid-19 parece tener más eficacia que otros virus en la corrección de los errores en su replicación). Los esfuerzos por descubrir otros factores en la predisposición genética de las poblaciones nicho en Italia y España también se encuentran en las etapas tempranas. Si bien las tasas de mortalidad reales de muertes en proporción a las infecciones (no solo los casos confirmados validados mediante pruebas) a nivel mundial se estiman en aproximadamente o menos del 1 por ciento, con algunas estimaciones que son considerablemente más bajas, los datos más confiables mediante la demografía continúan confirmando tasas de muerte alarmantemente altas para personas mayores (mayores de 65 a 70 años de edad), especialmente provenientes de los datos de Europa. En este contexto, hay que tomar muy en serio el darwinismo social el que pregonan algunos de estos fascistas lunáticos en Estados Unidos, como el vicegobernador de Texas6.
Los escenarios pandémicos modelados matemáticamente son extremadamente sensibles a las suposiciones y parámetros, con cambiantes distribuciones de probabilidades subyacentes — y de manera más crítica, a la intervención en la sociedad en términos de medidas, es decir, la interacción de los factores subjetivo y objetivo, en que el factor subjetivo es el alcance de las medidas no farmacéuticas que se tomen para contener y mitigar, tales como el distanciamiento social, protegerse en el lugar, cierres de actividad, etc. con el objetivo de “aplanar la curva” (vea el diagrama) y desacelerar la progresión de la enfermedad, y el factor objetivo es la “etapa” de los desenvolvimientos a priori de la enfermedad, en infecciones y muertes, según el número de reproducción inicial — el número promedio de personas a las que una persona infectada transmitirá la infección, el que en el caso de la Covid-19 es alto, las tasas de recuperación y mortalidad, los períodos de incubación, las proporciones asintomáticas de las personas infectadas pero infecciosas, etc. Esto se complica más con las dinámicas de la propagación geográfica y las restricciones, el cumplimiento de la población con esas medidas y restricciones pandémicas, la inmunidad cambiante y probablemente creciente contra el virus, y los rangos de mutación y de potencialmente probable atenuación (o debilitamiento) del virus, etc., todo lo cual también tiene distribuciones de probabilidad subyacentes. El factor “objetivo”, por lo tanto, son los rangos de escenarios de “no hacer nada” — con distribuciones de probabilidad subyacentes de menos / más probabilidades de diferentes escenarios, como el “peor escenario posible”, y diferentes duraciones de picos y valles7.
Estos tienen amplias variaciones, a base de suposiciones, experiencia histórica, etc. Debido a que esta situación se encuentra en las etapas tempranas, y a la falta de rigor científico y a la prevalencia de la verdad política por parte de los gobiernos, hay una falta de datos empíricos que informen a estos modelos, con estimaciones variables de parámetros esenciales como la tasa de reproducción, los números reales de infectados, etc. La incertidumbre es a menudo parte del proceso científico en evaluar y entender fenómenos nuevos y complejos, como en el caso de esta pandemia, a la vez que se procede de lo que está científicamente determinado y de lo que se puede sacar lecciones, como la estructura, el funcionamiento y la progresión de los virus y las enfermedades relacionadas, por ejemplo, el relacionado coronavirus SRAG, las medidas que los científicos epidemiológicos de salud pública determinaron que son necesarias y eficaces para contener y mitigar la pandemia, etc.
Lo que SÍ ES conocido y es del consenso científico es que, a falta y en espera de vacunas eficaces, en términos de hacer controlar la pandemia, y al hacer disminuir la tasa de reproducción por debajo de uno8, donde la propagación se desacelera y, por fin, “se extingue”, hay pocos factores no farmacéuticos que sustituyen al distanciamiento social, protegerse en el lugar, cuarentenas y, en última instancia, cierres de actividades, dado qué tan contagioso y qué tan alto que lo es el número básico de reproducción inicial (que también puede reducirse con el tiempo al aumentar la inmunidad). El cuadro a continuación es un ejemplo del efecto esperado de tales medidas en el Reino Unido, a base de modelos epidemiológicos. A pesar de una implementación tardía, lo que sí propagó este virus, la despiadada aplicación de esta medida en China, según los informes, sí ha ayudado a desacelerar su propagación al mundo. Así que una vía es el modelo chino de cierres de actividad prolongados en los grandes complejos de transmisión como la provincia de Hubei, y la cuarentena obligatoria contra selectos desplazamientos de la población. El otro modelo es el de Corea del Sur con sus “pruebas y rastreos” masivos, de someter a pruebas y rastrear a aquellas personas con las que los individuos infectados quizá hayan estado en contacto, lo que también, según informes, acorraló a la enfermedad y ha mantenido bajas las tasas de nuevas infecciones y de casos de muertes. Con el control social y la vigilancia como costo social, el consenso de las mejores prácticas parece ser un modelo híbrido: “Imponer cierres de actividad a los focos del virus. Hacer pruebas por doquier, y una combinación de aislar o poner en cuarentena a las personas rastreadas”.
Es importante tener en cuenta que, si bien parece que se dio cierta mitigación fuerte a corto plazo en países como China, Corea del Sur y Singapur, dado que no se sabe mucho sobre el virus —y en el caso de China, hay dudas sobre el fiabilidad de los reportes— quizá sea muy temprano para concluir que se trate de “historias de éxito”. Pero está claro que la cuarentena, el distanciamiento social, las pruebas generalizadas y el rastreo de contactos son elementos importantes para contener la propagación. Además, se trata de sociedades altamente represivas y basadas en la vigilancia, y las medidas implementadas no son las únicas formas posibles.
Como la pandemia sigue estableciendo los términos, está lejos de estar contenida / mitigada a nivel mundial pero en realidad va en crecimiento exponencial, la respuesta tardía en todos los ámbitos, especialmente en Estados Unidos, quedan en duda las cuestiones sobre la “duración”. Estas cuestiones abarcan períodos de tiempo de medidas restrictivas necesarias como protegerse en el lugar y cierres de actividades, en que la mayoría de estas medidas duran varios meses según sea el desarrollo de la pandemia — sin tomar en cuenta las consideraciones políticas y económicas, sino tomar en cuenta solamente lo que es médicamente necesario. La producción de vacunas tardará casi un año según la mayoría de las estimaciones, al igual que las estimaciones correspondientes de “inmunidad de grupo”9, con un costo de enfermedades y muertes. Los reportes sobre el inicio de los ensayos de vacunas son requete optimistas, ya que la inmensa mayoría de ellas ni siquiera prosperan debido a los efectos secundarios nocivos o una ineficacia relativa. Algunos de los ensayos que se están poniendo en la vía rápida ahora se basan en la secuenciación genómica de la Covid-19, que se articulan directamente de las instrucciones genéticas o del mejoramiento de la respuesta inmune a los picos proteínicos del virus que el virus utiliza para ingresar a las células pulmonares — en contraposición a los métodos tradicionales que utilizan un virus debilitado o inactivado. En el primer caso, que yo sepa, a la fecha todavía no se ha aprobado ninguna vacuna como esta, principalmente debido a consecuencias no intencionales — y no existen protocolos verificados ni producción en masa como con en el caso de las vacunas anuales contra la gripe.
En Estados Unidos, incluso con la prorroga por Trump de su fecha límite inicial de Pascua para aflojar e incluso levantar las medidas pandémicas en tres semanas, hacerlo dentro de cuatro a seis semanas no tiene fundamento científico, con el riesgo de un “choque grande, corto y agudo” de infecciones a potencialmente seguirse al aflojamiento de las medidas. Los científicos aconsejan que se apliquen medidas durante al menos dos o tres meses adicionales — en los que, incluso a medida que se vaya desarrollando la vacuna, se habría implementado y sacado muchas más lecciones sobre pruebas acertadas, lo que causa síntomas graves, enfermedades y riesgos, quién es infeccioso, quién es inmune, una panorama más completa y acertada de la propagación, etc., pero todo esto depende en alto grado de que sea eficaces las medidas implementadas, y una desaceleración importante de la progresión de la epidemia. Dado que ya se ha propagado por todo Estados Unidos, la posibilidad de brotes, esporádicos y prolongados, aumenta durante el curso del año y más allá, hasta que se hayan desarrollado vacunas seguras y eficaces y se hayan implementado en amplia escala.
Sobre la respuesta tardía de Trump, es importante tener en cuenta que en la mayoría de los procesos de crecimiento exponencial hay puntos de inflexión10 más allá de los cuales es difícil de lidiar con el crecimiento. La respuesta tardía de Trump ha cobrado vidas — y ahora Trump, la Casa Blanca y sus grupos de trabajo están preparando la opinión pública y están determinando las expectativas, de las muertes en un rango de 100.000 a 240.000. Si bien es muy difícil proyectar y predecir con precisión, las respuestas tardías potencialmente podrían costar MUCHÍSIMAS MÁS vidas, ya que la curva general en Estados Unidos sigue siendo fuertemente ascendente (vea la imagen a continuación, en comparación con otros países, aunque éstos también hacían dimes y diretes al negar la existencia del virus en primer lugar y luego implementaban respuestas tardías).
¡Ello es negligencia criminal de la mayor magnitud, crímenes contra la humanidad según su naturaleza y alcance! Dado que las cosas se están moviendo tan rápido, a veces se olvidan la historia general y la realidad, como la falta inicial de una respuesta de Trump y su negación activa del virus, e incluso sus medidas iniciales tras el cambio de rumbo. ¿Recuerden el sitio de Google? Este ya no sale en los titulares de las noticias, a pesar de que todo el asunto es una farsa aún más grande, en que la subsidiaria de Google “Verily” se limitó a trabajar con tres condados de California, y Google lanzó una mera página estática de Recursos del Coronavirus, ¡una broma! Para impulsar toda potencial crisis de legitimidad, junto con las acciones e impactos, debemos seguir recordando a la gente acerca de la panorama completa y cómo llegamos a estar donde nos encontramos, para hacer que se profundicen los sentimientos espontáneos de que estos sujetos “no son aptos para gobernar”, al intensificar los ultrajes instantáneos del día que quizá hayan provocado las crisis de legitimidad en primer lugar.
* La dialéctica entre la pandemia y el momento específico, en que una parte del actual contexto y telón de fondo es la ascensión del fascismo a nivel mundial.
Cuáles serán los efectos a largo plazo de esta pandemia en este y otros aspectos de los fenómenos sociales y políticos son inciertos así como aún no se han determinado. Pero en un sentido inmediato, la forma en que los diferentes gobiernos burgueses y los regímenes fascistas están manejando la pandemia afectará, pero de ninguna manera determinará completamente, la manera en que se desarrolle la Covid-19, la naturaleza y el alcance del potencial fermento y descontento social y trastornos económicos, la consolidación continua o la “desaceleración y frenaje” del fascismo en algunos países, el resurgimiento potencial de ideologías reaccionarias como el fascismo islámico y su probable arraigo en países nuevos como India, etc. —y potencialmente engendrará nuevas situaciones y configuraciones que rompan la normalidad y el funcionamiento normal de tal manera que se abran posibilidades radicales, nuevas crisis de legitimidad e incluso situaciones revolucionarias— según lo que hagan las fuerzas conscientes para poder venir desde atrás.
No obstante, esta es una sacudida con efectos largoplacistas, que probablemente represente una coyuntura en la espiral.
Al examinar el espectro fascista por un momento, existe una amplia divergencia en las respuestas desde el cierre total de actividades por Modi hasta el enfoque de laissez-faire11 [no hacer nada] de Bolsonaro, con divisiones y contiendas entre los fascistas de Trump en Estados Unidos, y las manifestaciones del propio Trump con un enfoque esquizofrénico que retóricamente raya más hacia el aflojamiento de las restricciones y la “reapertura de la sociedad y la economía” pero luego con unos pasos atrás en la práctica. Así que —aunque existe una necesidad que impone la ciencia dura y fría, que toma en cuenta y le da voz a ese sector de la clase dominante que es más amplio e incluye a gente de la calaña de Thomas Friedman, el columnista del New York Times y representante del pensar liberal imperialista dominante y otros que articulan que “la cura es peor que la enfermedad”, en alusión a las medidas pandémicas que causaran una contracción económica— esta línea y enfoque que tiene una base material, espontaneidad y respaldo no solo entre ciertos sectores de la clase dominante (como aquellos que están seriamente preocupados por una recesión), sino también otros sectores — aquellos que dicen: “Preferiría correr el riesgo de contraer la enfermedad durante una semana que estar sin mi quincena durante meses”, como me dijo una cajera de una tienda de alimentos la semana pasada.
Se ha realzado la contradicción entre las clases dominantes y las masas a nivel internacional, con sufrimientos, enfermedades y muertes, una buena parte de los cuales es innecesaria y son productos de este sistema, el que desproporcionadamente pone en la mira a los más vulnerables; las medidas de control social y vigilancia que cualitativamente se fomentan, manifiestan abiertamente y se racionalizan como “algo bueno”, lo que incluso se normaliza en lugares como India, China, Singapur, Corea del Sur, Israel, etc.12; el agravamiento de las penurias económicas y la dislocación social; las medidas pandémicas y su efectos largoplacistas, entre ellos el cierre de las fronteras a los refugiados, migrantes e inmigrantes (el Espacio Schengen de la UE ha tomado medidas para cerrar todas las fronteras a los ciudadanos que no son de la UE, y así sacan libertad a esta necesidad.
Al factorizar las medidas en países como India y las no medidas en países como Brasil, pero al tener en cuenta al mundo entero, incluido Estados Unidos, no es ninguna exageración que se diga que, bajo este sistema del capitalismo-imperialismo, miles de millones de personas enfrentan severas condiciones y “opciones” — hambre e indigencia, infección y falta de atención médica.
Esto se concentra en “¿cómo se supone que las personas van a auto-aislarse, refugiarse en el lugar o cierren actividades durante 14 a 21 días, si viven a niveles de subsistencia, tienen trabajos “autónomos” o son jornaleros que reciben su paga al día, de una quincena a otra?” Además de lo que ya es horroroso, el sufrimiento es inmenso: por ejemplo, el 90 por ciento de la población de India trabaja en el sector informal, más de mil millones de personas, para las cuales no hay trabajo “a distancia”, ni salarios mínimos, ni seguridad social ni ahorros, etc., como los trabajadores migrantes que caminan cientos de kilómetros para volver a casa. Esta es una parte de las bases materiales para la línea de AMLO13 / Bolsonaro, sin mencionar la anti-ciencia tanto de los fascistas como de los “populistas de izquierda”, un aspecto de lo cual es que “ELLOS NO OFRECEN NINGUNA RESPUESTA”, excepto a un enorme costo social y con un innecesario sufrimiento y muertes.
Al concentrar esta realidad, BA ha dicho en el reciente artículo “La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”:
A pesar de los esfuerzos dedicados de muchas personas bien intencionadas, aunque se resuelva la crisis inmediata con el coronavirus, esto se hará sobre la base de intensificar las contradicciones incorporadas en este sistema y el sufrimiento de las masas de la humanidad que ya están explotadas y oprimidas bajo este sistema. [énfasis mío]
La rivalidad entre los imperialistas se está intensificando con la Covid-19, y no va en declive, especialmente en la medida en que se concentra en la ascensión de China y sus dimensiones que amenazan a Estados Unidos — con la insistencia de parte de Trump y Pompeo en que el virus es “de China”, la carencia de todo verdadero intercambio de conocimientos o respuestas coordinadas entre Estados Unidos y China (algo que Trump conscientemente suspendió al entrar en guerras comerciales escalonadas), los noticieros informan que una vez que China volvió a poner en marcha la manufactura y cadenas de suministro para mascarillas faciales y otro equipo protector personal, empezaron por exportarlos primero a la Unión Europea y a otros países, y no a Estados Unidos (aunque los noticieros actuales indican que esta cadena de suministro se ha reanudado), etc. Si bien no está claro cuáles serán los efectos a largo plazo, la tasa de crecimiento de China, la que ya se había ralentizado de manera importante en tiempos recientes, está truncada y, según los informes, les ha costado muchísimas dificultades volver a poner en marcha las cadenas de suministro. ¿Basta como “freno” a mediano plazo contra la ascensión de China la cual era inmensamente preocupante para la burguesía estadounidense? Como algunos han señalado: “La estaca que el virus clavó en la historia de crecimiento de China, de otro modo triunfante, incluso fue acogida con alegría en ciertos círculos de la administración de Trump”. A su vez, una posibilidad es que al ver las cosas en retrospectiva, a un año de hoy, el éxito de China con su respuesta regimentada y los fallidos esfuerzos de Estados Unidos por lidiar con la pandemia pongan de cabeza las ventajas competitivas y afecten el equilibrio de poder — especialmente ahora que se considera que China tiene más conocimientos y experiencia en salud pública.
¿Cuáles serán los efectos, en la economía de Estados Unidos y la economía mundial, debido a la reciente desaceleración y la potencial recesión futura, sin importar el paquete de estímulos de dos billones de dólares? Los circuitos de acumulación de capital ahora son globales y están altamente entrelazados, y es muy probable que la espiral de expansión desde 2010-2011 se desacelere y se contraiga de manera importante, especialmente con efectos directos en sectores esenciales de la economía global por parte de las medidas pandémicas — de las cadenas de suministro global a los sectores que crecieron en los últimos tiempos. El turismo internacional se duplicó en la última década, con un crecimiento masivo de aeropuertos y empresas de aviación, hoteles y restaurantes, parques temáticos y eventos culturales, etc., y lo mismo para conciertos, festivales culturales, deportes, etc., todo lo cual contrata a una cantidad muy grande de trabajadores “autónomos” y de otras categorías, directa e indirectamente, mediante otros servicios como Uber / Lyft, etc. En Estados Unidos, la particularidad de las medidas pandémicas, no sólo el cierre de actividades sino el distanciamiento social afectarán muy duro a estos sectores, y a la economía mundial. Incluso después de que se aflojaran las medidas pandémicas, en ausencia de vacunas o curas, ¿las masas de personas estarían dispuestas a ocupar un asiento intermedio en un avión abarrotado o a asistir a conciertos y eventos deportivos?
Respecto a otras contradicciones como Irán y el Medio Oriente, la evaluación de la necesidad y libertad para impulsar los objetivos estratégicos imperialistas —tales como los perciben los sectores de las clases dominantes en Estados Unidos y la UE— también está cambiando a la vez que está en fuerte contienda, tal como se evidencia en los artículos del New York Times sobre el tema14. Irán ha sido particularmente golpeado, con la exacerbación de las sanciones encabezadas por Estados Unidos y la falta de disponibilidad de insumos médicos, con el potencial debilitamiento del régimen y una oposición de masas. En Estados Unidos, el secretario de Estado Mike Pompeo y el asesor de Seguridad Nacional Robert O’Brien, ambos halcones contra Irán, perciben aperturas para hacer retroceder a Irán y su milicia de sustitutos en Irak, y aplican más presiones sobre el régimen teocrático iraní, mientras que sectores de las fuerzas armadas estadounidenses y otros elementos en la seguridad nacional tienen fuertes dudas: es decir, aunque estén en contienda, quizá se realce el potencial de un conflicto con Irán, en que unos sectores de la clase dominante fascista sobrevuelan como buitres a favor de un cambio de régimen.
Todavía es muy temprano para entender completamente los efectos de la Covid-19 sobre la trayectoria mundial, a medida que se perfilaba y se desarrollaba al cierre de 2019. No obstante, existen algunas contradicciones esenciales que evidentemente se están perfilando agudamente en estos Estados Unidos, que incluyen:
* La necesidad que enfrentan el régimen — y la burguesía en su conjunto, o la contradicción entre las medidas pandémicas que los científicos aconsejan que sean médicamente necesarias y cuáles son sus consecuencias en la desaceleración económica, la recesión y la depresión, y en segundo lugar, la potencial pérdida de apoyo político para los fascistas. Trump y los fascistas enfrentan una necesidad real y apremiante, con enfoques constantemente cambiantes y una contienda aguda, SIN RESPUESTAS FÁCILES.
Lo que parece probable, en vista de que Estados Unidos viene llegando a ser el principal complejo de transmisión, o epicentro, de la pandemia, sea que con el prematuro aflojamiento de las restricciones y medidas como refugiarse en el lugar, potencialmente se dispararán las enfermedades y muertes, lo que abrumaría la infraestructura médica disponible, a medida que la curva se intensifique y acelere. Al convertirse Estados Unidos en líder de casos confirmados, las proyecciones oficiales de muertes con una magnitud de 100.000 a 240,000 en sí son el resultado tanto del rechazo inicial de Trump, de las estrellas fascistas de Fox que tacharon de “patrañas” a los riesgos de una pandemia parecidas a la investigación de Mueller, el juicio político de destitución, etc., como las políticas de “no hacer nada”, en lugar de hacer las pruebas en masa, las cuarentenas, refugiarse en el lugar donde sea necesario para contenerlo, etc. — hasta que Trump cambiara de pensar casi de la noche a la mañana, de un discurso indiferente ante la nación a una conferencia de prensa dos días más tarde, con aportes de científicos de pesos pesados como Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
Esto último presenta una nueva necesidad si Trump efectivamente “descartara” por completo a ellos y sus opiniones y recomendaciones científicas en medio de los aumentos y la propagación de infecciones y muertes. Hay una situación muy peligrosa en la que Trump está construyendo la base fascista y ampliando su alcance, a medida que se movilizan los soldados rasos fascistas, incluso en la red, y atacan a Fauci con teorías de conspiración infundadas que lo acusan de socavar a Trump, etc., mientras que personas como Fauci y otros científicos, al parecer con una clara y genuina preocupación y conciencia de la inmensidad y la imprevisibilidad de la pandemia, parecen verse obligados a trabajar para maximizar su influencia en este régimen así como moderar sus declaraciones en consecuencia para “poder permanecer en el juego”.
En otro escenario, si las medidas siguieran en vigor, que se extendieran a otras zonas de Estados Unidos, la economía podría entrar en caída libre con una desaceleración efectiva y falta de actividad económica (circulación en el sentido marxista) en inmensos sectores, como las tiendas físicas de ventas minoristas, servicios, viajes, hospitalidad, manufacturas, etc., o sea, una parte desproporcionada de la economía estadounidense. Con la Covid-19, es probable que aumente en el corto plazo “la monopolización”, una característica que define al capitalismo-imperialismo.
Podemos esperar que entren en quiebra o sean compradas muchas pequeñas empresas con limitados medios financieras en diferentes sectores de la economía, mientras que ciertas grandes empresas amplíen aún más su ámbito, como Amazon. Pero esta crisis también va a afectar a las grandes empresas y, sobre todo en los sectores más afectados como las empresas de aviación — especialmente aquellas que no tienen el capital y reservas en efectivo para capear estas tormentas, y algunos enfrentarán la quiebra o la absorción (como ocurrió durante la crisis financiera y recesión de 2007-2009). En otras palabras, un “reordenamiento” de la economía que podría tener efectos altamente disruptivos y dislocadores mientras conduciría a niveles más altos de concentración de mercado y riqueza — y despidos en masa en el futuro.
En general, con las cadenas de suministro globales y la competencia entre los estados nacional — la anarquía, a nivel nacional, existe una incapacidad de este sistema para manejar materialmente el carácter interconectado de la distribución y producción socializada de manera sistémica.
Todo esto tiene un efecto no solo en la posición relativa de Estados Unidos en el sistema capitalista imperialista mundial, lo que presenta una necesidad a todos los sectores de la burguesía, en alusión al proyecto de ley de estímulos, sino también más próximamente a la legitimidad del programa fascista de Trump entre sectores de su base social. (Las fuertes bravuconadas de Trump sobre el “alza trumpista” en el mercado de valores la que se está erosionando y va en declive, así anulando los ahorros de sectores de la clase media y un caudal de su apoyo más amplio).
Es poco probable que funcionen las propuestas actuales de Trump de enhebrar la aguja y navegar entre Escila y Caribdis, como los plazos iniciales para abrirse para los negocios para el domingo de Pascua (ahora aplazados al 30 de abril) para que Estados Unidos “vuelva al trabajo”, “se abra para los negocios”, etc., la clasificación de los condados en diferentes categorías, etc., con manifestaciones excesivas del enfoque de “quitar a una cucaracha de un lugar para que vuelva a salir en otro” — y cuenta con poca substanciación científica, y los liberales burgueses se vayan horrorizando, y los medios de comunicación preguntan “¿cuántas vidas vale el crecimiento económico?” Una gama de voces desde la ultra fascista Liz Cheney hasta los economistas burgueses han salido diciendo que la vía hacia una mejor economía pasa por la salud pública. Parte de la incertidumbre estriba en si después de seis a ocho semanas de medidas severas de “martillo”, en ese momento sería factible el aflojamiento en la forma de medidas tipo “baile” menos severas y más limitadas, o si se necesitarían medidas más estrictas, que persistieran a meses y meses — y algunos elementos de los círculos gobernantes están haciendo duros cálculos de que a pesar de que hasta un 60 por ciento de la población se infectara, con 1 por ciento de mortalidad, se podría absorber los costos sociales para poder volver a la normalidad de la vida y de la economía, y sin abrumar a los hospitales. Pero este argumento abstracto podría volverse visceral muy pronto si se implementara.
Enfoques discrepantes, con una falta de una clara direccionalidad en la cúpula, están en fuerte contienda al interior del régimen fascista, su base social y sus entidades de propaganda. Esto seguro va a agudizarse hasta que se resuelva, en interactuación con un loco mosaico de anarquismo y competencia entre gobernadores estatales y esfuerzos locales, a medida que Trump hace cada vez más agitación a favor de poner fin a los esfuerzos (apenas iniciados) por mitigar la epidemia con medidas dramáticas de “distanciamiento social”, porque estas medidas están perjudicando a la economía — aunque a la vez “alaba” a Fauci, et al. al prorrogar los plazos de restricciones y medidas pandémicas. Importantes fuerzas de la clase dominante (el Wall Street Journal, el ex jefe de Goldman Sachs y algunos de los gobernadores y senadores de los estados rojos, entre otros) comparten la posición de Trump de querer que Estados Unidos “vuelva a abrirse para los negocios con muchas ganas”. Pero casi toda la comunidad científica y de salud pública cree que eso simplemente conduciría a una nueva ola de infecciones más devastadora — y a pesar de la incertidumbre inherente al proceso científico, existe un consenso relativo de que esto sería potencialmente horroroso, al traficar con la vida de la gente. Por ejemplo, Singapur, que fue uno de los primeros casos de éxito en la contención de la epidemia, ahora ha puesto en marcha otro cierre de actividades tipo “interrumpir el circuito” en el caso de las nuevas infecciones. La lucha sobre cuál camino a seguir para lidiar con la epidemia se está desenvolviendo en público. Es muy probable que cualquier enfoque traiga aparejado un enorme costo aún mayor, ya sea por muertes o desempleo masivo, y diversos espectros intermedios.
Con toda la incertidumbre, sin contar las horrendas olas de calamidades y muertes en masa, es probable que la mayoría de las medidas continúen, a fin de aplanar las curvas, no a nivel nacional sino a nivel regional, dada la estructura estadounidense, en forma de olas y de forma dispareja en todo Estados Unidos, de intensificar y/o aflojar las medidas cuando afloren las infecciones y transmisiones.
En resumen, lo que es muy evidente es la contradicción muy real, sustantiva y antagónica entre la actividad económica y la adopción de las medidas necesarias para hacer frente a una emergencia sanitaria de esta magnitud. Pero NO ES POSIBLE solucionarla de una manera adecuada bajo este sistema: donde el sector salud, el desarrollo farmacéutico, etc., están organizados en torno a las ganancias y que están subordinados a éstas — en la economía más amplia basada en las ganancias, que NO está orientada a las necesidades de la gente. En una auténtica economía socialista (lea la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA), las necesidades de salud de la población serían una fundamental prioridad y obligación de la sociedad, y la economía serviría a las necesidades de la humanidad. Los hospitales y compañías farmacéuticas no se regirían por el criterio de las ganancias. Así que no existiría este antagonismo, esta ausencia de interconexión, entre la salud pública y la economía. (Lea el Comunicado #4 de los Revcom). Y en una crisis como esta, cualquier reanudación y reorientación de la actividad económica priorizaría el bienestar de la población, tanto de la población en general como de quienes tienen tareas en la economía. ¡¡¡Lo que es todo lo contrario a lo que vemos hoy!!!
* La agudización de la contradicción al interior de todos los sectores de la pirámide del poder, a través de ellos y entre ellos. Estos incluyen, como aspectos importantes:
A pesar de cierta retórica inicial —y de una verdadera necesidad burguesa— de que “todos nos encontramos juntos en este lío”, y el hecho de que la pandemia necesariamente infecta sin respetar las divisiones sociales y de clase, en esta sociedad los efectos reflejan de manera perversa la topografía social existente — el mapa de múltiples niveles y múltiples capas.
Algo esencial que hay que tener en cuenta es la agudización del IMPACTO SOBRE EL PROBLEMA NACIONAL en esta formación social, algo que se concentra peor no se limita a la inmensa población en las prisiones y las cárceles, en su mayoría masas negras y latinas, los inmigrantes, especialmente con las continuas redadas del ICE en medio de esta pandemia, etc. Con una población carcelaria que se compone de más de un 50 por ciento de minorías, y con el potencial de que éstas se conviertan en un epicentro genocida de la pandemia en Estados Unidos, debido a las condiciones de hacinamiento, la ausencia de instalaciones sanitarias básicas y de servicios sanitarios, esta es una contradicción explosiva — y Weimar, incluido el héroe liberal, el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio en Nueva York, no están haciendo nada EN ABSOLUTO que esté a la altura de la respuesta respectiva, incluso con los reportes de infecciones en la mazmorra de Rikers o en las cárceles del norte del estado. Perversamente, en medio de esto, Cuomo está tomando medidas legislativas para reformar fianzas que aumentarían el riesgo de una propagación explosiva, y Trump está echando gasolina a la hoguera con sus declaraciones en oposición a la liberación de prisioneros, al meter clavos en ataúdes, metafórica, si no literalmente. (Lea “Cárceles locales mantienen a más de medio millón de personas en condiciones que propagan el coronavirus, y ¡en su mayoría ni han sido condenados de un delito!” en revcom.us.)
Todo esto se agrava debido al estatus general de vulnerabilidad de los negros, latinos e inmigrantes, con su falta de medios económicos para capear la crisis económica, la falta de atención médica y su posición general de figurar en la parte inferior de la mayoría de los indicadores sociales y de salud, con otras enfermedades como el asma y enfermedades respiratorias, etc. En este momento el virus se está propagando como un incendio forestal en las ciudades de población negra mayoritaria como Detroit, Chicago, Nueva Orleáns y Greenwood.
Pero esto tampoco está ocurriendo sin contradicciones. Espontáneamente, la contradicción entre los inmigrantes y los negros azuzada por el sistema potencialmente podría agravarse, al igual que un racismo anti-chino más amplio. También hay quienes están en la base social, aquellos que están en la base de la sociedad, que sienten que Trump está “de su lado”, ya sea con el aflojamiento propuesto de las restricciones (especialmente aquellos que creen o los que están susceptibles a las teorías de conspiración de que la Covid-19 es una patraña), o susceptible de ser sobornados con cheques de ayuda social, aunque sean relativamente insignificantes. Los efectos ideológicos en las masas de personas son una mezcla altamente contradictoria, y no debemos tener ingenuidad en cuanto a ningún modo de pensar o reificación economista lineal15, a medida que entre e interactúe con una terrible epistemología y teorías de conspiración, un parasitismo del yo primero y el individualismo, etc.
Por ejemplo: ¿cuál es el efecto del cierre de actividades, la contracción económica, los cheques de ayuda pública, los rescates corporativos, etc., en medio de las medidas pandémicas médicamente necesarias — ¿suscitará todo eso más fermento social con cuestionamientos al sistema o se reducirá de manera mezquina al “yo primero”, con el potencial de fomentar represalias contra los científicos que argumentan a favor de prorrogar las medidas pandémicas o incluso contra los trabajadores sanitarios que se encuentran bajo restricciones en la provisión de servicios médicos? ¿Cómo se expresará una moral y etos colectivo de la “humanidad ante todo” en el contexto de las medidas pandémicas que con el “distanciamiento” social, potencialmente exacerban el individualismo y profundizan lo que ya es una atomización y alienación social generalizada? Y qué HACER sobre todo esto, de manera crítica.
En medio de esto, los fascistas cristianos están tratando de fomentar su agenda, como la negación del aborto en los estados rojos bajo medidas pandémicas que restrinjan los servicios no esenciales. Esto también está en el calendario de causas de la Corte Suprema.
Los trabajadores de la salud son una población vulnerable. Necesitamos prestar más atención a la indignación y condena contra los míseros preparativos y respuestas, y a las formas de movilización propia entre los sectores de la comunidad médica y de salud, especialmente aquellos que se encuentran en los niveles de emergencia en las primera filas; su salud y su rol — y los esfuerzos contra los límites del sistema en general y la fascista locura, ceguera y desprecio. Una arrolladora y emergente contradicción potencialmente grande, que incide en la forma en que se desarrollará esta crisis, las cuestiones de legitimidad y, al examinar las cosas de manera más estratégica por el lente de CPG, la manera de gestar embriones de una “autoridad REVOLUCIONARIA alterna”. Tenemos que pensar en formas de conectarnos e influenciar —y en cierto momento emitir declaraciones y llamamientos— a esa comunidad. La entrevista a Phil Rice en el estreno del Show RNL en YouTube muestra el potencial en este contexto.
Una dimensión, hasta ahora, de los trabajadores de la salud que ya están bajo los reflectores, es la representación de una moral diferente y el polo espontáneo en el que esto se ha convertido (lo que incluye a los miles de personas que se ofrecen de voluntarios, las personas que dejan la jubilación para volver a trabajar, etc.). La contradicción en torno a las morales en contienda, la una que está más arraigada en la cooperación y el sacrificio propio para el bien común contra el etos dominante del yo primero el cual se descuartiza en Esperanza para la humanidad sobre una base científica, será en sí una importante grieta divisoria social, en que hará falta que los revolucionarios estén en representación y contiendan con osadía. Eso realzará la importancia de los Puntos de Atención.
Especialmente en el Sur (me enteré de esto hace poco), otra dimensión es la industria de hogares para ancianos y cuidados asistido que almacena a 2.5 millones de estadounidenses de edad avanzada —en su mayoría recipientes de Medicare— lo que aparentemente ha sido un escándalo a nivel nacional, especialmente las omisiones de estos hogares respecto a los protocolos básicos de control de infecciones y las muertes resultantes. En el Sur, es mucho más económico pagar multas por violaciones sanitarias que contratar a personal adicional y brindarles una capacitación adecuada.
En el frente de los avances fascistas y el estado de derecho: lo que está emergiendo como una corriente, aunque no tanto en las noticias, son los esfuerzos del procurador general Barr y otros por impulsar su asalto, hacer avances en la consolidación del fascismo, al hacer maniobras para permitir que las autoridades arresten y detengan a personas de manera indefinida sin proceso durante “una situación de emergencia”. Algunas medidas probablemente estarían en sincronía con el potencial avance de la represión por Weimar bajo el pretexto de las medidas pandémicas, como la supresión de protestas bajo el pretexto del distanciamiento social, etc., sobre todo si estalla el descontento social.
Específicamente: las peticiones del Departamento de Justicia cubren varias etapas del proceso legal, del arresto inicial a la manera en que se procesan e investigan los casos. El Departamento de Justicia propone que el Congreso otorgue al procurador general poderes para solicitar que el juez en jefe de cualquier tribunal de distrito ponga una pausa a los procesos judiciales “siempre que el tribunal de distrito se encuentre clausurado total o parcialmente en virtud de un desastre natural, desobediencia civil u otra situación de emergencia”. Los altos jueces también tendrían la autoridad de poner en pausa los procesos judiciales en casos de emergencia. Esto sería de aplicación a “cualquier estatuto o reglamento de los procesos que afecte de otra manera los procedimientos previos al arresto, posteriores al arresto, previos al juicio, el mismo juicio y posteriores al juicio en los procesos penales y juveniles y todos los procesos y procedimientos civiles”. El anteproyecto de la petición del Departamento de Justicia solicita que el Congreso ponga en pausa el estatuto de prescripción para las investigaciones penales y los procesos civiles durante emergencias nacionales, y durante un año después del fin de la emergencia nacional”.
Las respuestas a la pandemia en la base social fascista han seguido en gran medida a Trump, y las diferencias generalmente reflejan diferencias cambiantes en la cúpula de los poderes fascistas existentes y sus entes de propaganda como Fox y sus anfitriones, que tiene una influencia indebida, pero a medida que se agraven las condiciones —en los ámbitos médicos, económicos y sociales— cambia y aumenta la necesidad que esta situación le presenta a Trump, y potencialmente podría impulsar un programa más despiadada y abiertamente fascista a favor de una combinación de grandes patrocinadores y una base social de los pequeños pueblos. Si bien es muy poco probable, también es posible que Trump imponga un cierre de actividades por un tiempo más prolongado y luego intente reimpulsar la economía, con la adopción de un masivo proyecto de ley de estímulos “populistas” el calibre del Nuevo Trato, incluso con la colaboración con los demócratas al respecto, y podría seguir montado en esta ola hasta que vuelva a ser reelegido.
Si bien las diferencias entre los fascistas están en proceso de cambio, y aún no está claro cómo todo esto se va a desenvolver hasta que se resuelva, del lado demócrata, cabe señalar algunas características:
A nivel nacional, los dirigentes demócratas de peso —Biden, Schumer, Pelosi— tienen mucho menos perfil y visibilidad que Trump. Biden, mientras se está esforzando por tomar la iniciativa, ha sido relegado en cierta medida al ruido de fondo y a las preocupaciones liberales convencionales de que él no se parece lo suficientemente “presidencial” y al mando. No está claro en cuanto al perfil bajo de Biden si esto se debe a sus defectos o a lo que sus gestores están proponiendo y pensando. Se ha venido dando una pelea sobre el proyecto de ley de estímulos, que en efecto se ha desenvuelto en la maleza del “wonk-dom” [reino de los gestores de la política oficial] de Washington, como sea probable con el siguiente proyecto de ley de estímulos que están proponiendo. Pelosi tiene una posición mucho más directa y al centro, con críticas abiertas a Trump y llamamientos a la unidad nacional. Por otro lado, los gobernadores y alcaldes demócratas han estado al frente de una manera muy importante: Inslee en el estado de Washington, Newsom en California, de Blasio en la Ciudad de Nueva York y especialmente Cuomo en el estado de Nueva York, este último el que “se ha puesto a la altura del momento” a los ojos de los liberales y los tradicionales medios de comunicación, al trabajar para proyectar que la situación podría gestionarse mejor, y al mostrar un poco de empatía, y al marcar cierto contraste con Trump. Al mismo tiempo, esta situación a menudo asume el carácter de una danza complicada o un teatro simbólico con el objetivo de extraer concesiones a Trump mediante una mezcla de muecas de gruñidos y gestos de sumisión.
Si bien últimamente ha hecho críticas relativamente moderadas a Trump, el ala progresista [de los demócratas] —de Bernie y los socialdemócratas— siente que este ya es su momento, y es un momento que aprehender. Nos es importante tener cierta idea de la manera en que este sector está abordando este momento, y las medidas concretas que están tomando. Como sugiere la revista Atlantic16, tienen “ganas de utilizar la crisis del coronavirus para convencer a Biden —y a millones de otros estadounidenses— de que hacen falta reformas importantes, y luego citan a los peces gordos de las entidades sin fines de lucro cercanos a este movimiento, como el jefe del Movimiento Sunrise y Estados Unidos Trabajando, diciendo efectivamente: “Ya es nuestro momento”. El artículo declara que:
“Sanders, que aún no ha abandonado la carrera por la nominación demócrata, ha convertido efectivamente su campaña presidencial en un aparato de mensajería sobre el coronavirus, y está realizando transmisiones regulares con otros legisladores progresistas, incluidos las representantes Alexandria Ocasio-Cortez (AOC) y Pramila Jayapal, para explicar la manera en que la crisis actual demuestra la necesidad de tener Medicare para Todos. ‘Mientras hacemos todo a nuestro alcance para lidiar con esta crisis... también es apropiado preguntarnos cómo llegamos a estar en esta situación y lo que eso dice sobre la estructura financiera y económica de nuestro país’, dijo Sanders en un video transmitido en vivo el miércoles por la noche. ‘La gente está entendiendo que hay algo mal en que somos el único país importante sobre la Tierra que no garantiza la atención médica a todos como un derecho humano’.
“Por su parte, los Socialistas Democráticos de Estados Unidos [DSA] dicen que han presenciado un aumento de nuevos miembros desde el Súper Martes, una parte del cual el grupo atribuye a la pandemia’. ‘Experimentamos una de las más grandes cantidades de asistentes a una llamada en línea de los DSA la semana pasada sobre el tema de la organización en torno a la Covid-19’, me dijo un vocero de los DSA...”
En una notable demostración y ejemplo vivo de la declaración de BA “Si se procura convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, uno termina por convertirse en lo que los demócratas en realidad son”, AOC, aunque sigue siendo parte de la “onda” de Bernie, está cambiando rápidamente de posturas17. Quienesquiera que sean sus gestores actuales, y en vista de sus posiciones originales (antes de ser reclutada y preparada por [el comité de acción política] Justice Democrats), se está trasladando tan rápidamente hacia el centro obamiano que va a un ritmo vertiginoso. Empezando con despedir al personal de Justice Democrats, pasando a acurrucarse con Puercalosi (“Mama Osa”, tal como ella cariñosamente se le dirigía a ella hace poco), a negarse a aprobar la mayor parte de los contrincantes “progresistas” de las elecciones primarias de esta temporada, a tachar las tácticas de Bernie de estar demasiado orientadas al “conflicto”, al contratar a la gente de Kamala Harris como jefe de gabinete, etc., etc. Incluso logró que se untara por una de los principales guardianes, según Politico, Neera Tanden, presidenta del centro de estudios liberales Center for American Progress y ayudante de larga trayectoria de Hillary Clinton, quien llamó el cambio de posición de Ocasio-Cortez “una señal de liderazgo”. En medio de la evolución y disputas sobre todo esto, y se desenvuelve una situación de fútbol americano entre Charlie Brown y Lucy con ilusiones y esperanzas que brotan eternas, cabe mencionar y ya es hora de empezar a llamar la atención de la gente sobre esta situación — lo que ilustra las lecciones más amplias, Lo BAsico 3:12)18.
Sin encontrarme en una posición de hacer un exhaustivo análisis o síntesis, parece que está en marcha una reordenamiento de las cosas y una reconfiguración que va a impactar la escena política, pero todo esto está en contienda y está en movimiento, ya que se ha postergado la Convención Demócrata, y Bernie no está abandonando la carrera presidencial. ¡Hace falta criticar muy fuertemente al programa de Weimar en el contexto de la realidad, a los anhelos de volver a la normalidad, según lo hace el reciente artículo de BA al respecto!
Al mismo tiempo, si bien existen divisorias agudas entre los fascistas sobre las formas de ir hacia adelante frente a la necesidad, aquí van dos puntos: (a) la dislocación económica a menudo favorece espontáneamente en la sociedad burguesa a adicionales maniobras hacia la derecha, sobre todo en este período en el que el consenso gobernante liberal de la post Segunda Guerra Mundial en gran parte se ha desintegrado y está bajo un feroz ataque, sobre todo de parte de los fascistas; (b) sigue en marcha su programa fascista básico, y existe la posibilidad de escaladas muy agudas — incluida la cancelación de las elecciones presidenciales, tras la postergación de las elecciones primarias; que más demócratas estén colaborando y facilitando activamente a los fascistas en nombre de la “unidad nacional”, “que nos encontramos juntos en este lío”, lo cual sigue sentando bases para fascistas avances y consolidación, una escalada de medidas contra los inmigrantes bajo el pretexto de una limpieza contra la pandemia, etc.
Como ya se señaló, la batalla en torno a la epistemología se está manifestando a los más altos niveles entre los fascistas tanto en la anti-ciencia de los fascistas cristianos que predominan en el régimen de Trump y desempeñaron un papel instrumental en la respuesta tardía de Trump a la Covid-19, y por lo tanto, en los crímenes contra la humanidad, como se está manifestando en la ideología económica derechista de Ayn Rand que constituye otro hilo importante del régimen de Trump. Los anfitriones fascistas de Fox como Hannity, Ingraham y otros concentran y propagan una epistemología requete fascista-instrumentalista que define la verdad en relación con lo que sea políticamente necesario y expedito en cualquier momento.
La batalla sobre la epistemología se expresa en la epistemología de Weimar la que, al servicio de la democracia liberal burguesa, tapiza la esencia y los crímenes de Estados Unidos (por ejemplo, la posición de Sean Penn sobre las fuerzas armadas de Estados Unidos, o el discurso de Cuomo ante unos efectivos de la Guardia Nacional en Nueva York en que los llama a prestar servicio sobre la base de su gran papel histórico, los liberales, entre ellos los científicos del gobierno, que evocan la “resiliencia” de Estados Unidos, etc.). Luego, todo esto se expresa de manera espontánea en las partes inferiores de la pirámide entre los diferentes sectores, entre ellos aquellos que se encuentran en las capas medias del lado izquierdo que “anhelan volver a la normalidad”, al esforzarse por cobijarse bajo el ala de este sector de la burguesía, con anteojeras puestas ante la realidad de lo que este situación EN EFECTO implica, en los horrores para la humanidad infligidos por este sistema.
En otra expresión —de la batalla sobre la epistemología—, lo que es preocupante, pero esperado, en vista de la manera en que funciona este sistema y en que éste mantiene a la gente en la ignorancia y la anticiencia, es toda una sarta de teorías de conspiración entre las masas básicas de personas. De decir que el virus es un invento de un laboratorio de armas a una patraña perpetrada por el gobierno a un complot para matar a los negros, a dejarlo todo en las manos de dios... toda una sarta de teorías salvo la ciencia — acerca de una pandemia, que ocurre de manera natural, en interactuación con este sistema y sociedad. Estas teorías van de la mano con una profunda desconfianza por lo general justa hacia el gobierno de Estados Unidos, la falta de fuentes de noticias confiables y la susceptibilidad a las conspiraciones en las redes sociales — y una falta general de un enfoque de “lo que es verdad”, en relación a los métodos científicos basados en la evidencia.
En contexto y contraste, al repasar estos apuntes, quisiera terminar resaltando lo siguiente de Ardea Skybreak, en Ciencia y revolución, a lo que se hace referencia y se cita en las recientes obras de BA, “Teorías de conspiración, ‘certeza’ fascista, parálisis liberal o un enfoque científico de cambiar el mundo: La versión corta — la verdad sencilla y básica; La versión larga — la verdad elaborada”:
Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso.
Y:
Sea que hablemos de la realidad material de una enfermedad, de un ecosistema natural o de un sistema social en que viven los seres humanos, la ciencia nos permite analizar sus componentes, su historia, cómo es que llegó a ser como es, de qué está hecho, cuáles son las características que lo definen, y su carácter contradictorio (un tema al que volveremos) y por lo tanto cuál es la base para que cambie, o sea cambiado, si es nuestra intención cambiarlo. Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Ciencia y revolución, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak
1. Covid-19 as symptom: Notes on the production of a virus, de Fabio Vighi, Monthly Review, 24 de marzo de 2020. [volver]
2. Existen numerosos ejemplos de producción de vacunas contra el coronavirus para las cuales recortaron fondos y les quitaron prioridad, una vez que la epidemia del SRAG hubiera desacelerado en 2003, causada por un coronavirus anterior similar al que ahora está arrasando al mundo. Por ejemplo, los científicos de Baylor encabezados por el Dr. Hotez, decano de la Escuela Nacional de Medicina Tropical, habían desarrollado vacunas para ensayar con seres humanos en 2016, para las cuales no pudieron obtener fondos. Según la NBC News: “Esa fue una gran oportunidad perdida, de acuerdo con Hotez y otros científicos de la vacunología, quienes argumentan que el SRAG y el síndrome respiratorio del Medio Oriente, o MERS, de 2012, debieron haber liberado importantes inversiones federales y globales para desarrollar vacunas en previsión de futuras epidemias”. Scientists were close to a coronavirus vaccine years ago. Then the money dried up., Mike Hixenbaugh, NBC News, 5 de marzo de 2020. [volver]
3. De sciencedaily.com: SRAG-CoV, que causa el SRAG (síndrome respiratorio agudo grave), se originó en murciélagos de herradura, pero saltó a los seres humanos en el sur de China en 2002, e infectó a más de 8.000 personas y dejó a casi 800 muertes antes de que fuera sofocado por cierres, cuarentenas y otras medidas. El SRAG-CoV-2, un coronavirus fuertemente emparentado que causa la Covid-19, surgió por primera vez en la ciudad china de Wuhan a fines de 2019. Es mucho más infeccioso que su primo viral, y ha provocado una pandemia, y ha causado muchos más casos de enfermedades y muertes que el SRAG. (de Clues to COVID-19 coronavirus’s vulnerability emerge from an antibody against SARS, ScienceDaily, 3 de abril de 2020.) Los científicos de la Scripps Research han publicado un estudio en Science, que indica que un “anticuerpo... producido en respuesta a una infección del SRAG... reacciona de forma cruzada con el nuevo coronavirus, SRAG-CoV-2”, lo que indica las vulnerabilidades potenciales del virus y potenciales vías para descubrir una vacuna o cura.
Lo siguiente de la revista New Yorker me parece útil: “El SRAG está estrechamente relacionado con el nuevo virus que enfrentamos actualmente. Mientras que los coronavirus del resfriado común tienden a infectar únicamente el tracto respiratorio superior (principalmente la nariz y la garganta), algo que los hacen altamente contagiosos, el SRAG infecta principalmente el sistema respiratorio inferior (los pulmones) y, por lo tanto, causa una enfermedad mucho más letal, con una tasa de mortalidad de aproximadamente un 10 por ciento. (El MERS, que surgió en Arabia Saudita en 2012, y se transmitió de los murciélagos a los camellos a las personas, también causó enfermedades graves en el sistema respiratorio inferior, con una tasa de mortalidad del treinta y siete por ciento). El SRAG-CoV-2 se comporta como un monstruoso híbrido mutante de todos los coronavirus humanos que lo precedieron. Puede infectar y replicarse a través de todas nuestras vías respiratorias. “Por eso es tan nocivo”, me dijo Stanley Perlman, profesor de microbiología e inmunología que ha estado estudiando los coronavirus durante más de tres décadas. “Tiene la severidad de las vías respiratorias inferiores de los coronavirus SRAG y MERS, y la transmisibilidad de los coronavirus del resfriado”. [volver]
4. Citado en Coronavirus: a disaster of capitalism’s making, Ben Hillier, Monthly Review, 4 de marzo de 2020. [volver]
5. China es un estado capitalista, no obstante las descripciones en sentido contrario provenientes no solo del gobierno chino sino también de los intelectuales, medios de comunicación y otras personas con un pensar convencional. Para obtener más información, vea No sabes lo que crees que “sabes” sobre… La revolución comunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestro futuro, Una entrevista a Raymond Lotta. revcom.us, 30 de abril de 2014. [volver]
6. El darwinismo social es una ideología desacreditada que justifica “la supervivencia del más apto” basado en interpretaciones cien por ciento no científicas de la teoría de la evolución de Darwin y esfuerzos por aplicar aquellas interpretaciones a las sociedades humanas y los individuos.
En este contexto, al comentar el realzado riesgo para las personas mayores proveniente de la Covid-19, y la desaceleración económica debido a las medidas para contener la pandemia, Dan Patrick, el vicegobernador lunático fascista cristiano de Texas, anunció en la Fox News que “Nadie me ha contactado y me ha dicho: ‘Como ciudadano de la tercera edad, ¿estás dispuesto a arriesgarte en tu supervivencia a cambio de conservar al Estados Unidos que ama todo Estados Unidos para tus hijos y nietos?’ Y si así es el canje, pues cuenta conmigo al cien por ciento”, y luego agrega que otros “abuelos” también morirían para la economía, diciendo: “Simplemente pienso que hay un montón de abuelos en la sociedad en este país como yo... que lo que nos importa y lo que amamos más que nada son esos niños”. [volver]
7. Para obtener una idea general de un ejemplo de este tipo de modelos, se puede leer esta cobertura de Nature: Special report: The simulations driving the world’s response to COVID-19, de David Adam, 2 de abril, con una corrección del 3 de abril. [volver]
8. El número básico de reproducción (R0) es una indicación de la transmisibilidad de un virus, que representa el número promedio de nuevas infecciones generadas por una persona infecciosa en una población totalmente sin inmunidad. Para R0> 1, es probable que el número de personas infectadas aumente, y para R0 <1, es probable que la transmisión se extinga. Si bien las estimaciones del R0 para la Covid-19 han variado en diferentes regiones y durante las diferentes fases de la pandemia, actualmente se estima que está entre 2 y 3. [volver]
9. La inmunidad de grupo es un concepto epidemiológico en el que “si el virus continuara propagándose, con el paso del tiempo tantas personas se habrían infectado y (si sobrevivieran) se volverían inmunes que el brote se extinguiera por sí solo a medida que el germen le costara cada vez más dificultades hallar a un huésped susceptible”. Para la Covid-19, se estima que esto representa un 60 al 70 por ciento de la población, pero engendraría desastres y peligros ya que el aumento de las personas enfermas que necesitan atención hospitalaria o cuidados en una UCI abrumaría los hospitales y aumentaría las muertes. [volver]
10. Si bien es un concepto matemático preciso que se refiere a los cambios en la pendiente de una curva, en este caso la referencia general es a un punto de viraje cualitativo, lo que refleja cambios importantes. [volver]
11. Lea Un creciente tsunami de dolor en un mundo de crueles desigualdades, revcom.us, 1º de abril de 2020. [volver]
12. El tan cacareado derecho negativo de la “privacidad” de la era burguesa de orientación individualista se ha erosionado con efecto largoplacista con las nuevas tecnologías, y ahora se ha intensificado con las medidas pandémicas bajo el mando de los fascistas. [volver]
13. AMLO, o Andrés Manuel López Obrador, es el presidente de México, un populista burgués “de izquierda” que ha asumido un enfoque profundamente anti-científico en torno a esta pandemia. Lea “Un creciente tsunami de dolor en un mundo de crueles desigualdades”. [volver]
14. Pentagon Order to Plan for Escalation in Iraq Meets Warning From Top Commander, Mark Mazzetti y Eric Schmitt, New York Times, 27 de marzo de 2020. [volver]
15. En este caso, se refiere a que algunas personas podrían llegar a conocer la verdad y a entender sus más altos intereses debido a su posición oprimida.
La reificación del proletariado en general se refiere a “tomar el fenómeno general del proletariado (y de otros grupos oprimidos) y reducirlo a la manera en que supuestamente está ubicado en los proletarios como individuos o en los individuos de otros grupos oprimidos, como si, una vez más, tuvieran (en las palabras de nuestros tiempos) un conocimiento especial de la verdad, de que hay algo inherente a este o aquel grupo oprimido que capacita a la gente de ese grupo para espontáneamente llegar a tener la verdad, o al menos a una ‘narrativa’ que constituye un sustituto aceptable para la verdad”. De Breakthroughs (Abriendo Brechas), El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, de Bob Avakian, 3 de agosto de 2019. [volver]
16. What Do Progressives Do Now?, Elaine Godfrey, Atlantic, 28 de marzo de 2020. [volver]
17. “AOC breaks with Bernie on how to lead the left”, Alex Thompson y Holly Otterbein, Politico, marzo de 2020. [volver]
18. “Si se procura convertir a los demócratas en algo que no son y nunca serán, uno termina por convertirse en lo que los demócratas en realidad son”. Bob Avakian, Lo BAsico 3:12. [volver]
CIENCIA Y REVOLUCIÓN
Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian
Una Entrevista a Ardea Skybreak
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
(Proyecto de texto).
De la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del PCR.
Cómo la revolución manejaría la atención sanitaria, incluidas las epidemias
Un pasaje de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian
Lea también:
Una crisis sanitaria como la Covid-19 en una sociedad auténticamente socialista:
Vea también:
El segundo episodio de El Show RNL — ¡Revolución, y nada menos! ya está disponible en inglés en YouTube. Con: Qué es una revolución real; Covid-19 e inmigrantes; Bob Avakian sobre “¿Por qué viene gente de todo el mundo?”; posdata especial del anfitrión Andy Zee.
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Total Confirmed=Total de casos confirmados
Total Deaths=Total de muertes
Total Recovered=Total de recuperados por estado
Covid-19, la enfermedad causada por un nuevo coronavirus, se ha propagado por todo el mundo, incluido Estados Unidos. Esta pandemia está interactuando con el estado del mundo y las enormes desigualdades y relaciones sociales opresivas del capitalismo-imperialismo, y está teniendo un enorme impacto en la sociedad humana en su conjunto y en países individuales, y quizá potencialmente tenga impactos aún más grandes más allá incluso de lo que está sucediendo ahora. Como ha dicho Bob Avakian en “La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”:
Al fondo de la crisis inmediata, y del peligro que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista fanática, se encuentra la realidad más fundamental del sistema capitalista-imperialista y las consecuencias de dejar que este sistema siga dominando el mundo y determinando las condiciones de las masas de la humanidad y, de hecho, el propio destino de la humanidad misma. Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad. A pesar de que los capitalistas y los gobiernos que representan sus intereses se han visto obligados a tomar ciertas medidas de emergencia que de alguna manera van en contra de las dinámicas inherentes de su sistema (como la intervención masiva del gobierno en el funcionamiento de la economía), siguen imponiéndose las formas en que este sistema constituye un obstáculo para hacer frente a esta crisis — lo que incluye no solo tales acciones perversas como el acaparamiento de vitales insumos médicos y de otro tipo, a fin de hacer que suba el precio, sino también el hecho de que la creación de la riqueza bajo este sistema opera sobre la base de la explotación despiadada y el empobrecimiento de las masas de personas en todo el mundo, mientras que incluso en los países “más ricos” existe una pobreza importante y grandes partes de la población viven de una quincena a otra y se encuentran a tan sólo una fuerte crisis del desastre; la continua rivalidad entre diferentes capitalistas (o asociaciones de capital) —con su propiedad privada de los medios de producción (tierras, materias primas, tecnología, fábricas y otras estructuras) y la acumulación privada competitiva de riqueza— actúa como un obstáculo a la necesaria cooperación y a la producción de cosas que quizás se necesiten con urgencia pero que no producen ganancias privadas — y toda la ideología de promover los intereses de uno a expensas de los demás, el individualismo fomentado por este sistema y promovido a ultranza hoy en Estados Unidos, va en contra y socava las inclinaciones hacia la cooperación y, sí, hacia el sacrificio por el bien mayor. A pesar de los esfuerzos dedicados de muchas personas bien intencionadas, aunque se resuelva la crisis inmediata con el coronavirus, esto se hará sobre la base de intensificar las contradicciones incorporadas en este sistema y el sufrimiento de las masas de la humanidad que ya están explotadas y oprimidas bajo este sistema. [negritas agregadas]
Vivimos un momento en que para la gente en Estados Unidos y por todo el mundo, tener información y análisis científicos acertados es una cuestión de vida o muerte. No obstante, sale información engañosa en boca de la gente en el poder, sobre todo de Trump. Por eso, urge llegar a conocer la verdad al respecto.
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Raymond Lotta
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Un pasaje de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian
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Hace falta un breve comentario y refutación sobre una actuación de Slavoj Žižek que se está circulando en el internet. Žižek combina demagogia y deshonestidad a fin de atacar al comunismo, al nuevo comunismo de Bob Avakian.
En una reunión en la que habló Žižek, una revolucionaria iraní habló desde el público la que se identificó como partidaria del nuevo comunismo de Bob Avakian. Se refirió a la necesidad y la importancia de un debate que yo iba a tener con Žižek sobre esto y la historia y las perspectivas de la revolución comunista en el mundo de hoy — la cual Žižek pospuso por motivos de salud, pero desde ese entonces se ha negado a reprogramarlo.
En el intercambio subsiguiente, se escucha a la mujer haciendo un llamamiento para una revolución comunista real en Irán guiada por el nuevo comunismo, en contraste con un “régimen abierto más democrático”. Žižek responde lloriqueándose de manera arrogante y despectiva: “...eso es demasiado abstracto para mí ... ¿Van a socializar la producción, la autogestión? ... ¿qué harán? No. No me digas que queremos una revolución real. Dame una mínima pista. ¿Abolirán el estado? ¿Qué? ¿Qué?”
En este caso Žižek se montaba en su modalidad de alardes y desdén. Si —tal como él profesó en este mismo intercambio— “conociera” la obra de Bob Avakian y hubiera debatido con “la gente de Avakian”, pues Žižek hubiera tenido una incómoda cantidad de evidencia y obras reales con contenido para responder a estas y otras preguntas. Pudo haber remitido a la gente a estas obras, y acogido con buenos ojos el debate sobre el contenido.
Para empezar: La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (CNRSAN), escrita por Bob Avakian (BA), establece los principios rectores, las políticas clave y los mecanismos institucionales mediante los cuales el nuevo estado, su sociedad y su economía funcionarían después del derrocamiento del viejo sistema. Y la Constitución escrita por los camaradas del Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta) toma como modelo la Constitución escrita por BA, pero aplica los mismos principios básicos a la particularidad de Irán.
De hecho, en la CNRSAN, el Artículo IV: La economía y el desarrollo económico en la Nueva República Socialista de América del Norte (incluida su Sección 5: El sistema de propiedad estatal-pública es la base de la nueva economía socialista), al establecer los principios y políticas rectores, responde concretamente a estas preguntas precisas. Esta Constitución es un plano concreto y visionario para una sociedad radicalmente diferente como una transición al comunismo mundial.
La mujer dirige con razón la atención del público a esta y a otras obras, pero Žižek no quería oír nada de eso. Lo que molesta a Žižek no es la “abstracción”, sino más bien la alternativa viable a este mundo de horrores — con una revolución comunista real. En cambio, mientras finge ser “radical”, en este intercambio Žižek defiende a Bernie Sanders, a la vez que simultáneamente lo caracteriza como “ni siquiera un socialdemócrata”, por haber más efectivamente “activado y movilizado a la gente” ... esquivando y eludiendo la pregunta “para qué” y “hacia cuál fin”, y su defensa de los cambios dentro del sistema capitalista-imperialista, y su actual proceso político.
Slavoj Žižek se ha enorgullecido durante mucho tiempo de su intercambio crítico con el comunismo, como defensor de ideas radicales, pero en realidad es un cínico anticomunista arropado con vestiduras radicales, lo que en parte se evidencia en este intercambio. Siempre está a la espera —como una oveja vestida de lobo— a acomodarse al imperialismo. He escrito sobre este tema antes, incluido sobre su apoyo al fascista Trump en 2016 como un desbaratador del establecimiento.
Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte
De la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del PCR
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Escuche a unos miembros de la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL" y sea parte de contribuir y recaudar fondos para hacer esta Gira posible.
Una asesina pandemia está arrasando al mundo, poniendo al desnudo un sistema de brutales desigualdades. Enfrentamos los peligros de este virus, y el peligro más inmediato de este régimen fascista. Y enfrentamos el problema más fundamental del sistema capitalista imperialista — un sistema que en “tiempos normales” mantiene a miles de millones de personas atrapadas en condiciones de mayor desesperación. La Gira Nacional “Revolución”, que se basa en el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian, está organizando fuerzas para una revolución real que podría derrocar este sistema que impone esta locura. Y estamos encontrando las formas de hacerlo —y hacer avances concretos en hacer esto— en medio de esta pandemia.
Sintonícese a esta transmisión en vivo para enterarse del trabajo de la Gira y apoyarlo:
Ninguna parte de este trabajo es posible sin su apoyo económico. De hecho, hoy mismo se requiere de urgencia su apoyo — sí, por el bien de un futuro en el que es digno vivir, ¡no se podría hacer un donativo a algo más importante!
Si usted ha hecho un donativo en el pasado, ya es hora no solo para reanudar su contribución sino de comunicarse con la gente de una manera muy amplia — en un momento de crisis, cuando la gente está cuestionando por qué el mundo es así y lo que hay que hacer al respecto.
¡Difunda el mensaje y sintonícese!
Formas de hacer donativos a la Gira Nacional “Revolución”
El cuarto episodio de El Show ¡Revolución, y Nada Menos! ya está disponible en YouTube (en inglés): Bob Avakian sobre la ciencia y la manera en que el verdadero socialismo manejaría las pandemias.
Un corto de un discurso de Bob Avakian que nos llevará a conocer más profundamente el método científico. Luego, una lectura del Comunicado #4 de Los Revcom.
| revcom.us
La pandemia de coronavirus es un desastre natural, pero la forma en que esta sociedad está organizada y dirigida tiene todo que ver con la forma en que tales desastres afecten a las personas. El funcionamiento “normal” del capitalismo significa que la preparación para el desastre siempre se verá distorsionada por las demandas del capital de obtener cada vez más ganancias, y que las crueles desigualdades de la sociedad capitalista se harán valer con ganas (véase “La asesina ilusión de la ‘normalidad’ y el camino revolucionario hacia adelante”, y Comunicado #4 de los Revcoms, disponibles en www.revcom.us). Pero el régimen fascista de Trump y Pence ha hecho que la muerte y el sufrimiento de la gente sean mucho peores de lo que tenían que ser, “amplificando y fortificando”, como dijo Bob Avakian, las barreras “normales” del capitalismo.
Aquí están algunos de los “crímenes encima de los crímenes” del régimen — y por qué Trump y sus secuaces tienen las manos empapadas de sangre.
1. Ignoró las advertencias previas en el propio gobierno de que una pandemia como la actual era una posibilidad concreta para la que había que prepararse.
2. Se disolvió un grupo de trabajo del gobierno que se suponía que se ocuparía de la respuesta a las pandemias.
3. Minimizó repetidamente el peligro de la pandemia del coronavirus, aunque ya asolaba a otros países y claramente comenzaba a propagarse en el propio Estados Unidos.
Sólo unas pocas de las innumerables declaraciones ignorantes o mentiras descaradas de Trump que alimentaron la negación no científica de la realidad de la pandemia y de las medidas urgentes necesarias para combatirla, entre su base y más ampliamente:
4. Aceleró los ataques a los inmigrantes, que se encuentran entre los más vulnerables, lo que regó odio contra esas masas y causó su sufrimiento, y además significa que los inmigrantes, por temor a la encarcelación y deportación, no podrán recibir tratamiento y sufrirán de manera desproporcionada la muerte y la enfermedad, y que la enfermedad se propagará más de lo que pasaría en otros casos9.
5. Declaró que se opone, e incluso intentará parar, la liberación de presos debido al coronavirus. Hay 2.3 millones de personas encarceladas en Estados Unidos, hacinadas en condiciones de salud precarias y sin posibilidad de practicar el distanciamiento social y otras medidas preventivas14. Por lo tanto, básicamente Trump ha dictado una pena de muerte para miles y miles de presos.
6. Tardó mucho en aumentar las pruebas para el coronavirus, que amplios números de expertos en enfermedades infecciosas señalan que es lo esencial en combatir la propagación de infecciones, y al día de hoy sigue mintiendo sobre su disponibilidad.
7. Ha agravado mucho más el funcionamiento irracional del capitalismo en que diferentes hospitales y localidades, cada quien con sus propios esfuerzos, buscan conseguir insumos a las corporaciones las que buscan las mayores ganancias.
8. Ignoró e incluso atacó a los expertos médicos y científicos, cuando sus recomendaciones iban en contra de sus propios intereses percibidos, lo que promueve el pensamiento ignorante anti-científico tan inherente al fascismo y al fascismo cristiano del régimen de Trump y Pence en particular.
9. Ha seguido regando un chovinismo fascista a ultranza, supremacía blanca y el veneno “Estados Unidos ante todo”, azuzando tensiones internacionales y racismo, en un momento en que la cooperación mundial es una necesidad de vida o muerte. Si bien las siguientes acciones han empeorado el virus en todo el mundo, también han servido a la agenda fascista de impulsar el chovinismo nacional y el odio hacia otras personas.
10. No ha aflojado los ataques al seguro médico y a los programas de ayuda social, lo que significa que muchas personas que de otra manera recibirían tratamiento o ayuda no la tendrán, ¡así provocando muertes innecesarias!
1. Obama officials walked Trump aides through global pandemic exercise in 2017: report, TheHill.com, 17 de marzo de 2020. [volver]
2. Before Virus Outbreak, a Cascade of Warnings Went Unheeded, New York Times, 22 de marzo de 2020. [volver]
3. Beth Cameron, I ran the White House pandemic office. Trump closed it, Washington Post, 13 de marzo de 2020. [volver]
4. Donald Trump seems to know very little about the coronavirus, CNN, 25 de febrero de 2020. [volver]
5. Trump calls coronavirus criticism Democrats’ “new hoax”..., Guardian, 28 de febrero de 2020. [volver]
6. Before Virus Outbreak, a Cascade of Warnings Went Unheeded, New York Times, 19 de marzo de 2020. [volver]
7. Trump wants “packed churches” and economy open again on Easter..., CNBC, 24 de marzo de 2020. [volver]
8. A Debate Over Masks Uncovers Deep White House Divisions, New York Times, 3 de abril de 2020. [volver]
9. Vea Comunicado #3 de los Revcom: El coronavirus y los ataques a los inmigrantes: ¡Nos hace falta una revolución!, www.revcom.us [volver]
10. Eunice Cho, ACLU Attorney, on the Brutal Detention of Hundreds of Thousands of Immigrants, www.revcom.us. [volver]
11. ICE resists calls to release immigrants as desperation mounts over coronavirus, CBS News, 26 de marzo de 2020. [volver]
12. Trump Seizes on Coronavirus Crisis to Intensify Attacks on Immigrants, www.revcom.us. [volver]
13. Trump Shifts Focus Of WH Coronavirus Briefing To Fighting Drug Cartels, TPM.com, 1 de abril de 2020. [volver]
14. Estados Unidos: 2.3 millones de presos y detenidos atrapados en “placa de Petri” para el coronavirus, www.revcom.us. [volver]
15. Trump says he’ll try to prevent..., Independent, 2 de abril de 2020. [volver]
16. La “curva” es la tasa de infecciones como se muestra en un gráfico. "Aplanar la curva" significa desacelerar la propagación del virus a través del distanciamiento social y otros medios. Vea La pandemia del coronavirus: Preguntas frecuentes [volver]
17. The missing six weeks..., The Guardian, 28 de marzo de 2020. [volver]
18. All the President’s Lies About the Coronavirus, TheAtlantic.com, 24 de marzo de 2020. [volver]
19. Shortage of medical gear sparks bidding war among states, TheHill.com, 30 de marzo de 2020; Trump’s excuses for not using the Defense Production Act are wrong—and dangerous, Vox.com, 23 de marzo de 2020. [volver]
20. CDC director downplays claim that coronavirus spread is inevitable, New York Post, 27 de febrero de 2020. [volver]
21. Trump said he wants to keep Grand Princess cruise passengers on the ship, BusinessInsider.com, 6 de marzo de 2020. [volver]
22. Coronavirus: anger in Germany at report Trump seeking exclusive vaccine deal, Guardian, 16 de marzo de 2020. [volver]
23. Trump, Pompeo walk to brink of blaming Iran..., Reuters, 20 de marzo de 2020. [volver]
24. Iran Says U.S. Sanctions Are Taking Lives. U.S. Officials Disagree, New York Times, 1 de abril de 2020. [volver]
25. ‘Coughing while Asian’: living in fear as racism feeds off coronavirus panic, Guardian, 24 de marzo de 2020. [volver]
26. Amid a Pandemic, Trump Moves Forward With Safety Net Cuts, New York Times, 13 de marzo de 2020. [volver]
27. Trump admin will not reopen Obamacare exchanges during coronavirus pandemic, NBC News, 1 de abril de 2020. [volver]
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Rechazar el Fascismo ha emitido una nueva e importante Declaración de Conciencia para que muchos miles de personas la firmen y difundan en toda la sociedad.
Esta declaración sale en un momento en que decenas de millones de personas se oponen y temen profundamente lo que está haciendo el régimen de Trump y Pence, pero han demostrado que todavía no están dispuestas a actuar en masa de las formas que estén a la altura. A partir del otoño de 2019 pasando por el juicio político de Donald Trump, Rechazar el Fascismo luchaba por hacer nacer el tipo de protestas crecientes y sostenidas que pudieran impulsar que fuera sacado el régimen de Trump y Pence. Pero aunque eso estableció un estándar importante y fue correcto intentar hacerlo, un número adecuado de personas no respondieron para poner en marcha esta dinámica. Y no obstante, continúa la necesidad urgente de que este régimen sea sacado del poder por las masas de personas.
Ha quedado en claro que hace falta desarrollar una tremenda lucha ideológica y política con aquellos que se oponen al régimen de Trump y Pence para que lo vean por lo que es —un fascismo estadounidense que arrolla— y para que actúen en consecuencia. Esta nueva declaración, que poéticamente capta el peligro que enfrentamos y la responsabilidad que tenemos para con la gente del mundo, es una herramienta para desarrollar esta lucha. A medida que miles y decenas de miles de personas empiecen a conocerla y a firmarla, esta declaración podría cambiar dramáticamente el discurso en toda la sociedad.
Todos los que se nieguen a aceptar un Estados Unidos fascista deberían apuntar su nombre y contribuir a recabar miles de firmantes adicionales y recaudar decenas de miles de dólares en las semanas venideras, y luego muchísimos más. Se debería difundir esta declaración de mano a mano y en línea a: alumnas y alumnos de secundaria y estudiantes universitarios de todas partes; figuras prominentes de las artes, las ciencias, la literatura, la música y el cine; las comunidades que están en la mira de este régimen — los inmigrantes, los latinos, los negros, los musulmanes y otros; las comunidades legales y religiosas; los profesionales de todo tipo; y muchos otros. Que se lea desde los púlpitos y se discuta en las aulas. Que se cuelgue en las paredes y se debata en los medios de comunicación y en las redes sociales.
Para ganar a las personas para que firmen y difundan esta Declaración, y le hagan donativos, se requerirá una lucha, algo a lo que hay que darle la bienvenida. Es por medio de una lucha sobre la norma moral y el camino hacia adelante presentado en esta declaración que se puede forjar un pueblo que esté dispuesto a ponerse a la altura del reto histórico de nuestros tiempos.
Comience por leerla aquí, firme con su nombre, hágale un donativo, y luego difúndala entre los demás.
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Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) ha actualizado su Declaración de Conciencia/Llamamiento a la Acción de 2020, agregando la siguiente declaración a su poderosa denuncia al régimen de Trump y Pence:
“Con su anticiencia, durante meses el régimen de Trump y Pence ocultó el peligro del virus de la Covid-19, que ahora es pandemia, montando el escenario para su impacto potencialmente catastrófico a toda la sociedad y poniendo en mayor peligro a aquellos que han estado en la mira de su programa general: los inmigrantes obligados a vivir en las sombras y campos de concentración; los millones de negros y latinos que languidecen en las prisiones; la gente de Irán agobiada por sanciones crueles; los pobres, los enfermos y los sin techo en Estados Unidos y por todo el mundo”.
La Declaración es un documento dinámico. A medida que el mundo sigue cambiando rápidamente, cada día aumenta con urgencia y se hace más desafiante la necesidad de sacar del poder al régimen de Trump y Pence a la mayor brevedad posible. Debido a la pandemia de la Covid-19, por ahora estamos suspendiendo el enérgico trabajo para organizar protestas sostenidas de masas de millones de personas en las calles, reconociendo al mismo tiempo la necesidad de difundir en este momento que, en última instancia, estas protestas son la única manera de sacar del poder a este régimen fascista. Reconocemos que existe la posibilidad de que se desarrolle una situación en la que quizá fuera necesario responder así en el futuro, incluso ante una crisis sanitaria en marcha causada por la enfermedad, a fin de impedir que este régimen siga poniendo en peligro a la humanidad.
Además, reconocemos que, durante este periodo de distanciamiento social, las masas de personas quizá sientan la necesidad urgente de tomarse las calles con protestas legítimas para obtener sus necesidades básicas. En tales situaciones, nosotros tomaremos partido con las masas y argumentaremos por que incluso las protestas de masas intenten acatar las mejores prácticas de la salud pública.
Reconocemos que el régimen de Trump y Pence, con su oposición a la ciencia y su programa fascista, ahora representa un peligro aún mayor para la humanidad la que enfrenta a la pandemia de la Covid-19. Creemos que la Declaración de Conciencia de Rechazar el Fascismo es la mejor expresión de lo que la gente del mundo enfrenta y de lo que hace falta; sigue siendo tanto oportuna y acertada, al mismo tiempo que en este momento no estamos trabajando para implementar el llamamiento a que millones de personas se tomen las calles. Instamos a todos los que tienen un corazón que late por la humanidad a que lean detenidamente esta Declaración, la discutan, la debatan, la lleven donde sea posible —de las formas apropiadas— a los centros de detención de la Migra (ICE) y otros lugares donde las masas de personas la necesitan, y en general que desarrollen métodos creativos, especialmente en las redes sociales, para que la declaración se convierta en un polo en torno al cual millones de personas tomen posición y actúen.
El Consejo Editorial de Rechazar el Fascismo, 16 de marzo de 2020
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Tenemos que proclamar a los cuatro vientos lo que solo se ha mencionado entre susurros y acertijos. Tenemos ante nosotros un fascismo estadounidense que arrolla, envuelto en la bandera y la Biblia de Mike Pence cumplida a la letra — vomitando su veneno de supremacía blanca, misoginia, xenofobia, y opresivos valores “tradicionales” fundamentalistas.
Miles llenan estadios y le dan vivas a la atroz e intolerante retórica de Trump. Sus secuaces amenazan con lanzar una guerra civil y llevan a cabo acciones de terror.
La absolución de Trump tras un farsante juicio político ha establecido un precedente judicial para que él haga lo que le da la gana —incluso robarse elecciones— a medida que arrasa a toda velocidad con una venganza alarmante.
El régimen arremete contra la idea misma de la verdad objetiva; trafica no solo con mentiras sino con una descarada campaña de desinformación.
Se deshace de quienes se niegan a marchar en fila, y llena lo judicial, policial y militar, las ramas ejecutivas y legislativas, así como las cámaras estatales con fascistas y toda calaña de reaccionario rabioso —como los teocráticos fascistas cristianos— que ven en esta su última oportunidad para consolidar su dominio por generaciones.
El mundo que hemos conocido hasta hoy está siendo descuartizado. Los regímenes fascistas se están imponiendo en todas partes, al mismo tiempo que decenas de millones de personas a la fuerza tienen que buscar asilo debido a guerras, al cambio climático, y a enormes dislocaciones económicas. Los científicos han “recalibrado” el reloj del apocalipsis, que mide el peligro de una guerra nuclear y la destrucción del medio ambiente, a 100 segundos antes de la medianoche. Con su anticiencia, durante meses el régimen de Trump y Pence ocultó el peligro del virus de la Covid-19, que ahora es pandemia, montando el escenario para su impacto potencialmente catastrófico a toda la sociedad y poniendo en mayor peligro a aquellos que han estado en la mira de su programa general: los inmigrantes obligados a vivir en las sombras y campos de concentración; los millones de negros y latinos que languidecen en las prisiones; la gente de Irán agobiada por sanciones crueles; los pobres, los enfermos y los sin techo en Estados Unidos y por todo el mundo.
No será fácil reparar el daño ya hecho, y sin duda lo peor está por venir. Nos encontramos en un terreno cada vez más movedizo, y cualquier crisis grave, en el mundo o en Estados Unidos, podría convertirse en el pretexto para que este régimen se ponga los guantes de acero. La historia ha mostrado que hay que parar al fascismo antes de que sea demasiado tarde.
Basta ya. Desde aquí proclamamos a voz en cuello:
En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar un Estados Unidos fascista.
Ya es tarde. Si no intervenimos ahora, no podemos cuestionar cómo fue que el pueblo alemán aceptó los horrores del régimen nazi. Lo que permitimos no es solo lo que toleramos… sino en lo que nos volvemos.
No nos quedaremos al margen mientras este régimen hace trizas el estado de derecho. No permitiremos que otra vez se cambien las reglas con respecto a lo que toleraremos o que nos envolvamos en nuestras propias vidas mientras que el régimen llena campos de concentración en la frontera, enjaula a niños migrantes, excluye a los musulmanes, y amenaza a países enteros con fuego y furia. No permitiremos que a las personas LGBTQ las vuelvan a encerrar en el clóset o que las mujeres pierdan el derecho al aborto y el control de la natalidad.
Hace mucho que debimos haber descartado las ilusiones y auto ilusiones. Desde hace años unos han estado esperando a la Ola Azul, a Mueller, el juicio político. Pero los canales normales se volvieron callejones sin salida cuando el régimen hizo pedazos las normas y cambió las reglas.
No podemos apoyarnos en el Partido Demócrata para acabar con esta pesadilla. Trump los califica de enemigos y “traidores”, y azuza a sus secuaces a que “los encierren”. Sin embargo, una y otra vez los demócratas se lanzan a la oportunidad de trabajar con Trump, siempre y cuando él lo permita, y así van normalizando lo que debemos estar combatiendo. Cuando los demócratas por fin decidieron llevar a cabo el juicio político, lo hicieron basándose en argumentos verdaderos, convincentes, pero muy restringidos, enfocados en el chantaje a las elecciones, y no por la cantidad de crímenes que representa el programa de Trump y Pence. No han movilizado a la única fuerza capaz de transformar a la ecuación política misma —el poder popular en las calles— y se han negado a decir en público lo que muchos de ellos reconocen en privado, que Trump es un fascista.
No vayamos a esperar, en contra de los hechos, que las elecciones 2020 —las mismas por las que juzgaban a Trump por intentar sabotear— sean el remedio que resuelva esta crisis. ¿Qué vamos a hacer si Trump gana, o pierde y no quiere renunciar? ¿Qué daños podrían seguir perpetrando las fuerzas fascistas que él ha desencadenado, aunque él pierda y se vaya vengativo? Ninguna elección, justa o fraudulenta, puede legitimar lo que se ha normalizado en estos últimos tres años.
Sí es tarde, pero hemos visto cómo los pueblos en todas partes del mundo se han lanzado a las calles con protestas masivas, sostenidas, y no violentas para expulsar a regímenes odiados y así tener la oportunidad de forjar su propio destino. Ahora los ojos del mundo están sobre nosotros. Quieren saber de qué lado estamos. ¿Vamos a capitular ante este régimen, quedándonos callados y apacibles, o vamos a luchar contra toda injusticia que este régimen cometa y tomar las medidas decisivas para despistarlo de su rumbo de colisión con la humanidad?
Sí hay una manera de parar esto. Aferrados a nuestra conciencia, haremos sonar la alarma, y organizaremos para conseguir que miles, por todo este país, se lancen a las calles con masivas protestas, sostenidas y no violentas demandando Trump y Pence Fuera Ya, protestas que vayan creciendo hasta alcanzar los millones en las calles y hasta que se cumpla nuestra demanda. Este no es el camino fácil, demanda sacrificio, sin embargo, lo que hagamos será por el amor que le tenemos a la humanidad, en directa oposición al odio e intolerancia del régimen fascista de Trump y Pence, y así causarle a los poderes gobernantes una crisis política que resulte en la expulsión del poder de este régimen ilegítimo.
TENEMOS QUE MOVILIZARNOS para concretar esto en los hechos. Sí, es tarde, pero no es demasiado tarde.
PROMETEMOS que no nos mantendremos a un lado mientras existe la oportunidad de parar a este régimen que pone en peligro a la humanidad y al planeta mismo.
REPRESENTAMOS DIFERENTES PUNTOS DE VISTA, pero nuestra determinación nos une, PROCLAMAMOS:
En nombre de la humanidad,
Nos NEGAMOS a aceptar un Estados Unidos fascista.
Esta pesadilla tiene que parar:
TRUMP/PENCE ¡FUERA YA! [#OUTNOW!]
Lea el texto de la película en español aquí.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.
Rechazar el Fascismo es un movimiento de personas con diversas perspectivas, unidas en nuestro reconocimiento de que el Régimen de Trump y Pence representa un peligro catastrófico para la humanidad y el planeta y que es nuestra responsabilidad sacarlos del poder por medio de protestas no violentas que crezcan a diario hasta que se cumpla nuestra demanda. Esto quiere decir trabajar y organizarnos con toda nuestra creatividad y determinación para movilizar a miles y, con el tiempo, a millones de personas en las calles de las ciudades y los pueblos, para exigir:
¡Esta pesadilla tiene que terminar: El régimen de Trump y Pence tiene que marcharse!
Rechazar el Fascismo (RefuseFascism.org) acoge a los individuos y las organizaciones con diversos puntos de vista que comparten nuestra determinación a no aceptar a un Estados Unidos fascista, los que se sumen a nosotros y/o sean socios con nosotros en esta gran causa.
Conozca más sobre Rechazar el Fascismo aquí.
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En un artículo del 3 de febrero de 2020, “Impeachment Protestors Call for ‘Nonviolent Revolution’ To End U.S. ‘Fascism’” [Manifestantes a favor de la impugnación llaman a una ‘revolución no violenta’ para terminar con el ‘fascismo’ de Estados Unidos], en The Federalist (el que quizá no esté oficialmente afiliado a la poderosa Federalist Society [Sociedad Federalista] pero claramente comparte gran parte de su visión y objetivos reaccionarios de derecha), Krystina Skurk ataca a la diversa agrupación de ¡FUERA YA! [#OUTNOW!] que llama a una movilización de masas para exigir que sea sacado el régimen fascista de Trump y Pence, y ataca especialmente a aquellos de entre los manifestantes que son promotores del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian (BA).
En esta última dimensión, parece claro que Skurk al menos ha revisado y leído partes de la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de BA, y confecciona una supuesta “crítica” a esta Constitución a lo largo de su ataque general a las protestas ¡FUERA YA!. En este sentido, cabe decir que ofrece una lección sobre el patético estado de las cosas en el frente político que alguien como Skurk, con una perspectiva de derecha, en apoyo al fascismo que está concentrado en el régimen de Trump y Pence, se haya molestado en leer un poco esta Constitución, mientras que como fenómeno general aquellos que se consideran “de izquierda,” “progresistas” o “concienciados”, lo que incluye al mundo académico y en la intelectualidad (tal como lo es), ni siquiera se han molestado en hacerlo, y al contrario, simplemente han ignorado, desestimado o se han dedicado a burdas tergiversaciones y calumnias al trabajo crucialmente importante que ha hecho BA, incluida esta Constitución. Pero que no le demos a Skurk el reconocimiento que no se merece: de acuerdo con su propia visión y métodos reaccionarios y no científicos, lo que Skurk ha hecho no contiene un examen serio y honesto de esta Constitución (ni del nuevo comunismo del cual ésta es una expresión concentrada) ni de los manifestantes ¡FUERA YA!, que incluyen a unos partidarios de BA pero también a otras personas con una diversidad de puntos de vista. Al contrario, el ataque de Skurk contiene una combinación de ignorancia flagrante y burdas tergiversaciones. Según la visión del nuevo comunismo, esta respuesta se centrará en responder a algunas de las principales formas en que esto se destaca en su ataque a BA y al nuevo comunismo, mientras que también responderá a algunas de las más atroces tergiversaciones y descripciones erróneas de ella en relación con las protestas ¡FUERA YA!
Skurk escribe:
Muchos de los manifestantes hablaban de una constitución comunista escrita por Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario. Esta constitución formaría una nueva nación llamada La Nueva República Socialista en América del Norte. Sus legisladores serían elegidos por voto popular, y una mayoría de votos en la legislatura única de la nación podría adoptar leyes. Los miembros de esta legislatura servirían como un consejo ejecutivo. Fíjense que no existe ninguna separación de poderes, algo que muchos de los manifestantes se quejaban de que Trump estaba eviscerando.
Pero, en contraposición a la afirmación de Skurk, esta Constitución definitivamente prevé e institucionaliza la separación de poderes. Si bien la Legislatura elige al Ejecutivo, una vez elegido el Ejecutivo, éste está completamente separado e independiente de la Legislatura, y la Legislatura desempeña un papel definido de “supervisión” en relación con el Ejecutivo. Además, existe todo un poder judicial, con una Corte Suprema, que está separado e independiente tanto del Poder Legislativo como del Poder Ejecutivo y cuenta con poderes de “supervisión” en relación con ambos, incluida la facultad de declarar inconstitucionales las leyes y acciones tanto de la Legislatura como del Ejecutivo. Todo esto está detallado claramente en el Artículo I de esta Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, y nadie que estudie seria y honestamente esta Constitución razonablemente podría pasarlo por alto.
Skurk también dice:
En este nuevo paraíso comunista, toda la educación sería administrada centralmente por el estado y sería obligatoria. El sistema educativo se dedicaría a enseñar “el entendimiento materialista dialéctico de que toda la realidad consta de materia en movimiento... y nada más”. Se permite la discusión de los efectos culturales e históricos de la religión, pero eso es todo.
Aquí vemos otro ejemplo flagrante y atroz de los métodos descarados y escandalosos de reaccionarios como Skurk que no pueden refutar lo que en realidad el nuevo comunismo propone, como se encarna, por ejemplo, en esta Constitución de la autoría del arquitecto de este nuevo comunismo, Bob Avakian. En cambio, lo que vemos aquí por parte de Skurk es lo que únicamente puede ser una tergiversación consciente y deliberada. Para empezar, la forma en que Skurk (mal) cita esta Constitución llevaría a uno que no está familiarizado con ella a creer que únicamente se permitiría presentar “el entendimiento materialista dialéctico” mediante el sistema educativo de la Nueva República Socialista. A continuación se presenta lo que la Constitución dice en realidad, en la parte sobre la educación (en el Artículo I, Sección 2) de la cual Skurk, muy “selectivamente”, cita:
[E]l análisis materialista dialéctico de que toda la realidad consta de materia en movimiento de diversos tipos, y nada más, y la aplicación de este análisis y enfoque a todas las esferas de las ciencias naturales y sociales. Al mismo tiempo, como una aplicación de “la elasticidad sobre la base de un núcleo sólido” habrá previsiones para que se presenten otros puntos de vista opuestos, incluso de los defensores apasionados de dichos puntos de vista, como una parte del currículo general y la educación en general. (énfasis agregado)
Es muy difícil de creer —pone en entredicho la credulidad más allá del extremo de la ruptura, aceptar— que Skurk no viera la parte enfatizada (en cursivas) en esta cita, ya que le sigue inmediatamente después a la parte que sí eligió citar (en parte). Más bien, lo que obviamente obra aquí es que, de una manera típica de las personas con la perspectiva y método de ella, ella está operando de acuerdo con un prejuicio preconcebido de que el comunismo equivale a una pesadilla totalitaria que suprime toda creatividad, pensamiento crítico y disentimiento, y ella está sobreponiendo esta noción prejuiciada a la obra real (en este caso, la Constitución) que ella dice estar examinando. De hecho, la misma sección de esta Constitución (sobre la educación) que Skurk cita, de manera burdamente tergiversada, enfatiza este principio:
El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad.
Y este mismo principio y enfoque básico se aplica a todas las esferas de la actividad científica e intelectual.
Además, con respecto al arte y la cultura y los medios de comunicación, y en general a lo largo de esta Constitución, contiene disposiciones no sólo para proteger sino para abrir espacios para manifestar una diversidad de puntos de vista y opiniones, incluido disentir de las políticas y acciones del gobierno, y “abogar por la abolición de esta República y por reemplazarla con otro tipo de sociedad y forma de gobierno”. (Véase el Artículo III, Sección 2.) Esta orientación y enfoque básico se articulan desde el mero principio de esta Constitución, en el Preámbulo, y se recorre a lo largo de ella, a manera de cuestión de principios y método básico, tal como se concentra en la formulación “núcleo sólido, con mucha elasticidad”.
Del mismo modo, la combinación de ignorancia y deliberada tergiversación de Skurk se refleja en su declaración de que, entre los manifestantes que exigían que el régimen de Trump y Pence debiera estar ¡FUERA YA!, aquellos que son partidarios de Bob Avakian
señalan a Hong Kong como un ejemplo de un auge de lucha política que quisieran emular, pero no mencionan que el pueblo de Hong Kong está luchando contra un gobierno comunista, el mismo tipo de gobierno controlado centralmente que su héroe Avakian quiere implementar.
Ante todo, tal como entienden los partidarios de Bob Avakian —y tal como revelará cualquier análisis científico—, aunque el partido en el poder en China sigue empleando, de manera engañosa, la etiqueta “comunista”, ese partido y la sociedad que gobierna hace mucho tiempo dejaron de ser “comunistas” (o, más acertadamente, dejaron de estar en el camino socialista hacia la meta del comunismo) y, al contrario, desde hace más de cuatro décadas, a raíz de la muerte de Mao Zedong, han tomado el camino del capitalismo; contando con ciertas instituciones y procesos particulares que difieren del capitalismo en Estados Unidos y países similares, la propia China es un país capitalista-imperialista emergente y cada vez más poderoso.
Skurk agrega, sobre los partidarios de Bob Avakian: “Ellos condenan al capitalismo porque oprime a los pobres, pero no consideran a los millones de personas que el capitalismo ha sacado de la pobreza”. Irónicamente, como aspecto secundario de las cosas —pero algo que no es del todo irrelevante o insignificante, dado el enfoque y las afirmaciones de Skurk— la realidad es que una gran parte de aquellos que han sido “sacados de la pobreza” están en la China (sí, capitalista), cuyo sistema Skurk condena. Es cierto que, como proclaman los gobernantes de China, una clase media considerable (y, más allá de eso, un grupo más pequeño de millonarios y multimillonarios) se ha desarrollado con la implantación y el funcionamiento del capitalismo en ese país, pero eso es una parte de un panorama general —y una verdad más amplia— de que las masas de personas en China sufren una amarga explotación bajo este sistema capitalista; que cientos de millones de persona siguen sumidos en la pobreza; que el sistema de atención de la salud en China ha dejado de ser el sistema más igualitario en el mundo (como lo era cuando China estaba en realidad en el camino socialista) y se ha convertido en el sistema más desigual; que los males sociales, como la prostitución y la drogadicción, que se eliminaron en gran medida en el período del socialismo, ahora han resurgido y se han convertido en importantes fenómenos sociales — y que el desarrollo de la economía china es inseparable de la explotación por el capital chino a los pobres en África y de muchas otras partes del mundo.
Y se tiene la realidad de que, cuando China seguía en el camino socialista, bajo la dirección de Mao, el nivel de vida de las masas de personas mejoró enormemente (por ejemplo, la esperanza de vida se duplicó de unos 32 a 65 años, a la vez que la población en general creció, se eliminaron muchas enfermedades devastadoras o se redujeron significativamente sus efectos, la mortalidad infantil disminuyó significativamente y en una ciudad como Shanghái fue menor que en algunas partes de Estados Unidos, y así sucesivamente), y además esto se hizo mediante el desarrollo de la economía y la sociedad en general sobre la base de actuar para eliminar y arrancar de raíz la explotación y la opresión y apoyar a las luchas revolucionarias en otras partes del mundo.
De todo esto Skurk no tiene nada que decir — o bien es ignorante de esta realidad, o bien conscientemente elige ignorarla, o alguna combinación de las dos cosas.
Y su reconocimiento al capitalismo por haber sacado a millones de personas de la pobreza es muy similar al de quienes afirman que el pueblo negro de Estados Unidos debería estar agradecido porque —después de siglos de opresión brutal y asesina y de una degradación indecible en Estados Unidos—, por fin la esclavitud fue eliminada en este país (aunque de hecho la opresión horrible del pueblo negro ha continuado desde ese entonces, tanto en formas nuevas como centenarias, por ejemplo, la perpetuación de ciertas formas de esclavitud, en particular mediante el sistema penitenciario, por un período incluso después de la Guerra Civil). En cuanto a la pobreza y sus consecuencias, la realidad es que, si bien las cifras han disminuido en los últimos decenios, sigue siendo cierto, por ejemplo, que mueren unos seis millones de niños en el mundo cada año de hambre y de enfermedades prevenibles. Y ello en un mundo en el que las fuerzas productivas disponibles (la tierra, los recursos, la tecnología y las personas con conocimientos y habilidades) desde hace mucho tiempo han sentado las bases para que se eliminen completamente tales atrocidades —y de hecho la pobreza, las privaciones y la degradación en general—, en todas partes del mundo, y la razón fundamental de que esto no se haya logrado es la propiedad privada de los medios de producción en las manos de los capitalistas rivales, y las consecuencias de ello para las masas de la humanidad, incluida la destrucción velozmente creciente del medio ambiente, cuando con la abolición de la propiedad capitalista de los medios de producción y de la explotación de las masas de personas, y la instauración de la propiedad común de estos medios de producción, en una sociedad socialista en el camino hacia un mundo comunista, se podría eliminar y superar el terrible e innecesario sufrimiento que soportan las masas de la humanidad.
Skurk afirma que aquellos que son promotores del nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian “ingenuamente se hacen de la vista gorda ante los horrores que el comunismo ha causado en Rusia, China y Camboya, convencidos de que pueden hacerlo mejor”. La realidad es que, si bien muchos de esos “horrores” son inventos y tergiversaciones de personas de la calaña de Skurk (y, de hecho, de los apologistas “liberales” del capitalismo-imperialismo), y si bien la experiencia general de las sociedades socialistas en el camino hacia el comunismo ha sido definitivamente positiva e inspiradora, en un sentido secundario, en esa experiencia histórica, existían verdaderos problemas y errores, algunos de ellos de hecho atroces, y en las obras de Bob Avakian, a lo largo de más de cuatro décadas, se hace un examen científico crítico de la verdadera historia del movimiento comunista —sus grandes logros así como, de manera secundaria pero significativa, sus graves errores y sus severos reveses—, lo que incluye la experiencia en la Unión Soviética y en China (países que seguían el camino del socialismo durante varios decenios, antes de que se restaurara el capitalismo en esos países, a mediados de los años cincuenta en la Unión Soviética y a mediados de los años setenta en China) y Camboya, país que en realidad nunca estuvo en ese camino del socialismo sino que representó un alejamiento del mismo y una distorsión del comunismo. Este estudio científico, junto con un examen serio de muchas otras esferas importantes de la actividad humana y de sacarles lecciones, ha conducido precisamente a la síntesis que está encarnada en el nuevo comunismo. Y, sí, este nuevo comunismo sí capacita a aquellos que lo asumen y lo aplican como el método científico vivo que lo es, para que lo hagan aún mejor.
Con respecto al burlón rechazo de Skurk a la sociedad socialista concebida en el nuevo comunismo, y que está encarnada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, por ser “este nuevo paraíso comunista”, esto una vez más muestra la combinación de ignorancia y tergiversaciones deliberadas típicas de las personas con la visión de ella. Los comunistas, y en particular los promotores del nuevo comunismo, como método y enfoque consecuentemente científico no piensan en términos de un “paraíso” — es decir, el coto, y la fantasía, de la religión, y especialmente de los fundamentalistas religiosos. Al mero principio de la Constitución, y a lo largo de ella, se deja en claro que, si bien la sociedad socialista representa un gran salto hacia la emancipación de la humanidad, no es, y no puede ser, una especie de utopía. Es más bien una sociedad en transición —del capitalismo, mismo que ha sido derrocado rumbo al mundo comunista al que se propone alcanzar— y, como la Constitución claramente explica:
Como ha demostrado la experiencia histórica, la sociedad socialista —durante un período bastante largo— contendrá y de hecho regenerará elementos de explotación, desigualdad social y opresión, heredados inevitablemente de la antigua sociedad, los cuales no es posible arrancar de raíz y abolir de golpe ni en el momento después del establecimiento del estado socialista. Es más, es probable que durante un período prolongado surjan los nuevos estados socialistas en una situación en que estarán cercados en un grado u otro por estados imperialistas y reaccionarios, los que continuarán ejerciendo una influencia y fuerza importante y hasta podrán gozar de una posición dominante en el mundo durante algún tiempo. Durante un tiempo largo, esos factores seguirán generando fuerzas en la misma sociedad socialista así como en las partes del mundo aún dominadas por el imperialismo y la reacción, los que intentarán derrocar cualquier estado socialista que exista y restaurar el capitalismo ahí. Además, la experiencia histórica demuestra que, debido a esas contradicciones, surgirán fuerzas al interior del mismo partido de vanguardia, incluso en sus niveles más altos, las cuales lucharán por las líneas y las políticas que de hecho conducirán a socavar el socialismo y restaurar el capitalismo. Todo eso recalca la importancia de continuar la revolución en la sociedad socialista y de hacerlo en el marco general de la lucha revolucionaria por todo el mundo y con la orientación internacionalista de darle prioridad fundamental al avance de esa lucha mundial hacia la realización del comunismo, lo cual sólo se podría alcanzar a escala mundial, y recalca la importancia de la lucha al interior del propio partido así como en la sociedad en general a fin de mantener y fortalecer el carácter y papel revolucionario del partido en concordancia con sus responsabilidades de actuar como el liderazgo de la revolución en marcha hacia el objetivo final del comunismo y derrotar las iniciativas de transformar al partido en su contrario, en un instrumento para la restauración de la vieja sociedad explotadora y opresora. (del Preámbulo de esta Constitución).
Además, una de las características que distinguen al nuevo comunismo es el reconocimiento de que, incluso con la realización del comunismo, en el mundo entero, no habrá una especie de utopía, sino una situación en la que la explotación y la opresión y los antagonismos sociales correspondientes habrán sido eliminados, pero persistirán contradicciones las cuales la gente tendrá que seguir enfrentando y transformando continuamente. La gente seguirá enfrentando la necesidad en diversas formas y tendrá que asumir los continuos retos de desarrollar las formas —lo que incluye una lucha no antagónica en su seno— para transformar la necesidad en libertad... que a su vez será una parte de la nueva necesidad, que de nuevo tendrá que ser transformada en libertad... y así sucesivamente. La diferencia, una vez más, es que ya se habrán superado y rebasado la explotación y opresión y los correspondientes antagonismos sociales —y el punto de vista que corresponde a esa situación social— y ya no constituirán un obstáculo a la realización del proceso de transformar el mundo. Y en contraste con las sociedades anteriores que se basaban en la explotación y la opresión, la humanidad contará con una dimensión completamente nueva de la libertad — a pesar, una vez más, de que seguirá siendo necesario transformar la necesidad en nueva libertad.
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En oposición a uno de los subtítulos del artículo de Skurk, nadie —o ciertamente ninguno de los promotores del nuevo comunismo— afirma o cree que “el cristianismo es fascista”. Lo que Skurk hace en su artículo es un “ardid”, un truco típico de las personas las que son, de hecho, fascistas cristianos: fingir ser “la víctima” y decir que la oposición a sus esfuerzos por imponer a la sociedad una teocracia fundamentalista constituye en realidad la supresión y persecución a los cristianos y al cristianismo. No. El cristianismo como tal no es fascista, pero sí lo es el fundamentalismo cristiano — en particular en la forma en que se ha manifestado política e ideológicamente en Estados Unidos durante las últimas décadas, y a medida que se ha esforzado por, de hecho, imponer una tiranía teocrática en Estados Unidos. Bob Avakian ha hecho un extenso análisis científico de este fenómeno en diversas obras (las que están disponibles en el portal revcom.us así como El Instituto Bob Avakian). Con palabras que captan una buena parte de la esencia de esto, Bob Avakian, al referirse a los fascistas en Estados Unidos, entre los cuales los fundamentalistas cristianos son una fuerza importante de núcleo sólido, hace esta muy importante observación:
Hay una línea directa que conecta la Confederación esclavista de los años 1860 con los fascistas de hoy, y una conexión directa entre su supremacía blanca, su franco odio y repudio tanto a la gente LGBT como también a las mujeres, su repudio abierto a la ciencia y al método científico, su cruda xenofobia tipo “Estados Unidos Ante Todo”, y su proclamada “superioridad de la civilización occidental”, y su belicoso uso del poderío militar, incluso con sus declaraciones y abiertas amenazas de que están dispuestos a usar armas nucleares para destruir países.
En esta conexión, cabe citar, con cierta extensión, al teólogo afroamericano Hubert Locke:
Debido a la devastación cataclísmica que el gobierno fascista de Alemania causó en el mundo, nuestra atención se ha enfocado, con razón, en los 12 años que detentó el poder. Durante ese tiempo, James Luther Adams (uno de los teólogos venerados de mi generación y profesor de las universidades Chicago y Harvard) fue a Alemania a realizar estudios pos-doctorales, siguiendo la tradición de la época. Adams fue testigo del choque entre la iglesia y el fascismo alemán. Hace 25 años, al ver que la derecha religiosa emergía en este país [Estados Unidos] como una fuerza política dedicada a “recobrar la nación para Dios”, Adams les dijo a sus estudiantes que aquí también habría que luchar contra los “fascistas cristianos”. El fascismo, les advertía Adams, no regresará con esvásticas y camisas pardas. Sus herederos ideológicos se pondrán el manto de la Biblia; vendrán con cruces y recitando la Promesa de Lealtad a la bandera.
No debemos subestimar lo que está en juego en esta batalla contra la derecha religiosa. No es una casualidad que la fuerza y apoyo del movimiento radique en el centro del país, lo que llaman el “corazón” de Estados Unidos, y en particular la región sureña. Esa zona jamás se acomodó a la nueva realidad del país tras la Segunda Guerra Mundial. Al breve lapso de normalidad de posguerra le siguió una década de una revolución racial truncada y retrasada por mucho tiempo, que arrasó con siglos de cultura y tradición, especialmente en el Sur. Dos décadas más tarde, el desengaño de una guerra impopular en el sudeste asiático sacudió las bases del patriotismo convencional y tradicional en la vida estadounidense, a eso le siguió una revolución sexual que trastornó actitudes muy arraigadas de ese sector de la población sobre la posición subordinada de la mujer en la sociedad y el rechazo a las personas gays y lesbianas. Estas derrotas políticas, sociales y culturales han estallado ahora en una batalla sin tregua para retrasar el reloj 50 años y devolver el país a la pureza de la anteguerra. Es significativo que el creacionismo ocupe un lugar tan prominente en el programa de la derecha religiosa. La derecha perdió esa batalla a mediados de la década de 1920 pero nunca aceptó su derrota, como los sureños que no reconocen su derrota en la Guerra Civil. En consecuencia, la derecha religiosa quiere restaurar un modo de vivir que desapareció del país hace medio siglo.
Si todo esto fuera simplemente una batalla por la conciencia del pueblo estadounidense, podríamos entrar al conflicto con menos preocupación, confiados de que al final la razón y la bondad humana triunfarán sobre la ignorancia y la intolerancia. Pero esta es una batalla por el poder: por acaparar el poder, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que el país se gobierne de acuerdo a lo que la derecha religiosa considera a voluntad de Dios. (“Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke; énfasis agregado)
Skurk emplea la táctica de burlarse de los manifestantes ¡FUERA YA! con la estrafalaria afirmación de que no hay pruebas de que este fascismo, y en particular su columna vertebral y punta de lanza fundamentalista cristiana, haya logrado avances reales con respecto al gobierno y las leyes y la sociedad en general. Esto —posiblemente debido a su ignorancia real, pero mucho más probablemente debido a ignorar y tergiversar adrede— no reconoce ni acepta (o se niega reconocer o aceptar) estos hechos salientes, entre otros:
Con el ascenso del régimen de Trump y Pence, los propios fascistas cristianos se jactan de que jamás han tenido una rama ejecutiva que favorece y apoya tanto a sus metas. El mismo Pence es un descarado fundamentalista cristiano, y a todo nivel del régimen están fascistas cristianos agresivos parecidos, y algunos de ellos ya ocupan cargos importantes en el gobierno, tales como el secretario de Estado Mike Pompeo y el procurador general William Barr, quien le ha declarado la guerra al secularismo, que lo denuncia como un enemigo nefando el que es responsable de todos los males sociales de Estados Unidos.
Con este régimen en el poder, han escalado muchísimo los ataques contra el derecho al aborto y el control de la natalidad, hoy el derecho al aborto pende de un hilo, y en muchas partes de Estados Unidos prácticamente no está disponible, a la vez que el régimen ha logrado nombrar a una gran cantidad de jueces de derecha, a muchos niveles del poder judicial, incluso a los más altos niveles, los que claramente se oponen al derecho al aborto (tal como está consagrado en el fallo Roe contra Wade), y algunos de ellos también afirman que el fallo Brown contra la Junta de Educación el que prohibió la segregación en la educación estuvo equivocado (y en consecuencia, también habría que revocarlo).
El procurador general Barra hace amenazas de mal agüero a las comunidades negras las que se atrevan a protestar contra la brutalidad y asesinato policial, a la vez que la policía mata a mil personas al año, siendo una cantidad desproporcionada de ellas gente de color, en su mayoría sin arma, y Trump riega burdamente veneno supremacista blanco y fomenta ataques supremacistas blancos violentos, de parte de la policía y otros.
Este régimen está violando, de hecho está destripando, el derecho al asilo, con la deportación sumaria de grandes cantidades de inmigrantes (muchos de ellos a la muerte), miles de ellos están detenidos en campos de concentración, y muchos niños muy jóvenes han sido separados a la fuerza de sus padres y madres.
Este régimen y sus seguidores fascistas atacan repetidamente a la ciencia, en particular con respecto a la crisis climática así como el entendimiento fundamental de que la evolución, incluida la evolución de la especie humana, es un hecho científico firmemente establecido, una de las teorías más fundamentadas de toda la ciencia, sin la cual no se puede llevar a cabo y desarrollar la ciencia.
Trump ha amenazado, en más de una ocasión, con usar armas nucleares y destruir países.
Todo esto se está dando, y está acelerándose, junto con otras maniobras para instituir un gobierno fascista, importantemente con las descaradas burlas de Trump al estado de derecho, tal como se evidencia, por ejemplo, en su negativa a comprometerse a respetar los resultados de unas elecciones en las que él no sea declarado el ganador, así como su afirmación de que la Constitución de Estados Unidos la confiere el poder de hacer lo que le dé la gana, y su franco desprecio y evisceramiento de los principios y disposiciones de la Constitución federal, como ha salido a la luz durante su impugnación, que incluye la descarada obstrucción en el Congreso.
El hecho de que este régimen —todavía— no ha consolidado su dominio fascista o implementado en toda su extensión su programa fascista no es motivo de alivio o pasividad política (y mucho menos la clase de ridículo insincero que expresa Skurk con respecto a aquellos que actúen para conseguir la demanda de que sea sacado este régimen antes de que pueda llevar a cabo esa consolidación e implementación en toda su extensión), pero al contrario, debe de servir de toque de clarín para todos —los decenas de millones— los que despreciamos profundamente a este régimen y todo lo que se propone hacer, a que se sumen a los manifestantes ¡FUERA YA! y a su llamamiento a que las masas de personas, a los miles que crezcan a millones, a que lleven a cabo protestas no violentas pero sostenidas, cuyo objetivo no es “derrocar a nuestro sistema de gobierno”, como Skurk falsamente afirma, sino sacar a este régimen fascista antes de que sea demasiado tarde.
Finalmente, para responder a otra importante y aleccionadora tergiversación que hace Skurk, cabe examinar lo siguiente. Ella escribe:
La solución de Avakian para el racismo en Estados Unidos tiene dos elementos. Se prohibiría toda la discriminación (si así de sencillo fuera). Segundo, los afroamericanos contarían con la oportunidad de decidir si quieren formar territorios autónomos, algo parecido a las reservas para los indígenas. Lo mismo se aplica a los hispanos en el Sudeste de Estados Unidos. Alternativamente, el nuevo gobierno quizá considere devolver a México el territorio tomado durante la Guerra Mexicano-Estadounidense por los “Estados Unidos imperialistas”.
Esto encierra, una vez más, una burda y exagerada simplificación y tergiversación de lo que está encarnado en esta Constitución con respecto a superar la opresión racista. En el Preámbulo de la Constitución, así como en los Artículos siguientes, donde se discute la orientación fundamental y las políticas concretas concernientes a las múltiples dimensiones de la sociedad, se enfatiza la superación de “los atroces crímenes, la opresión y las injusticias perpetrados por la antigua clase dominante y gobierno de los Estados Unidos de América contra las diversas nacionalidades minoritarias” (Artículo II, Sección 3). Y no meramente se declara que “se proscribirá y se prohibirá la discriminación contra las nacionalidades minoritarias en todas las esferas de la sociedad, incluida la segregación en la vivienda, educación y otras áreas, y el gobierno central y el de otros niveles adoptarán y concretarán medidas y pasos para superar los efectos de la discriminación y segregación y el legado general de la opresión a la cual estos pueblos han estado sometidos”.
Toda esta Sección del Artículo II, que llena un total de 10 páginas de la Constitución, comenta concretamente la manera en que se aplicará esto con respecto a las instituciones, el funcionamiento y las políticas del gobierno; y también se trata esta cuestión en Sección 4 del siguiente Artículo (III).
Con respecto a otra burda tergiversación en la “crítica” de Skurk, las regiones autónomas que esta Constitución dice que quizá se creen para las nacionalidades minoritarias (anteriormente oprimidas) para nada “se parecen a las reservas para los indígenas”. Esas reservas, las que hoy existen en el marco general dominado por la clase dominante capitalista-imperialista de Estados Unidos, no fueron establecidas históricamente sobre la base de la voluntad de esos pueblos —tal como ocurriría en la Nueva República Socialista en América del Norte— sino mediante políticas y actos genocidas llevados a cabo por el gobierno de Estados Unidos y el sistema al que sirve, el cual diezmó a los pueblos indígenas y los obligó a ir a vivir en territorios y a subordinarse a un estilo de vida que no era de su elección, y que se ha esforzado por mantener a los pueblos ahí en condiciones de privaciones y opresión. En oposición directa y fundamental a eso, como explica la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, se deberá decidir la cuestión de establecer autonomía en las regiones y zonas “con importantes concentraciones demográficas de las nacionalidades minoritarias quienes estuvieron oprimidas al interior de las fronteras de los antiguos Estados Unidos de América imperialistas” por medio de elecciones únicamente con la participación de los miembros de esa nacionalidad específica.
Específicamente, con respecto de los indígenas norteamericanos, la Constitución (en el Artículo II, Sección 3) enfatiza que:
dondequiera que se establezcan regiones autónomas de indígenas en los alrededores generales de las tierras históricas de los diversos pueblos indígenas, el gobierno central también tomará medidas para asegurar que estas regiones autónomas no sólo tengan los necesarios territorios sino los necesarios recursos para propiciar un verdadero florecimiento de estos pueblos, en el marco general de la Nueva República Socialista en América del Norte. El gobierno central de la Nueva República Socialista en América del Norte les proporcionará ayuda y apoyo especial a cualquier región autónoma indígena, basándose en los principios y objetivos establecidos en la presente Constitución.
Y, en el Artículo III, Sección 4, esta cuestión también recibe énfasis:
Tal como se evidencia en la experiencia histórica de las nacionalidades oprimidas en los Estados Unidos de América imperialistas (y en la experiencia por todo el mundo), la superación de las desigualdades entre las regiones está fuertemente entretejida con la eliminación de la opresión nacional. Por esa razón en especial, el gobierno de la Nueva República Socialista en América del Norte destinará atención, esfuerzos y recursos especiales a desarrollar las regiones las cuales, debido al dominio de las clases explotadoras y la dinámica del capitalismo y otros factores, bajo el viejo sistema fueron mantenidas en una situación más atrasada, y a superar las disparidades entre las regiones así como las brechas entre las zonas rurales y las zonas urbanas (en este sentido, ver también el Artículo IV).
Finalmente, sobre esta importante cuestión, dada la continua experiencia de horrorosa opresión del pueblo negro a lo largo de la historia de Estados Unidos y su actual condición como nación oprimida dentro de Estados Unidos, la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte también defiende el derecho del pueblo negro a la autodeterminación, lo que incluye el derecho de separarse de la Nueva República Socialista y de formar un país separado — y establece el proceso y los medios con los cuales una votación, de parte del pueblo negro, podría ser organizada para determinar este asunto.
Todo eso es una expresión del principio fundamental que se expresa en el Preámbulo de esta Constitución:
La Nueva República Socialista en América del Norte es un estado multinacional y multilingüe que se basa en el principio de igualdad entre diferentes nacionalidades y culturas y uno de sus objetivos esenciales es eliminar por completo la opresión nacional y la desigualdad entre las nacionalidades, lo que fue una parte tan fundamental de los Estados Unidos de América imperialistas a lo largo de su historia. Es posible vencer y superar por fin las divisiones en la humanidad entre países y naciones y construir una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación únicamente sobre la base de estos principios y objetivos. Esta orientación también está encarnada en las diversas instituciones del estado y el funcionamiento del gobierno en la Nueva República Socialista en América del Norte.
Se podría escribir mucho más en respuesta al ataque de Skurk, pero de lo que se ha mostrado, está claro que su ataque no es una crítica de principios, basada en los hechos y razonada, ni a ¡FUERA YA! ni al nuevo comunismo, sino, como se decía al inicio de este escrito, su ataque es representativo de una típica combinación de burda ignorancia y deliberadas tergiversaciones que están al servicio de la especie de fascismo concentrada en el régimen de Trump y Pence, para el cual Skurk es una apologista, y el que constituye una amenaza muy real, inmediata y sí, siniestra, a la propia existencia y futuro de la humanidad. En oposición a eso, lo que representan los manifestantes ¡FUERA YA! y lo que éstos están llamando a hacer —y, en los términos más fundamentales, lo que está encarnado en el nuevo comunismo— representa una verdadera y edificante esperanza para la humanidad y su futuro.
¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!
En nombre de la humanidad,
nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista
Un mundo mejor ES posible
Un discurso de Bob Avakian
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En un artículo del New York Times del 21 de febrero de 2020, “Why Sanders Will Probably Get the Nod” (Por qué Sanders probablemente contará con el visto bueno), David Brooks procura equiparar a Bernie Sanders con Donald Trump porque, según Brooks, cada uno a su manera es transmisor de un mito fraudulento pero “exitoso” — un mito populista de derecha en el caso de Trump, y un mito populista de izquierda en el de Sanders. Esto es ridículo. Se refuta semejante intento de hacer que Sanders sea igual a Trump (o su “reflejo opuesto” o su “doble de izquierda” de Trump) simplemente viendo la realidad patente.
Como se analizará aquí, Sanders, en última instancia, sí comparte con Trump la realidad de que de hecho es un defensor del sistema capitalista y un representante y defensor de los intereses del imperialismo capitalista estadounidense. Pero eso no niega las diferencias muy reales y agudas entre Sanders y Trump, dentro de ese mismo marco fundamental. ¿Sanders promueve el racismo y la intolerancia, la misoginia (el odio a las mujeres) y el vil prejuicio y violencia hacia la gente LGBT, como lo hacen activamente Trump y aquellos que están asociados con él? ¿Sanders niega la ciencia del cambio climático, como lo hace Trump, negando la existencia de una crisis climática grave y acelerada en la que la actividad humana es un gran factor, al mismo tiempo que alienta y facilita el asolamiento desenfrenado del medio ambiente? ¿Sanders ha actuado para socavar los principios de una república capitalista constitucional y el estado de derecho, tal como Trump sigue haciendo, a manera de escalada? Además, en este sentido, ¿lo que Brooks caracteriza como el “mito” de Sanders realmente tiene algo en común con lo que Trump trafica? ¿Lo que dice Sanders no tiene nada de cierto, de que los superricos —los jefes de los bancos y otras instituciones financieras, compañías de tecnología, otras grandes empresas, etcétera— ejercen una influencia indebida sobre los asuntos políticos y los asuntos de la sociedad en general? ¿Figura eso, en realidad, en la misma categoría con las mentiras sistemáticas y las teorías lunáticas de conspiración que Trump constantemente repite y promueve, que están llenas de racismo e intolerancia, misoginia y xenofobia? Brooks, al equiparar a Sanders con Trump, se ha permitido alejarse de la realidad y caer en trucos demagógicos tan burdos que le darían vergüenza a un estafador torpe.
Brooks es un comentarista “conservador”, que se opone a Donald Trump, y se cree una suerte de filósofo que busca iluminar el bien común social que podría unir a las personas más allá de los conflictos partidistas “tribales”. Pero, en realidad, Brooks promueve el mayor mito de todos: de que el capitalismo sea el mejor sistema posible, cuyo funcionamiento e impacto resulten en el mayor bien común, no solamente para una pequeña clase de capitalistas sino para las masas de la humanidad, y que el capitalismo estadounidense es el luminoso ejemplo y modelo de todo esto. La verdad es que el capitalismo hoy es un sistema mundial del imperialismo capitalista que se mantiene mediante la despiadada explotación y opresión de miles de millones de personas por todo el mundo y la violencia perpetua — contra las masas de personas y contra el medio ambiente. Y esto es cierto, sobre todo, con relación al imperialismo capitalista estadounidense, y sus crímenes contra la humanidad, de los cuales Brooks también ha sido promotor y apologista activo.
Por ejemplo, cuando en 2003 Estados Unidos invadió a Irak, en una descarada violación del derecho internacional y a partir de mentiras repetidas y sistemáticas de que el gobierno iraquí encabezado por Sadam Husein tuviera armas de destrucción masiva (y que de alguna manera estuviera conectado con aquellos que realizaron los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos), Brooks era un defensor arrogante y agresor de esa guerra, la que desencadenó una vorágine de muerte y destrucción en esa región del mundo; y ha seguido confeccionando pretextos y racionalizaciones para esa guerra que contradicen los hechos claramente establecidos.
En cuanto al “gran bien común” que el capitalismo representa y hace en el mundo, como he señalado, en un mundo dominado por este sistema del capitalismo-imperialismo:
sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global... (Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución — el texto y los videos de este discurso están disponibles en revcom.us)
Bernie Sanders no representa, y lo que él llama a hacer no podría generar, una verdadera solución a todo esto, la que sólo se podría materializar mediante una revolución que se ponga a derrocar y arrancar de raíz al sistema capitalista y a crear sociedades socialistas radicalmente diferentes con el objetivo final de un mundo comunista. Sanders no es un verdadero socialista, y la “revolución” de la cual habla no es una verdadera revolución. Se le podría describir más acertadamente como un “socialdemócrata” que de hecho pregona cambios dentro del sistema capitalista, a obtenerse trabajando por medio de los procesos políticos establecidos. Eso se expresa, por un lado, como una promesa vaga de obtener justicia económica, social y racial, y de lidiar con la crisis ambiental; y por otro, cuando eso se expresa de una manera un poco más concreta, se centra en cosas como recaudar más impuestos a los superricos y a las corporaciones para financiar programas gubernamentales que cubrirían el cuidado médico universal, matrículas universitarias y la creación de energéticos renovables. Esto se toparía con la realidad de la manera en que efectivamente funciona el capitalismo, impulsado por la anárquica competencia y rivalidad entre los capitalistas en competencia —lo que ocurre no solamente en países específicos sino cada vez más a un nivel internacional— y más específicamente con respecto al imperialismo capitalista estadounidense, las masivas fuerzas armadas que requiere para mantener su imperio global (siendo sus fuerzas armadas el mayor consumidor institucional del petróleo del mundo), así como todo el desarrollo histórico de Estados Unidos, hasta la actualidad, sobre la base de la esclavitud y la supremacía blanca, la supremacía masculina y otras relaciones opresivas.
Todo eso, en combinación con las realidades del proceso político estadounidense —una “democracia” dominada por la clase capitalista que en realidad ejerce una dictadura (un monopolio del poder político, concentrado como un monopolio de la violencia “legítima”) para reforzar su dominio, y que hoy se caracteriza por profundas divisiones “partidistas” entre los representantes políticos de la clase capitalista— implicaría que sería muy difícil de obtener las reformas las que Sanders llama a hacer. Y, aunque de alguna manera fuera posible obtenerlas, no traerían la justicia económica, social y racial, ni tampoco haría posible una interacción racional con el medio ambiente ni un mundo sin los conflictos violentos que están arraigados en la propia naturaleza de este sistema capitalista-imperialista. De hecho, si bien él quizá asuma una pose menos bélica, con expresiones de más renuencia a emprender una guerra que los políticos más tradicionales de los partidos Demócrata y Republicano —y si bien no ha amenazado abiertamente con usar armas nucleares y destruir a países, como sí lo ha hecho Trump—, Sanders ha dejado en claro que considera que el poderío militar estadounidense y sus alianzas militares, como la OTAN, son cruciales e indispensables (y ha elogiado a las fuerzas armadas estadounidenses como las mejores del mundo). Las reformas mismas a las que Sanders llama a hacer en última instancia tienen la base, y dependerían de la base, de que el capitalismo-imperialismo estadounidense continúe ocupando la posición dominante en el mundo, y requerían usar y/o amenazar con usar el poderío militar estadounidense para mantener esa posición. La verdad es que los socialdemócratas en un país imperialista fundamentalmente y en última instancia tienen que estar a favor del imperialismo. Esto es una esencial característica y requisito de la socialdemocracia en un país como Estados Unidos.
En Breakthroughs (Abriendo Brechas), El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, enfaticé el comentario de Carlos Marx, el fundador (junto con Federico Engels) del movimiento comunista:
una de las características que distinguen a los reformistas —entre ellos los “socialistas” reformistas— es que, en la medida en que identifican a la economía como la fuente de la desigualdad y otros males sociales, tienden a situar el problema en la esfera de la distribución, aunque la fuente fundamental de la opresión y la desigualdad que caracterizan una sociedad explotadora, como el capitalismo, se encuentra en la esfera de la producción, y más específicamente en las relaciones de producción.
Esta “característica que distingue” caracteriza a alguien como Sanders, con sus conocidas denuncias a la clase “multimillonaria” y a su porción extremadamente desproporcionada de la riqueza y su dominio injusto del proceso político (nótese: critica a la “clase multimillonaria” y no se opone a todo el sistema capitalista).
El objetivo final de una revolución socialista real es la realización del comunismo en el mundo entero, con la eliminación de todas las relaciones de explotación y opresión, y de los conflictos antagónicos que éstas engendran. Esto requiere que se cambie todo el sistema —que se deshaga del sistema capitalista y se reemplace por un sistema radicalmente diferente— y no que se haga uno que otro cambio dentro del sistema capitalista existente.
En este proceso general, es fundamental la transformación del modo de producción. El “modo de producción” se refiere al sistema económico que abarca ciertas relaciones de producción, y más esencialmente la propiedad de los medios de producción —tierras, materia prima, estructuras físicas tales como las fábricas y la tecnología— los que bajo este sistema son propiedad privada y están bajo el control de los capitalistas, o asociaciones importantes de capital tales como corporaciones, bancos, etc. Esto es la fundación sobre la cual los capitalistas explotan a las masas de personas —en todas partes del mundo— las que no poseen medios de producción y por lo tanto son obligadas a trabajar para los capitalistas que monopolizan los medios de producción. Y eso es la base sobre la cual los capitalistas acumulan ganancias de manera privada, en una competencia febril con otros capitalistas. Una verdadera revolución socialista tiene por objetivo transformar la propiedad de los medios de producción a la propiedad común de la sociedad en su conjunto, lo que haga posible lo que nunca se puede hacer bajo el capitalismo: realizar la producción sobre la base de un plan integral, que no obra por medio de la explotación sino por medio de la participación consciente y activa de las masas de personas, en interacción con el resto de la naturaleza de una manera sustentable a la vez que satisfaga las necesidades materiales, culturales e intelectuales de la gente —no sólo en una parte del mundo sino a la larga por todo el mundo— y que actúe para eliminar completamente la pobreza, privación y degradación, y todo el sufrimiento innecesario que las masas de personas por todo el mundo tienen que soportar bajo el dominio de este sistema capitalista.
Al mismo tiempo, hay que llevar a cabo la transformación del modo de producción en una relación dialéctica (un proceso interrelacionado que se influencia mutuamente) con la transformación de las relaciones sociales opresivas (como la relación entre hombres y mujeres) y las ideas y la cultura que refuerzan la opresión y la explotación. Y, de gran importancia, para lograr todo eso, hace falta —y es imposible lograr todo eso sin— derrocar y desmantelar el aparato estatal (en particular, las fuerzas armadas y la policía, así como las cortes y las burocracias, y el poder ejecutivo) haciendo valer el dominio de los explotadores (la clase capitalista), y reemplazándolo por un poder estatal socialista cuyo propósito y función es de servir y promover la transformación radical de la sociedad, y del mundo en su conjunto, hacia la abolición de toda explotación y opresión1.
En varios escritos míos, y hace poco en el siguiente pasaje en Breakthroughs (Abriendo Brechas), he hablado de la relación entre transformar el modo de producción y transformar las relaciones sociales:
[E]n última instancia, el modo de producción sienta las bases y pone los límites para el cambio, en cuanto a la manera de tratar cualquier problema social, como la opresión de las mujeres, la opresión del pueblo negro o de los latinos, la contradicción entre el trabajo intelectual y el trabajo manual, la situación con el medio ambiente o la situación de los inmigrantes, etc. Aunque todas esas cosas tienen una realidad y dinámicas propias, y no se pueden reducir al sistema económico, todas ocurren en el marco y en medio de las dinámicas fundamentales de ese sistema económico; y ese sistema económico, ese modo de producción sienta las bases y establece los límites fundamentales del cambio con respecto a todas esas cuestiones sociales. Por lo que, para deshacerse de todas estas diferentes formas de opresión, es necesario tratarlas en sí, pero también es necesario hacer cambios fundamentales al sistema económico para crear la posibilidad de poder llevar a cabo esos cambios en términos fundamentales. En otras palabras: Es necesario tener un sistema económico que no impida hacer esos cambios y que, por el contrario, no sólo permita sino que siente una base favorable para hacer esos cambios”. (El Nuevo Comunismo, Primera parte, “Método y enfoque, el comunismo como una ciencia, p. 77, énfasis en el original, citado en Breakthroughs [Abriendo Brechas], que también está disponible en revcom.us.)
Como ya he resumido, lo que es patentemente deshonesto en la manera en que David Brooks representa a Bernie Sanders es que lo trata como si fuera esencialmente igual a Trump. Si bien lo que Sanders representa, y lo que Trump representa, permanecen en el marco del sistema capitalista-imperialista, dentro de ese marco hay una diferencia muy real entre la socialdemocracia que Sanders promueve, y el fascismo del régimen de Trump y Pence. Es ese régimen fascista el que constituye un peligro inmediato concentrado, a la sociedad y a la humanidad en su conjunto, mientras en términos fundamentales es el dominio capitalista en sí, de cualquier forma, y el monstruoso sistema de explotación y opresión que lo refuerza con una violencia asesina y masivamente destructiva, los cuales hay que borrar y reemplazar con una radicalmente diferente sociedad y mundo.
1. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, contiene una visión abarcadora y a la vez un plano concreto para una sociedad radicalmente diferente: una verdadera sociedad socialista, que tiene como objetivo final un mundo comunista. [volver]
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Como ateo, estoy renuente a invocar imágenes religiosas, pero “pacto con el diablo” sí se parece a una metáfora apropiada para caracterizar aspectos importantes de lo que ha pasado en la política dominante de Estados Unidos en los últimos años. En El régimen de Trump y Pence tienen que marcharse1, aludí a “la alianza impía” entre los fascistas cristianos fundamentalistas y Trump, cuyo comportamiento y “moral” personales chocan flagrantemente con los “valores” pregonados por dichos fascistas cristianos, valores igualmente abominables pero definitivamente diferentes. Sin embargo, no son solamente los fundamentalistas religiosos los que han “pactado con el diablo”; también lo han hecho los que dicen que el “comportamiento” de Trump contiene mucho que no está de su agrado, y que incluso se distancian de algunos aspectos de la intolerancia más descarada de Trump, pero que no obstante dicen que lo apoyan porque bajo Trump la economía va bien.
Algunas personas hablan de las fallas en esta posición, señalando que una buena parte del “progreso económico” del cual se atribuye Trump empezó cuando Obama era presidente y maquinó una “recuperación” de la crisis económica de 2007-2008; si bien quizá el índice oficial de desempleo esté bajo, el desempleo real es significativamente mayor; que muchos de los trabajos son mal pagados y precarios; que inmensos números de egresados universitarios están cargados de un enorme peso de deuda; que muchas familias, incluso las que aparentemente son adineradas o cómodas económicamente, con tan sólo una fuerte crisis de salud sufrirían una presión financiera extrema o incluso la ruina; que más de 550.000 personas están sin techo en una noche típica; que la disparidad salarial ha crecido en una proporción grotesca... y así sucesivamente. Pero, hay que decir francamente que los argumentos de este tipo, por válidos que sean según sus propios términos, en esencia no solamente son irrelevantes con relación a Trump sino que sirven para validar una norma y criterio que nunca debe aplicarse o aceptarse: de que sería legítimo apoyar a los fascistas, tales como aquellos del régimen de Trump y Pence, si un régimen así efectivamente mejorara la economía.
Con previos regímenes fascistas, en efecto, por un tiempo, se dio un mejoramiento significativo en la economía. Por ejemplo, con la ascensión al poder de Mussolini en Italia después de la Primera Guerra Mundial, se eliminó cierto caos en la sociedad y en el funcionamiento de la economía y “se restauró el orden” (algo que se convirtió en “homenaje” al decir que Mussolini “hizo que los trenes operaran con puntualidad”). Aún más dramáticamente, cuando Hitler y los nazis ascendieron al poder en Alemania, tras años del desempleo masivo y una inflación galopante, si dio una mejoría dramática en la situación económica, estimulada en particular por el impulso de la máquina de la guerra. Apoyar al régimen de Trump y Pence sobre la base del comportamiento de la economía es igual de inmoral y despreciable como lo hubiera sido apoyar a esos previos regímenes fascistas, bajo Mussolini e Hitler, sobre la misma base.
Rechazar el Fascismo, que desde el inicio del régimen de Trump y Pence ha hablado de su naturaleza fascista y ha convocado a una movilización no violenta pero sostenida de masas para exigir que fuera sacado este régimen, hace poco ha llamado la atención a que, a raíz del juicio político de destitución de Trump en el Senado y su absolución:
El fascismo ha venido desenvolviéndose, pero ha dado un gran salto mediante esta farsa de juicio. En los últimos días, se ha ampliado la prohibición a los musulmanes para que incluya a seis países nuevos, lo que presagia que el programa fascista en su conjunto avanzará con aún más venganza y privilegio. Campos de concentración en la frontera... La aceleración de la devastación ambiental... El peligro de la guerra, incluso la amenaza de una guerra nuclear... El dominio de la supremacía blanca... Las turbas fascistas y racistas asesinos en masa... La eliminación de la verdad y la ciencia... Casi eliminado el derecho al aborto... El destripamiento del estado de derecho y los derechos democráticos y civiles... Todo esto y muchas otras cosas se acelerarán y se avalarán más con esta absolución en el Senado.
Todo eso es lo que se está facilitando e impulsando al apoyar a Trump, sin importar la razón, o racionalización, que se dé para dar ese apoyo. Y si bien quizá Trump no sea literalmente “el diablo” —como tampoco lo es el Mesías según creen que lo es algunos de sus seguidores fundamentalistas religiosos fanáticos— un “pacto” que implica apoyar a Trump es algo que nadie podría hacer sin destruir toda la decencia y humanidad que quizá todavía le queden.
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No obstante, apoyar a la aplicación fascista del dominio capitalista no es la única forma en que se ha manifestado la bancarrota moral en el ámbito político. Esto también ha pasado con aquellos que han sido incapaces de deshacerse de la aflicción, y la adicción, de apoyar a los representantes más “ilustrados” de este sistema. Un ejemplo chocante de esto son aquellos que se dejaron caer en la éxtasis ilusorio de creer que cuando Barack Obama entró en la presidencia, pues, eso de alguna manera significaría que iban a quitar los largos años de horrorosa opresión y degradación y las barreras a la oportunidad y la superación. En realidad, si bien quizá se encontraran más rostros negros a cargos altos, y si bien los Obama cortejaran a algunas figuras culturales negras, no cambió hacia lo mejor durante la presidencia de Obama la situación para las masas del pueblo negro — que incluía a los centenares asesinados por la policía cada año y el terror policial general contra el pueblo negro y otras nacionalidades oprimidas. De hecho, en este sentido, el principal impacto de la elección de Obama a la presidencia era reforzar y fomentar más la vil mentira de que en Estados Unidos no hay barreras a que cualquiera “se supere”, con la inevitable implicación (o la franca insistencia) de que, si algunas personas no se han “superado”, pues la culpa es de ellas — una mentira que el mismo Obama expresó durante su discurso de triunfo electoral de 2012.
Y ese delirio sobre lo que Obama representa llevó a muchas personas a dejarse cegar, o hacerse de la vista gorda, ante los crímenes de guerra y otros crímenes contra la humanidad, y el saqueo del medio ambiente, por Estados Unidos (y sus “aliados”) mientras Obama era el máximo ejecutivo y el “comandante-en-jefe”. Esto incluía la matanza de más de 2.000 personas en Gaza, Palestina, por Israel en 2014 —en su gran mayoría civiles, entre ellos cientos de niños— algo que contó con todo el enérgico apoyo de Obama. Además, se tiene el significado y el impacto de lo que Obama ha dicho con relación a Vietnam. En un artículo reciente2, recalqué la destrucción gratuita y las atrocidades depravadas perpetradas por las fuerzas armadas estadounidenses en Vietnam, entre ellas:
la matanza de millones de civiles vietnamitas, con incesantes bombardeos y fuego de artillería, incluso contra escuelas, hospitales, presas y otra infraestructura esencial, y el extenso uso de napalm (gelatina incendiaria), fósforo blanco, Agente Naranja y millones de municiones antipersonal, todo lo que mató quemados o mutiló a enormes números de niños y otras personas;
el arruinamiento de los medios de subsistencia de millones de vietnamitas, mediante la destrucción de grandes extensiones de tierras de cultivo y el ganado que son tan esenciales para la gente en las zonas rurales de Vietnam;
la tortura de personas detenidas como prisioneros, incluidos muchos civiles: hombres, mujeres, ancianos y jóvenes, incluso niñitos;
la mutilación de cadáveres y la exhibición, como “trofeos”, de partes corporales de los vietnamitas que mataban;
la violación en masa de mujeres y niñas vietnamitas.
Todo eso, y otras cosas, era el “servicio” que cumplieron las fuerzas armadas estadounidenses y sus soldados en Vietnam. ¿Barack Obama, como presidente y “comandante-en-jefe”, tenía algo que decir al respecto? Sí, en efecto. Pero, no dijo nada para condenar esa atrocidad indecible y eliminar para siempre la posibilidad de que se vuelva a perpetrar — sino, al contrario, dijo algo para elogiar a los que la perpetraron. Examinemos, por ejemplo, los siguientes comentarios hechos por Obama como parte de la Conmemoración a la Guerra de Vietnam el 28 de mayo de 2013:
Uno de los capítulos más dolorosos de nuestra historia fue Vietnam — más particularmente, la manera en que tratamos a nuestras tropas que sirvieron ahí.... [U]stedes escribieron una de las historias de valentía e integridad más extraordinarias en los anales de la historia militar.
Cabe decir al respecto que los únicos actos de genuina valentía e integridad de parte de soldados estadounidenses y ex combatientes de la guerra de Vietnam eran los actos de aquellos —miles, en última instancia— que se voltearon en contra de esa guerra y desempeñaban un rol crucial en desenmascarar lo que las fuerzas armadas estadounidenses realmente hacían allá y en contribuir a lo que se convirtió en una oposición masiva a la guerra. Pero, al hablar de la “valentía e integridad” de las “fuerzas que sirvieron” en Vietnam, de hecho Obama está avalando los crímenes verdaderamente monstruosos perpetrados sistemática e implacablemente por las fuerzas armadas estadounidenses y sus soldados en Vietnam; y sus comentarios constituyen lo mismo que decir que lo que era “doloroso” no era esa atrocidad y los horrores que infligió al pueblo vietnamita, sino el hecho de que ¡aquellos que ordenaron y cometieron esos actos indecibles no recibieron el apoyo y respeto, que según cree Obama, se merecen! Eso sirve no solo para “honrar” los horripilantes crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad del pasado sino para “legitimar” y alentar el apoyo a semejantes actos de parte de Estados Unidos (y sus “aliados”) en la actualidad y en el futuro.
Para continuar la metáfora, ¿realmente es posible que alguien siga idolatrando a Obama sin “pactar con el diablo” — en referencia no solamente al propio Obama sino el “diablo” mayor, el sistema capitalista-imperialista del cual él es fiel sirviente?
 
1. ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, un discurso filmado de Bob Avakian, está disponible en inglés (y en forma de texto en español) en revcom.us. [volver]
2. El artículo citado, “Bob Avakian, sobre el juicio político de destitución, crímenes contra la humanidad, liberales y mentiras, y verdades profundas y provocadoras”, está disponible en revcom.us. [volver]
Permalink: https://revcom.us/a/641/bob-avakian-la-asesina-ilusion-de-la-normalidad-es.html
| revcom.us
Aun antes de que el coronavirus se convirtiera en una pandemia mundial, un columnista del New York Times escribió sobre el atractivo del aburrimiento — argumentando que, después de los años de la locura de Trump, tener a un presidente que induzca al sueño (como Joe Biden) podría ser justamente lo que se necesita. El impacto del coronavirus ha reforzado y fortalecido esta tendencia hacia un “anhelo por la normalidad”, especialmente por parte del sector de la clase dominante representada por el New York Times y ese sector de la sociedad, particularmente entre las capas medias con mayor educación formal, que durante algún tiempo se ha identificado, en una medida importante, con lo que representa el New York Times.
Pero, en términos fundamentales, esta noción de “volver a la normalidad” es una ilusión la cual reventarán la naturaleza y el funcionamiento del sistema de capitalismo-imperialismo al que están sometidas las masas de la humanidad.
En el contexto de esta crisis actual, las relaciones explotadoras y opresoras integradas en este sistema se están manifestando de una manera pronunciada, en Estados Unidos y a nivel internacional, al igual que lo han hecho en crisis anteriores. Por ejemplo, cuando azotó el huracán Katrina, en Nueva Orleáns y sus alrededores en 2005, aunque sufrieron grandes sectores de la gente, fueron los negros pobres quienes fueron golpeados de las formas más devastadoras, debido a la opresión y las desigualdades crueles a las que ya estaban sometidos y debido a la negligencia no tan benigna y a menudo las acciones malignas de aquellos que se encuentran en el poder. Lo mismo ha sido cierto con respecto al SIDA —son aquellos que han sido en la mira de la discriminación y la denigración los que más han sufrido— y la carga desequilibrada del sufrimiento se ha acentuado especialmente a escala internacional, con las personas en el África subsahariana las que en particular sufren una tremenda devastación.
Aunque el coronavirus azotarán a grandes sectores de la población, esta desigualdad una vez más ejercerá un efecto en Estados Unidos en relación con la crisis actual — estarán sometidos a un sufrimiento desproporcionado los inmigrantes, los prisioneros, las personas sin hogar, las personas de las comunidades pobres, particularmente entre las nacionalidades oprimidas, y otros que están subordinados, degradados y despreciados por el “funcionamiento normal” de este sistema y los de arriba1.
Y a nivel internacional, las mismas dinámicas se aplican de una manera aún mayor. Como he señalado anteriormente:
vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global2.
Son aquellos, en todo el mundo, los que están mantenidos en estas condiciones los cuales son los más afectados en esta crisis, al igual que en el pasado.
Todo esto, en combinación con la crisis climática continua y cada vez más profunda, arraigada en las dinámicas de este sistema y la que cada vez más representa una amenaza existencial a toda la humanidad, impelerá a las masas, a millones y, en última instancia, miles de millones de personas, a una desesperación aún mayor, y nadie sobre el planeta podrá evitar las repercusiones y los efectos de todo esto.
Los peligros inmediatos, el problema fundamental y la solución revolucionaria
Hace varios años, señalé:
Hoy, aunque Estados Unidos es y se proclama la superpotencia mundial #1, está plagado de contradicciones cada vez más agudas y enfrenta retos internos y a nivel internacional, y esto ha generado un régimen fascista, que ahora tiene las riendas del poder y el dedo de un golpeador demente sobre el disparador nuclear — un régimen que sin exageración, no solamente amenaza con gran sufrimiento a las masas de la humanidad sino a la propia existencia de la humanidad3.
Y, en varios otros países, el fascismo ha seguido cobrando fuerza, como respuesta —una reacción fanática, lunática y violenta— a los cambios los cuales están impulsando fundamentalmente las necesidades y dinámicas del sistema capitalista imperialista y el hecho de que el sistema no tiene, y no puede tener, ninguna solución positiva a todo esto. A pesar de lo que muchos (especialmente a muchos “liberales”) quisieran creer, la noción de que especialmente en tiempos de crisis como el actual “todos nos encontramos juntos en esto” está en conflicto con la realidad y refuta la realidad, y específicamente las fuerzas fascistas no la acatan. Por ejemplo, las ventas de armas en Estados Unidos se han disparado aún más en medio de esta crisis, ya que los “sujetos de la Segunda Enmienda” se abastecen aún más de armas letales para “protegerse” de los “criminales” (y, por parte de muchos de ellos, para prepararse para la “guerra civil” que ven que se perfile). En referencia una vez más a las ideas del teólogo afroamericano Hubert Locke, lo que está ocurriendo con el movimiento fascista en Estados Unidos no es solo una batalla abstracta por los “corazones y mentes” de las personas, sino una lucha mortalmente seria por el poder, con el objetivo —en particular por parte de la fuerza impulsora fundamentalista cristiana de este fascismo— de “tomar las riendas del gobierno, manipular los tribunales y las decisiones judiciales, controlar los medios de comunicación y entrometerse en todo rincón de la vida y las relaciones personales, para que el país se gobierne de acuerdo a lo que la derecha religiosa considera la voluntad de Dios4.
Esta es la razón por la que la noción comúnmente propagada de que todo lo que ha conducido a la fuerte polarización en Estados Unidos, y a la locura asociada con Trump, es un “alejamiento de la civilidad”, o más específicamente, que surge de la incapacidad de los “liberales” educados de la clase media para comunicarse con las personas en el “heartland” [se refiere a la vida provinciana de los pueblos pequeños de Estados Unidos] y de tratar de entender sus puntos de vista — pues toda esa noción no solo es completamente errónea, sino que en realidad es una peligrosa idea delirante. Al escribir hace un poco más de 20 años, en su libro Mobilizing Resentment, basado en su extensa investigación sobre el movimiento de derecha en Estados Unidos, Jean Hardisty cuenta que, aunque sus esfuerzos por desarrollar una conversación civil y amigable con la gente de este tipo inicialmente se toparían con cierta amabilidad superficial, a medida que se desenvolvía la conversación, repetidamente la someterían a la “brutal intolerancia” la cual saldría en primer plano por parte de estos derechistas. Como ella lo expresa gráficamente: “cuando le doy a los derechistas el beneficio de la duda, por respeto a su derecho a su propia concepción del mundo, en cada ocasión me recompensan con una patada en los dientes”. Ella resume que estamos lidiando con
un movimiento bien financiado, bien coordinado y astuto que ha desarrollado brillantes técnicas de manipulación y ha capturado y configurado un momento acogedor de la historia. La búsqueda de la derecha del poder político se ha convertido en una realidad aterradora5.
Y, en los 20 años más o menos desde que Hardisty escribió este libro, las cosas solo han empeorado, y el peligro que esto representa es aún mayor.
En términos muy inmediatos, toda la perspectiva y los métodos, así como las prioridades de los fascistas, concentrados en el régimen de Trump y Pence —con el nombramiento del anti-científico Pence para encabezar los esfuerzos del gobierno en torno a la Covid-19; el rechazo inicial de Trump al alcance y al peligro que representa este virus y sus continuas mentiras al respecto; su burdo chovinismo pro estadounidense, de oponer Estados Unidos al resto del mundo; su reiterada tendencia a temerariamente negar la ciencia médica e ignorar las recomendaciones de los expertos médicos cuando vayan en contra de sus propios intereses y objetivos estrechamente concebidos y peligrosamente miopes; y más— amplifican y fortalecen las barreras que el “funcionamiento normal” del sistema capitalista-imperialista interpone en el camino de un enfoque sistemático y coordinado de combatir el coronavirus. Al mismo tiempo, se tiene la cuestión de si Trump realmente reconocerá los resultados de las elecciones en noviembre si no es el ganador (incluso en el conteo del colegio electoral, así como en el voto popular) — o si incluso se celebraran elecciones, ya que no es impensable que Trump “atrasara” (o incluso cancelara de plano) las elecciones, declarando que en el contexto de la crisis del coronavirus, ¡es muy peligroso celebrar elecciones!
Hay que oponerse a todo esto y superarlo en la mayor medida posible, al mismo tiempo que hay que reconocer que se requerirá una transformación radical de la sociedad y, en última instancia, del mundo en su conjunto, para eliminar las poderosas restricciones que este sistema impone a los seres humanos y su capacidad de actuar en común para hacerle frente y transformar la necesidad que enfrentan, de manera continua y de manera aguda en tiempos de crisis.
Pase lo que pase con respecto a las elecciones que están programadas para noviembre, y sin importar la forma en que se resuelva la crisis del coronavirus —o si de hecho no se resuelve, pero se convierte en parte de una “crisis en cascada”, en la que una crisis lleva a otra... y a otra— no se volverá a alguna noción idealizada de la “normalidad”. Y, aunque ciertamente existe un deseo legítimo y positivo por parte de las personas en todas partes de ir más allá del flagelo de este virus, teniendo en cuenta cuál es la situación real para las masas de la humanidad bajo la dominación “normal” de este sistema, nadie debería desear que las cosas volvieran a la “normalidad” dictada por el sistema capitalista imperialista.
Al fondo de la crisis inmediata, y del peligro que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista fanática, se encuentra la realidad más fundamental del sistema capitalista-imperialista y las consecuencias de dejar que este sistema siga dominando el mundo y determinando las condiciones de las masas de la humanidad y, de hecho, el propio destino de la humanidad misma. Esta crisis con el coronavirus ha puesto en agudo relieve la realidad de que el sistema capitalista no está simplemente fuera de sintonía, sino que está en conflicto fundamental y es un obstáculo directo a la satisfacción de las necesidades de las masas de la humanidad. A pesar de que los capitalistas y los gobiernos que representan sus intereses se han visto obligados a tomar ciertas medidas de emergencia que de alguna manera van en contra de las dinámicas inherentes de su sistema (como la intervención masiva del gobierno en el funcionamiento de la economía), siguen imponiéndose las formas en que este sistema constituye un obstáculo para hacer frente a esta crisis — lo que incluye no solo tales acciones perversas como el acaparamiento de vitales insumos médicos y de otro tipo, a fin de hacer que suba el precio, sino también el hecho de que la creación de la riqueza bajo este sistema opera sobre la base de la explotación despiadada y el empobrecimiento de las masas de personas en todo el mundo, mientras que incluso en los países “más ricos” existe una pobreza importante y grandes partes de la población viven de una quincena a otra y se encuentran a tan sólo una fuerte crisis del desastre; la continua rivalidad entre diferentes capitalistas (o asociaciones de capital) —con su propiedad privada de los medios de producción (tierras, materias primas, tecnología, fábricas y otras estructuras) y la acumulación privada competitiva de riqueza— actúa como un obstáculo a la necesaria cooperación y a la producción de cosas que quizás se necesiten con urgencia pero que no producen ganancias privadas — y toda la ideología de promover los intereses de uno a expensas de los demás, el individualismo fomentado por este sistema y promovido a ultranza hoy en Estados Unidos, va en contra y socava las inclinaciones hacia la cooperación y, sí, hacia el sacrificio por el bien mayor. A pesar de los esfuerzos dedicados de muchas personas bien intencionadas, aunque se resuelva la crisis inmediata con el coronavirus, esto se hará sobre la base de intensificar las contradicciones incorporadas en este sistema y el sufrimiento de las masas de la humanidad que ya están explotadas y oprimidas bajo este sistema.
Todo esto se manifiesta en agudo contraste con lo que se necesita para lidiar de una manera con verdadero sentido con la crisis ocasionada por el coronavirus, y para satisfacer las necesidades fundamentales de la humanidad de manera continua. Se manifiesta en agudo contraste con el sistema socialista previsto en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, donde existe la propiedad social, no privada, de los medios de producción, la riqueza social se produce mediante la cooperación y no la explotación y se distribuye cada vez más de acuerdo con las necesidades de la gente, y no con las necesidades de los capitalistas en competencia, y existe un gobierno que representa y está orientado a satisfacer los intereses fundamentales de la humanidad, y promueve esa perspectiva entre las personas y las activa en el proceso de gobernanza hacia ese fin — no un gobierno que sea una extensión y que solo pueda representar las demandas y las dinámicas del capital, con toda la anarquía y la explotación despiadada que implica, dentro de determinados países y a escala internacional6.
Más allá de las fronteras de cualquier país particular, existe una gran importancia y un papel y un impacto potencialmente muy positivos del internacionalismo, que solo pueden realizarse concreta y completamente con la superación de las barreras levantadas a la unidad y a la cooperación internacional por el funcionamiento del sistema capitalista imperialista — cuyo alcance de operaciones es internacional (es decir, su explotación) pero consta de capitalistas en competencia y estados capitalistas rivales7.
Es posible superar todo esto —y solamente es posible superar todo esto— mediante la revolución comunista y el establecimiento de más países socialistas en el mundo, actuando sobre una base internacionalista y llevando a cabo las transformaciones económicas, sociales y políticas, así como las transformaciones en las formas de pensamiento y la cultura de la gente, lo que capacitará a la humanidad para saltar más allá de las limitaciones y las terribles consecuencias que impone el funcionamiento “normal” del sistema capitalista imperialista y que se intensifican enormemente en situaciones de crisis. Esta revolución sin precedentes hará que sea posible que las personas conozcan la realidad, y le hagan frente a las crisis, de una manera verdaderamente cooperativa como miembros de una comunidad mundial de seres humanos en libre asociación, que no estén no separados y enfrentados entre sí por divisiones de país, clase, nacionalidad (o “raza”), género y otras relaciones opresivas.
1. Los materiales posteados en revcom.us, como los comunicados de los comunistas revolucionarios (revcom) y la entrevista a Lenny Wolff en el programa radial de Michael Slate, hablan de la manera en que estas dinámicas ya se están manifestando en esta crisis actual. [volver]
2. Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. El texto en español y el video en inglés de este discurso de Bob Avakian están disponibles en revcom.us. [volver]
3. ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, Un discurso de Bob Avakian. El texto en español y el vídeo en inglés de este discurso están disponibles en revcom.us. [volver]
4. “Reflexiones sobre cómo debe responder a la derecha cristiana la Pacific School of Religion”, del Dr. Hubert Locke, también está disponible en revcom.us. [volver]
5. Jean Hardisty, Mobilizing Resentment, Conservative Resurgence From The John Birch Society To The Promise Keepers [La movilización del resentimiento, el resurgimiento conservador de la Sociedad John Birch a los Guardianes de la Promesa], Beacon Press Books, 1999, pp. 5, 6, 8. [volver]
6. La Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian, está disponible en revcom.us. [volver]
7. En la sección “La globalización, la nacionalidad del capital y el Estado-nación imperialista”, en Apuntes sobre economía política: Nuestro análisis de los años 80, cuestiones de metodología y la actual situación mundial, publicado por el Partido Comunista Revolucionario (disponible en línea en revcom.us), hay un análisis de esta importante contradicción en el mundo de hoy:
En la época del imperialismo, los circuitos del capital se internacionalizan, y el alcance y el proceso de acumulación son cada vez más globales. Pero el capital imperialista sigue anclado en mercados nacionales y formaciones estatales nacionales....
En resumen, la anarquía inherente a los procesos mundiales de crecimiento capitalista crea nuevos problemas de “control”. La contradicción entre la acumulación internacionalizada y el carácter nacional del capital, lejos de superarse, se intensifica.
Como “Apuntes” agrega:
Por otra parte, el capital necesita un aparato (el Estado imperialista) y medios militares (una industria militar) para asegurar el ambiente internacional en el que puede prosperar globalmente. [volver]
Lea el texto de la película en español.
Vea unos cortos y las preguntas y respuestas de esta película en inglés.
Vea también:
Dr. Hubert Locke
Reposteado el 10 de octubre de 2019. Posteado por primera vez el 29 de enero de 2006. | Periódico Revolución | revcom.us
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La necesidad continua de que haya donantes recurrentes
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La miopía de Penn es maligna
| revcom.us
Nota de la redacción (23 de agosto de 2021): A la luz del reciente terremoto en Haití y sus consecuencias devastadoras, y de la cobertura de los medios de comunicación estadounidenses tras esos acontecimientos, consideramos que es importante que nuestros lectores accedan a este artículo de Bob Avakian (BA), que salió originalmente en marzo de 2020.
En una reciente presentación en la CNN, al discutir el posible papel de las fuerzas armadas de Estados Unidos en la crisis actual relacionada con el coronavirus Covid-19, el conocido actor Sean Penn dijo lo siguiente: “No hay mayor fuerza humanitaria en el planeta que las fuerzas armadas de Estados Unidos”.
A raíz de un devastador terremoto en Haití en enero de 2010, Penn se dedicó durante un período extendido a los esfuerzos de ayuda en ese país. Eso, en sí, sería admirable. Pero, a partir de su cooperación con las fuerzas armadas de Estados Unidos en relación con esos esfuerzos de ayuda, Penn ha tergiversado y encubierto completamente la naturaleza y acciones generales y esenciales de las fuerzas armadas de Estados Unidos, y ha ido al extremo de glorificar a este aparato militar el que, por su propia naturaleza y de acuerdo con el sistema al que sirve y busca imponer, ha sido y sigue siendo culpable de los más horrorosos crímenes de guerra y crímenes contra humanidad.
Para comenzar, lo siguiente da una idea gráfica del papel mayor de Estados Unidos, y en particular de sus fuerzas armadas, en sus relaciones generales con Haití durante los últimos 100 años y más.
Durante el terremoto de 2010, Bill Quigley, director legal en el Centro pro Derechos Constitucionales, al hablar del papel de Estados Unidos en Haití, dijo: “Nosotros hemos mantenido a ese país en la dependencia, lo hemos mantenido militarizado y lo hemos mantenido empobrecido. Hemos botado en Haití nuestro arroz, nuestros productos agrícolas excedentes y esas cosas, lo que así ha socavado a los pequeños agricultores que formaban la columna vertebral del país.... No creamos el terremoto pero creamos algunas de las circunstancias que hicieron que el terremoto fuera tan devastador...” (Democracy Now!, 14 de enero de 2010)1.
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En el siglo 20 Estados Unidos se declaró el poder dominante en su “patio trasero”. En 1915 invadió y ocupó a Haití. Marines yanquis fueron directamente al Banco Nacional de Haití y retiraron sus reservas de oro y las depositaron en Citibank en Nueva York. La Constitución de Haití fue reescrita para permitir que extranjeros fueran dueños de propiedad haitiana; la tierra les fue arrebatada a los pequeños campesinos para crear grandes plantaciones; la economía fue reorganizada de modo que el 40% del producto bruto interno de Haití fluyera a los bancos estadounidenses.
El pueblo haitiano se resistió ferozmente a la ocupación en una serie de revueltas que los militares yanquis aplastaron sin piedad, asesinando a los líderes, quemando aldeas y matando entre 15 a 30.000 haitianos. Los ocupantes salieron en 1934, dejando atrás al brutal Ejército Nacional de Haití, adiestrado por Estados Unidos, para reprimir al pueblo.
En 1957, François “Papa Doc” Duvalier llegó al poder y creó su propio ejército de asesinos — los Tonton Macoutes. El reino del terror duvalierista, apoyado y respaldado por Estados Unidos, asesinó aproximadamente 50.000 personas.
Cuando murió Papa Doc en 1971, Estados Unidos emplazó acorazados a poca distancia de la costa haitiana para vigilar la transición del poder sin obstáculos al hijo de Duvalier, Jean-Claude (“Bebé Doc”). Bebé Doc estaba vinculado muy estrechamente con el “Plan Estadounidense” que explícitamente tenía como objetivo socavar la agricultura campesina con las importaciones a gran escala de productos estadounidenses más baratos, expulsando a cientos de miles de campesinos del campo a las ciudades y barrios marginales, desesperados por tener trabajo en plantas de montaje estadounidenses que construyeron empresas como Disney y Kmart, pagando 11 centavos la hora a obreros/as para coser pijamas y camisetas.
En los años 1985 y 1986 un levantamiento fuerte sacudió a Haití que obligó a Estados Unidos a rescatar a Bebé Doc y llevarlo por avión a la Costa Azul francesa a fin de preservar su control fundamental del país mediante el ejército haitiano. Una serie de gobiernos militares siguió, que se conoce en Haití como el “duvalierismo sin Duvalier”2.
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Las actitudes racistas hacia el pueblo de Haití por las fuerzas de ocupación estadounidenses fueron flagrantes y generalizadas. Robert Lansing, el entonces secretario de estado de Estados Unidos, justificó la ocupación afirmando que los haitianos tenían “una tendencia inherente hacia el salvajismo y una incapacidad física para llevar una vida civilizada”, por lo que eran incapaces de autogobierno. Medill McCormick, un senador de Illinois, escribió en 1920 que la ocupación estadounidense era necesaria “para el desarrollo del país, el gobierno y, sobre todo, la civilización de las personas, la inmensa mayoría de las cuales tienen sangre africana en sus venas”. Se informó de muchos casos de marines estadounidenses que agredieron sexualmente a mujeres haitianas. La ocupación incluyó la segregación y cuadrillas de trabajos forzados para construir carreteras y otros proyectos de construcción....
El pueblo haitiano se resistió ferozmente a la ocupación en una serie de revueltas, que los militares yanquis aplastaron sin piedad — asesinando a los líderes, quemando aldeas hasta el suelo y matando a miles de personas. La autora haitiana-estadounidense Edwidge Danticat escribió: “Mi abuelo fue uno de los cacos, o los llamados bandidos, de quienes los marines estadounidenses jubilados siempre han escrito en sus memorias. Se les diría insurgentes ahora, los miles de personas que lucharon contra la ocupación. Una de las historias que el hijo mayor de mi abuelo, mi tío Joseph, solía contar era de ver a un grupo de marines jóvenes pateando la cabeza decapitada de un hombre para asustar a los rebeldes en su zona”. Danticat también dice que los marines asesinaron a Charlemagne Péralte, uno de los combatientes de la resistencia más famosos, y ataron su cadáver a una puerta, dejándolo pudrir bajo el sol durante días.
La ocupación yanqui de 19 años de duración mató a por lo menos 15.000 haitianos. En 1918 sucedió un levantamiento de unas 40.000 personas. Después de que la rebelión abrumó a la Gendarmería de Haití, los marines yanquis ayudaron a suprimir la rebelión, asesinando a 2.000 personas. En diciembre de 1929 los marines abrieron fuego contra una manifestación en la ciudad de Los Cayos que era parte de una huelga nacional y la rebelión generalizada, hiriendo a 23 personas y asesinando a 123.
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En otras palabras, durante los últimos 16 años que Haití ha sido ocupado por diversas combinaciones de tropas de la ONU y de Estados Unidos —y no sólo desde el terremoto— la vida de la mayoría de la gente se ha empeorado mucho más4.
Lo que Estados Unidos en efecto ha hecho, en el transcurso de más de un siglo, en Haití concuerda y forma parte con un patrón más amplio que supone repetidas atrocidades, matanzas y destrucción a gran escala llevadas a cabo por las fuerzas armadas estadounidenses, así como la CIA y otros “servicios inteligentes” que trabajan con las fuerzas armadas estadounidenses y cuentan con su respaldo a la fuerza a lo largo de su historia y hasta el día de hoy.
Sin repasar todas las atrocidades cometidas por las fuerzas armadas estadounidenses desde la formación de Estados Unidos, como sus guerras genocidas contra los pueblos indígenas y su cruel imposición de la esclavitud y la represión de los levantamientos contra la esclavitud, lo siguiente, tomado de la experiencia de tan sólo los últimos 75 años, ofrece una imagen más completa de la naturaleza y el papel verdaderamente grotescos de estas fuerzas armadas:
Al soltar bombas atómicas sobre dos ciudades japonesas al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, de inmediato dejó cientos de miles de civiles muertos y sometió a muchos otros a un sufrimiento insoportable y futura muerte.
Al llevar a cabo numerosas invasiones y golpes de estado, en países de todo el mundo, mediante los cuales masacró a masas de personas y subyugó a países a décadas de gobierno tiránico (por ejemplo: los golpes de estado en Irán en 1953, Guatemala en 1954, Indonesia en 1965, y la invasión de la República Dominicana, vecino de Haití, que dejó miles de muertos en 1965, al mismo tiempo que Estados Unidos estaba intensificando su guerra en Vietnam).
Al matar a varios millones de personas durante la guerra de Corea de 1950-1953 y, entre otras cosas, prácticamente arrasó todo el país de Corea del Norte.
Al sacrificar varios millones de personas más y al envenenar grandes zonas del campo durante la guerra de Vietnam, de 1964 a 1973, incluido el uso de armas químicas tan grotescas como el napalm (gasolina gelatinosa incendiaria), el fósforo blanco y el Agente Naranja5.
Y así ha ocurrido una y otra vez desde la guerra de Vietnam, con continuos golpes de estado e invasiones sanguinarios. En los últimos tiempos, por ejemplo:
A lo largo de 18 años, tres administraciones estadounidenses han desplegado cerca de 800.000 soldados en Afganistán, y 50 países de la OTAN y sus socios han enviado decenas de miles más.
La violencia desatada por Estados Unidos ha sido pasmosa. Entre 2004 y 2018, soltó más de 38.000 bombas sobre Afganistán. Al marzo de 2020, había realizado más de 12.000 ataques con aviones no tripulados.
Las fuerzas estadounidenses y sus clientes afganis aterrorizaron a la gente con allanamientos nocturnos de casas. Crearon una red de prisiones y centros de detención donde al menos 15.000 afganis han sido detenidos con poca o ninguna evidencia, con brutales golpizas, tortura y a veces asesinato. Esta semana la Corte Penal Internacional declaró que tenía pruebas de que las fuerzas de Estados Unidos habían “cometido actos de tortura, tratos crueles, ultrajes a la dignidad de las personas, violaciones y violencia sexual” —crímenes de guerra— en Afganistán.
Para agosto de 2016, unas 111.000 personas ya habían sido asesinadas y más de 116.000 habían resultado heridas en la guerra. Y un estudio halló que para 2013, la “guerra contra el terrorismo” había causado directa o indirectamente unas 220.000 muertes en Afganistán. Además de esta carnicería, la guerra ha forzado a casi cinco millones de afganis a abandonar sus hogares6.
Ello, aunado a lo que Estados Unidos y sus fuerzas armadas han hecho mediante su guerra en Irak, con la invasión de 2003 a ese país y las secuelas, que constituye un crimen de guerra internacional y que (tal como ya he señalado), “desencadenó una vorágine de muerte y destrucción en esa región del mundo”7.
Y además, se tiene el papel de las fuerzas armadas en Estados Unidos en tiempos más recientes — respaldando a la policía para reprimir las rebeliones urbanas durante la década de 1960 y nuevamente en 1992 y para matar a cientos de personas en el proceso, muchas de ellas sin arma (rebeliones que en gran parte brotaron en respuesta a la violencia —la brutalidad y asesinato— por parte de la policía).
¿Es todo esto lo que Sean Penn tiene en mente —o “de manera conveniente” él se ha mantenido ignorante, o ha elegido ignorar, todo esto— al elogiar a las fuerzas armadas de Estados Unidos como la mayor fuerza humanitaria del mundo?
No es difícil de creer que las fuerzas armadas de Estados Unidos, como parte de los esfuerzos estadounidenses por mantener el control y el “orden” en Haití a raíz del terremoto de 2010, quizá hayan tomado acciones que facilitaron los esfuerzos de ayuda en algunos aspectos. Los jefes de empresas criminales, como los Padrinos de la Mafia, los capos del narcotráfico y los jefes de los carteles, a menudo participan en actos de beneficencia en el esfuerzo de pulir su reputación y ganar buena voluntad, o al menos aquiescencia, de aquellos a los que cazan, aun cuando el terror violento es su principal forma de imponer su influencia o dominio. Y el repaso parcial presentado aquí del papel del imperialismo estadounidense y sus fuerzas armadas, no solo en Haití sino en todo el mundo y a lo largo de su historia, ilustra ampliamente la verdad de la declaración de que “Estos imperialistas hacen que el Padrino se parezca a Mary Poppins”8.
Cualesquiera que sean sus acciones en una situación particular, la naturaleza y papel generales y esenciales de las instituciones de violencia masiva de este sistema capitalista imperialista (las fuerzas armadas, y también la policía) no deberían encubrirse ni distorsionarse, y mucho menos deberían ensalzarse y glorificarse estas instituciones. Y especialmente para aquellos, como Sean Penn, que tienen una plataforma desde la cual hablar con masas de personas, les corresponde la responsabilidad de ir más allá de la propia experiencia parcial y limitada y de la perspectiva estrecha correspondiente, a buscar una comprensión de la realidad general y esencial y hablar con sinceridad y responsabilidad — y no, como lo hace Sean Penn, actuar en efecto no solo como un apologista sino como un cómplice intelectual de los continuos crímenes de este sistema y sus agentes armados.
 
1. “El huracán Matthew: Un horror en Haití, una respuesta desalmada de los gobernantes yanquis”, Revolución #460, 12 de octubre de 2016, disponible en línea en revcom.us. [volver]
2. “Estados Unidos en Haití: Un siglo de dominación y miseria”, Revolución #189, 17 de enero de 2010, disponible en línea en revcom.us. [volver]
3. “Crimen Yanqui Caso #80: 1915-1934: La invasión, la ocupación y dominio yanqui de Haití”, Revolución #457, 21 de septiembre de 2016, disponible en línea en revcom.us. [volver]
4. “Cólera en Haití: un resultado previsible de un sistema criminal” (Del Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar), en Revolución #217, 21 de noviembre de 2010, disponible en revcom.us. [volver]
5. Para conocer el panorama más completo de los horrores infligidos a Vietnam y su pueblo por Estados Unidos durante esa guerra, vea Bob Avakian, Sobre “pactos con el diablo” — fascismo trumpista, “Obaminacion” y el sistema al cual sirven, disponible en revcom.us. [volver]
6. “Estados Unidos deja Afganistán tras matar a más de cien mil personas en su ‘guerra buena’”, posteado en revcom.us, 13 de marzo de 2020. [volver]
7. Bob Avakian, David Brooks —el no tan gran farsante— y las profundas diferencias entre Trump, Sanders y el verdadero socialismo, disponible en revcom.us. [volver]
8. Lo BAsico 1:7 (Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian). [volver]
Bob Avakian (BA) es el pensador y líder político más importante en el mundo de hoy.
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Un pasaje de CIENCIA Y REVOLUCIÓN, Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak
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En la primera parte de 2015, durante varios días, Revolución le hizo una amplia entrevista a Ardea Skybreak, una científica con formación profesional en ecología y biología evolutiva y una promotora de la nueva síntesis del comunismo desarrollada por Bob Avakian. Skybreak es la autora de los libros, entre otras obras, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa y Pasos primitivos y saltos futuros, Un ensayo sobre el surgimiento de los seres humanos, la fuente de la opresión de la mujer y el camino a la emancipación. Esta entrevista salió por primera vez en inglés y luego en español en revcom.us.
Este pasaje de la entrevista habla de lo que es un método y enfoque científico de la sociedad y de cambiar el mundo, y lo que significa tener una perspectiva científica, tomando de elementos esenciales de la nueva síntesis desarrollada por Bob Avakian. (Otro pasaje de esta entrevista a Ardea Skybreak aborda este tema, "¿Qué tiene de nuevo la nueva síntesis?", posteado el 18 de noviembre de 2015.)
Pregunta: Creo que podríamos empezar por preguntarte brevemente acerca de la ciencia y del método científico. Así que quisiera comenzar con una pregunta provocativa: ¿Qué es lo que la ciencia tiene que ver con conocer y transformar el mundo? Y, muy brevemente, para ofrecer un trasfondo a la pregunta, me parece que la gran mayoría de las personas, incluyendo la mayoría de los científicos naturales, no piensan que uno puede, necesita y debería de usar un enfoque científico para analizar la sociedad o “el mundo social” y mucho menos transformarlo. Así que quisiera preguntarte: ¿Por qué es que esa idea está equivocada? ¿Qué es lo que la ciencia y el método científico tienen que ver con conocer y transformar la sociedad y el mundo?
AS: Bueno, pienso que ésta es una pregunta muy importante porque, como dices, muchos científicos de las ciencias naturales (biología, astronomía, física, etc.) que aplican muy rigurosos métodos científicos cuando tratan con el mundo natural, cuando uno habla con ellos acerca de la sociedad —los problemas de la sociedad, la manera en la que las sociedades están organizadas— ¡de repente parece que su comprensión del método científico se esfuma! En efecto, muchos científicos naturales empiezan a revertir a una especie de populismo craso, a hablar vagamente acerca de la “voluntad del pueblo”, acerca de elecciones u otras cosas que de fondo tienen poco o nada que ver con analizar de manera científica las principales características de una determinada sociedad —cómo está organizada, cómo funciona— o con analizar de manera científica lo que está mal en una sociedad, o cómo se podría solucionar los problemas sociales de una manera científica. No todos los científicos son así, pero es impresionante el grado al que muchos pensadores avanzados de las ciencias naturales parecen olvidar o abandonar todo lo que saben acerca de métodos científicos ¡cuando se ponen a pensar en los problemas de la sociedad!
Pienso que es muy, pero muy importante reconocer que la ciencia, entendida como un método, no ha sido parte de la historia de la humanidad por mucho tiempo. Por lo tanto, la gente no está acostumbrada a conocer y transformar la realidad de una manera científica. Por la mayor parte de la historia de los seres humanos en este planeta, el conocimiento del mundo natural así como del social fue producto de una suerte de enfoque básico de ensayo y error, de conocer las cosas como vinieran y de solucionar los problemas del mismo modo, a menudo fabricando toda suerte de explicaciones místicas y sobrenaturales para llenar los vacíos en el entendimiento de la gente. De este modo, la gente solía pensar que el rayo era la ira de los dioses, o algo por el estilo, porque por un largo tiempo no tuvieron el entendimiento científico de lo que causa el rayo.
Así que pienso que para empezar valdría la pena hablar acerca de lo que es la ciencia, desmitificarla un poco. La ciencia tiene que ver con la realidad material, y se podría decir que toda la naturaleza y toda la sociedad humana son el campo de la ciencia; la ciencia puede tratar con todo esto. La ciencia es una herramienta muy poderosa. Es un método y un enfoque que nos permite poder decir qué es la verdad, qué corresponde a la realidad tal como en realidad es. En este sentido, la ciencia es muy distinta a la religión o al misticismo, o cosas por el estilo, que explican la realidad invocando fuerzas imaginarias y que no dan evidencia concreta para ninguno de sus análisis. En contraste, la ciencia exige pruebas. Requiere evidencia. Es un proceso basado en la evidencia. Esto es muy importante. La ciencia es un proceso basado en la evidencia. Así que sea que queramos entender algo en el mundo, o queramos determinar cómo cambiar la realidad —por ejemplo, quizá trabajemos para encontrar una cura para una enfermedad, la dinámica de una selva tropical o un ecosistema de arrecifes de coral, o para hacer una revolución para emancipar a la humanidad, la gama completa de la experiencia material—, la ciencia nos permite descifrar lo que ocurre en concreto y cómo esto puede cambiar.
Leí en alguna parte que Neil deGrasse Tyson, al popularizar la importancia de la ciencia, dijo algo como — estoy parafraseando: La ciencia nos permite confrontar e identificar los problemas, reconocerlos y encontrar la manera de solucionarlos, en lugar de huir de ellos. Y pienso que éste también es un punto importante. La ciencia es lo que nos permite tratar en concreto con la realidad material de la manera en que ésta es en los hechos. Sea que hablemos de la realidad material de una enfermedad, de un ecosistema natural o de un sistema social en que viven los seres humanos, la ciencia nos permite analizar sus componentes, su historia, cómo es que llegó a ser como es, de qué está hecho, cuáles son las características que lo definen, y su carácter contradictorio (un tema al que volveremos) y por lo tanto cuál es la base para que cambie, o sea cambiado, si es nuestra intención cambiarlo. Sea que deseemos curar una enfermedad o crear una mejor sociedad, necesitamos de este proceso científico basado en la evidencia.
Algo acerca de la ciencia es que hace muchas preguntas acerca de cómo las cosas se convirtieron en lo que son, y como han cambiado con el tiempo. Yo siempre he estado interesada en lo que se llaman ciencias históricas, por ejemplo la evolución biológica, pero hay también otras ciencias históricas, incluyendo la ciencia de la sociedad humana, que tratan de la manera en la que las cosas cambian con el tiempo. Y de ahí, por supuesto, si estudiamos cómo cambian las cosas con el tiempo, podemos estudiar cómo esas mismas cosas pueden cambiar más, incluyendo en direcciones en las que los seres humanos quizá estén inclinados a que se desarrollen. Toda la realidad ha evolucionado, ha cambiado con el tiempo, y continúa cambiando, sea que hablemos del mundo natural o del mundo social. Si queremos cambiar nuestro modo de vivir, si queremos cambiar la manera en que la sociedad está organizada, si queremos cambiar el mundo, si queremos cambiar cualquier cosa en la naturaleza o en la sociedad, necesitamos del método científico porque este método es la única manera en que podemos descubrir profunda y sistemáticamente cómo en concreto es la realidad, en base a sistemáticas observaciones, interacciones, manipulaciones y transformaciones de la realidad. Es así que sabemos cómo las cosas son en concreto, cómo es que llegaron a ser lo que son y cómo es posible cambiarlas. Para repetir, éste es un proceso basado en la evidencia; no es sólo “lo que tú piensas” y “lo que yo pienso”. Nos hace falta evidencia acumulada con el tiempo. Esto es lo que revela de qué está hecha la realidad, cómo es que se convirtió en lo que es, cómo es posible cambiarla ahora mismo o cómo es posible que los seres humanos quizá la cambien más.
He aquí un punto importante: Sin ciencia, uno sólo puede decir lo que, como individuo, piensa que es la realidad, o quizás lo que todo un grupo dice que es la realidad, o tal vez lo que dice que el gobierno, las autoridades religiosas o alguna otra autoridad podrían decirle a uno lo que es la realidad, pero lo que dicen no hace que nada de eso sea cierto. Sin ciencia estamos a la merced de ser manipulados, o de tener nuestra forma de pensar manipulada y de no ser capaces de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo cierto y lo falso. Si en serio nosotros queremos saber qué es qué, lo que es cierto y qué hacer, necesitamos de la ciencia, no fantasías ni ilusiones, sino evidencia concreta y un proceso sistemático, un método sistemático de análisis y síntesis. El análisis desmenuza la experiencia y el conocimiento con el tiempo; la síntesis los vuelve a combinar en una forma más elevada, de manera más sistemática, sacando las lecciones más grandes, las lecciones básicas de la experiencia acumulada.
Así que, por esa razón, entre otras, necesitamos teoría revolucionaria científica si en serio queremos transformar de raíz una sociedad. Nosotros hablamos acerca de la transformación radical en la sociedad. La palabra “radical” viene del latín que significa “raíz”, lo que significa llegar a la raíz del problema. No nos detengamos en la superficie de lo que es el problema, a un nivel superficial o en un solo momento en el tiempo. Miremos por debajo del problema, vayamos a más profundidad, de la manera que un buen científico lo hace, para entender cuáles son las más profundas reglas del sistema, cuáles son las formas más profundas en que las contradicciones adentro de ese sistema hacen que éste funcione de una cierta manera que causa problemas, o que puede producir posibilidades.
Pregunta: Si me permite una breve interrupción: yo creo que lo que has dicho es que la ciencia y lo que abarca un enfoque científico de la realidad es verdaderamente importante y crítico; es muy importante lo que dices acerca de la importancia de que la ciencia esté basada en la evidencia y los diferentes puntos que has tocado al respecto también. Pero algo que quisiera interponer es centrarme en lo siguiente: Pienso que muchas personas reconocerían, entre ellas muchos científicos naturales —y obviamente tú misma, con capacitación de una científica natural, y por eso mismo tal vez tengas opiniones al respecto en particular— pero muchos científicos, entre ellos científicos naturales, probablemente escucharían lo que dices y responderían: Bueno, ya veo cómo se puede aplicar este proceso al mundo natural, a las ciencias naturales —los patrones, la búsqueda de evidencia, la síntesis— pero de ahí ellos rechazarían la idea de que se pudiera aplicar el método científico a los seres humanos y a la sociedad humana. O tal vez otra manera de ponerlo sería que algunas personas dirían: Bueno, está bien, pero los seres humanos y las sociedades humanas son demasiado complicados para estudiarlos con el método científico. Así que quizás podamos concentrarnos un poco en lo que específicamente significa aplicar el método científico a los seres humanos y la sociedad humana y su desarrollo, y ¿por qué es esto correcto?
AS: Bueno, mira, en cualquier sistema, sea el mundo natural o la sociedad humana, hay complejidad y hay simplicidad. Es ridícula la idea de que los seres humanos o las sociedades humanas simplemente tengan demasiada complejidad como para analizarlas por medio de la ciencia. La verdad es diametralmente opuesta. ¿Cómo podríamos tratar con la complejidad de las organizaciones e interacciones sociales humanas a lo largo de los períodos históricos y hasta hoy, y todas las respectivas contradicciones, todos los patrones y cosas complicados y las diferentes fuerzas, etc., y los distintos objetivos de diferentes pueblos y diferentes tiempos de la historia... cómo podríamos analizar todo lo anterior sin la ciencia? ¿Cómo podríamos tan siquiera empezar a descifrarlo y entenderlo? Y no es verdad que de alguna manera, los sistemas naturales sean más sencillos. Si queremos entender las dinámicas de complejos ecosistemas —como por ejemplo, una selva tropical que tiene muchas capas de árboles y arbustos en la maleza, etc., y que se caracteriza por muy complejas dinámicas de las muchas clases y niveles de interacción entre la increíble diversidad de especies de plantas y animales—, podríamos pasarnos toda una vida, y mucha gente lo hace, trabajando para empezar a entender muchas dinámicas complejas así. O, si quisiéramos entender más los ecosistemas de los arrecifes de coral o los ecosistemas del desierto, o la diferencia entre distintos ecosistemas, e identificar cuáles de éstos podrían ser más vulnerables a disrupciones y cuáles podrían ser relativamente más estables, o evaluar la relativa diversidad de las especies o cómo conservar esa diversidad... tantas preguntas que valen la pena explorar más... Mira, no propongo analizar todo esto ahora mismo porque ya sé que tú quieres hablar principalmente de los sistemas sociales humanos, pero lo que yo digo es que tanto en el mundo natural como en el social, la realidad material es muy compleja, y que si bien los seres humanos siempre tenemos algunas deficiencias en nuestro entendimiento (cosas que en algún momento dado no las entendemos bien del todo), nosotros también tenemos tremendas capacidades y mucho conocimiento acumulado. Nuestros cerebros son capaces de investigar y explorar toda suerte de cuestiones, desde muchos diferentes ángulos, y somos capaces de resumir y sintetizar las cosas durante un período de tiempo, así acumulando experiencia histórica y conocimiento. Lo anterior es algo que es muy propio de los seres humanos: nuestra gran capacidad de acumular conocimiento a lo largo de las generaciones, a lo largo de los siglos, a lo largo de los milenios y reconocer algunos patrones de la organización de las sociedades o de los sistemas naturales, o lo que despierte un interés en nuestra mente.
Nosotros los seres humanos también somos capaces de hacer muy importantes proyecciones para el futuro, y no sólo el futuro de mañana o de un mes, pero también conocer qué es lo que le podría estar sucediendo a este planeta, por ejemplo —todo el planeta— desde un punto de vista ambiental, mirando hacia el futuro de generaciones, no solamente el de mañana. De igual modo con los sistemas sociales, nosotros efectivamente tenemos la capacidad de analizar diferentes patrones de organización social a lo largo del pasado histórico humano y hasta el presente, y también podemos proyectarnos hacia adelante, a la manera en la que las cosas podrían ser en el futuro. Por lo tanto, también podemos tomar decisiones conscientes acerca de lo que queremos investigar ahora — en qué dirección queremos tratar de influenciar las cosas, porque tenemos la iniciativa consciente para hacer aquello. Así que, por ejemplo, cuando hablamos acerca de la sociedad humana, acerca de la organización de la sociedad humana, podemos ver que en líneas generales, la sociedad es una manera en que los seres humanos se unen, trabajan juntos, se oponen los unos a los otros, o lo que sea, pero se unen, en esencia, para trabajar por satisfacer los requisitos de la vida de la gente en un tiempo dado. Es posible hacerlo bien, o mal, pero de eso se trata una sociedad humana, de una forma de organización. ¿No es verdad? Y sabemos que todos hemos vivido en este mundo capitalista imperialista por tanto tiempo, es decir, los que estamos vivos, que algunas veces es difícil recordar o pensar acerca del hecho de que las sociedades humanas no siempre han estado organizadas de esta manera, y que no tienen que estar organizadas así. El capitalismo-imperialismo no es la única manera de organizar una sociedad, y yo sostendría enérgicamente que ciertamente ésta no es la mejor manera de hacerlo. Pero en todo caso, ésta no es la única manera, y es preciso entenderlo y pensarlo. El hecho es que podemos aplicar la ciencia a entender algunos tempranos sistemas sociales. Por ejemplo, muchas sociedades en la historia de los seres humanos han estado organizadas en base a la esclavitud, la explotación de esclavos, la dominación de los esclavos que eran literalmente propiedad de los esclavistas, y así los esclavistas los hicieron construir la economía. No voy a entrar en todos los detalles, pero ése es un muy diferente tipo de sociedad a las que principalmente prevalecen hoy en día, por lo menos en gran escala. Todavía hay esclavitud en el mundo, como la esclavitud sexual, la que es un problema muy, muy grande. Pero las formas fundamentales y dominantes de organización de las sociedades en el mundo en nuestros días no están principalmente organizadas sobre una base de esclavitud. Pero, por un largo tiempo en la historia de los seres humanos, ésta fue la forma dominante de organización social.
Otra forma significativa de organización social fue el sistema del feudalismo, y por cierto todavía hay restos del feudalismo en muchas partes del mundo hoy, los vemos por todas partes. Pero en un sistema feudal había señores y amos, había noblezas, había aristocracias y había gente dominada y oprimida como los siervos y campesinos, que típicamente sembraban cultivos y trabajaban la tierra y tenían que entregar una buena parte de la cosecha al señor de la región o lo que fuera, y tenían que pagar terribles impuestos y tributos al señor; estaban apenas un escalón por encima de ser esclavos de hecho. Además, era muy común que un siervo le entregara su hija al señor de la región, sin más ni más para tener relaciones sexuales con ella y hacer con ella lo que a él le viniera en gana, y no había nada que los siervos pudieran hacer al respecto bajo las reglas del sistema feudal. A su vez, el feudalismo es un sistema muy diferente a lo que se llama la democracia burguesa, que es la clase más típica de organización social del sistema capitalista imperialista que domina el mundo hoy. No voy a hablar de nada de esto en detalle ahora mismo, pero sí diré que es importante considerar que es posible aplicar los métodos científicos, y se han aplicado, para analizar los patrones de organización social de todos estos diferentes sistemas sociales del pasado; y si lo podemos hacer con el pasado, lo podemos hacer también con el futuro.
Algunos dirán que: Bueno, los sistemas como la esclavitud, el sistema feudal y quizás también el sistema capitalista no son buenas maneras de organizar la sociedad, por lo que simplemente deberíamos volver a un sistema comunal del pasado. Estas personas sostienen que lo que simplemente nos hace falta es organizarnos a pequeña escala en nuestras localidades, de modo que las personas puedan trabajar de manera colectiva en pequeños grupos, crear una “auténtica democracia” y tomar decisiones colectivas acerca de la forma de satisfacer las necesidades de la gente y fomentar la agricultura local, producción local, etc. ¡El problema con este punto de vista es que simplemente no se basa en la realidad concreta del mundo de hoy! Mira, acepto que todavía podemos aprender mucho acerca de las sociedades de cazadores-recolectores que predominaron por la mayor parte de la historia de la humanidad, que hay todavía mucho que aprender de unos vestigios de ese tipo de sociedad que existen en el mundo hoy y que hay mucho que aprender de gente de hoy que tiene toda clase de ideas acerca de cómo organizar las cosas mejor, de manera más racional, en una escala relativamente pequeña y local, respecto a cosas tales como la producción agrícola, la reducción de la basura, la promoción del uso de productos locales, etc. Por lo que sí, hay cosas que aprender de algunos experimentos sociales que la gente realiza, viendo la manera de evitar los problemas de la sociedad moderna que causan trastornos naturales y sociales, contaminación del medio ambiente, destrucción de los suelos, etc. Pero veamos la realidad, ¿de acuerdo? Necesitamos hablar acerca del alcance y de la escala de la especie humana que se extiende por todo el planeta. Miles de millones de personas. ¡No vamos a resolver los problemas de la sociedad yendo hacia atrás, hacia alguna clase de idealizado y romántico comunalismo primitivo! Así que, si eso no va a funcionar, si no va a ayudarnos a resolver los críticos y esenciales problemas de hoy, y ciertamente no con suficiente alcance y escala, pues ¿qué? Mira, un sistema basado en la esclavitud, un sistema feudal, un sistema capitalista imperialista, éstas son sólo formas materiales de organizar las sociedades humanas, y es posible analizarlas todas por medio de la ciencia y evaluarlas críticamente. Pero, además, nosotros podemos aplicar los mismos métodos científicos para determinar la manera de construir sociedades completamente nuevas y diferentes que serían mejores, y que además podrían abarcar todo el planeta. Porque no me interesa mucho hablar acerca de filosofías y métodos que de fondo no puedan abarcar y beneficiar a toda la humanidad.
Una de las cosas que recibimos de Bob Avakian [BA] y que yo aprecio mucho es que él ha promovido el concepto de que nos hacen falta “emancipadores de la humanidad” y que tenemos que avanzar en la dirección de hacer de este mundo, del planeta entero, un buen lugar donde vivir y funcionar para toda la humanidad, donde podamos dejar atrás la idea de que algunos grupos de personas, y algunas categorías de personas, o algunos países enteros, tengan señorío sobre otros, y exploten, dominen y opriman a otros. Esa es la idea fundamental de este comunismo revolucionario, y una de las cosas profundas que recibimos de BA es la importancia de siempre pensar y actuar según la necesidad de emancipar a toda la humanidad. Si no, muy fácilmente podemos dejarnos llevar por cosas que se desvían del camino. BA ha hablado acerca de que la meta no es que el último sea el primero, y el primero, el último, no puede tratarse de venganza, del oprimido que se venga de otra gente. Yo acepto que ésta no es la clase de mundo por el que debemos luchar. Y mi posición al respecto es que sin la ciencia, vamos a perdernos, porque sin un método científico para analizar los patrones, para entender a fondo por qué las cosas son como son y cómo podrían ser diferentes, y sobre qué base podrían ser diferentes, vamos a salirnos del camino todo el tiempo.
Fíjate, una característica de la buena ciencia —porque también hay mala ciencia— es tener un espíritu que efectivamente es crítico y fomentar el pensamiento crítico, lo que, a propósito, es otra característica de la obra de BA. Él efectivamente recalca la necesidad de que todos entremos a esta ciencia, no importar el nivel de educación que tengamos... Quisiera hablar de esto. La ciencia no es algo lo que debería practicar una elite, o gente que ha hecho estudios superiores, recibido un doctorado o algo por el estilo. Yo creo firmemente, y puedo dar evidencia al respecto, de que las personas que ni siquiera tienen un mínimo de educación de hecho pueden actuar como científicos. Uno puede entrenar a gente en métodos científicos, es posible hacerlo en un solo fin de semana. Si uno quiere que la gente haga ciencia en el mundo natural, uno puede pasar un fin de semana haciendo trabajo científico en una selva tropical o en un desierto, y yo le garantizo que será verdadero trabajo científico, verdadera investigación científica. Y no me importa si uno no tiene más que educación primaria. Si uno es un ser humano sano, puede adoptar y aplicar métodos científicos, sea a un problema de la naturaleza o de la sociedad humana. Y una de las cosas sobre las que me ocupó mucho es que promovamos el entendimiento científico y métodos científicos muy, muy ampliamente en la sociedad, de tal manera que todos puedan aprender a usar estos métodos, y que no sean sólo el campo de unos pocos o la esfera de las elites.
Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian
Una entrevista a Ardea Skybreak
Unos pasajes
Un nuevo marco teórico para una nueva etapa de la revolución comunista
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¿Qué tiene de nuevo la nueva síntesis?
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Una exploradora, una pensadora crítica, una seguidora de BA: Conocer el mundo, y cambiarlo hacia lo mejor, al servicio de los intereses de la humanidad
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Felicitaciones.
Ustedes están apoyando a alguien (Joe Biden) que inició su campaña presidencial jactándose de sus antecedentes de poder encontrar puntos en común con los segregacionistas sureños supremacistas blancos y diciendo que eso era prueba de que ¡podría “unificar al país”!
La supremacía blanca y la violencia supremacista blanca se ha vuelto más descarada bajo Trump, pero siempre ha sido una parte del sistema — y de hecho, está integrada en el sistema. Por eso, como he señalado, a pesar de las falsas esperanzas que tenía la gente en Barack Obama como “el primer presidente negro” (y Joe Biden como su vicepresidente):
En realidad, si bien quizá se encontraran más rostros negros a cargos altos, y si bien los Obama cortejaran a algunas figuras culturales negras, no cambió hacia lo mejor durante la presidencia de Obama la situación para las masas del pueblo negro — que incluía a los centenares asesinados por la policía cada año y el terror policial general contra el pueblo negro y otras nacionalidades oprimidas*.
Así es con este sistema, y así será siempre y cuando que este sistema siga en el poder y en vigor. Nunca se podrá acabar con esta situación dándole apoyo a alguien como Joe Biden, que desde hace mucho tiempo ha sido un pez gordo y funcionario en representación de este sistema criminal y ahora quiere llegar a ser el criminal en jefe.
* “‘Pactos con el diablo’ — fascismo trumpista, ‘Obaminacion’ y el sistema al cual sirven”. Este artículo está disponible en revcom.us. [volver]
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Veo que la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que haría que el linchamiento fuera un delito federal de odio (aunque queda por ver si el Senado lo adoptara y Trump lo promulgara). Cuando miles de negros fueron linchados durante los largos años de la segregación tipo Jim Crow después de la Guerra Civil, el gobierno de esta “gran democracia” se negó repetidamente a aprobar un proyecto de ley como este (y los héroes de los “liberales” y de los “progresistas” como el ex presidente Franklin Delano Roosevelt se negaron a presionar a favor de tal proyecto de ley cuando el linchamiento estaba en su apogeo en la década de 1930). Pero ahora —ah, sí, ahora, cuando el linchamiento ha sido reemplazado por la brutalidad y asesinato policial como la principal forma en que los jóvenes negros, y todos los negros, están sometidos a un terror continua— ahora, la Cámara aprueba un proyecto de ley contra... ¡linchamientos! La realidad es que, desde la década de 1960, la policía ha matado a más negros que todos los que fueron linchados durante todo el tiempo de la segregación tipo Jim Crow y el terror del Ku Klux Klan. Y casi nunca hacen que la policía rinda cuentas por haberlo hecho: casi nunca los acusan y juzgan; y cuando los llevan a juicio, en muy poquitas ocasiones son declarados culpables y condenados a la cárcel de acuerdo con la severidad del delito —el asesinato— que de hecho han cometido.
Como señalé en la charla “Revolución” de 20031, es una amarga verdad, y un testimonio condenatorio de la verdadera naturaleza del sistema en Estados Unidos, de que todos los hombres negros que crecieron en el Sur durante el Jim Crow tenían un temor razonable de ser linchados; y hoy, cuando cientos de negros (y otros oprimidos) son asesinados por la policía cada año, y los negros en su conjunto están sometidos a un terror sistemático por medio de cosas como el “parar y registrar”, es igualmente cierto que todos los jóvenes varones negros (y esto también es cada vez más cierto para las jóvenes mujeres negras) están obligados a vivir en Estados Unidos con el temor constante de estar sometidos al hostigamiento, la brutalidad y lisa y llanamente incluso el asesinato por parte de la policía. ¡Pero no pierdas el tiempo esperando que el gobierno apruebe un proyecto de ley que convierta la brutalidad y asesinato policial en un delito de odio!
Toda esta brutalidad y terror está integrada en este sistema en Estados Unidos, y este sistema no puede existir sin ella. Mientras este sistema esté en el poder y en vigor, todo esto seguirá... y seguirá... y seguirá.
Pero nosotros muy bien podemos existir sin este sistema. De hecho, podemos vivir en un mundo radicalmente diferente y mucho mejor una vez que este sistema haya sido barrido por la acción revolucionaria de las masas de personas que constantemente están sometidas a los horrores muy reales, y a todos aquellos que se niegan a aceptar los horrores muy reales, continuamente perpetrados por este sistema, en Estados Unidos y por todo el mundo.
Como he dicho antes:
en términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
Una última cosa. Para aquellos —ya sean racistas abiertos o personas que se han dejado adoptar la forma de pensar de los racistas— que intentan descartar la indignación por el asesinato policial de los negros diciendo que más negros son asesinados por otros negros que por cualquier otra persona (incluso la policía): como he enfatizado en una serie de discursos y escritos2, este sistema, también, causa eso — se trata del sistema que “trabaja para afectar” a las personas, encerrando a las masas negras en condiciones de privación, degradación y desesperanza, y continuamente les inculca con la mentalidad del “perro come perro” que impulsa este sistema despiadado de explotación y opresión, de punta a punta. Todo esto dirige a tantas personas hacia mortíferos callejones sin salida, la locura de la vida carcelaria, una muerte prematura — todo sin ninguna buena razón. Pero también es posible transformar radicalmente todo esto por medio de una revolución cuyo objetivo es nada menos que abolir y arrancar de raíz este sistema nefando y crear un sistema mucho mejor.
Y para aquellos que dicen que esto nunca puede darse, la realidad es que tenemos una estrategia desarrollada sobre la manera en que de hecho se podría hacer esta revolución, y tenemos una visión radical y un plano concreto para una sociedad radicalmente diferente cuyo objetivo y propósito es poner fin a todas las formas en que este sistema en el que vivimos ahora causa que las personas sufran de manera tan terrible e innecesaria3.
1. Revolución: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es, una charla filmada de Bob Avakian (2003). Esta película —que incluye las secciones muy relevantes y poderosas “Venden postales del ahorcado” y “Emmett Till y el Jim Crow: El pueblo negro vivía bajo una pena de muerte”— está disponible en revcom.us. [volver]
2. Esto incluye el artículo muy importante “Más sobre ‘Lo que uno elige’... y cambios radicales”, que también está disponible en revcom.us, el que consta de unos comentarios de Bob Avakian que formaban parte de una conversación con las personas que entraron profundamente en las cuestiones de por qué las personas que son oprimidas bajo este sistema a menudo se dejan llevar en cosas como la delincuencia, quiénes y qué, en lo fundamental, son responsables de todo esto y cuál es el camino a seguir para salir de esta situación. [volver]
3. Esta estrategia se esclarece en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, un discurso de Bob Avakian; y la visión y plano para una sociedad radicalmente diferente está contenida en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. El texto de la Constitución y el video y el texto de este discurso están disponibles en revcom.us. [volver]
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Bob Avakian creció en Berkeley, California en los años 1950 en un momento en que en los tribunales y en las calles se cuestionaba la segregación, y se debatían las cuestiones de la desigualdad y la discriminación racial en toda la sociedad. Bob Avakian, cuyo padre era un abogado y más tarde un juez del Tribunal Superior, creció en una familia en la que las conversaciones sobre casos en los tribunales, derechos constitucionales y el proceso judicial fueron un elemento básico de la hora de cenar. Así que esos años formativos desarrollaron su temprana conciencia política y pasión por la justicia social, y además esa formación jurídica informal le dio una aguda apreciación de los principios legales. Así que a lo largo de su vida se suscitó un interés en las leyes y en la jurisprudencia (la ciencia y la filosofía de las leyes).
Bob Avakian cobró vida como revolucionario en los años 1960, al participar en los grandes movimientos de aquellos días. Al llegar a reconocer que la opresión y la explotación estaban entretejidas en la trama del sistema capitalista imperialista actual y que sólo se podrían abolir mediante la revolución comunista, también llegó a ver que no es posible tener la justicia social dentro de los límites del sistema jurídico existente que sirve al capitalismo-imperialismo. Al mismo tiempo, ha conservado su pasión por luchar contra la injusticia social, y por los derechos de las personas que están en la mira del estado y de su aparato represivo, dentro de los límites del sistema capitalista actual, al mismo tiempo que la vincula con la lucha más fundamental para abolir este sistema y hacer nacer un sistema cuyo objetivo es eliminar y arrancar de raíz la injusticia social y toda opresión y explotación.
Bob Avakian ha dedicado décadas a resumir la experiencia positiva y negativa de la revolución comunista hasta el momento y a aprender de una amplia gama de experiencia humana a fin de desarrollar una nueva síntesis del comunismo —conocida popularmente como el “nuevo comunismo”— un método consecuentemente científico y una visión y una estrategia para una sociedad y mundo nuevo y mucho mejor. En sus discursos y escritos sobre este tema de leyes y derechos, Bob Avakian aporta un sentido panorámico de la historia y del desarrollo de la sociedad humana a su análisis de los fundamentos económicos, filosóficos y políticos del sistema jurídico en la sociedad capitalista de hoy y el papel que dicho sistema desempeña en el fortalecimiento de las relaciones de opresión y explotación.
Al comparar y contrastar los conceptos de Constitución, leyes y derechos bajo el capitalismo así como bajo el socialismo, pone de relieve las profundas diferencias en el contenido y papel social. Su visión del sistema jurídico y de los derechos fundamentales en el socialismo saca lecciones de la experiencia histórica anterior de los estados socialistas en el ámbito jurídico pero también representa en dimensiones importantes una ruptura radical con dicha experiencia y refleja su nueva concepción del carácter de la futura sociedad socialista como una que sea cualitativamente más dinámica y vibrante que nunca antes. De eso, un sentido vivo se encuentra en Constitución, leyes y derecho, en la sociedad capitalista y la futura sociedad socialista, una selección de los escritos de Bob Avakian, y se detalla en toda su extensión en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, de la autoría de Bob Avakian. En esta conexión, son de especial interés las siguientes secciones de esta Constitución: “La justicia y los derechos del pueblo” (Artículo I, Sección 2, D); Artículo III, “Los derechos del pueblo y la lucha para arrancar de raíz toda explotación y opresión”, en particular Sección 2, “Los derechos y libertades legales y civiles”; así como el Artículo I, Sección 3, “El Poder Judicial y el proceso legal de deliberaciones y la toma de decisiones”.
Bob Avakian también es el autor de las siguientes declaraciones polémicas con relación a las leyes.
La denegación de la libertad bajo fianza, incluso por las acusaciones (o cargos) más graves, está en contraposición —en lo fundamental está en conflicto y hostil— a la presunción de la inocencia.
No existen —o no deben existir— “derechos de víctimas”, en particular en su aplicación a los procesos penales.
El proceso legal penal no es —ni debe ser—una contienda entre individuos sino un enfrentamiento entre el estado y las personas a las cuales el estado buscar privarles de libertad sobre la base de haber violado normas sociales encarnadas en las disposiciones penales. El objetivo general de un sistema jurídico es, o debe ser, sacar las controversias o agravios percibidos de la esfera de los agravios de los individuos —y los esfuerzos correspondientes de resolver esos agravios por medio de actos individuales de venganza u ofensas recíprocas— disponiendo de un marco en el cual la sociedad puede adjudicar semejantes controversias o afirmaciones de ofensas, mediante instituciones y disposiciones establecidas, que se aplicarán y funcionarán respecto a todos. El concepto de “derechos de víctimas”, en particular en su aplicación a los procesos criminales, no meramente está en contraposición a lo que debería ser el propósito y el efecto de las leyes —y no es meramente una farsa— sino que es una herramienta inmerecida que favorece a la fiscalía, un arma ilegítima en las manos del estado, que da aún más peso injusto al desequilibro de poder existente que ya posee como estado, en su enfrentamiento con los individuos a los cuales busca privarles de la libertad, con o sin razón. La esencia de los derechos jurídicos, en particular en relación con los procesos criminales, es —o debe ser— disponer de un proceso justo para las personas que estén acusadas por el estado y estén obligadas a enfrentarse al estado en situaciones en las que el estado busca privarles de su libertad.
La práctica con respecto a procesar a los menores de edad como adultos pone todo patas arriba y va en contra de la lógica elemental. Esto también es cierto en la manera que se prescriben las leyes.
El objetivo general con respecto a los menores de edad y las leyes, y específicamente lo que es —o debería ser— la manera de tratar a los menores de edad en relación a la presunta violación de esas leyes que es distinta a la manera en que se maneje esta cuestión en el caso de los adultos, es que los menores de edad no cuentan con la misma capacidad desarrollada, que los adultos, de formar juicios, entre ellos los juicios que miden el efecto y las consecuencias de actos que quizá violen la ley. Hay que aplicar este principio básico sin relación a la cuestión de qué tan grave lo es el presunto crimen, lo que en ningún sentido debe influenciar negativamente la lógica básica y la justeza de procesar a los menores de edad de una manera distinta al caso de los adultos y de castigarlos de manera distinta en el caso de condenarlos. O de hecho, de ser necesario considerar la gravedad del crimen en primer lugar, hay que hacerlo según el principio de que entre más grave el crimen, y correspondientemente entre más severas las consecuencias de una condena, como adulto, más peso tiene el argumento en contra de procesar a los menores de edad como adultos.
El objetivo de la prescripción de una ley (o la limitación estatutaria) no es de establecer un límite de tiempo después del cual las personas pueden “salir impunes a raíz de cometer un crimen”. Más bien el objetivo es que, tras haber transcurrido cierto período de tiempo, se vuelve cada vez más difícil, si no casi imposible, tener un juicio justo, ya que la evidencia (la que incluye pero no se limita a la memoria de los posibles testigos) se contamina irreparablemente y/o se vuelve mucho más difícil, si no imposible, de refutar. Y, entre más grave el crimen y más severo el castigo, más consideración y más cuidado hay que tener de evitar un juicio en que el acusado podría acarrear una condena, y una pena más severa, sobre la base de un proceso (un juicio) viciado por el paso del tiempo. Por lo tanto, todos los crímenes deben prescribirse — y entre más grave el crimen, más corto debe ser el plazo de prescripción, en vez de más largo.
Estas dos prácticas patas arriba y regresivas —respecto a procesar a los menores de edad como adultos y alargar el plazo de prescripción (o eliminarlo por completo) para crímenes más graves— una vez más son herramientas inmerecidas que favorecen a la fiscalía, son armas ilegítimas en las manos del estado, que aumentan injustamente el desequilibrio de poder existente que posee, como estado, en su enfrentamiento con aquellos individuos a los cuales busca privarles de libertad, con o sin razón.
Aunque hay diferencias profundas entre el socialismo y el capitalismo —no sólo con respecto a las leyes sino a las relaciones fundamentales, objetivos, instituciones y el funcionamiento de la sociedad—, estos principios básicos de la jurisprudencia tienen aplicación (o deben tener aplicación) no solamente bajo el sistema actual del dominio capitalista sino también en la sociedad socialista.
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Prepublicación
Noviembre de 2019: inglés
18 de enero de 2020: español
Derechos reservados © 2019 de Bob Avakian. Todos los derechos reservados.
La traducción al español es responsabilidad de www.revcom.us.
Aquí va una nueva obra importante de Bob Avakian, de la cual se tomó el pasaje "El individualismo, la BEB y la ilusión del 'camino indoloro'", posteado en este sitio en el verano de 2019.
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Ninguna esperanza — vs Ninguna necesidad permanente
El problema con el individualismo
El individualismo virulento y el individualismo ajeno
El individualismo, la BEB y la ilusión del “camino indoloro”
El parasitismo, el chovinismo pro estadounidense y el individualismo
La política de identidad y el individualismo
El individualismo y la “indiferencia”
Zafarse del individualismo parásito
La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales. Esos son temas importantes que voy a examinar aquí.
Primero, es importante hablar del contraste entre hoy y el período de los años 1960 en Estados Unidos y en el mundo en general. En ese entonces, por allá en la década del 1960, entre masas de personas en todo el mundo, incluidas aquellas en Estados Unidos, había mucha esperanza y determinación sobre la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor. En todo el tercer mundo, se sostenían luchas de liberación con el objetivo de deshacerse del yugo de la opresión colonial que se les había impuesto durante décadas, generaciones e incluso siglos. Y en los propios países imperialistas —incluido, en particular, Estados Unidos— la generación que llegó a la mayoría de edad en la década de 1960 tanto entendía la necesidad como realmente creía en la posibilidad de crear un mundo radicalmente diferente y mejor, y no estaba interesada en escuchar todos los argumentos sobre por qué las cosas tenían que ser como son.
Esto fue cierto entre los jóvenes educados, muchos de los cuales fueron de los primeros en sus familias en estudiar en la universidad, dado que la clase dominante estaba abriendo más oportunidades debido a sus necesidades internacionales, realzadas, por ejemplo, por todo el episodio del Sputnik cuando la Unión Soviética puso un satélite en órbita y, de repente, Estados Unidos se enfrentó a la llamada “carrera espacial” como parte de la contienda general con la Unión Soviética, la que en ese momento estaba firmemente en el camino hacia la restauración del capitalismo y se esforzaba por convertirse en una importante potencia imperialista mundial pero, como tal, representaba un verdadero desafío a la dominación del mundo por el imperialismo estadounidense. Así que se tenía a millones de nuevos jóvenes blancos educados los que, a su vez, se inspiraban en los jóvenes educados que habían salido de entre las masas básicas, en particular del pueblo negro, y quienes se habían puesto al frente de la lucha por los derechos civiles en la década del 1950, particularmente a fines de la década del 1950, y quienes, de mediados a finales de la década del 1960, se radicalizaron mucho más y pasaron de participar en los derechos civiles a participar en la liberación negra con una clara orientación e impulso revolucionario, por ampliamente definido y por entendido de distinta manera que esto fuera entre diferentes personas.
Y esto se extendió entre las masas básicas de la población, los amargamente oprimidos en Estados Unidos —los negros, pero también los chicanos y otras personas dentro de Estados Unidos que habían sido oprimidos durante mucho tiempo— así que entre estas masas básicas pobres y oprimidas, así como entre millones de jóvenes educados de la clase media, había un deseo de tener un mundo radicalmente diferente y mejor, y un sentimiento revolucionario auténtico y firmemente sostenido de que era necesario poner de cabeza a este mundo en su conjunto, y “No vamos a prestar atención a nadie que nos diga que ‘este es el mejor de todos los mundos posibles’, y no vamos a prestar atención a la hipocresía de los individuos que han presidido todos estos horrores por todo este tiempo”. Eso lo concentró la consigna, especialmente entre los jóvenes educados, “No confíes en nadie mayor de 30 años de edad”, que, aunque era una consigna un tanto mecánica, sin embargo señalaba algo real: no queremos prestar atención a esos “líderes” gastados y trillados.
Yo mismo recuerdo, cuando tenía unos 20 años (¡y ahora tengo que mirar hacia atrás y pensar en esto como alguien que ha continuado participando durante décadas después de eso! — pero cuando tenía 20 años), recuerdo haber ido con mi padre a Washington, D.C. y fuimos a la Cámara de Representantes. Y, en cierto momento, nos metimos en un ascensor y todos estos viejos hombres decrépitos se subieron al ascensor quienes eran congresistas, y pensé: “Dios mío, ¿estas son las personas las que dirigen al país? ¡Esto no puede continuar! ¡Esto no es lo que necesitamos!” Y ese fue un sentimiento ampliamente compartido en esos años. (Por supuesto, Jerry Rubin, uno de los líderes del movimiento juvenil de esa época, una vez que cumpliera 31 años, ajustó la consigna para decir “No confíes en nadie mayor de 35 años”. Sin embargo, ya sea 30 ó 35, ese fue un sentimiento real.)
Además, tengo que decir que me chocó cuando entré en la Cámara de Representantes, porque de los libros de texto de educación cívica y de la manera en que nos criaban, tuve esta imagen de esta cámara muy solemne, los “sagrados salones” de la Cámara de Representantes. Bueno, me metí y lo que vi me sacó de onda. Por ahí había un sujeto pronunciando un discurso. Probablemente solo hubiera una docena de personas en la Cámara de Representantes en ese momento, en su mayoría estaban haciendo cosas como comer y escupir en el piso, etc. Y de repente sonó una campana y todos entraron corriendo y levantaron la mano para votar y luego volvieron a salir. Estas no fueron exactamente las augustas cámaras del gran sistema democrático del cual nos enseñan en las clases de educación cívica para que creamos que eso es lo que pasa.
Así que este era un sentimiento que no era simplemente una cuestión de edad. Era más bien: no se puede permitir que estas personas manejen el mundo y arruinen el mundo de la manera en que lo están haciendo. Entre millones y millones de pobres y oprimidos, pero también en un amplio sentido entre los jóvenes de la clase media, cundía este sentimiento. Y, como señalé en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución1, para fines de la década del 1960, esto ya se había extendido amplia y profundamente en toda la sociedad, incluso en las fuerzas armadas del mismo sistema, el sistema capitalista imperialista, en el mismo Estados Unidos. Recuerdo, por ejemplo, que las fuerzas armadas levantaron una encuesta que, entre otras cosas, hizo la pregunta: ¿en quién buscaban liderazgo político los soldados, los soldados rasos del ejército de Estados Unidos? — y entre los soldados negros, el presidente de Estados Unidos estaba uno de los últimos en la lista. La pluralidad, el “más votado”, por así decirlo, fue Eldridge Cleaver, un líder del Partido Pantera Negra. Así que cuando existan cosas de este tipo, habrá un problema real para el sistema. Pese a las debilidades y las limitaciones de Eldridge, las cuales eran muy reales, este “voto” reflejaba algo muy, muy positivo.
Como una manifestación de todo esto, entre los negros —a quienes siempre se nos dice que son inherentemente religiosos— cundía un distanciamiento en masa de la religión, especialmente entre los jóvenes. ¿Por qué? En vista de que las personas estaban llenas de esperanza, no creían que no hubiera esperanza para un mundo mejor. Estaban llenas de esperanza para un mundo mejor aquí mismo en este mundo. Y por lo tanto, entre los negros, se dio, por parte de los jóvenes en particular, un importante distanciamiento de la religión y de todas las viejas convenciones que acompañaban a la religión que eran influencias a favor del conservadurismo que mantenían abajo a la gente. Recuerden, salía Malcolm X, quien daba discursos en los que (aunque todavía era religioso, pues había adoptado el islam) le decía a la gente: “No me importa” (parafraseo, pero esta es la esencia de lo que decía): “No me importa si eres metodista o bautista o AME [iglesia Episcopal Metodista Africana], o lo que sea que seas, cuando sales al mundo, tienes que dejar esa religión en el armario, porque, pese a todo el bien que te haya hecho, debes dejarlo a un lado”. Aunque Malcolm X todavía era religioso, no decía: “No seas cristiano, sé musulmán” — más bien, decía: “No necesitamos tener a esas cosas en la esfera pública”. Y también les decía a las generaciones mayores: “Estos jóvenes de hoy, no quieren escuchar nada sobre las probabilidades, no quieren escuchar a ustedes, los viejos Tío Tom [serviles] diciéndoles que las probabilidades están en su contra”. Este fue un sentimiento ampliamente aceptado especialmente por los jóvenes, pero también por algunas personas mayores. Y esto no solo ocurrió entre los negros. Malcolm X fue una gran inspiración e influencia radicalizadora, una influencia e inspiración radicalizadora muy positiva entre los jóvenes educados, entre ellos muchos de la clase media blanca.
Así que se manifestaba de manera muy distinta esta cuestión de la religión. La gente le daba la espalda. Si recuerdan la película Los Panteras (no me refiero a la reciente película Pantera Negra, sino a la película anterior, Los Panteras, sobre el Partido Pantera Negra), contiene una escena en la que uno de los jóvenes conversaba con su madre, por ahí en la periferia de un mitin del Partido Pantera Negra. La madre dice algo acerca de la religión, y el joven le responde aproximadamente así: “Bueno, el Partido Pantera Negra dice que de plano hay que dejar esa religión a un lado, pues no nos está haciendo nada bueno, eso no es lo que necesitamos”. (Vuelvo a parafrasear, pero esa es la esencia de la cosa.) Y la madre responde: “¿Crees eso?” Bueno, muchos jóvenes negros en esos tiempos sí lo creían mucho.
La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar? Ardea Skybreak señala en la entrevista Ciencia y revolución2, que no es realista pensar que sería posible eliminar por completo el sufrimiento humano, pero existe una enorme cantidad de sufrimiento innecesario al cual la gente está sometida en el mundo de hoy debido a las dinámicas y las relaciones básicas de este sistema que domina en el mundo, el sistema del imperialismo capitalista. Y definitivamente es posible, y urgentemente necesario, ponerle fin a ese sufrimiento.
Ahora, para presentar el panorama multifacético y preciso de esto, sabemos que hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso. Por lo tanto, es necesario hacer denuncias y desarrollar lucha de manera continua en torno al papel de la religión en lo ideológico, su papel en términos de ser un grillete mental sobre las personas, aunque también es necesario unirse con las personas y sí, respetar a las personas, quienes debido a sus sentimientos o puntos de vista religiosos toman una posición positiva y, a menudo, hacen sacrificios en la lucha contra diversas formas de opresión.
Sin embargo, las cosas son muy diferentes con respecto al fundamentalismo religioso — y en particular en Estados Unidos al fundamentalismo cristiano. Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!)3.
En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.
Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces4.
Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.
En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo. En relación con todo esto, y en particular con la cuestión de la esperanza, tiene gran importancia la siguiente declaración de Marx que se cita en la Primera parte del Manifiesto del PCR, El comunismo: El comienzo de una nueva etapa:
Una vez se ha penetrado en la conexión de las cosas, se viene abajo toda la fe teórica en la necesidad permanente del actual orden de cosas, se viene abajo antes de que dicho estado de cosas se desmorone prácticamente5.
Esto es sumamente importante porque enfatiza la importancia de la teoría y de la ciencia —la teoría que se basa en un consecuente método y enfoque científico y en su aplicación— para revelar cuáles son las relaciones y dinámicas reales, cuáles son las conexiones internas y “funcionamiento interno” del sistema al que están sometidas las personas. En primer lugar, para revelar que sí existe un sistema al que están sometidas, y cuáles son el funcionamiento y dinámicas internos de ese sistema y la forma en que éste encaja en todo el desarrollo histórico de la sociedad humana. (O, en términos básicos, que las personas están viviendo dentro de los límites de un sistema; que este sistema no es solo algo impuesto por algunas personas poderosas, sino que es el resultado de cierto desarrollo histórico; que este sistema opera, y tiene que operar, de acuerdo con ciertas “reglas” que surgen de sus relaciones básicas, y que esto encarna y suscita contradicciones que causan todo tipo de sufrimiento para las masas de la humanidad, contradicciones que son fundamentales y esenciales para este sistema y que no pueden eliminarse sin eliminar este sistema mismo). Y esta teoría científica revela que hay una salida de todo esto — y cuál es esa salida.
Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.
Lo siguiente (la conclusión del artículo “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”) enfatiza estos puntos de orientación sumamente importantes:
Conocer la realidad concreta —y profundizar continuamente tal conocimiento— es de una importancia vital para la humanidad y su futuro. Tiene una importancia vital no solo para los científicos y académicos sino para los muy oprimidos y explotados del planeta, que deben y pueden ser la columna vertebral y fuerza motriz de una revolución para deshacerse y acabar con todas las formas de explotación y opresión en todo el globo — deben y pueden ser los emancipadores de sí mismos y, en última instancia, de toda la humanidad. Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan. En el Manifiesto Comunista, Carlos Marx y Federico Engels, los fundadores del movimiento comunista hace más de 150 años, declararon que la revolución comunista y sus principios, métodos y metas emancipadores representan una “ruptura radical” con las relaciones de propiedad tradicionales que esclavizan a la gente de una forma u otra, y además una ruptura radical con todas las ideas tradicionales que se desprenden de esas relaciones de propiedad y las refuerzan.
La lucha en el campo de la epistemología —la teoría del conocimiento y de la forma de adquirirlo, la teoría de qué es la verdad y de cómo conocerla— es una esfera crucial de la batalla general por la emancipación de la mayoría oprimida y explotada del planeta, y en última instancia de toda la humanidad. Para esa lucha emancipadora es de importancia vital captar las características centrales y la importancia del método científico — y en especial del enfoque científico más coherente, sistemático y global de la realidad —la concepción del mundo y el método comunistas—, que puede abarcar sin reemplazar ni sofocar los muchos campos de conocimiento y actividad de los seres humanos, y puede manifestar el proceso más nutrido de aprender sobre la realidad y transformarla en pos de los intereses de toda la humanidad. Un componente crucial de la lucha para realizar las dos rupturas radicales, características de la revolución comunista, que representan el salto de la historia humana a una época liberadora completamente nueva, es entender la profunda diferencia entre el esfuerzo de imponerle a la realidad nociones basadas en “la fe”, en contraposición al esfuerzo de conocer científicamente la realidad (inclusive la religión, sus orígenes y efectos); es entender la diferencia radical entre “saltos de fe” y en contraposición, la acumulación constante de conocimientos por medio de constantes saltos del conocimiento sensorial al conocimiento racional6.
Esta cuestión, de ver la posibilidad de una revolución y un mundo radicalmente diferente y mejor, sobre una base científica, es obviamente de suma importancia, y es algo a lo que volveré en adelante.
Como he señalado, en Cavilaciones y forcejeos7 (y en otras obras), la contradicción según la cual las personas existen como individuos, pero también existen en un contexto social más amplio y en gran medida están formadas por ese contexto social, es una contradicción complicada que es importante manejar correctamente. Y esta contradicción se expresa agudamente hoy en el hecho de que, aunque las personas sí existen como individuos, el terrible sufrimiento de las masas de la humanidad y los retos urgentes que enfrenta la humanidad en su conjunto como resultado de la escalada de destrucción del medio ambiente por este sistema del capitalismo-imperialismo, así como la posibilidad de una conflagración nuclear que continúa asomándose como una amenaza existencial sobre la humanidad — pues, no es posible abordar todo eso con seriedad, y ni hablar de realmente resolverlo, mientras cada individuo persiga sus intereses particulares, y de hecho, cuando las personas actúen de esta manera, eso constituye un obstáculo importante a la consecución de la solución necesaria. El individualismo es un factor significativo y un “elemento unificador” en muchas de las tendencias negativas que juegan un papel importante en impedir que las personas reconozcan la realidad y la profundidad de los horrores que continuamente causa este sistema — y que reconozcan la urgente necesidad de actuar, junto con otros, para abolir y arrancar de raíz todo esto, en su fuente misma. Esto resalta y realza el hecho de que el individualismo, que se nutre y se expresa en formas extremas en esta sociedad particular en este momento, es un problema profundo al que hay que hacer frente y transformar.
Estas son dos amplias categorías del individualismo, que tienen algunas características particulares diferentes pero que también tienen en común la concentración básica en el yo y la fascinación con el yo. El individualismo virulento es una variación extremadamente venenosa de esto. En lo básico, se refiere a la idea de que “Estoy tratando de conseguir todo lo que pueda para mí y que se jodan los demás. Y si tengo que pisotear a los demás para conseguir lo que quiero, pues, así es la vida y lo voy a hacer de la mejor manera que pueda, para que pueda conseguir todo lo que quiero — lo quiero todo y lo quiero ahora”.
El individualismo ajeno es el individualismo que quizá no tenga esas características agresivas particulares y quizá ni siquiera tenga una actitud conscientemente hostil hacia otras personas en general, pero que supone ir por la vida persiguiendo los intereses, aspiraciones o “sueños” personales, sin prestar atención a las cosas más grandes que se están dado en el mundo y al efecto de eso en las masas de personas en todo el mundo y, de hecho, en el futuro de la humanidad.
Así que existen estos diferentes tipos, o dos tipos generales, del individualismo (con muchas gradaciones, claro está). Pero, ¿cuál es su elemento unificador? Yo. El yo. Como señalé en el Diálogo con Cornel West8 en 2014, la “selfie” es una representación icónica perfecta de todo este panorama y toda esta cultura. No es que cada “selfie” sea en sí mala, por supuesto. Pero hay toda una cultura a su alrededor, incluso hasta el extremo de que las personas van a un lugar hermoso en la naturaleza y ¿con qué se ocupan? Con tomar una “selfie” de sí mismas en lugar de apreciar (y sí, tomar fotografías de) la inmensa belleza que se extiende ante sí mismas. Lo importante, con esta perspectiva, es: “Aquí estoy, mírame”. Es el etos de “mírame, mírame, mírame” que predomina tanto en ambas formas del individualismo, incluso en la forma que no es conscientemente virulenta pero que, no obstante, es llamativamente ajena.
Quizá el individualismo ajeno parezca más benigno (o, en términos simples, menos “nefando”) pero, no obstante, se caracteriza por ser imperdonablemente ignorante de lo que está pasando en el mundo más amplio, o por conscientemente elegir ignorar lo que está pasando en el mundo más amplio, más allá del yo (y más allá del estrecho círculo alrededor de uno mismo), y las consecuencias de esto para las masas de personas en el mundo, y en última instancia para toda la humanidad — o por prestar atención a esto únicamente en la medida en que afecte a uno mismo en términos inmediatos y limitados.
Ahora, déjenme decir con mucha claridad: hay personas en el mundo, hay masas de personas en el mundo, cuya vida es tan caótica y cuyo sufrimiento es tan terrible que les cueste mucho trabajo explorar, y mucho menos conocer, buena parte de lo que está pasando en el mundo. No me refiero a aquellas personas a las que el funcionamiento de este sistema pulveriza y somete a tanto horror que, por sí solas, realmente estén privadas incluso de la oportunidad de conocer y explorar el mundo más amplio. Me refiero a las personas que tienen todas las oportunidades para hacerlo, pero, o tengan una mentalidad maligna (o virulenta), o de una manera más “benigna” pero, no obstante, ajena, eligen no prestar atención a estas cosas. No me opongo necesariamente a que la gente vea algunos videos o YouTubes de gatos que tocan el violín (y cosas similares en el Internet), pero si una persona está obsesionada con ese tipo de cosas —ni hablar de que su obsesión sea referirse con bajezas y rebajar a otras personas en el Internet— pues, obviamente, eso es algo por lo que cualquier persona digna debería estar muy preocupada y a lo que debería oponerse fuertemente y contra lo que debería luchar fuertemente.
[Una nota agregada por el autor, otoño de 2019:]
Esta obra es el texto revisado de un discurso pronunciado en la primavera de 2019, y la siguiente sección (“El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”) se publicó (posteada en revcom.us) a partir del verano de 2019. A finales de septiembre de 2019, Nancy Pelosi (y la dirigencia del Partido Demócrata de la cual ella es una representante prominente), después de una prolongada y obstinada insistencia en negarse a iniciar un proceso político de destitución contra Donald Trump, cambió de curso y anunció que sí se iniciará una “indagatoria de juicio político de destitución” en contra de Trump. Este cambio de curso estaba ligado —y Pelosi y Compañía han hecho un intento de centrar esta “indagatoria de destitución” principal, si no exclusivamente— a la revelación (derivada de un informe de un “denunciante” en el gobierno) de que Trump ha estado involucrado en un esfuerzo por presionar al gobierno de Ucrania para hacerle el “favor” a Trump de desenterrar (o “confeccionar”) trapos sucios sobre Joe Biden, ex vicepresidente (bajo Obama) y uno de los contendientes principales por la nominación del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Pelosi y los demócratas han identificado esto como un abuso del poder presidencial a favor de los intereses personales de Trump (particularmente de cara a las elecciones de 2020) y han enfatizado su insistencia en que, al convertir este “favor” en la base (y el precio) para la continuación de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, en su enfrentamiento con las fuerzas pro-rusas, Trump “socavó la seguridad nacional de Estados Unidos”, en particular en relación con su importante adversario, Rusia. En otras palabras, mientras que, desde la perspectiva burguesa de los demócratas, su preocupación es muy real respecto a los “intereses nacionales” imperialistas de Estados Unidos, las “normas” de la forma en que se ha impuesto y mantenido el gobierno de este sistema, la importancia para ellos de una “transición pacífica” de una administración a otra mediante las elecciones —y el peligro para ello que representa el destripamiento de estas “normas” por Trump—, Pelosi y Compañía, al centrarse esta “indagatoria de destitución” sobre esta base tan estrecha, han subrayado que están actuando de acuerdo con su interpretación de los intereses del imperialismo capitalista de Estados Unidos y su impulso para seguir siendo la potencia imperialista dominante en el mundo, y continúan negándose a exigir la destitución de Trump a causa de sus muchas declaraciones y actos escandalosos contra las masas de personas, no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional: su manifiesto racismo y promoción de la supremacía blanca y la violencia supremacista blanca; su burda misoginia y ataques a los derechos de la mujer, incluido de manera muy prominente el derecho al aborto, y a los derechos de las personas LGBT; sus reiterados llamamientos y respaldo para la intensificación de la brutal represión y supresión del disentimiento; su discriminación contra los musulmanes y su cruel persecución de los inmigrantes, que abarca el encierro en condiciones parecidas a campos de concentración, incluso para aquellos que huyen de la persecución y de la amenaza muy real de muerte en sus “países de origen” y que sobre esa base están solicitando asilo, y la separación de hijos, incluso los muy pequeños, a sus padres; su embestida contra la ciencia y la búsqueda científica de la verdad, incluida su negación de la ciencia del cambio climático y las continuas maniobras para socavar y revertir incluso las protecciones menores y completamente ineficaces para el medio ambiente; sus amenazas con destruir países, inclusive con armas nucleares — en pocas palabras, su impulso multifacético para consolidar completamente el gobierno fascista e implementar una agenda fascista horrorosa, con terribles consecuencias para las masas de la humanidad.
Aunque, al cierre, no está claro qué conllevará esta “indagatoria de destitución” —si de hecho la Cámara de Representantes realizará un juicio político, y luego qué sucederá en el Senado para determinar si él debe ser condenado y destituido de su cargo—, ya está claro que la forma en que los demócratas están buscando limitar estrechamente la movida para destituir a Trump enfatiza una vez más la importancia de estos puntos básicos de orientación:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos de este sistema y al servicio de los intereses de la clase dominante de este sistema, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.
Claramente, la destitución no sólo de Trump, sino también del vicepresidente fascista cristiano, Mike Pence, y de hecho de este régimen fascista en su conjunto, es de importancia urgente. Pero esto sólo servirá a los intereses fundamentales de las masas de personas —no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero— de lograr esto, pero no sobre la base de limitar las cosas a los términos y por medio de la promoción de los “intereses nacionales” del Estados Unidos monstruosamente opresivo, sino sobre la base de la movilización de la oposición de masas al fascismo de este régimen de Trump y Pence, el que se produjo y surgió al poder por medio del “funcionamiento normal” de este sistema, del cual es una expresión extrema pero de ninguna manera “ajena”.
[Fin de la Nota agregada por el autor, otoño de 2019]
Todo esto —incluido el individualismo aparentemente más “benigno”, o ajeno— se relaciona con la insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del camino indoloro. Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Voy a hablar más tarde sobre algunas de las formas más ridículas y escandalosas de esto. Pero solo para dar un pequeño anticipo, como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política. Tal vez no sea tan seguro en el futuro, según sea la evolución de las cosas con estos fascistas que están trabajando para consolidar su poder ahora mismo mediante el régimen gobernante de Trump y Pence. Pero por ahora parece relativamente indoloro. También es completamente ineficaz y no produce ningún tipo de cambio que se necesita, pero es una manera de sentir que uno está haciendo algo mientras evita cualquier sacrificio, y hasta cualquier incomodidad real.
Una de las formas en que esto se manifiesta, junto con la BEB, es cuando las masas de personas no se enfrentan a la realidad del fascismo de Trump y Pence y, por lo tanto, no actúan de una manera que esté a la altura del peligro y de los horrores potencialmente aún mayores que esto representa.
Veamos las cosas en perspectiva, y hablemos de un elemento muy importante de esto que he mencionado antes, la elección de Trump —mediante el colegio electoral, y no el voto popular— es, en un sentido real, una extensión de la esclavitud: las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió. Y aquí tengo que invocar lo que pensaba que fue un comentario muy perspicaz de Ron Reagan (sí, el hijo inconformista de Ronald Reagan, quien también es, para su gran mérito, un ateo irredento): Ron Reagan ha señalado (y esto es muy perspicaz) que la “base” de Trump muy analizada y excesivamente analizada continuará apoyando a Trump, no importa lo que éste haga, porque Trump odia a todas las mismas personas que esa base odia.
A diferencia de toda la ofuscación sobre las dificultades económicas que están soportando las personas, bla, bla, bla, que a menudo se usa para racionalizar por qué la gente votó y continúa apoyando a Trump, lo que Ron Reagan ha señalado de manera puntualizada es la esencia de la “base” de Trump. Y, por cierto, observe la forma en que todos los medios de comunicación tradicionales, la CNN y los demás, usan este término continuamente: la “base” de Trump. Este es un término neutral, “base”. Estos son una bola de fascistas, ¿qué no? Y al usar estos eufemismos, o estos términos neutrales, como “base”, eso oculta e impide que las personas vean lo que realmente representan Trump y quienes lo apoyan, y la profundidad del verdadero peligro que esto representa. El comentario de Ron Reagan va muy al grano. Luego abunda: Ellos odian a la gente LGBT, odian a las mujeres (a las mujeres independientes, y en realidad, a todas las mujeres), odian a los negros, odian a los inmigrantes, odian a los musulmanes, y así sucesivamente. Y Trump odia a todas las mismas personas que ellos odian.
Por eso esa base nunca abandonará a Trump, haga lo que éste haga. Es por eso que Trump pudiera decir muy correctamente: “Yo muy bien podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York, y estas personas no se volverían en contra de mí”.
Al mismo tiempo, cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Y aquí van algunas preguntas muy relevantes para los millones y decenas de millones de personas quienes odian todo lo que Trump representa pero no se han movilizado o han rechazado movilizarse, en masa, en acciones no violentas pero sostenidas en torno a la exigencia de que sea sacado del poder el régimen de Trump y Pence, como ha llamado a hacer Rechazar el Fascismo9: si usted no va a tomarse las calles ahora para exigir que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¿qué hará si Trump sale reelegido (quizás mediante el colegio electoral, incluso si vuelve a perder el voto popular)? ¡¿Y qué hará si Trump pierde las elecciones (incluido según el conteo del colegio electoral) pero luego se niega a reconocer los resultados e insiste en que aún es presidente?!
Al mismo tiempo, es necesario señalar los problemas muy serios con la ingenuidad peligrosa y los alardes de “izquierda” de ciertos intelectuales “progresistas”. Por ejemplo, alguien como Glenn Greenwald, que ha hecho algunas cosas buenas al poner al descubierto las violaciones de los derechos de las personas bajo este sistema —los derechos humanos, los derechos civiles y las libertades civiles—, pero quien, siempre que se mencione algo sobre los terribles crímenes y horrores representados por el régimen de Trump y Pence, de inmediato insiste en decir cosas como: “Sí, pero ¿y qué de Hillary Clinton, y qué de los demócratas y las cosas terribles que ellos han hecho?” Todo lo cual es cierto. Como hemos señalado: El Partido Demócrata es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Y esto sí que hay que sacar a la luz. Al mismo tiempo, hay que reconocer que el Partido Republicano es fascista, y si uno no comprende que ello tiene un significado real y una importancia real —y cada vez que alguien habla de los atropellos y los horrores perpetrados por estos fascistas, de inmediato insiste en poner: “Sí, pero ¿y qué de los demócratas?”— está dirigiendo a las personas, o está conduciendo a las personas, para que se alejen de un entendimiento de las verdaderas dinámicas que están en marcha aquí y los verdaderos peligros.
Y luego está Slavoj Žižek. Como se explica sin rodeos, y con mucha precisión, en el artículo de Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”:
Slavoj Žižek, un influyente tonto filósofo que a menudo se presenta como un “comunista”, declaró su apoyo a Donald Trump en la televisión británica. Una victoria de Trump, según Žižek, ayudará a los republicanos y los demócratas a “repensarse a sí mismos” y podría suscitar “una especie de gran despertar”. Y al hablar desde su pedestal de “¿qué, yo preocupado?” [Lotta señala:] Žižek pronunció que Trump “no introducirá el fascismo”10.
Como Lotta agrega sucintamente: “Lo anterior es malo, es veneno”. Y es similar al pensar erróneo y peligroso en el que caen y el que propagan personas como Glenn Greenwald. Al igual que Glenn Greenwald, implica minimizar la verdadera realidad y peligro de lo que representa el fascismo, a la vez que, de nuevo, el Partido Demócrata es un instrumento de la dictadura burguesa y una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Este tipo de pensamiento equivocado también se manifiesta en alguien como Julian Assange, quien en realidad, según todas las apariencias, y al parecer esto sí que es cierto, contribuyó a las maquinaciones que se desenvolvieron en torno a la campaña de Trump, con el involucramiento, al parecer, de los rusos en esto, y quien lo hizo con el mismo tipo de racionalización que Žižek puso, tal como Raymond Lotta lo cita — que Clinton y el Partido Demócrata representan el antiguo establecimiento, las viejas formas de hacer las cosas, y si salen derrotados y logra meterse alguien quien está afuera del establecimiento, eso sacudirá las cosas. He escuchado a Assange decir (según sus propias palabras, y no solo según las palabras de otras personas que describen lo que es su posición): “Tal vez esto lleve a un cambio negativo, o tal vez lleve a un cambio positivo, pero al menos conducirá a un cambio, o mantendrá abierta la posibilidad del cambio”.
Bueno, ¿a qué tipo de cambio está conduciendo esto en realidad? No hay margen para el agnosticismo o la ignorancia sobre el tipo de cambio al que está conduciendo. Sí, la dictadura burguesa de cualquier forma es muy mala para las masas de personas, es muy opresiva y muy represiva para las masas de personas, y necesita ser derrocada. Pero una dictadura fascista abierta que pisotea cualquier pretensión de defender los derechos de las personas no es algo que deba incluirse en la categoría de “tal vez sea un cambio positivo, o tal vez sea un cambio negativo”.
Ahora bien, al mismo tiempo que hacer esta crítica aguda, particularmente con respecto a Julian Assange, es muy importante enfatizar la necesidad de oponerse a la persecución de Assange por parte de los imperialistas estadounidenses, cuya persecución de él es una respuesta y venganza por el papel de él — no respecto a algo con los rusos, sino en grado primordial por poner al desnudo solo algunos de los crímenes monstruosos de este sistema. A este respecto, salió un interesante artículo titulado “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers”11 de Edward Wasserman, un profesor de periodismo y decano de la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de California-Berkeley. (Este artículo salió en el New York Times el sábado 27 de abril del año en curso, 2019.) Wasserman señala que, cualesquiera que sean sus debilidades políticas y personales, Julian Assange, mediante WikiLeaks, “facilitó una espectacular divulgación de secretos oficiales”, que incluyó, como lo expresa el mismo Wasserman, “crímenes de guerra, tortura y atrocidades contra civiles en Irak y Afganistán” por parte de Estados Unidos. Por eso la clase dominante de Estados Unidos lo está atacando en el ámbito jurídico y de manera política. En esta dimensión la gente tiene que acudir en defensa de Assange, incluso con las limitaciones y debilidades de él. Y han aumentado muchísimo la necesidad y la importancia de defender a Assange, particularmente contra la persecución política y jurídica del gobierno de Estados Unidos, debido a que el gobierno de Estados Unidos (encabezado por el régimen fascista de Trump y Pence) ahora ha amontonado cargos muy fuertes de espionaje en este proceso de persecución, con ominosas consecuencias, no solo para Assange, sino para todos y cada uno de los que se atreverían a destapar y desenmascarar los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos continuamente por el imperialismo estadounidense y sus instituciones de violencia y represión.
No obstante, sin dejar de darle en absoluto la debida importancia y énfasis a oponerse a estas maniobras represivas del gobierno de Estados Unidos, sigue siendo necesario y también tiene mucha importancia criticar a esta perspectiva y enfoque encarnado en el pensar de personas como Assange y Glenn Greenwald, así como Žižek. La idea de que estos políticos burgueses (o del “establecimiento”) son simplemente “todos la misma cosa”, sin ningún análisis de los matices, o ni siquiera las diferencias descaradas, entre ellos y las consecuencias de esto para las masas de personas, las masas de la humanidad — pues, esto es muy perjudicial.
Aquí cabe examinar las críticas que se hicieron a los comunistas alemanes en el período del ascenso al poder de Hitler y de los nazis en Alemania en la década de 1930. Se atribuyó a los comunistas alemanes esta consigna: “Nach Hitler, Uns” (que significa: “Después de Hitler, nosotros”). En otras palabras, el mismo tipo de pensar — que de hecho con Hitler al frente del gobierno, eso iba a sacudir las cosas e iba a causar una crisis tan grande en la sociedad que, por lo tanto, los comunistas iban a tener la oportunidad de llegar al poder. Eso representó una subestimación muy seria de lo que representaban Hitler y los nazis, y las terribles consecuencias de esto para la humanidad. Sí, los comunistas ahí debieron haberse opuesto consecuente y firmemente a todo el sistema sobre una base revolucionaria, pero también era muy importante y necesario reconocer que Hitler y los nazis eran una representación particularmente perversa y extrema de todos los horrores de este sistema, y los iban a llevar a cabo de formas muy extremas.
Así que, en relación con todo esto, hace falta un enfoque científico de construir una oposición al fascismo que está encarnado en el régimen de Trump y Pence en los Estados Unidos de hoy, de una manera que parta y proceda del entendimiento que se captura en las obras mías, como “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”12 y “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES — DESDE UNA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”13. (Estos artículos están disponibles en revcom.us. Son parte de las Obras escogidas de Bob Avakian).
Como he subrayado varias veces, y como se concentra en la consigna que lanzamos: “El Partido Republicano es fascista. El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”. Esto enfatiza la importancia de ambos aspectos de la cosa: reconocer la particularidad de lo que representa el fascismo del régimen de Trump y Pence y del Partido Republicano en su conjunto, y enfrentar la naturaleza y los masivos crímenes del sistema en su conjunto, y todos aquellos que son funcionarios y ejecutores de este sistema, incluido definitivamente al Partido Demócrata.
En un artículo publicado en el New York Times (martes 16 de julio de 2019), “Racism Comes Out of the Closet”, Paul Krugman señala que no solo Donald Trump sino el Partido Republicano en su conjunto han abandonado el racismo disimulado, y han empezado a expresarlo abierta y crudamente. Krugman concluye este artículo de esta manera, refiriéndose al abandono, por parte del Partido Republicano, de toda pretensión de oponerse al racismo:
Resulta tentador decir que los argumentos republicanos a favor de la igualdad racial siempre fueron hipócritas; hasta es tentador ver con buenos ojos la transición de los mensajes en clave al racismo declarado. Sin embargo, si la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud, lo que estamos viendo en este momento es un partido que ya no siente la necesidad de rendir ese tributo. Y eso es profundamente aterrador14.
En esta cita, Krugman sí que señala algo —algo que es importante y relevante— hasta donde va. El problema es que no va lo suficientemente lejos y, en particular, no rompe con los términos restrictivos de las contradicciones y los conflictos entre los partidos de la clase dominante (los republicanos y los demócratas). La posición de hipócritamente fingir una oposición a los atropellos tales como la opresión racista, a la vez que de hecho actuar como representantes, funcionarios y ejecutores de un sistema en el que esta opresión está integrada y el que no podría existir sin esta opresión — pues no solo se aplica al Partido Republicano del pasado (si siquiera se aplicó a ese partido en los últimos 50 años y más), sino también se aplica al Partido Demócrata. Lo que está concentrado en esta situación es la necesidad de reconocer, y manejar correctamente, una contradicción muy real y aguda: el hecho de que, por un lado, el Partido Demócrata, al igual que el Partido Republicano, es un partido de un sistema que continuamente comete, y no puede dejar de cometer, masivos crímenes contra las masas de la humanidad y encarna una amenaza existencial al futuro de la humanidad; y, por otro lado, el hecho de que (para parafrasear lo que se cita anteriormente del artículo de Krugman) existe una diferencia muy real y un peligro muy directo encarnado en el hecho de que uno de estos partidos de la clase dominante (los republicanos) abandona abiertamente gran parte de la pretensión de ser otra cosa salvo un rapaz, y sí racista, saqueador de seres humanos y del medio ambiente. Esto requiere de la síntesis correcta, en términos fundamentales, de oponerse al sistema en su conjunto, del cual ambos partidos son instrumentos, y de trabajar activamente, de manera continua, hacia el objetivo estratégico de abolir este sistema en su conjunto, mientras que también, con la misma perspectiva estratégica fundamental, reconocer el agudo peligro inmediato que representa el régimen fascista de Trump y Pence y trabajar de urgencia para atraer e incorporar a masas de personas en una movilización no violenta pero sostenida en torno a la exigencia de que ¡este régimen tiene que marcharse ya!
No reconocer a fondo este entendimiento, y sus diferentes aspectos y su dimensión completa, y no actuar según él, está muy relacionado con el individualismo — particularmente en la forma de buscar la ilusión del progreso indoloro, en lugar de estar dispuesto a hacerle frente a verdades inconvenientes e incómodas y actuar en consecuencia, incluso con los sacrificios que quizá sean necesarios.
Con todos los matices y particularidades de las contradicciones que sí hay que reconocer, esta verdad crucial puede expresarse de esta manera básica y concentrada:
El Partido Demócrata es parte del problema, y no es la solución.
Aquí hay que poner un reto ante todos aquellos que insisten en la posición de que “los demócratas son la única alternativa realista”: en la página web revcom.us, sale la serie “Crimen Yanqui”, que cuenta y detalla muchos de los más destacados crímenes horrorosos de la clase dominante de Estados Unidos, que se remontan a los inicios de Estados Unidos hasta el presente, cometidos bajo las administraciones republicanas y demócratas. Aquí va el reto: vaya a leer la serie “Crimen Yanqui” y luego regrese y trate de explicar por qué dejarse llevar en apoyar a los demócratas es algo digno que hacer.
Junto con sus otros crímenes, y su papel particular en mantener e imponer este sistema, en las circunstancias actuales, el Partido Demócrata también es un facilitador activo del fascismo debido a su negativa, incluso bajo los términos del sistema que representa, a hacer algo de importancia para oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence. Esto se concentra en la insistencia, de parte de la dirigente del Partido Demócrata, Nancy Pelosi (o Puercalosi, tal como se le debe llamar), de que un juicio político de destitución, una vez más, no está en consideración. Algunas personas quizá no recuerden (o quizá hayan elegido olvidar), y otras personas quizá ni siquiera lo sepan, pero surgió un sentimiento masivo a favor de procesar a George W. Bush en un juicio político de destitución en los años 2005-2006, en particular debido a la forma en que llevó a Estados Unidos a la guerra, al atacar e invadir a Irak, al causar una masiva destrucción y matanza en ese país, sobre la base de mentiras sistemáticas las que muy conscientemente perpetró todo su régimen con Colin Powell, Cheney y Rumsfeld, Condoleeza Rice y los demás, quienes deliberada y sistemáticamente mintieron al afirmar que Irak tenía armas de destrucción masiva y que supuestamente con esas armas amenazaba a Estados Unidos (y a los “aliados” de Estados Unidos). Con esas mentiras justificaron que se perpetrara la guerra de agresión de Estados Unidos contra Irak — la que, de hecho, fue un crimen internacional de guerra. En gran parte sobre esa base, surgió un sentimiento de masas a favor de un juicio político de destitución contra George W. Bush. Bueno, cuando los demócratas, en las elecciones de 2006, ganaron el control de ambas cámaras del Congreso, de inmediato Nancy Puercalosi dijo que un juicio político de destitución no estaba en consideración. Y ahora ella está haciendo lo mismo una vez más — y lo está haciendo no solo como individuo, sino como representante de la dirigencia del Partido Demócrata. Para tomar prestada una expresión de la escena de las pandillas, los “shot-callers” (o sea, los pesos pesados que dan las órdenes) del Partido Demócrata dicen: “No debemos procesar a Trump en un juicio político de destitución porque eso solo le beneficiará a él; él está trabajando para incitarnos a que lo procesemos”. Como si someter a Trump a un juicio político de destitución no sería algo bueno. Puercalosi insiste: “No vamos a caer en eso, vamos a pedir que Trump rinda cuentas”. ¿Ah, sí? ¿Cómo? ¿Cómo van a pedir que él rinda cuentas cuando ustedes los demócratas se niegan a usar uno de los instrumentos más poderosos que tienen, el juicio político de destitución, para realmente hacer algo con sentido para oponerse a lo que él está haciendo?
El otro día vi a una comentarista en una de las cadenas que hizo una observación la que (junto con muchas tonterías que también escupía y a pesar de esas tonterías) en realidad fue un tanto perspicaz e importante. Ella dijo: “Las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Si alguien puede hacer algo y salirse con la suya, la ley no tiene sentido”. Bueno, Puercalosi, su noción de “rendir cuentas” (hacer que Trump “rinda cuentas”) no tiene sentido porque usted se niega a ejercer los medios más efectivos que quizá tenga a su disposición para “hacer que él rinda cuentas”.
Ahora bien, algunas personas dicen que Puercalosi y los demás simplemente están haciendo todo eso porque tienen en mente las elecciones de 2020, y no quieren darle argumentos al Partido Republicano en apoyo a su insistencia de que “se trata de una cacería de brujas” contra Trump y el Partido Republicano. Quizá eso sea una consideración secundaria de parte de los demócratas, pero si escuchamos a Puercalosi, ella nos está diciendo de qué se trata en realidad. Ella dice que destituir a Trump dividiría aún más al país [Estados Unidos] — como si el “país” no estuviera ya muy dividido de manera muy profunda y muy intensa, en este momento, lo que es precisamente el motivo por el que alguien como Trump podría ser elegido en primer lugar.
Pero en realidad existen tres razones, o podríamos llamarlas los “tres temores”, que tienen Puercalosi y los demás. Temen a Trump y a los republicanos, y por lo tanto están permitiendo que Trump y los republicanos establezcan los términos de lo que pueden hacer. Su “lógica” es la siguiente: “Dado que Trump reaccionaría a fregadazos si tratáramos de destituirlo, por lo tanto, no deberíamos intentar someterlo a un juicio político de destitución”. Esa es la lógica de lo que están diciendo, aunque no lo articulen así directa y explícitamente. Así que están dejando que los republicanos establezcan los términos — lo que, por supuesto, solo causa que los republicanos sean aún más agresivos en conseguir su agenda y en desafiar y pisotear las “normas” de este sistema. Incluso de acuerdo con sus propios “principios” burgueses, los demócratas deberían actuar sobre la base de lo que está en su Constitución, y no de acuerdo a lo que los republicanos les permitan hacer.
Segundo, junto con temer a Trump y al Partido Republicano, sí temen la realidad de que las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Temen que si sometieran a Trump a un juicio de destitución —y si, de alguna manera, incluso lograran no solo destituirlo, sino que también de hecho lo condenaran en el Senado—, Trump bien podría declarar: “Jódanse, yo soy el presidente, no reconozco este juicio político”. En tal caso, ¿a qué y a quiénes pueden recurrir? Esto nos lleva a la otra dimensión de este segundo “temor”: temen a la “base” de Trump. Temen a estas fuerzas fascistas en la sociedad que Trump está alentando y azuzando para que actúen cada vez más de manera violenta y quienes (como explicaré en adelante) sí tienen muchas armas y están demostrando no solo su disposición, sino también su entusiasmo, por usarlas. Así que Puercalosi y los demás temen eso.
Pero al menos en la misma medida —y aquí va el “tercer temor”— temen a las personas al otro lado de la divisoria en Estados Unidos, a las personas que tienden a votar por los demócratas, especialmente a las masas básicas de los oprimidos. Temen a las propias personas, a las masas básicas y a otras personas, a quienes el Partido Demócrata es responsable de “acorralar” en la BEB y de “domesticar” su disentimiento. Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. Y no quieren el enfrentamiento entre esas personas y los fascistas que se han cuajado en torno a Trump. ¿Usted cree que quieren ver a las masas de negros, inmigrantes y otras personas, incluidas las masas de personas de diferentes capas sociales que están furiosas sobre lo que representan Trump y Pence — cree que quieren ver a esas personas en las calles en una oposición directa y decidida a lo que representan Trump y Pence? Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores. Una gran parte de lo que ellos están representando e imponiendo se vería seriamente comprometida.
Así que esto es lo que realmente está pasando con Puercalosi y los demás al oponerse obstinadamente a una movida a favor de un juicio político de destitución.
Y luego hay que ver a uno de los principales funcionarios agresivamente fascistas del Partido Republicano, al congresista por Iowa, Steve King. Hace poco, junto con todos sus otros posteos escandalosos y declaraciones abiertamente racistas, misóginas y crudamente despectivas sobre los musulmanes y los inmigrantes, etc., King posteó un meme, con este comentario, en su página oficial de campaña:
La gente sigue hablando de otra guerra civil. Un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro no sabe cuál baño usar.
Ahora bien, hay que decir que este comentario contiene una “observación demente”. Obviamente, este es un vil ataque a las personas trans, así como a aquellos que apoyan a los derechos de esas personas. Así que, por una parte, esta es una declaración escandalosa, una declaración completamente reaccionaria y cruel. Pero sí expresa cierta observación demente, o una representación demente de cierta verdad, porque si bien las personas apoyan correctamente los derechos de la gente trans, la gente gay, las mujeres y otros, existen limitaciones y problemas reales con la perspectiva espontánea que prevalece entre aquellos que se encuentran en el lado correcto de la divisoria. Existe una estrechez relacionada a la “identidad”, y una omisión o una falta de atención suficiente a las dinámicas más grandes que se perfilan en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, y las implicaciones de esto, tal como representa, una vez más, el hecho de que, si bien las personas están luchando o oponiendo cierta resistencia en torno a este o aquel caso particular de opresión, discriminación y prejuicio, no están movilizándose para oponerse a todo el embate masivo que se encarna en el régimen de Trump y Pence, ni hablar de todo el sistema que ha producido este régimen. Existe el problema serio de que, en general, las personas que se consideran como “progresistas” o “concienciadas” no han hecho, por no decir algo peor, ninguna ruptura real con el chovinismo pro estadounidense (sobre el cual diré más en adelante). Y, en relación con esto, existe el problema fundamental de intentar resolver el conflicto con lo que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista, con sus “ocho millones de millones de balas”, confiando en lo que han sido las “normas” del orden burgués en Estados Unidos (o buscando retomarlas) (y, de parte de algunas personas, esto supone un llamamiento a “restaurar la civilidad”) mientras los fascistas están decididos a pisotear y triturar estas “normas” y no tienen ningún problema con que las personas que se les oponen adopten la posición de “civilidad” (acomodación) respecto a su implacable ofensiva fascista. Aunque esto no se aplica absolutamente, ocurre con demasiada frecuencia que las palabras del poeta William Butler Yeats describen esta situación muy seria: “Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores rebosan de intensidad apasionada”. Y, así, si bien las cosas podrían estar encaminadas hacia una guerra civil, y la cosa podría llegar a la hora de la verdad incluso en el futuro no muy lejano, la alineación actual es muy desfavorable para cualquiera que represente algo digno en el mundo.
Todo esto, de cierta manera demente, está representado en la declaración de King de que un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro bando no sabe cuál baño usar. Una vez más, no se trata de que no sea importante la cuestión del uso del baño y las cuestiones más amplias que eso encierra. Eso sí que es importante. Pero existe un panorama más amplio aquí de esta tendencia o movimiento en desarrollo hacia una guerra civil, la que ahora mismo es muy unilateral en un sentido muy malo, y si las cosas continúan en esta trayectoria, el resultado podría ser verdaderamente desastroso.
Así que eso debería ser algo para reflexionar en serio — y no solo eso, sino también un estímulo serio para que entren en acción las personas que se preocupan por las diversas formas en que los ataques están cayendo sobre las personas y se está intensificando la opresión en todos los ámbitos contra grandes sectores de la población, a los cuales es necesario juntar para luchar contra la ofensiva de estas fuerzas fascistas — y además, en términos más fundamentales, es necesario atraer e incorporar a esos sectores sociales sobre la base de reconocer que se trata del sistema en su conjunto, del cual ha surgido este fenómeno fascista, y el que encierra una opresión tan terrible de la gente, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, sistema mismo que hay que borrar de la tierra.
Ahora bien, otro elemento de esto que no podemos pasar por alto es que, si bien una buena parte de lo que King describe se aplica de cierta manera demente, en particular a las personas progresistas o a las personas de clase media llamadas “concienciadas”, existe otro tipo de problema con respecto a las personas oprimidas más básicas, y en particular a los jóvenes — un gran problema de que sus armas ahora están apuntadas los unos a los otros entre sí. Y sin abundar a fondo sobre esto ahora, esto es algo que hay que transformar radicalmente al construir un movimiento para una revolución real.
Así que ya llegamos a la cuestión de la relación entre impulsar la construcción de una revolución real y la todavía muy urgente cuestión de expulsar a este régimen fascista. Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas)15.
Es interesante que, en un artículo sobre la privacidad y los problemas que el Internet presenta para las personas en términos de privacidad (“Just a Face in the Crowd? Not Anymore”)16, los autores del artículo, Woodrow Hartzog y Evan Selinger, se refieren a esto como una “cultura obsesionada por el estatus”, y en particular hablan de que esto es un problema en términos de si las personas van a tener privacidad porque la gente quiere usar el Internet para impulsar su estatus todo el tiempo: “Mírame haciendo esto, mírame haciendo aquello”, y así sucesivamente. Pero esta frase, creo, es muy apropiada, es una frase muy relevante y significativa: una “cultura obsesionada por el estatus”. Esto es lo que se ha fomentado continuamente mediante las grandes instituciones de esta sociedad, y es una variante particular, obviamente, del individualismo generalizado, tanto virulento como ajeno.
Y esto va de la mano con el acoplamiento del individualismo con la mercantilización, un fenómeno cuya esencia se capta muy bien en la promoción incesante, la promoción no disimulada y descarada, de la “marca”. Donde quiera que uno vaya, se oye: “Ah, esto realmente va a ser bueno para desarrollar la ‘marca’ de ella”; “Ah, realmente han sido muy creativos en su manera de impulsar su ‘marca’”. No se puede dar la vuelta hacia ningún lado sin escuchar que se utiliza de esta manera la palabra “marca”. Y esto va de la mano, por supuesto, con la exaltación del vil espíritu empresarial — lo que objetivamente representa esfuerzos por sacar una tajada de la explotación de la gente, al convertirse en parte del proceso general que se basa en gran medida en la superexplotación de las masas populares, incluidos niños, en el tercer mundo.
Todo esto está muy relacionado con el parasitismo de la sociedad estadounidense, el que (como se explica en Breakthroughs (Abriendo Brechas): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico, de Bob Avakian) se refiere al hecho de que un capitalismo cada vez más globalizado:
...se basa en un muy alto grado, para la producción y para mantener la tasa de ganancia, en una vasta red de maquiladoras, en particular en el tercer mundo de América Latina, África, el Medio Oriente y Asia, mientras que la actividad capitalista en los “países de base” capitalista-imperialistas se ubica cada vez más en la esfera de las finanzas y la especulación financiera, y la tecnología de punta de “alta gama” (y no la producción de los materiales físicos básicos para dicha tecnología), así como el sector servicios y la esfera comercial (con el creciente papel de la comercialización en línea). Como señalara Lenin, esto les pone “el sello del parasitismo” a la totalidad de las sociedades como Estados Unidos17.
Esto tiene una dimensión tanto material como ideológica. En la dimensión material, pone el sello del parasitismo a toda la sociedad porque sería imposible de mantener toda la sociedad y el funcionamiento mismo de la economía, y ciertamente mantenerla al nivel en que se encuentra, sin esta vasta red de maquiladoras. El nivel de vida y el funcionamiento mismo de la economía no podrían ser lo que son, no podrían mantenerse como están, sin este parasitismo y en particular sin la superexplotación de millones, decenas y cientos de millones, en última instancia, miles de millones de personas, mediante esta vasta red de maquiladoras en todo el tercer mundo en particular.
Y en términos de la dimensión ideológica, este sello del parasitismo a toda la sociedad fomenta el individualismo y, a su vez, se refuerza por la promoción del individualismo, y los fenómenos excesivamente comunes del narcisismo, el espíritu adquisitivo y el hedonismo. Una vez más: “¡Lo quiero todo y lo quiero ahora!” Ellos ni siquiera se avergüenzan de poner esto en un aviso publicitario, más de una vez — nos inundan con este tipo de pensamiento todo el tiempo. Para invocar un pasaje de mi autobiografía (From Ike to Mao and Beyond)18, se trata de meter el hocico en el comedero y de engullir todo lo que puedas, sin pensar de dónde viene esto. Y, una vez más, existe la forma más virulenta de esto —“No me importa un carajo, que esa gente se joda, lo quiero todo y lo quiero ahora, ¡quiero lo que quiero!”— y la forma más ajena: “Realmente no sé de dónde viene todo esto, solo trato de proseguir con mi propia vida y mis sueños”.
Así que, tanto en la esfera material como en la esfera ideológica, este sello del parasitismo a toda la sociedad es algo muy real. Y esto está ligado a la relación general entre el chovinismo pro estadounidense y el individualismo: la identificación de los intereses, perspectivas y estatus personales con la posición dominante del imperialismo capitalista estadounidense — y su saqueo del mundo y de las masas de la humanidad. Y una expresión grotesca de esto —sea virulenta o ajena— es: En vista de las invasiones y las guerras en marcha, los golpes de estado, la matanza de cientos de miles de civiles, la destrucción de países y la relegación de millones de personas a la desesperanza y al hambre a manos de los imperialistas de Estados Unidos y sus “aliados” y títeres rastreros: ¡¿Dónde está la indignación de masas y la oposición activa y decidida proveniente de las personas en Estados Unidos —en nombre de las cuales se cometen continuamente estos monstruosos crímenes— incluso proveniente de las personas que se llaman a sí mismas “progresistas” o se proclaman “concienciadas”?!
Otro aspecto de lo que opera aquí es el “cinismo desencantado” y su relación con el individualismo parásito. ¿Quién no ha escuchado esto? — “Ah, sé que hay muchas cosas que están mal en el mundo, pero así es la vida. Sí, por supuesto, Estados Unidos comete crímenes en todo el mundo, pero también lo hacen todos estos otros países. Sí, Trump no es bueno, pero todos estos políticos son corruptos. No tengo tiempo para prestarle atención a eso. Soy demasiado sofisticado como para meterme en eso, o para angustiarme emocionalmente por todo eso. Nada más tengo que prestar atención a las cosas que realmente me importan a mí y a mis gallinas en mi patio trasero” (o lo que sea).
Ese pseudocinismo desencantado (o ese verdadero cinismo, pero pseudo concienciación del mundo) es otra manifestación del individualismo parásito — cuando alguien justifica negarse a hacer algo o no hacer algo sobre los crímenes que se están cometiendo en su nombre, y todas las horrorosas cosas que están ocurriendo en el mundo, sobre la base de: “Sí, ya lo sé, pero así es la vida. Y después de todo, en realidad no hay nada que se pueda hacer al respecto. Cualquiera que se ponga al frente y diga que va a hacer algo al respecto es tan corrupto como la gente que ya está perpetrando estas cosas, así que en realidad no hay nada que se pueda hacer”. Como se ha dicho, con mucho discernimiento, se podría traducir este sentimiento así: “Ah, estoy tan agradecido que haya resultado que lo correcto que hay que hacer es no hacer nada sobre estos ultrajes y horrores en el mundo”.
En ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, en términos de la lucha para impedir que el régimen de Trump y Pence consolide un gobierno fascista (y más en general en lo que respecta a la lucha por un mundo radicalmente diferente y mejor), destaqué este punto:
El chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás19.
Respecto a la clase media de Estados Unidos, aunque hoy para importantes sectores de esta clase no les va tan bien como en el pasado —y algunos de ellos de hecho se están esforzando— en el sentido económico, a medida que la brecha social y las disparidades de ingresos siguen ensanchándose a proporciones obscenas, todavía existe entre ellos, o entre muchas personas en la clase media, un sentido persistente y generalizado de “derecho y privilegio” como estadounidenses y una identificación de sus propios intereses con lo que de hecho es un sistema de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: el imperialismo capitalista estadounidense. Y, como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, este veneno del chovinismo pro estadounidense también ejerce cierta influencia entre los más amargamente oprimidos, a pesar de que está en agudo conflicto con la opresión sistemática a la que están sometidos en Estados Unidos bajo este sistema.
Hay una gran necesidad de que la gente ampliamente rompa con este chovinismo pro estadounidense. Como he enfatizado anteriormente, hay 3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor:
1) Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles.
2) Las personas tienen que adentrarse con seriedad y ciencia en la manera en que este sistema del capitalismo-imperialismo funciona en los hechos, y los correspondientes resultados concretos en el mundo.
3) Las personas tienen que examinar profundamente la solución a todo eso20.
Y, como se expone concisamente en “El problema, la solución y los retos ante nosotros”:
Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo [pro] estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad21. (énfasis agregado)
En oposición directa a la venenosa perspectiva del chovinismo pro estadounidense, la orientación que hay que defender firmemente y por la que hay que luchar ferozmente es el principio básico y la verdad sencilla, pero profunda, de que “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países” e “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”, que se encuentra en Lo BAsico 5:7 y 5:822.
Y, como se explica más completamente en Lo BAsico:
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino. (Lo BAsico 3:8)23
Es crítico ganar continuamente a un creciente número de personas a asumir esta orientación fundamental por lo que se refiere a la realización de cualquier cambio positivo, y esto será decisivo en la realización de la revolución para por fin acabar con este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo.
Como se señala en “All Played Out”, existe la “política de ‘identidad’ que en realidad se reduce a mí”24. Vemos todo el tiempo que, aunque esta identidad está asociada con un grupo, en términos fundamentales en realidad se trata del “yo” y de “lo mío”; se manifiesta, al menos objetiva y, a menudo, conscientemente, contra otras personas, incluso otras personas amargamente oprimidas, de una manera que huele al individualismo repugnante y a mezquinas rivalidades basadas en esa perspectiva. Aunado a esto, se tiene el fenómeno general del parasitismo “concienciado” y la búsqueda de enclaves privilegiados “seguros” en las depredaciones y la explotación y sobre la base de éstas, las que este sistema imperialista comete contra las masas populares del mundo, así como contra el medio ambiente.
La “política de identidad” tergiversa, corrompe, desvía y socava el desenmascaramiento y la lucha necesaria contra lo que, de hecho, son formas horrorosas de opresión. En este sentido, contrastemos la experiencia de los años 1960 con los fenómenos de hoy de los “desencadenantes” y el trauma.
En la década del 1960, basándome en mi propia experiencia, recuerdo que, en el Movimiento pro Libertad de Expresión en Berkeley en 1964, la culminación y el punto álgido de esa lucha fue cuando se celebró un plantón masivo, en el edificio de la rectoría en el campus de la Universidad de California-Berkeley. Cientos de personas se sentaron y se negaron a irse hasta que se cumplieran sus demandas. Finalmente, 800 fueron expulsados del edificio a la fuerza y arrestados cuando el gobernador (el gobernador del Partido Demócrata) del estado ordenó que no solo la policía local, sino también los agentes del sherifato del condado y la policía estatal entraran y nos sacaran del edificio de la rectoría. Nos encontramos frente a estos policías que arrestaban a la gente con violencia — agarraban a las personas, sobre todo a las mujeres, por el cabello y las arrojaban por las escaleras como una forma de expulsarlas del edificio de la rectoría. Bueno, hoy me llama la atención, al volver a examinar eso, que lo único que olvidamos hacer, frente a esto, era decir: “Esperen, nos están desencadenando sentimientos negativos. No pueden hacer esto. Nos están causando trauma”. Sí, claro, seguro que eso hubiera servido para impedir que la policía actuara de esa manera brutal.
O, cuando Huey Newton y Bobby Seale, junto con otros que constituían los primeros miembros del Partido Pantera Negra, llevaron a cabo sus patrullas armadas contra la brutalidad y asesinato policial, y se encontraron con los policías que los amenazaban y exigían que depusieran sus armas (las cuales los Panteras portaban legalmente), bueno, Huey y Bobby debieran haberles dicho a esos cerdos policías: “¡Deténganse — no saben que nos están desencadenando sentimientos negativos y nos están traumatizando!” Sí, seguro que eso hubiera hecho que esos cerdos retrocedieran.
O, pensemos en “Stop the Draft Week” [Semana para Detener el Reclutamiento Militar], cuando miles de personas fueron a protestar en frente del centro de reclutamiento militar de Oakland en el apogeo de la lucha contra la guerra de Vietnam, en un esfuerzo por cerrar el centro (donde reclutaban —forzaban a entrar— a las personas a las fuerzas armadas de Estados Unidos). Los manifestantes hicieron un plantón para bloquear las puertas. Y la policía de Oakland, conocida por su racismo y brutalidad que se remonta a generaciones, entró y atacó brutalmente a las personas, y las sacó a rastras de la manera más brutal. Bueno, ahora me parece que el verdadero error en ese momento fue que, mientras esos manifestantes estaban sentados ahí y las policías se acercaban, debieran haberles dicho: “¡Alto! Nos están desencadenando sentimientos negativos”. Seguro que eso hubiera impedido que la policía quitara brutalmente a los manifestantes de las puertas.
Y hay muchos otros ejemplos. Piensen en el Parque del Pueblo en Berkeley, cuando, en su punto álgido, se celebró una manifestación masiva de decenas de miles de personas en apoyo a la demanda aparentemente modesta de tener un parque en un espacio el que la universidad quería convertir en un estacionamiento. Durante el curso de esta lucha, la policía disparó contra la gente, y uno de los manifestantes, James Rector, fue asesinado como parte de un ataque policial contra una manifestación. Y en adición a las personas que fueron baleadas, se había despachado a la Guardia Nacional, y un número de nosotros, cientos de nosotros, acudimos a la cerca que la universidad y las autoridades habían colocado alrededor del espacio del Parque del Pueblo. La Guardia Nacional estaba apostada detrás de la cerca, y muchos de nosotros estábamos delante de la cerca, sacudiéndola. Bueno, debido a que la Guardia Nacional estaba armada y tenían órdenes de estar preparados a disparar —algo que nos quedaba muy claro—, la pregunta para nosotros fue: ¿Debiéramos haber derribado esta cerca y al hacerlo, enfrentarnos a la salva de balas en nuestra contra? Y la gente decidió, en esas circunstancias, que lo indicado no era hacer eso. Pero obviamente contábamos con una orientación completamente mal en esas circunstancias. Debiéramos haberles dicho a los comandantes de la Guardia Nacional: “Ustedes no solo nos han apuntado con esas armas, sino que al tener esas armas cerca de nosotros, eso nos está desencadenando sentimientos negativos. No pueden hacer esto. ¡Tienen que dejar de hacer esto en este instante!”
Ahora, obviamente, hablo con ironía en estos casos. Pero con estos ejemplos, lo que señalo —y a manera de dejarlo en claro, señalo estos ejemplos deliberadamente absurdos— es que en cualquier lucha real para lidiar con cualquier opresión real, frente a los poderosos ejecutores de esa opresión, tendremos que enfrentar la posibilidad de un verdadero sacrificio, incluida la posibilidad de ataques físicos. Y si uno cree que puede crear pequeños enclaves seguros, y que de alguna manera esto conducirá a algún tipo de cambio significativo en la sociedad, pues tiene muchas ilusiones y delirios.
Así que, esto es algo importante que entender. Es muy real el trauma que resulta de sufrir directamente formas horrorosas de opresión y degradación, y que nadie lo niegue o le reste importancia — pero, en lugar de que un individuo “se vuelve para sus adentros”, hay que transformar esto en ira y determinación a ser parte de una lucha colectiva para poner fin a todas las atrocidades, en todas partes, cuya fuente y causa fundamental es este sistema del capitalismo-imperialismo. Y sí, esto requerirá lucha y sacrificio. Pero vale la pena, es lo que tiene que ocurrir.
Ahora, junto con estas tendencias negativas asociadas con la “política de identidad”, vemos lo que podría llamarse la política de hacer acusaciones — hacer acusaciones contra individuos, en lugar de transformar la sociedad (y el mundo entero) para poder desarraigar toda opresión. Existe el fenómeno de no solo poner en la mira y buscar rebajar a los individuos, sino que junto con eso, o como parte de ello, husmear en toda la historia de la vida de las personas, remontar a décadas —incluso a los primeros años de la vida de alguien— y ver si es posible encontrar algo por lo cual es posible condenarlas y lo que, por lo tanto, descalifique a esas personas para tener cualquier papel positivo en cualquier cosa. Ahora, como lo he subrayado muchas veces, en los casos en que las personas han cometido crímenes y ultrajes reales, hay que conseguir que éstas rindan cuentas; pero también existe la necesidad de examinar el arco de la vida de un individuo y cuál es el aspecto principal que define la vida de este individuo. ¿Son los errores que ha cometido, o incluso algo realmente terrible que ha hecho en algún momento? ¿Es eso el aspecto esencial de su vida y lo que la define? ¿O su vida ha abarcado una transformación real, en la que las cosas que han llegado a definir quién es este individuo son las cosas positivas que ha hecho y la trayectoria positiva de su vida en general?
Lo que opera aquí es una orientación muy errónea y perjudicial de “cancelar” a las personas —de acusarlas (en el ámbito de la opinión pública, si no bajo la ley) y cancelarlas— lo cual es distinto a conseguir que las personas rindan cuentas por actos graves de opresión u otros ultrajes que han cometido, pero luego también examinar todo el arco y el contenido principal de lo que ha sido su vida. (Y esto se agrava aún más por el hecho de que a menudo esto se amplifica mediante un “juicio en los medios de comunicación y las redes sociales”, sin ninguna perspectiva ni pretensión del debido proceso o ningún esfuerzo real por llegar a conocer la verdad, impulsado por la peligrosa noción de que una mera alegación basta para condenar a un individuo y convertirlo en un paria permanente, y con la característica de negarse a aplicar cualquier medida de proporcionalidad, sin distinguir entre diferentes tipos y grados de actos indebidos.) Esto también acompaña y es, en un sentido general, parte del mismo fenómeno de las personas que se vuelven para sus adentros y buscan “espacios seguros” y persiguen “cuidarme a mí mismo” y “curarme a mí mismo”, en lugar de dirigir su indignación —o al menos objetivamente en oposición a dirigir su indignación— “hacia afuera” contra la opresión y la degradación, y convertirse en parte de una lucha colectiva la cual se propone transformar el mundo para poner fin a todas esas atrocidades, a toda opresión y explotación (que también es el mejor contexto para superar el trauma real que las personas han experimentado).
Aquí va una declaración muy importante de Marx, de los Grundrisse —una de sus principales obras— tal como se cita en Cavilaciones y forcejeos:
...en las relaciones monetarias, en un sistema de intercambio desarrollado (apariencia seductora para los demócratas), los lazos de dependencia personal están destruidos, fragmentados, igual que las diferencias de sangre, educación, etc. (aunque estos lazos no dejen de presentarse como relaciones personales); y los individuos parecen independientes (independencia puramente ilusoria que más exactamente debería denominarse indiferencia); parecen libres de enfrentarse y de intercambiar en el seno de esta libertad....25
Marx se refiere a algo muy penetrante y perspicaz acerca de las relaciones entre las personas en la sociedad capitalista — las relaciones de mercancías que caracterizan al capitalismo, representadas por el dinero (u hoy por el crédito y las abstracciones del crédito). Nótese la palabra “indiferencia” aquí. Esto nos lleva de vuelta al individualismo. Y puede aplicarse particularmente al individualismo ajeno. Uno muestra indiferencia hacia otras personas, y piensa que eso es su independencia, cuando en realidad todas las personas están vinculadas por la red de relaciones, incluidas las relaciones monetarias, que caracterizan a esta sociedad y sus relaciones explotadoras subyacentes. Todas las personas están atrapadas en esa red, pero en esa red tienen la ilusión de que están actuando de manera independiente, aunque los términos de su manera de interactuar se determinan por las dinámicas del sistema capitalista y sus relaciones económicas (de producción) subyacentes, así como sus relaciones sociales (como la relación opresiva entre hombres y mujeres, por ejemplo) que acompañan a esas relaciones económicas. Las personas creen que están actuando de forma independiente, pero en realidad están atrapadas en una red que condiciona su manera de actuar (y su manera de pensar), mientras que, al mismo tiempo, esta “independencia” a menudo asume la forma —y aquí nuevamente entra el fenómeno del individualismo ajeno— de la indiferencia hacia otras personas. Esto puede expresarse en la perspectiva de que “no trato conscientemente de joder a otras personas, solo persigo mis propios intereses y mis propios ‘sueños’ (nada más ‘hago lo mío’)” — pero en realidad la “espontaneidad” de la forma en que funciona este sistema las está obligando a competir y entrar en conflicto con otras personas, y las está impeliendo a ser indiferentes al efecto de todo esto en los demás.
Esto está relacionado con algo que se enfatiza en El Nuevo Comunismo, con respecto a la observación de Lenin de que el sistema del capitalismo y sus relaciones de mercancías obligan a las personas a calcular con la tacañería de un tacaño. Así que, una vez más, las dinámicas que ponen a las personas a competir y a entrar en conflicto con otras personas sí que están obligando a las personas a ser indiferentes hacia los demás, debido a todo tipo de cosas: quién consigue un trabajo, quién recibe un aumento salarial, quién recibe un ascenso, quién obtiene un beca para la universidad, quién obtiene una pasantía (y así sucesivamente). Obligan a las personas a estar en constante conflicto con otras personas, y las obligan a calcular con la tacañería de un tacaño incluso al extremo de: “Bueno, lamento que esto tenga un efecto negativo o que hasta pueda causar un daño real a otra persona, pero tengo que hacer lo que tengo que hacer para mí y para mi familia”. Y así sucesivamente. No se trata de que las personas sean inherentemente egoístas, de acuerdo con algún concepto de una “naturaleza humana” que no se puede cambiar. La palabra específica que utiliza Lenin es muy importante — bajo este sistema, obligan a las personas a calcular con la tacañería de un tacaño. Las obligan a ser indiferentes hacia otras personas y hacia la forma en que las cosas afectan a esas personas.
Lenin también señala —y esto tiene que ver con la naturaleza básica y el funcionamiento del sistema capitalista— que el capitalismo pone en las manos de los individuos lo que produce toda la sociedad (y en última instancia todo el mundo, lo que es cierto especialmente hoy — todo el mundo). Esto tiene dos manifestaciones: una, se manifiesta en la acumulación privada por parte de los capitalistas, los capitalistas que se compiten entre sí, de la riqueza producida socialmente por masas de personas que trabajan en organizaciones colectivas de producción. Así que esa es una manifestación de lo que Lenin señala al decir que el capitalismo pone en las manos de los individuos lo que produce toda la sociedad.
La otra manifestación es el consumo individual. El capitalismo pone en las manos de los individuos, en términos de sus artículos de consumo individuales, lo que produce toda la sociedad —en otras palabras, en una medida muy grande, hay que satisfacer estas necesidades, bajo este sistema, mediante intercambios de mercancías (las personas tienen que pagar por éstas)— a diferencia de producir estas necesidades de manera social, y de proporcionarlas sin costo, tal como ocurriría en una sociedad comunista. Ahora, para que quede claro, en contraste con las calumnias y las tergiversaciones ridículas que se presentan con frecuencia: ¡No! ¡Bajo el comunismo, todas las personas no tendrán que usar el mismo cepillo de dientes! No me refiero a eso. Por supuesto que en la sociedad comunista habrá artículos de consumo personal. ¡No todas las personas van a comer la misma comida, ya sea en sentido figurado de tener que tener exactamente las mismas comidas todo el tiempo (ni, obviamente, en el sentido literal de que una persona coma un bocado y luego otra persona tenga que comer el segundo bocado del mismo plato, y así sucesivamente)! Obviamente, no me refiero a eso. Más bien me refiero a que, en una sociedad comunista, en la que la apropiación y distribución de lo que se produce están en conformidad con el carácter de las fuerzas productivas y la naturaleza socializada correspondiente de la producción misma, se podría satisfacer y se satisfará socialmente muchas necesidades —la vivienda, la atención médica y las cosas de esa naturaleza—, de manera distinta a tener que practicar y depender del gasto individual (y, de nuevo, esto se refiere a algo muy distinto a los cepillos de dientes individuales u otros artículos de consumo personal).
Así que esta es otra manifestación, o dimensión, importante de lo que Lenin comenta. Y esto también vuelve a tener relación con lo que señala Marx sobre la independencia, que más bien se conoce como “indiferencia”, la competencia entre los individuos que esto implica y la necesidad fundamental de transformar la sociedad (y en última instancia el mundo entero) para poder trascender y avanzar más allá de la indiferencia individualista hacia otras personas, al ir más allá de las relaciones económicas, sociales y políticas, y de las ideas correspondientes, que dictan y refuerzan la competencia, el conflicto y el antagonismo no solo entre los individuos sino también entre clases y grupos sociales enteros.
En El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte26, Marx señala que cada punto de vista de clase identifica los intereses particulares de la clase a la que representa con los intereses generales de la sociedad. En referencia a lo que se dice sobre las “4 Todas” en Breakthroughs (Abriendo Brechas) (y en otras partes) —es decir, la abolición de todas las diferencias de clase, de todas las relaciones de producción en que descansan esas diferencias de clase, de todas las relaciones sociales que corresponden a esas relaciones de producción y la revolucionarización de todas las ideas que brotan de esas relaciones sociales— en referencia a esas “4 Todas”, y en particular a la relación e interconexión de las relaciones de producción y las relaciones sociales, es importante reconocer la forma en que las diferentes clases (es decir, las personas que son parte de diferentes grupos sociales con respecto a las relaciones de producción), aun espontáneamente, viven y responden de distintas maneras a las relaciones sociales de opresión.
Por ejemplo, entre los negros —y este fenómeno se puede ver en el programa de televisión Black-ish, por ejemplo— en su conjunto como pueblo sufre una opresión horrible en muchas formas, entre ellas una de sus expresiones más atroces, el asesinato policial, así como la discriminación y el racismo rampantes en la sociedad entera; pero diferentes clases, capas y sectores de la población negra viven y responden a esto de maneras diferentes. Eso se ve en las personas como Beyoncé y Jay-Z. El punto de vista básico que tienen, y propagan, es, en esencia: la manera de lidiar con todo esto es consiguiendo mucha plata — pues háganse de mucho billete y asunto resuelto. Bueno, obviamente eso es el punto de vista y la aspiración de las capas burguesas, aquellos que se han convertido en capas burguesas entre los negros. Y además hay otras manifestaciones de ese mismo tipo de punto de vista entre las capas más burguesas y pequeño burguesas del pueblo negro que consideran que la solución es trabajar dentro del sistema y conseguir una mejor posición dentro de este sistema. Eso es su inclinación espontánea, su perspectiva espontánea sobre el problema y la solución. Y, entre otras cosas, esto explica por qué se dio tanto entusiasmo por tener a Obama como el primer presidente negro.
Ahora bien, se ha señalado anteriormente y cabe repetir que, entre todas las capas de la sociedad, el punto de vista que caracteriza a la pequeña burguesía y en última instancia a la burguesía ejerce una influencia importante. Así que no se trata de que las masas básicas, más proletarias o semiproletarias de los oprimidos de alguna manera sean inmunes a ese modo de pensar pequeño burgués y burgués. Para nada. Sin embargo, con respecto a lo que esto representa, y la posición social y punto de vista al cual corresponde, en esencia representa a las capas pequeño burguesas y burguesas.
Lo mismo se aplica a la opresión de las mujeres. Al igual que con cualquier grupo oprimido (en este caso, la mitad de la humanidad), con respecto a las mujeres, cualquier injustica u opresión contra cualquier sector de las mujeres hace mucho daño a las mujeres en su conjunto. Pero, cabe repetir, las diferentes capas entre las mujeres —y, de hecho, las mujeres en diferentes partes del mundo— viven eso en diferentes formas, y espontáneamente tienen diferentes nociones de lo que es el problema y la solución. Entre las mujeres profesionales de la pequeña burguesía y las que más aspiran a ingresar a la burguesía, etcétera, una inclinación espontánea significativa es: consigamos que haya más mujeres en posiciones de autoridad y poder, más mujeres directoras ejecutivas, más mujeres en las profesiones, y en el gobierno, y así sucesivamente. Eso se ve como la solución, o una gran parte de la solución, al problema. Ahora bien no se trata de que no se deba oponerse a la discriminación contra las mujeres en las esferas de los negocios y las profesiones, etc. Definitivamente hay que oponérsele, en lo fundamental porque esto sí perjudica a todas las mujeres. Pero eso no va a la esencia de lo que es el problema y lo que es la solución. Y, de hecho, de ciertos modos esto puede terminar por reforzar a este sistema y sus relaciones opresivas. Para que quede claro, no se trata de que la lucha contra la discriminación en estas esferas sea dañina en sí (como lo he enfatizado, es todo lo contrario); sino de que lo que sí es dañina es la noción de que la respuesta, la solución, a la desigualdad y la opresión es conseguir que haya más mujeres (o, de hecho, otras personas oprimidas) en posiciones de influencia, autoridad y poder en esta sociedad, en el funcionamiento de este sistema. Eso es una ilusión nociva que solo puede dirigir por mal camino y descaminar a las personas y en realidad solo puede servir para reforzar el mismo sistema que es la fuente de la opresión y la explotación. Así que esta es otra contradicción compleja que requiere que se aplique el método científico para conseguir la síntesis necesaria: emprender la lucha contra la discriminación y opresión de cualquier sector de las mujeres (u otros grupos oprimidos) y al mismo tiempo combatir la noción de que la solución es realizar las aspiraciones de las capas pequeño burguesas y burguesas entre los oprimidos, de que eso podrá conducir o conducirá al fin de la opresión y la explotación de las masas de personas y en última instancia a la emancipación de toda la humanidad.
Eso vuelve a lo que señala Marx en El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, de que todas las clases —o todos los puntos de vista correspondientes a diferentes clases— consideran que los intereses particulares de su clase representan los intereses generales de la sociedad, de la población. La realidad es que solamente es cierto para una sola clase en este momento que sus intereses como clase —no en un sentido estrecho o reificado, sino en el sentido más fundamental— corresponden a los intereses generales de la sociedad, o de las masas de la humanidad y en última instancia de la humanidad en su conjunto. Esa clase es el proletariado, la clase explotada bajo este sistema capitalista-imperialista, porque en el sentido fundamental y final, únicamente al poner fin a toda la opresión y la explotación —únicamente con la realización de esas “4 Todas” a escala mundial— es posible eliminar por fin la explotación y la opresión del proletariado como una clase.
En cuanto a la clase dominante capitalista de Estados Unidos, y en general los imperialistas capitalistas en el mundo, sus intereses estriban en mantener y reforzar el sistema del capitalismo-imperialismo y en sus esfuerzos por permanecer en la cima de un mundo dominado por este sistema, con todo el terrible sufrimiento y consecuencias verdaderamente funestas que eso conlleva para las masas de la humanidad. La pequeña burguesía (o la clase media) en sí no es capaz de ofrecer ninguna alternativa al sistema horrendo actual.
El punto de vista que corresponde a la posición y las aspiraciones de la pequeña burguesía, así como de la burguesía gobernante, se refuerzan fuertemente por la naturaleza básica y el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista que gobierna en Estados Unidos y domina en el mundo en su conjunto, y esto, una vez más, ejerce una influencia importante entre todos los sectores de la sociedad, incluidos los sectores más atroz y brutalmente explotados y oprimidos. (Y entre las masas básicas en Estados Unidos en particular, este punto de vista se refuerza de maneras importantes por el extenso “pequeño aburguesamiento” entre muchas de las masas oprimidas básicas, tal como se comenta en Breakthroughs (Abriendo Brechas). Lo que fomenta y refuerza este punto de vista es la “espontaneidad” de la vida cotidiana bajo este sistema, así como el funcionamiento del sistema político que sirve y refuerza a las relaciones económicas y dinámicas subyacentes del capitalismo-imperialismo, y la propagación incesante del punto de vista correspondiente por medio de todas las instituciones importantes de la sociedad.
Y aquí nos topamos con el problema, al cual también se refiere en Breakthroughs (Abriendo Brechas), de hacer una revolución proletaria “con un proletariado el cual no existe”. Puse esa frase entre comillas porque no se trata de que literalmente no exista ningún proletariado en Estados Unidos (ni mucho menos de que no exista en el mundo en su conjunto). Lo que señalo es que (y esto tiene que ver con el fenómeno del cual he hablado en Breakthroughs [Abriendo Brechas] y en varias otras obras — el fenómeno de la separación entre el movimiento comunista y el movimiento laboral), si bien es un fenómeno real la explotación del proletariado bajo este sistema, incluso dentro de Estados Unidos, y esta es una de las bases para movilizar a las personas en la lucha revolucionaria que conduzca al derrocamiento final de este sistema, el movimiento revolucionario el que hay que construir no puede ser (y no debe reducirse a) una simple lucha entre los proletarios explotados y aquellos que los explotan, ni tampoco a los intereses inmediatos y parciales del proletariado (o de un sector del proletariado) en un momento dado, en lugar de sus intereses más amplios y más fundamentales en abolir toda la explotación y opresión en el mundo entero. La revolución que se necesita no se va a realizar como una extensión directa de la lucha del proletariado, como tal, en una huelga general de algún tipo, o alguna otra forma en que el proletariado, de por sí y en sí, vaya a hacer la revolución proletaria. Será necesario que participen muchas diferentes fuerzas, y con respecto a las fuerzas de combate que se pasen a primer plano cuando se dé el último enfrentamiento total, si bien en efecto algunas de ellas provendrán en especial de las filas de los proletarios más amargamente explotados, y no tanto de las capas más aburguesadas de la clase obrera, muchas de ellas provendrán de otras capas sociales que sufren una terrible opresión pero que no son, en el sentido estricto de la palabra, parte del proletariado como una clase.
Así que aquí opera una contradicción aguda: los intereses fundamentales del proletariado —en eliminar toda explotación y opresión, en todas partes, por medio de la lucha revolucionaria para hacer nacer un mundo comunista— así como la concepción del mundo, método y enfoque científico que representa esos intereses fundamentales corresponden a los intereses generales de la sociedad, o podríamos decir, a los intereses de la humanidad como un todo, pero para que las masas de personas hagan suyas esas ideas y las conviertan en una poderosa fuerza material para la revolución, hay que emprender una tremenda lucha contra la “espontaneidad” y contra la influencia general de los modos de pensar que dominan actualmente.
Para todos los que han llegado a entender con la ciencia el problema con el que la humanidad está enfrentada de manera profunda, y la solución revolucionaria a este problema, el reto y la responsabilidad es de emprender la lucha ideológica críticamente necesaria, con relación a la concepción del mundo, métodos, moralidad y aspiraciones de las personas, y al mismo tiempo unirse con las masas de personas en emprender lucha en torno a las contradicciones que definen este sistema las cuales no es posible resolver bajo este sistema y las grandes manifestaciones de la opresión y la explotación a las que las masas de la humanidad están sometidas continuamente bajo este sistema — y trabajar para ganar a un número creciente de personas a un entendimiento consciente de la necesidad y la posibilidad de hacer una revolución, cuyo objetivo final es un mundo comunista. Esto es el sentido y el propósito de Luchar contra el poder, y transformar al pueblo — para la revolución.
Primero, examinemos la contradicción del capitalismo-imperialismo y la hipocresía burguesa, o el “ensalzamiento” del individuo y la pulverización de miles de millones de individuos bajo este sistema. Como se señala en Cavilaciones y forcejeos:
Ese punto se enfatiza en Hacer la revolución y emancipar a la humanidad* donde (hacia el fin de la Primera parte) se refiere a las grandilocuencias de los defensores y apologistas del sistema capitalista sobre los derechos del individuo, pero no obstante este sistema funciona y solo puede funcionar aplastando y triturando —literalmente, sin exageración ni hipérbole— la vida de millones, hasta miles de millones, de individuos, entre ellos cientos de millones de niños, cuya individualidad y aspiraciones individuales no cuentan para nada en el funcionamiento concreto de este sistema27.
Es necesario, al respecto, poner en perspectiva y examinar los cambios que la revolución burguesa y la sociedad capitalista han operado con respecto al individuo en particular, especialmente en contraste con la sociedad feudal. La sociedad feudal asignaba a cada persona un lugar del cual en muy raras ocasiones o casi nunca podía escapar —y todo eso se reforzó con la doctrina de la iglesia y la noción del derecho divino del monarca, y otras cosas por el estilo— mientras que la revolución burguesa y el funcionamiento de la sociedad capitalista hizo desintegrar, hizo añicos, muchos de esos límites a los diferentes sectores de la población (a eso también se refería Marx en la declaración en los Grundrisse que cité sobre las relaciones desarrolladas de intercambio características del capitalismo). Y el capitalismo sí le daba una expresión más grande al papel de las personas como individuos al tiempo que, y de manera más fundamental, son parte de diferentes clases y diferentes grupos sociales (hombres y mujeres, diferentes nacionalidades o “razas”, etcétera).
Con la revolución burguesa y el surgimiento del capitalismo como el sistema dominante, se dio una verdadera liberación del individuo de algunos de los límites, los verdaderos límites, que el feudalismo, con su estatus “ordenado por mandato divino” de diferentes sectores de la población, había impuesto durante siglos. Eso fue una verdadera hazaña de la revolución burguesa a la cual hay que reconocer. Al mismo tiempo, se tiene la realidad de las masas de personas bajo el dominio del capitalismo-imperialismo y las dinámicas y relaciones de este sistema, las cuales son parte fundamental de éste y que abarcan y no pueden salvo abarcar el aplastamiento y la pulverización de los individuos. Y, en particular en la fase imperialista del capitalismo, esto es un fenómeno mundial que afecta a miles de millones de individuos.
Como se señala en Breakthroughs (Abriendo Brechas):
En relación con todo esto, Marx, al hablar de la movilidad social que frecuentemente se menciona como uno de los geniales rasgos de la sociedad capitalista, señaló en otra obra importante suya, los Grundrisse, que los individuos pueden cambiar de posición social y de clase en una sociedad como esta, pero las masas de personas [y, una vez más, esto se aplica, sobre todo, a nivel mundial, pero las masas de personas] sólo pueden escaparse a las relaciones de producción y a las relaciones sociales opresivas por medios revolucionarios — al derrotar y abolir el sistema que se funda en esas relaciones y las encarna28.
Además, como he enfatizado en varias obras (entre ellas El comunismo y la democracia jeffersoniana29, así como Breakthroughs [Abriendo Brechas]), los individuos siempre existen dentro de un contexto social — dentro de una sociedad (es decir, una organización social de personas) cuya base son las relaciones económicas (o las relaciones de producción) y las relaciones sociales correspondientes que establecen los términos básicos de la forma en que funciona la sociedad y cuáles serían los procesos, estructuras e instituciones políticos dominantes, y las ideas y la cultura prevalecientes. Todo eso configura la forma en que interactúan entre sí las personas —las agrupaciones de personas, así como los individuos— y la forma en que “espontáneamente” piensan acerca de las cosas. Contrariamente a las nociones ampliamente propagadas sobre la “naturaleza humana” —y, en particular, la supuesta “naturaleza humana que no cambia y no se puede cambiar”—, no existe para nada una naturaleza humana que no cambia. Más bien, como enfatizó Marx (en Miseria de la filosofía30), toda la historia humana encarna la transformación continua de la “naturaleza humana” a medida que cambia la sociedad humana, especialmente por medio de las revoluciones que transforman fundamentalmente el sistema de relaciones económicas, las relaciones sociales correspondientes y la superestructura política e ideológica (los procesos, estructuras e instituciones políticos y las ideas y la cultura correspondientes). Estas revoluciones surgen sobre la base de las contradicciones fundamentales y esenciales del sistema existente, que son inherentes al sistema dado y las cuales no es posible resolver, ni transformar de manera fundamental, dentro de los límites de ese sistema. Grupos de personas que reconocen la necesidad y la posibilidad de transformar la sociedad para gestar una transformación importante y cualitativa de estas contradicciones, que conduzca a un sistema radicalmente diferente, dirigen estas revoluciones. Con la revolución burguesa, por ejemplo, la base para esta revolución se encontraba en las contradicciones que se manifestaban cada vez más agudamente en la sociedad feudal, y en la sociedad feudal surgían algunas fuerzas las que reconocían estas contradicciones (con un grado u otro de conciencia) y las que se ponían a trabajar para transformar las cosas y llegaban a toparse con la necesidad de una revolución para poder hacerlo. Así funcionan en realidad estas dinámicas en el mundo real.
Y esa es la base para la revolución proletaria-comunista — la que, al resolver las contradicciones fundamentales y esenciales inherentes al sistema capitalista, puede gestar una transformación de la sociedad humana, por todo el mundo, de un tipo radicalmente nuevo y sin precedentes, poniendo fin no solamente al dominio de un grupo (o clase) particular de explotadores y opresores sobre las masas de la humanidad, sino a toda explotación y opresión, consiguiendo que se emancipe la humanidad en su conjunto de todos los sistemas y las relaciones que encarnan la explotación y la opresión.
Sobre esta base históricamente nueva —y con la transformación continua de la sociedad en estas condiciones radicalmente nuevas— del comunismo, se habrá eliminado y se habrá superado la base para que el individualismo fuera un importante fenómeno social, al mismo tiempo que se habrá ampliado continuamente la base para que se expresara la individualidad, en una “sinergia” positiva (una relación positiva que se refuerza mutuamente) con la naturaleza fundamentalmente cooperativa de las relaciones sociales humanas.
Para invocar otro discernimiento extremadamente concentrado de Marx: el derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado. Para expresar esto en términos de su corolario positivo, por decirlo así: la base material subyacente —el modo de producción (es decir, las relaciones de producción que corresponden al carácter de las fuerzas productivas)— siempre condiciona la libertad, la cual siempre depende en lo fundamental de dicha base. Y más que eso, en la sociedad comunista, esta base material se está transformando continuamente para liberar cada vez más a los seres humanos en su conjunto de pasar la mayor parte de su tiempo en la reproducción de los requisitos materiales para su supervivencia. A medida que se haga eso, y además a medida que se libere a las personas de lo que Marx (en la Crítica del programa de Gotha)31 caracterizó como la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, a medida que estas dos cosas se desenvuelvan mutuamente, más se ampliará el ámbito para la iniciativa y la libertad de los individuos, una vez más, dentro de las relaciones y el etos cooperativos generales de la sociedad.
Aquí cabe citar extensamente la discusión de esto en Cavilaciones y forcejeos — del cual el título completo es Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. Lo que voy a citar es de la sección “La vida con un propósito: Experiencias diferentes, puntos de vista espontáneos diferentes y concepciones del mundo fundamentalmente diferentes”; y esto incluye una parte del apartado “La vida humana es finita pero la revolución es infinita”:
Para adentrarnos más [así se inicia esta sección], hay dos cosas que guardan relación con todo eso y que afectan muy considerablemente la vida humana, las relaciones humanas y el pensamiento humano: uno, que todo ser humano muere; y dos, que los seres humanos no solo se dan cuenta de ello sino que en muchas formas, están agudamente conscientes de ello. Ahora bien, no se trata de hablar de manera “existencialista” o de caer en el existencialismo como punto de vista filosófico, pero sí cabe, como quien dice, explorar esta cuestión, aunque sea un ratito. ¿Por qué planteo esta cuestión? Bueno, muchas veces, por ejemplo en la literatura existencialista pero también en mucha literatura que pretende tratar las “ironías y tragedias profundas de la vida”, esa contradicción constituye un tema importante —que los seres humanos son seres vivos pero todos mueren y que están conscientes del hecho— es un fenómeno importante con que la gente forcejea. Ocurre en la filosofía pero también en las artes. Especialmente en una sociedad que pone tanto énfasis, ideológicamente, en “el individuo”, al mismo tiempo que aplasta y sofoca a los individuos en la realidad material —en particular en la sociedad estadounidense y el imperialismo estadounidense— no es de sorprenderse que este fenómeno, que los seres humanos mueren y que están conscientes de ello, tenga un lugar prominente en la cultura.
También es uno de los elementos que más tienen que ver en la religión y en la manera en que la gente entiende y explica el fenómeno de la religión — y tal como muchos dicen, la necesidad de esta. Algunos hasta sostienen que siempre habrá religión porque la gente necesita una manera de aceptar la muerte — no solamente su muerte propia sino aún más, a lo mejor, la muerte de los seres queridos. ...
He aquí algo que vale la pena explorar un poco — precisamente desde el punto de vista materialista y en relación a nuestra perspectiva y objetivos comunistas. En primer lugar, es necesario reconocer que si bien la muerte es universal para los seres humanos —pues todos morirán tarde o temprano—, no existe ningún punto de vista común sobre la muerte: las personas de distintas condiciones sociales tienen distintas experiencias con toda clase de fenómenos y distintos puntos de vista hacia esos fenómenos, incluida la muerte.
En este sentido, pensaba yo en una declaración atribuida a Mao hacia el final de su vida .... Dijo algo al efecto de que “la vida humana es finita pero la revolución es infinita”. ... [S]egún la dimensión en que hablaba Mao sobre seres humanos y sociedad humana, estaba señalando la contradicción de que los individuos pueden desempeñar cierto papel —y específicamente si llegan a estar conscientes de la necesidad de la revolución y más al grano si pueden adoptar la perspectiva y el método del comunismo, podrán contribuir mucho a la transformación radical de la sociedad humana— pero en todos los casos aún tendrán un papel y contribuciones limitados, no solo por su capacidad (y deficiencias) particulares y por sus circunstancias sino también por el hecho de que la vida humana es finita, que las personas solo viven por unas cuantas décadas. Pero se presentará constantemente la revolución —es decir, no solo el derrocamiento de las clases explotadoras sino muy entrado en el futuro en la sociedad comunista, la necesidad de seguir transformando la sociedad, la necesidad de reconocer y transformar la necesidad en libertad—, y los seres humanos con diversos grados de conciencia constantemente se desempeñarán con relación a eso. Así que, con respecto a la sociedad humana, eso es el significado esencial de la frase (atribuida a Mao) de que la vida humana es finita pero la revolución es infinita.
Eso impone un reto moral importante y, si se permite, psicológico — o en términos de la orientación básica de uno. Es verdad que todos van a llevar una vida relativamente corta — por seguro en comparación a la vida del cosmos. Aun cuando a través de milenios hemos podido prolongar la vida humana por varias décadas, todavía constituye un período de tiempo relativamente breve. Pero es cierto que su vida, sea corta o larga (dentro de este marco general finito), se va a dedicar a una clase u otra de objetivo. Se moldeará por fuerzas más grandes que son independientes de su voluntad, pero de ahí está la cuestión de cómo cada individuo —así como en una dimensión distinta, más amplia, las clases sociales— responderán a la manera en que las contradicciones que están moldeando las cosas las confrontan y las afectan. Además, hay volición (voluntad propia) consciente y decisión consciente en términos de lo que las personas hacen con su vida, en relación a lo que ven como necesario, posible y deseable. Después de todo, no es como si [la] revolución fuera algo ajena a la experiencia humana, ni de hecho es ajena a la existencia material; en otras palabras, no es como si las personas no llevaran a cabo la revolución. No es como si se quisiera decir con “la revolución es infinita” que existe algo llamado Revolución con una R en mayúscula, que es una especie de fuerza metafísica, como la naturaleza con una conciencia o una historia con una conciencia que esté marchando hacia adelante conforme a alguna especie de concepto teleológico [en otras palabras, una noción predeterminada del lugar al que todo debe ir].
No. Las personas hacen la revolución. La hacen sobre una base específica. Eso es el quid de lo que dijo Marx, a que me he referido repetidamente por una buena razón: las personas hacen la historia pero no la hacen del modo que les den la gana — la hacen sobre la base de ciertas condiciones materiales específicas que han heredado de generaciones previas y que son independientes de la voluntad de los individuos. Pero dentro de ese marco, las personas tienen mucha iniciativa y una gran cantidad de posibilidades para tomar decisiones conscientes sobre lo que van a hacer con su vida; y mientras más tomen conciencia de la manera en que realmente son el mundo y las contradicciones que lo impulsan y que efectivamente se mueven y se cambian, más conscientes pueden ser sus decisiones sobre lo que van a hacer con su vida.
Me motivé a pensar más sobre este tema general después de ver una película sobre la pandilla P-Stone Nation de Chicago. La película contiene entrevistas con algunos “O.G.” (Original Gangster, o “pandillero original”) —los veteranos o ex miembros de la pandilla quienes ahora tienen de 50 a 60 años de edad— gente que pertenecía en ese entonces al P-Stone Nation y que se quedó dentro varias décadas pero quienes ahora han dejado esa vida, por así decirlo. En una entrevista uno de estos tipos habla de la situación de las pandillas y de los jóvenes quienes hoy estas atraen. Es curioso, pero con mucha frecuencia cuando por el paso del tiempo una generación de personas que ya son un poco mayores que los adolescentes y personas veintiañeras quienes hoy son los “soldados” de estas pandillas, dicen acerca de los más jóvenes hoy: “Bueno, la onda estaba bien loca cuando yo hacía esto, pero hoy estos jóvenes están bien re-locos, mucho más que nosotros”. Pero para mí lo que se destacó en lo que dijo este tipo fue su comentario de que hoy los jóvenes no esperan vivir ni hasta que tengan 21 años de edad — y sencillamente no les importa. Y de ahí reconoció: así era yo cuando entré en esto — no esperaba vivir hasta tener 21 años de edad y lisa y llanamente no me importaba.
Es esta una contradicción que George Jackson señaló y en que se centró cuando hablaba sobre la cuestión de la revolución, recalcando que el gradualismo nunca atraería a los jóvenes de esa manera — que, como él decía, la idea de la revolución como algo en un futuro muy lejano no tiene sentido para un esclavo quien no espera vivir más allá de mañana. Se trata de una contradicción muy difícil e importante con que tenemos que bregar continuamente. Pero lo que yo quisiera enfatizar es que este punto de vista (de no esperar a vivir más allá de tener los 20 años y no darle importancia a ello) tiene su origen en una cierta experiencia social — es una respuesta más o menos espontánea a esa experiencia social. Eso no quiere decir que de algún modo u otro, misteriosamente y por arte de magia, sea probable que un filósofo existencialista y un miembro de una pandilla tengan puntos de vista muy distintos sobre la vida y la muerte. Tienen diferentes puntos de vista al respecto debido a sus experiencias sociales muy distintas (de nuevo, sin reificar las cosas — sin ignorar o reducir a un todo no diferenciado las diferencias reales entre distintos individuos dentro del mismo grupo social, el cual tiene la misma experiencia social, hablando en términos generales). ...
O podemos pensar acerca de los jóvenes y otros que dan la vida en luchas y guerras — en muchas ocasiones lo hacen a voluntad, especialmente hoy, por lo que en última instancia son callejones sin salida u objetivos malos. Pero al contrario ha habido experiencias históricas —y sí, incluso hoy existe experiencia— donde esto se hace por propósitos verdaderamente liberadores, por metas y objetivos emancipadores. ...
Esto tiene mucho que ver con lo que dice “Salir al mundo — como una vanguardia del futuro”* sobre por qué al iniciar la guerra popular en China, Mao acudió a lo que llamaba los elementos valientes. Como dijo, estos tenían menos miedo de morir y estaban más dispuestos a correr un riesgo de la muerte. Es como la frase de la canción de Bob Dylan: “Cuando no tengas nada, no tienes nada que perder”. Bien, déjenme enfatizar muy categóricamente que no es cierto que los comunistas consideren que la vida humana o la vida de las masas de personas vale poco o no vale nada. Muy al contrario. Como también dijo Mao en forma muy poderosa: de todas las cosas del mundo, el pueblo es la más valiosa. Pero la realidad es que a) nadie podrá escaparse de la muerte y b) la vida de las personas e incluso su muerte van a tener uno u otro contenido y van a contar para una u otra cosa. Sería una tragedia, por decirlo así, si la vida de la gente se entregara para lo que en última instancia son callejones sin salida — o, lo que sería aún peor, propósitos malos. Nunca constituye un acto a la ligera cuando alguien dé su vida, incluso para un fin verdaderamente liberador. Para parafrasear otro dicho poderosamente poético de Mao: si bien morir al servicio de los imperialistas y los reaccionarios pesa menos que una pluma, morir por el pueblo pesa tanto como una montaña. (También enfaticé esta orientación en el pronunciamiento que hice con motivo del asesinato de Damián García**). El contenido de la vida de las personas —la calidad de esa vida, a lo que se consagran y se dedican y en última instancia de lo que se ha vivido, el que la muerte venga tarde o temprano— es lo más importante y da sentido de uno u otro modo a la vida de las personas, por corta que fuese en relación a la existencia infinita de la materia en movimiento.
Eso constituye un punto básico de orientación que tiene que ver con la cuestión de si podemos confrontar de hecho y si debemos confrontar la realidad tal como en esencia es —al contrario de la idea de que los seres humanos (o por lo menos algunos de ellos) necesitan algún tipo de consuelo en la forma de distorsiones de la realidad— y en particular inventar dioses y/u otros seres y fuerzas sobrenaturales. Esto es un punto fundamental de orientación ideológica — y de lucha ideológica. ¿Podemos y deberíamos enfrentar la realidad tal como realmente es? ¿Es posible que los seres humanos tengan de hecho y cómo pueden tener de una manera más plena una vida con sentido y propósito, y se puede hacer eso de la mejor manera de hecho confrontando la realidad y, sí, esforzándonos para transformar la realidad sobre la base de cómo es la realidad de hecho y el potencial para hacer cambios dentro de eso; o deberíamos rebajarnos —y utilizo aquella palabra muy conscientemente— hacia invenciones, ofuscaciones y distorsiones de la realidad en un intento fundamentalmente fallido de dar consuelo — no solo por el hecho de que las personas morirán sino también por el hecho de que la vida de la mayoría de las personas en el mundo tal como es bajo la dominación del sistema imperialista y sus relaciones de explotación y opresión no es una vida que se vive ricamente (y no digo eso en un sentido monetario sino en el sentido de la plenitud de la vida, la humanidad de la vida, por así decirlo)?32
Esta parte de Cavilaciones y forcejeos también incluye lo siguiente de La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo: Saber qué es real y por qué importa de Ardea Skybreak, que trata esta cuestión de modo muy abarcador y poderoso:
Nuestra existencia no tiene propósito especial específico en el gran universo — fuera del que le demos. Nuestra presencia o no presencia no le importa (al menos no de manera consciente) a nada ni nadie de este planeta fuera de nosotros mismos; e innegablemente (al menos en este momento) nuestra existencia y no existencia no puede tener el más mínimo impacto en nada en el cosmos más amplio, donde objetivamente no tenemos más importancia que un solo granito de arena en una playa. ¿Y qué? ¿Eso quiere decir que nosotros no importamos? ¿Quiere decir que más vale que matemos los unos a los otros porque no existe ningún dios en el mundo al que le importe lo que hagamos de una u otra manera? ¿Quiere decir que nuestra vida no tiene absolutamente ningún propósito? ¡Todo lo contrario! ¡Nuestra vida es muy valiosa y nosotros importamos muchísimo... los unos a los otros! Deberíamos decidirnos a “hacer lo correcto” —y actuar los unos con los otros con alguna integridad y de formas que son “morales y éticas”— porque lo que hagamos sí afecta directamente la calidad de la vida humana, y no por temor a que nos regañe un dios parecido a un carcelero. Y, por supuesto, nuestra vida puede tener y sí tiene propósito (aunque cada quien lo definirá de modo distinto según su concepción del mundo), ¡porque los seres humanos podemos elegir infundirle con propósito a nuestra vida!33
Y en Cavilaciones y forcejeos se centra en esta cuestión profunda:
¿Cómo debemos tratar la contradicción más flagrante entre el hecho de que se está pulverizando la vida de la mayoría y mientras esta exista, la vida está llena de miseria, y por otro lado que eso podría ser radicalmente diferente y el mundo en conjunto podría ser radicalmente diferente y mejor? ¿Qué debería ser nuestra orientación hacia esa contradicción? ¿Qué es lo que deberíamos tratar de hacer al respecto? A causa de que la vida es corta y todos los seres humanos mueren y eso lo sabemos, ¿deberíamos rehuir a los sacrificios que son necesarios para hacer que la vida humana sea radicalmente diferente y mejor — o, de manera cada vez más consciente y con cada vez más voluntad propia, deberíamos consagrar, dedicar y en un sentido general entregar nuestra vida a los objetivos emancipadores de la revolución comunista?34
Ahora, en relación con todo esto, quisiera hablar de la acusación de que “¡Ustedes van a hacer que personas resulten muertas!” Se ha hecho esta acusación con frecuencia, especialmente cuando propagamos, como es debido, no sólo la necesidad de la revolución, sino lo que ésta significa — el derrocamiento del sistema existente por medio de la derrota de sus agentes armados cuando las condiciones para ello hayan surgido: la existencia de un pueblo revolucionario que cuente con millones y millones de personas y una aguda crisis revolucionaria en toda la sociedad. ¿Cuál será nuestra respuesta a esta acusación?
¡Ya están resultando muertas masas de personas por todo el mundo, y ya están sufriendo de formas horrendas mientras están con vida, a causa de este sistema — y una de las expresiones más dolorosas de esto es la manera en que se induce a un enorme número de personas que ya sufren una terrible opresión bajo este sistema, y a los jóvenes en particular, a que se maten unos a otros, ya sea en conflictos de pandillas o en guerras al servicio de los imperialistas y otros opresores reaccionarios! Nuestra meta es clara:
No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso. [Lo BAsico 1:13]35
¡Nuestro objetivo es por fin eliminar todo esto!
Como insta “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”36, en nuestra manera de impulsar esta revolución tenemos que tener seriedad y ciencia — y nuestra estrategia y plan para la revolución se basa precisamente en un método y enfoque serio y científico. Por eso, entre otras cosas, el sexto punto de los Puntos de Atención para la Revolución pone en claro:
Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas37.
Este mismo método y enfoque es lo que conduce a esta conclusión clara basada en la ciencia:
En términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!38
Hay que promover este entendimiento y orientación, y hay que luchar enérgicamente por esto entre las masas de personas, y especialmente entre los jóvenes, a los que este sistema no les ofrece ningún futuro digno — si es que, para repetir, siquiera tengan un futuro. Es siempre la osadía, la creatividad y la iniciativa de la juventud la que impulsa las revoluciones. Como se enfatiza en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
Los jóvenes y estudiantes tienen una importancia especial —tanto de entre los más oprimidos como de entre las clases medias— porque, aun con todas las necedades en las cuales este sistema se esfuerza para enmarañar a los jóvenes, éstos tienen menos “inversión” en las cosas tales como son y aún no se les ha ganado por cansancio para que acepten que así es la única forma en que las cosas podrían ser39.
Este es un punto de orientación muy importante con relación a todo lo que he comentado, incluido el individualismo que ejerce una influencia tan fuerte — sí, entre las nuevas generaciones así como en toda la sociedad. Se tiene el fenómeno de los jóvenes que se están topando con el hecho de que su futuro se está volviendo cada vez más sombrío bajo este sistema; se está volviendo cada vez más difícil no tener conciencia de ello, por mucho que algunas personas quizá intenten hacerlo. Y es verdad que, como fenómeno general, los jóvenes son las personas que toman la iniciativa para desafiar “la manera en que las cosas son” y la tan pregonada insistencia en “hacer lo que es realista” (lo que de hecho quiere decir aceptar, no hacer nada con sentido para oponerse, a los continuos horrores perpetrados por este sistema).
Volvamos una vez más a la juventud de los años 1960 y a lo que yo decía sobre la osadía y la determinación de la juventud de ese entonces, de rechazar y repudiar todo lo pútrido que estaba encarnado en este sistema, y de tener la creencia y la determinación de que era posible y necesario luchar por un mundo muy diferente y mejor y de que la revolución era lo que se requería para que esto ocurriera. En esta conexión, deberíamos resucitar la consigna que propagaron los jóvenes en particular en el levantamiento de mayo de 1968 en Francia: “Soyons réalistes, demandons l’impossible!” — “¡Seamos realistas, exijamos lo imposible!” Esta es otra expresión del desafío y la osadía de la juventud. Para la orientación de romper con los sofocantes límites impuestos por el sistema existente, era crucial rechazar aceptar lo que era “realista” y “posible”. Y esto se combinó con una convicción de que un mundo radicalmente diferente y mejor que este mundo es a la vez necesario y posible, y que en un sentido general se basó en esa convicción. Como se caracteriza en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, al referirse a esos años en Estados Unidos:
Ya para 1968 y durante varios años después, grandes números de personas en Estados Unidos, incluidos millones de jóvenes de la clase media, así como masas de pobres y oprimidos, estaban motivados por un odio totalmente justificado contra este sistema y por sus aspiraciones a tener un mundo radicalmente diferente y mejor —y esto se propagó profundamente en las propias fuerzas armadas del sistema— aunque lo que la mayoría de las personas entendía se caracterizó por un sentimiento revolucionario el que, si bien justo, carecía de una base científica profunda y consecuente40.
Sin embargo, respecto a la juventud de hoy, y al hacerle frente directamente a los problemas, en un sentido importante nos encontramos de nuevo con el problema, particularmente en Estados Unidos, del individualismo, que está ligado al parasitismo extremo de esta sociedad y su relación con el resto del mundo. Como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, Estados Unidos está “sentado en la cima de un mundo desequilibrado de profundas desigualdades y saqueo del medio ambiente (se necesitarían los recursos de casi 5 Tierras, para que el resto del mundo tuviera la ‘sociedad consumista’ que existe en Estados Unidos)”41.
Y aquí cabe contar algo que vi en las noticias hace poco — una mujer que comentaba el reciente informe científico sobre la perspectiva de la extinción de un millón de especies y su relación con la creciente crisis ambiental. Dijo algo en el sentido de que para poder evitar una verdadera catástrofe, se va a necesitar un cambio total en la sociedad y en el pensamiento de la gente, una manera totalmente diferente de consumir las cosas, no vamos a poder seguir consumiendo de la manera en que lo estamos haciendo y teniendo el tipo de sociedad que tenemos (parafraseo lo que ella dijo, pero esta es la esencia). Luego se metió en lo que se podría denominar un “modo tipo Jared Diamond”, diciendo que tenemos que hacer peticiones a los jefes de negocios y del gobierno, etc., que éstos tienen que hacer estos cambios para el futuro y el beneficio de la humanidad — lo que, desde luego, es completamente irrealista. Como hemos analizado científicamente, aunque ellos quisieran hacerlo, no podrían hacer el tipo de cambios que son necesarios.
Pero se tiene la cuestión de las “5 Tierras”. Se ha señalado que, si hacemos la revolución y tenemos el socialismo en Estados Unidos como parte de la revolución mundial, la gente, particularmente de la clase media, no va a poder tomar una taza de entre todos los cafés de diseño que ahora se venden cuando va a algún lugar como Starbucks. El cambio necesario en la manera en que las personas se relacionan entre sí y en sus valores — pues, se puede realizar todo esto únicamente al hacer cambios en las condiciones subyacentes, es decir, el sistema económico (el modo de producción) y las relaciones sociales, y junto con eso el sistema, las instituciones, las estructuras y los procesos políticos. Hace falta toda una revolución que se ocupe de cada una de esas “4 Todas” y de sus interrelaciones.
No se puede eludir ni evitar el problema del individualismo extremo entre los jóvenes de hoy (aunque gran parte de esto se encuentra más en la categoría del individualismo ajeno), sino que hay que hacerle frente directamente. Este individualismo se refuerza por lo que podría llamarse la infantilización de la juventud en Estados Unidos, en particular hoy me refiero a la juventud de la clase media (o de algunos sectores de la clase media). Por un lado, a muchos de ellos se les mima, o se les consiente, de forma extrema: “Ai, Juanita, ¿qué te apetece cenar esta noche — no quieres lo que ya se ha preparado — bueno, quisiera que se te preparara otra cosa? ... Juanito, ¿quieres ponerte tus pijamas y acostarte, o quieres seguir despierto hasta que te venza el sueño? Estaría muy mal que yo te impusiera mis opiniones. Después de todo, todos somos seres humanos y no podemos permitir las micro-agresiones contra los jóvenes”. Ahora bien, obviamente, estoy caricaturizando y exagerando un poco, pero no completamente.
Así que, por un lado, se les mima (se les consiente), pero al mismo tiempo se les mercantiliza. Se trata de una especie de combinación nefasta, por decirlo así, de mimarlos y mercantilizarlos — el consentimiento va de la mano con la febril competencia para poner a estos jóvenes en el camino hacia la riqueza y el privilegio. Que no sólo vayan a la mejor escuela secundaria, que no sólo tengan que ir a la mejor escuela intermedia, que no sólo tengan que ir a la mejor escuela primaria, que no sólo tengan que ir al mejor kínder, que no sólo tengan que ir a la mejor guardería infantil, sino que tengan que ir a la mejor pre guardería infantil, para poder estar en un camino en el que puedan ir a estudiar en una universidad de élite y volverse parte de la capa social acomodada de la que tienen “derecho” a formar parte. (Esto también guarda relación con el fenómeno en el que, en desafío a la abrumadora evidencia científica de que las vacunas contra las enfermedades infantiles comunes no constituyen ningún peligro cuando se administren correctamente, algunos padres de familia de las capas privilegiadas se niegan a dejar que sus hijos reciban estas vacunas, incluso con las consecuencias muy negativas que esto puede acarrear para los niños y la sociedad en general).
En El Nuevo Comunismo, invoqué lo que llamo el fenómeno de George Carlin, donde en uno de sus números comienza por hablar de este fenómeno de los padres de familia que miman a sus hijos. No los dejarán revolcarse en el suelo ni nada por el estilo — siempre tienen que estar “protegidos” más allá de lo que es necesario y razonable. En este número, Carlin señala que, dentro de límites razonables, en realidad es bueno que los niños salgan y se revuelquen en el suelo, que incluso coman algo de tierra, porque eso les puede ayudar a fortalecer su inmunidad. Luego entrado a este número, hace esta pregunta provocadora: “Él no va a decir nada malo sobre los niños pequeños, ¿verdad?”, y luego responde inmediata y enfáticamente: “¡Sí, lo va a hacer!” Bueno, al invocar este número de Carlin, dije puntualmente en El Nuevo Comunismo: “Él no va a decir que los jóvenes deberían rebelarse contra sus padres, ¿verdad?” “¡Sí, lo va a hacer!” No se trata de que los padres de familia a los que me refiero sean “el enemigo” o que haya que tratarlos como parte del enemigo, pero lo que señalo es que hay que luchar contra toda esta manera en que están mimando y mercantilizando y criando a los jóvenes en un cierto ambiente parásito, especialmente en algunos sectores de la clase media. Tiene que haber una rebelión contra esto por parte de la juventud, como parte de una rebelión general contra toda la manera en que funciona esta sociedad y todo el pútrido etos y cultura que riega.
Este problema también se agrava por la naturaleza del sistema educativo en Estados Unidos, como su falta de énfasis en el pensamiento crítico — y de hecho su socavación de él. Ahora todo se orienta a “meterse en el mejor camino”, estudiar para el examen, tomar sólo aquellos cursos en la escuela que pueden conducir a la carrera “indicada” y buenos ingresos. Incluso alejan a los jóvenes —a aquellos que quisieran hacer algo diferente y mejor, como “Quisiera estudiar la historia, quisiera aprender acerca de la antropología”— de esa idea debido a la enorme deuda que incurren si estudian en la universidad, y a la constante insistencia en que tengan a aspirar a ocupar cierta posición en la sociedad o su vida saldrá arruinada. Y, para referirse una vez más a la importante observación de Lenin, existe la realidad bajo este sistema de que las personas están obligadas a calcular con la tacañería de un tacaño, están obligadas a competir las unas con las otras, en tantas esferas de la vida. Existe la realidad de que, si uno no logra meterse en cierto camino y este sistema sigue en pie, la vida le será difícil — pero para nada será tan difícil como lo es para los “condenados de la tierra” (para usar esa frase), pero sí será difícil. Pero de eso se trata: este sistema no debe seguir en el poder, y esa no debe ser la orientación de las personas, con la que crecen desde una edad muy, pero muy temprana, de que así hay que abrir camino en el mundo, así es la única cosa que es posible, así que uno simplemente tiene que hacer lo que pueda para sí mismo en este mundo tal como es. Hay que hacer añicos toda esa orientación, las personas tienen que zafarse de ella, tienen que rebelarse contra ella.
También existe una diferenciación de clases y social respecto a si el sistema educativo fomenta o de hecho socava el pensamiento crítico. Jonathan Kozol, en uno de sus libros (creo que lo dice en Savage Inequalities42), señala que la orientación del sistema educativo de prepararse con todo para los exámenes refuerza y ensancha las brechas y desigualdades sociales. Por ejemplo, explica que si uno va a un sistema escolar en un suburbio donde los jóvenes son de familias acomodadas y tienen una relativa seguridad de poder reproducir esa posición (él escribió el libro hace un par de décadas, así que quizá sea un poco menos cierto ahora, pero no obstante describe la situación en un grado importante), los maestros están dispuestos a permitir que sus estudiantes se desvíen un poco del rígido plan de estudios y que no hagan todo estricta y únicamente para los exámenes, porque saben que de todos modos estos jóvenes van a salir adelante con éxito; pero, si uno va a las escuelas en las comunidades urbanas marginadas, incluso los profesores bien intencionados, que quizás quieran dirigir a los estudiantes a explorar muchas dimensiones diferentes de la sociedad y la naturaleza y muchas esferas del arte y la cultura, están renuentes a hacerlo porque saben que, si los jóvenes no se empeñan en prepararse estrictamente para el examen, van a sufrir mucho a la hora de tomar el examen y las implicaciones respectivas — para empezar, ya se encuentran en una gran desventaja debido a las condiciones de toda su vida. Así que, sobre esa base, las desigualdades sociales ya existentes se vuelven peores, exacerbadas.
Con todo esto, va el hecho de que en general, e incluso respecto a los estudiantes provenientes de una situación más acomodada, el sistema educativo —con su énfasis en STEM (por las siglas en inglés de: Ciencia, que quiere decir en especial las “ciencias aplicadas”, particularmente relacionadas con la Tecnología; la Ingeniería; y Matemáticas) y en formar a los estudiantes de élite para el mundo de los negocios y las finanzas (y quizá el gobierno), y en encauzar la educación en general a la competencia con otros países capitalistas, como la ascendente rivalidad con China— sirve para socavar el desarrollo multifacético de “la vida de la mente” y el pensamiento crítico como una parte crucial de ello. (Y todo eso lo han empeorado aún más el régimen de Trump y Pence y su secretaria de Educación, Betsy DeVos, quien, aun antes de ser nombrada para este cargo, había dedicado un esfuerzo considerable, y millones de dólares, a socavar la educación pública y promover programas de vales escolares para las llamadas instituciones educativas con una agenda y enfoque fundamentalista cristiano — algo que ahora DeVos está en una posición de llevar a cabo a un nivel mucho mayor, con consecuencias aún más terribles).
Contrástese todo esto con lo que se dice sobre la educación en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte43, donde se enfatiza que el propósito del sistema educativo en esta sociedad radicalmente nueva es “dispon[er] de educación no solamente para el alfabetismo y otras capacidades y destrezas básicas sino también para una base en las ciencias naturales y sociales como también en el arte y la cultura y otras esferas y en la capacidad para trabajar con las ideas en general”; y que “El sistema educativo en la Nueva República Socialista en América del Norte habrá de capacitar a las personas en buscar la verdad dondequiera que ésta conduzca, con un espíritu de pensamiento crítico y curiosidad científica y de esta manera aprender continuamente acerca del mundo y estar mejor capacitadas para contribuir a cambiarlo en conformidad con los intereses fundamentales de la humanidad”. [énfasis añadido]
Ahora bien, para implementar un sistema educativo de este tipo, se requerirá una revolución. Pero la orientación fundamental que se encarna en este enfoque de la educación es algo por lo que se puede y se debe luchar fuertemente ahora mismo, en contra de todas las formas en que bajo el sistema educativo actual esto resulta socavado y tergiversado al servicio de este sistema opresor.
Y aquí volvamos a la situación más amplia de la juventud, y un ejemplo contundente del problema con la juventud hoy en Estados Unidos: en muchos países la juventud ha estado en pie de lucha en torno a la crisis ambiental — propagando la necesidad de la rebelión contra el estatus quo y los que lo mantienen (y una parte de esta resistencia juvenil se denomina explícitamente “Extinction Rebellion”), mientras que Estados Unidos ha sobresalido en el sentido negativo porque, hasta hace poco, sólo pequeños números de jóvenes habían estado participando en esta rebelión de la juventud en torno a la crisis urgente del medio ambiente. Más recientemente, han surgido importantes manifestaciones de lucha de masas de jóvenes (y otros) en Estados Unidos en torno a la crisis ambiental y la amenaza existencial que representa para el futuro de la humanidad. Esto podría representar un viraje positivo con respecto a esta situación urgente (y más en general), y la pregunta sigue pendiente, sobre la cual hay que seguir trabajando y luchando: si esto se limitará a una o unas pocas protestas y si se canalizará hacia el funcionamiento de este sistema y su BEB, lo que es la causa fundamental y la fuerza motriz de esta crisis ambiental — o si aquellos, y en particular los jóvenes, que ahora han manifestado masivamente sus expresiones de profunda ansiedad e indignación sobre esta crisis, seguirán a su conclusión lógica su declaración de que se niegan a dejarse despojar de un futuro porque aquellos que están en el poder no están haciendo nada efectivo en torno a esta crisis cada vez más aguda — si los que se han movilizado en torno a esta crisis conservarán y continuarán con la orientación de seguir la ciencia y la verdad que ésta descubre a donde eso realmente conduzca, lo que implicará enfrentar el hecho de que este sistema es la causa de esta crisis ambiental que está intensificándose rápidamente, y para contar con una oportunidad de lidiar con esta crisis de una manera que ofrezca la posibilidad de un futuro, un futuro digno de vivir, para las masas de la humanidad, es necesario gestar una alternativa radical a todo este sistema.
Para los jóvenes que llegaron la mayoría de edad en los años 1950 y entrando a los 1960, la posibilidad de la aniquilación nuclear era una amenaza continua que se cernía sobre ellos — a veces menos y a veces más intensa, puntuada por episodios de grave peligro existencial, como la crisis de los misiles de Cuba a principios de los 1960. Esto era algo que, el que uno lo tuviera en la cabeza todo el tiempo o no, siempre rondaba tras bambalinas y causaba inquietud entre los jóvenes y la búsqueda, con diversos niveles de conciencia, de una salida de situaciones de este tipo y de todo lo que encerraba. Esta era una parte importante de la base para la rebelión de la juventud que surgió en ese entonces, impulsada cabalmente por el movimiento de derechos civiles y luego por los movimientos de liberación de las nacionalidades oprimidas en Estados Unidos, y las luchas anticoloniales de liberación nacional en todo el mundo, así como los países pseudo socialistas como Cuba, y los auténticos países socialistas como China, donde surgió el movimiento revolucionario de masas, particularmente de la juventud, por medio de la Revolución Cultural ahí, a partir de mediados de los años 1960.
Hoy, cuando la crisis ambiental representa una amenaza existencial muy real, en particular para los jóvenes (al mismo tiempo que la posibilidad de la aniquilación nuclear sigue siendo muy real), es necesario ampliar más, y al mismo tiempo, profundizar, el tipo de agitación naciente entre los jóvenes que está dándose en muchos países, no sólo en torno a la cuestión particular de la crisis ambiental (por importante que sea), sino también como una rebelión más general en contra de las cosas como son y en contra de los individuos que no están haciendo nada para cambiar las cosas como son, y quienes no pueden hacer nada para cambiar en lo fundamental las cosas como son, porque son los funcionarios y ejecutores del sistema existente, que es la base para que las cosas estén como estén y para el rumbo en que están encaminados, presentando una amenaza existencial muy real para la humanidad en su conjunto e imponiendo, a diario, una horrenda opresión a las grandes masas de la humanidad.
En un sentido general, urge analizar y luchar ferozmente contra las cosas que están manteniendo a los jóvenes en Estados Unidos en particular encerrados dentro los límites de este sistema, con su BEB — un sistema que es la causa fundamental no sólo de la intensificación de la crisis ambiental, sino de los demás horrores a los que están sometidas las masas de la humanidad y a los que está enfrentada la humanidad en su conjunto. Es importante tener claramente en mente —y llevar a cabo el trabajo necesario, incluida la lucha necesariamente fuerte, para darle vida y expresión de la forma más completa posible— a lo que he citado aquí de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución acerca de las cualidades positivas de la juventud en relación con la necesidad para tener un cambio fundamental, de tener una revolución cuyo objetivo final sea un mundo comunista radicalmente nuevo, con la abolición de todos los sistemas y relaciones explotadores y opresivos, y los conflictos antagónicos que engendran.
(Aquí me he referido a lo que creo que pueden identificarse como las fuerzas e influencias sobre la juventud, en particular en Estados Unidos, que están obrando para limitar su modo de pensar y acciones dentro de ciertos límites definidos y para coartarlos de modo que no actúen de una manera que esté a la altura y lo que se requiera debido al terrible sufrimiento y las agudas crisis a las que las masas de la humanidad, y en última instancia la humanidad en su conjunto, está sometida y con lo que está enfrentada). Al mismo tiempo, es importante enfatizar la necesidad de hacer más investigación activa y continua entre amplios sectores de los jóvenes para aprender, analizar y sintetizar más completa y profundamente lo que impide que las masas de jóvenes, de diferentes capas, actúen de las maneras que la situación urgente, y los intereses fundamentales de la humanidad, exigen, y llevar a cabo una lucha aún más poderosa y efectiva para zafar a las masas de jóvenes —los jóvenes oprimidos básicos y los jóvenes educados de las capas medias— de los límites y liberarlos de las trabas que los están refrenando de modo que no actúen como la fuerza creativa y osada de una decidida lucha revolucionaria en la que pueden y deben convertirse con urgencia).
 
Aquí es importante hablar una vez más de lo que es (y lo que no es) la base para la revolución. La base para la revolución no se encuentra en lo que la gente piensa o hace en un momento dado, sino en las relaciones y contradicciones fundamentales del sistema que causan el tremendo sufrimiento pero las que no es posible resolver bajo este sistema. Al principio de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, se refiere a “los ultrajes intolerables que este sistema perpetra sin parar, los que causan tanto sufrimiento innecesario para las masas de la humanidad” y luego analiza la cuestión crucial de por qué este sistema perpetra continuamente estos horrores — y lo que se requerirá para hacer que todos estos ultrajes realmente se detengan. Se centra en las siguientes contradicciones:
¿Por qué los negros, latinos e indígenas están sometidos a la persecución genocida, la encarcelación en masa, la brutalidad y asesinato policial?
¿Por qué hay degradación patriarcal, deshumanización y subyugación de todas las mujeres en todas partes, y opresión a base de la orientación sexual o de género?
¿Por qué hay guerras de imperio, ejércitos de ocupación y crímenes contra la humanidad?
¿Por qué satanizan, criminalizan y deportan a los inmigrantes, y militarizan la frontera?
¿Por qué están destruyendo el medio ambiente de nuestro planeta?
Agrega:
Estos son los que llamamos los “5 ALTOS” — contradicciones profundas y determinantes de este sistema, con todo el sufrimiento y destrucción que provocan, contra los cuales habremos de protestar y oponernos de manera poderosa, con una verdadera determinación de ponerles fin, pero que sólo se eliminarán por fin acabando con este propio sistema.
Y continúa:
¿Por qué, con todo esto, vivimos en un mundo donde sectores grandes de la humanidad viven en una pobreza extrema, en que 2.3 miles de millones de personas carecen hasta de inodoros rudimentarios o letrinas y enormes números padecen enfermedades prevenibles, en que millones de niños mueren cada año de estas enfermedades y de inanición, mientras obligan a 150 millones de niños en el mundo a dedicarse al trabajo infantil despiadadamente explotado, y toda la economía mundial se apoya en una vasta red de maquiladoras que emplean grandes números de mujeres que están sometidas de rutina al acoso y agresión sexual, un mundo en que 65 millones de refugiados han sido desplazados por guerras, pobreza, persecución y los efectos del calentamiento global?
¿Por qué es así el estado de la humanidad?44
¿Por qué el estado de la humanidad es así cuando existe la base fundamental, en términos de las fuerzas productivas que existen, para que todos los seres humanos en todas partes se liberen de todas estas condiciones? Como se explica, de forma concentrada, en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
Hay una razón fundamental: la naturaleza básica del sistema del capitalismo-imperialismo bajo el cual vivimos y la manera, por su propia naturaleza, en que continuamente perpetra un horror tras otro45.
Esto también se expresa de forma concentrada en “CÓMO PODEMOS GANAR”:
No es posible reformar este sistema del capitalismo-imperialismo. Bajo este sistema, no existe ninguna manera de poner fin a la brutalidad y asesinato por la policía, las guerras y la destrucción de la gente y del medio ambiente, la explotación, opresión y denigración de millones y miles de millones de personas, incluida la mitad de la humanidad que son mujeres, en Estados Unidos y por todo el mundo — todo lo que está arraigado en las profundas contradicciones que son inherentes al funcionamiento, relaciones y estructuras esenciales de este sistema. Únicamente una revolución real podría operar el cambio fundamental que hace falta46.
Y en la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, se refiere directamente a esta contradicción crítica:
Es cierto que las masas de personas, condicionadas como están por este sistema, en cualquier parte de la sociedad, no saben nada y piensan con el culo, a la hora de entender cómo realmente están las cosas, por qué están como están y qué se podría y se debería hacer al respecto. Pero esto existe en aguda contradicción con otra verdad importante — de que millones de personas sí se preocupan sobre uno o más de los “5 ALTOS”, y a muchas se preocupan sobre todos. Esta es una contradicción sobre la cual tenemos que ponernos a trabajar, para mover a masas de personas por el camino de la revolución que se necesita para por fin poner coto a estos “5 ALTOS” y a las condiciones horrorosas a las cuales están sometidas constantemente las masas de la humanidad47.
Así que existe una necesidad —una necesidad apremiante, pero también la posibilidad y los medios— de emprender, sobre una base científica, una lucha decidida para elevar la vista de las personas, nutrir y manifestar con sentido las aspiraciones de un mundo mejor que sí tienen. Y aquí tiene importancia no sólo lo que se dice en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución acerca de esto, sino también tienen importancia la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, así como los Puntos de Atención para la Revolución, que expresan viva y dinámicamente y con claridad la posibilidad de una alternativa radical positiva al horroroso mundo actual.
Aquí, una vez más, es importante aprender de la experiencia histórica. Al volver a lo que decía anteriormente sobre los años 1960 y a lo que se dice sobre esto en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, en un sentido real se puede considerar al año 1968 como un punto de viraje — cuando las cosas se dividían en dos, en un fenómeno principal y un fenómeno secundario. Para ponerlo de manera concisa, se podría decir que, en Estados Unidos en particular, el año 1968 representó el fin de una gran ilusión, inclusive para las personas que se esforzaban sincera y vigorosamente por un mundo diferente y mejor. En 1968, no sólo ocurrieron los asesinatos de Martin Luther King y Bobby Kennedy, lo que hizo añicos ciertas ilusiones, sino que también se ponía en claro que no iba a ser posible hacer nacer un mundo mejor, según lo que pensaban algunos, “haciendo que Estados Unidos se pusiera a la altura de lo que debiera ser”. Esta era una ilusión que todavía guardaban incluso algunas de las personas de mentalidad más radical. Para usar esa frase, tenían “dos tipos de productos en su almacén”. Como señalé en un ensayo anterior (que se incluye en Reflections, Sketches & Provocations48, de hace más de 30 años), Phil Ochs era una especie de personificación de esta contradicción muy intensa. Por un lado, tenía algunas canciones muy buenas, canciones muy apropiadas como “Love Me, Love Me, I’m a Liberal” [Ámenme, ámenme, soy un liberal], con su contundente denuncia a la hipocresía del liberalismo y a la indecisa oposición del liberalismo a la opresión, la cual aún tiene mucha aplicación hoy (esa canción tiene una lamentable estrofa anti-lésbica —o algo que de hecho no es parte de la canción pero que Ochs agregó espontáneamente durante un concierto en vivo que fue grabado— pero en un sentido general, lo que la canción dice aún tiene mucha aplicación y relevancia hoy). Y Ochs tenía canciones como “Cops of the World” [Policías del mundo], que también tiene mucha relevancia hoy, con penetrantes estrofas irónicas como “Y el nombre de nuestras ganancias es democracia / así que gústate o no, tendrás que ser libre / porque somos los policías del mundo”. Y su canción sobre “The Ringing of Revolution” [El repique de la revolución]. Luego, por otro lado, como él mismo señaló, también sacó una canción que lamentaba la muerte de John Kennedy — no sólo lamentaba su muerte, sino que se refería con ingenuidad e idealismo a lo que representaba Kennedy. El propio Ochs comentó esta contradicción. Dijo: “Todavía no puedo apartarme de este sentimiento que tengo por Kennedy y por eso muchos de mis amigos marxistas creen que soy un idiota”, o algo por el estilo. Mi objetivo no es criticar a Phil Ochs, que se encontró con un fin trágico en el suicidio. Lo que señalo, una vez más, es que él era una especie de personificación del fin de la ilusión de que de alguna manera se podía hacer que Estados Unidos fuera una fuerza para el bien en el mundo y que se pusiera a la altura de lo que supuestamente fueran las mejores aspiraciones encarnadas en su fundación. (Desde luego, fue cierto que se dio un “fin” a esta ilusión solamente en un sentido relativo y temporal. Con el reflujo del auge de lucha radical de esa época, y los grandes cambios que ocurrían en el mundo, y en el propio Estados Unidos, cambios que estaban asociados con ese reflujo —y que también continuaron posteriormente—, la influencia de esta y otras ilusiones y delirios similares se reafirmó como un fenómeno importante. Esto es algo al cual volveré en adelante).
Así que se dio cierto deslinde — con un aspecto o fenómeno principal y otro aspecto o fenómeno secundario. El aspecto principal era que un gran número de personas se volvían más radicalizadas y reconocían —aunque esto estuviera en sentidos poco desarrollados o incipientes, pero de todos modos en un sentido básico— la imposibilidad de reformar el sistema. Y el fenómeno secundario en ese momento era que algunas personas se volvían desorientadas y desmoralizadas, y se daban por vencidas (o se volvían, como dicen los franceses, “récupéré”), volvieron a trabajar para el sistema (o al menos dentro del sistema), aunque mantuvieran vivas algunas inclinaciones y aspiraciones progresistas. Así que se trataba de un verdadero deslinde y, para repetir, el aspecto principal era la radicalización continua de un gran número de personas, precisamente sobre la base de reconocer más a fondo, si no de manera completamente científica, que no era posible hacer que Estados Unidos fuera una fuerza para el bien en el mundo. Esto incluía a algunas personas que al principio se habían opuesto a la guerra de Vietnam a partir de creer que la guerra era solamente un “error”, o algo de lo que solamente un sector de la clase dominante (o la “estructura de poder”) era responsable, pero una enorme cantidad de ellas llegaron a ver que esta guerra surgió de la naturaleza básica y de las necesidades básicas del imperialismo, en particular del imperialismo estadounidense.
Pero sí sabemos que desde el auge de lucha de finales de los años 1960 entrando a los principios de los 1970, se han producido importantes cambios en el mundo, entre ellos muchos cambios negativos, de los que también tenemos que sacar las lecciones apropiadas y necesarias. Se han operado cambios en la situación objetiva. Por ejemplo, no sólo se dio la derrota de la revolución y del socialismo en China con la restauración del capitalismo ahí, y el surgimiento de China como una potencia imperialista en sí, en contienda con Estados Unidos y con otros imperialistas; sino que en un sentido más amplio las cosas se han dado virajes en el tercer mundo. Con respecto a muchas de las fuerzas que combatieron por la liberación nacional en el tercer mundo en el período posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial (en 1945) hacia principios y mediados de los años 1970 (y algunas de estas luchas continuaron, de una forma u otra, hasta la década de 1990), se agotó el curso de esas revoluciones o luchas de liberación: o fueron derrotadas, o se convirtieron en otra cosa, en algo que no era revolucionario, y terminaron absortas en el sistema imperialista general. Y muchas de las personas que dirigían esas luchas de liberación en ese período (o sus descendientes, literal o políticamente) ahora se han convertido en gobernantes o apéndices burgueses del imperialismo, o han dejado de desempeñar un papel importante. (Este es un fenómeno que analicé en El Nuevo Comunismo).
Así que este es otro cambio importante. Se dio lo que ocurrió en Vietnam cuando Estados Unidos fue obligado a retirarse y por fin en 1975 fue tumbado el régimen que Estados Unidos había estado apuntalando, pero luego los vietnamitas recurrían cada vez más a la Unión Soviética, la cual era en sí una potencia imperialista (“social-imperialista”, como decimos — todavía era socialista de nombre, en ese momento, pero era imperialista de hecho y en sus acciones). La dirigencia vietnamita recurrió a la Unión Soviética en busca de apoyo económico y de otro tipo, lo que los llevó por un camino que, especialmente cuando la propia Unión Soviética se desenmarañara, hizo que Vietnam se convirtiera básicamente en otro país del tercer mundo lo cual saqueaban los mismos imperialistas, entre ellos, sobre todo Estados Unidos, contra los que el pueblo vietnamita había luchado heroicamente; y hoy existe la amarga realidad de que Vietnam se ha convertido en parte de la red internacional de maquiladoras para el capital imperialista.
Y también se dio el fenómeno de Camboya, que comenzó como una lucha de liberación ante la horrenda destrucción de ese país por Estados Unidos, una experiencia de la que se ha dirigido a muchas personas a olvidar o simplemente a no estar enteradas —los masivos bombardeos y destrucción de ese país por Estados Unidos— y luego, a mediados de los años 1970, llegaron al poder los Jemeres Rojos que habían estado encabezando la resistencia al imperialismo en ese país pero que luego perpetraron toda clase de cosas terribles a partir de una perspectiva totalmente equivocada, mientras lo hacían en nombre del marxismo o del comunismo.
Todo eso suscitó mucha desorientación. Claro que aquí no me alcanza el tiempo para analizar todo esto — he examinado unos aspectos importantes de esto en algunas otras obras (como El Nuevo Comunismo), y es importante captar las lecciones esenciales surgidas de esta experiencia, tanto por la manera en que los imperialistas y sus seguidores intelectuales la han usado para calumniar al auténtico comunismo, sino también y en lo más fundamental para profundizar el enfoque científico de emprender la lucha para derrotar al imperialismo y hacer nacer una sociedad nueva y emancipadora, con todas las contradicciones profundas y complejas que ello conlleva. Lo que señalo aquí, en términos de los virajes que se han dado desde el extenso auge de lucha revolucionaria de los años 1960 entrando a mediados de los 1970, es que muchas de estas cosas empezaron a desorientar y desmoralizar a las personas — quienes habían luchado duramente contra la guerra de Vietnam, quienes habían estado en las calles en apoyo a las luchas de liberación en todo el mundo y quienes habían participado activamente en la lucha contra la opresión en el mismo Estados Unidos.
Además, se dio el fenómeno de que la clase dominante en Estados Unidos, mientras que reprimía con saña a las masas básicas de los oprimidos —al pueblo negro, por ejemplo—, también trabajaba para crear un mayor número de fuerzas burguesas y de clase media entre los negros, como un amortiguador contra las condiciones opresivas y el potencial de un levantamiento masivo entre las masas de personas.
Todo esto, una vez más, ha tenido un efecto negativo sobre las masas de personas, en particular con respecto a la posibilidad, e incluso la deseabilidad, de una lucha decidida para llevar a cabo la transformación fundamental de la sociedad y de las personas. De parte de diferentes capas sociales se ha dado, como fenómeno de masas durante las décadas desde el auge de lucha de la década de 1960, una acomodación, o al menos un “ajuste”, a esta “nueva realidad”. Digo acomodación, “o al menos un ajuste” (de distintos tipos), porque con respecto a muchos de esos millones de jóvenes educados de la clase media que se volvieron radicalizados y genuinamente asumieron una mentalidad revolucionaria en ese período —y para los que esos tiempos no eran simplemente un juego, sino que participaban en la lucha con sinceridad—, muchos de ellos, ante estas condiciones cambiantes, retrocedieron a volverse “realistas” y volvieron a trabajar dentro del sistema, al mismo tiempo que se aferraban a una versión diluida de sus sentimientos radicales y revolucionarios.
Entre las masas básicas, incluido el pueblo negro (y no me refiero a las capas de la clase media que se desarrollaban debido a una política consciente de la clase dominante, sino a las masas de los oprimidos), surgió muchísima desmoralización y una sensación de derrota, y la inyección (incluso mediante políticas y acciones deliberadas de la clase dominante) de masivas cantidades de drogas intensificó más las condiciones desesperadas de las masas básicas y reforzó más la sensación de desmoralización. Muchas personas estaban muriéndose o, al recurrir a las drogas por desesperación, quedaban reducidas a miserables desdichados — la ausencia de esperanza, o la muerte, en términos inmediatos, de la esperanza que había inspirado a tantas personas, sobre una base real, en el transcurso del auge de lucha de los años 1960, lo que ahora se había amainado y se había transformado. Y esta situación se volvió aún más desesperada y desmoralizadora con el crecimiento de las pandillas en los ghettos y barrios de Estados Unidos (así como a nivel internacional), y la situación atraía a los jóvenes hacia las pandillas ante las condiciones de creciente privación y desesperación y lo que para la mayoría de ellos era la ilusión de enriquecerse, con la orientación de “enriquecerse o morir al intentarlo”, impulsada por el crecimiento del narcotráfico y la influencia de la pútrida cultura promovida en toda la sociedad que fomentaba y ensalzaba la explotación y la degradación de otros como mecanismo para triunfar en grande, en Wall Street y en el escenario mundial, o en las calles de las comunidades marginadas de las ciudades.
Aunado a todo esto, se ha dado una implacable contraofensiva política e ideológica de la clase dominante —un implacable embate contra el comunismo, y de hecho contra todos los elementos radicales positivos de ese auge de lucha de masas (más o menos, desde mediados de los años 1960 entrando a mediados de los 1970)— mientras que al mismo tiempo se ha dado la “desnaturalización” (es decir, la dilución y la tergiversación) de ese auge de lucha positivo en la forma de “identidades” diferentes, y a menudo opuestas, y las correspondientes nociones de la verdad y el derecho de expresarse como cuestión de “identidad” y “posición identitaria” (un fenómeno que también ha servido de blanco y vehículo útil para que las crecientes fuerzas fascistas ataquen a la lucha contra la opresión y la injusticia muy reales, mientras que esta política e ideología “de identidad” no ofrece ninguna solución real a esa opresión e injusticia ni ninguna alternativa real al sistema que ha engendrado este fascismo).
Entre las fuerzas revolucionarias en sí —y en particular en nuestro propio Partido, que tiene la responsabilidad de ser una auténtica vanguardia de la revolución— estas “décadas terribles”, y este implacable embate ideológico y político a lo largo de estas décadas, han cobrado un saldo terrible, llevando en gran parte al abandono de la meta, o de toda orientación seria, hacia la revolución y el comunismo, e incluso ha llevado a un cuestionamiento sobre si de hecho esto constituye una alternativa radical positiva al orden mundial actual — todo lo cual ha hecho necesaria una Revolución Cultural al interior de este Partido que ha durado más de 15 años y que aún continúa, si bien de nuevas formas y con nuevas prioridades, con una expresión concentrada en la actual Gira “Revolución” (la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”)49 para difundir la revolución ampliamente, entre las masas básicas, los estudiantes y otros sectores de la población, ejercer un impacto en el país en su conjunto, crear una gran efervescencia en la sociedad en torno a la cuestión de la revolución y el comunismo la que ha estado notablemente ausente en el terreno político y en la cultura, y organizar concretamente ahora a miles de personas, a las personas que empiezan a acercarse y entrar a esta revolución, a la vez que trabaja para influenciar a millones de personas, como parte esencial de acelerar y prepararse para las condiciones en las que será posible llevar a cabo la lucha revolucionaria para derrotar y desmantelar este sistema horroroso y sus instituciones de represión violenta, y hacer nacer una sociedad radicalmente nueva y emancipadora basada en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte.
Aquí es necesario hablar de la “combinación tóxica” que se describe en el artículo “EL NUEVO COMUNISMO PODRÍA CAMBIARLO TODO, SI...” que salió en Revolución, la situación “caracterizada por el predominio del revisionismo anticientífico tanto en nuestro propio Partido como en los movimientos internacionales, en combinación con el grado frustrante en que las masas de todas las capas sociales NO han venido identificando correctamente la fuente de ‘el problema’ que enfrentan la sociedad y toda la humanidad, o que de ninguna manera seria han venido buscando este tipo de ‘solución’”50.
Esta formulación “combinación tóxica” presenta de manera acuciante el problema, y la propia Gira “Revolución” está trabajando para resolver este problema acuciante, porque el objetivo es que en lugar de claudicar —en oposición a claudicar— ante esta “combinación tóxica” y ante las dificultades generales, hay que asumir el reto de transformar la situación radicalmente. Como este artículo de inmediato enfatiza: “Tenemos que enfrentar esta realidad, y por otra parte encontrar la manera de no dejar que nos derrote”.
Una parte importante de superar esta “combinación tóxica” es lidiar con la contradicción que se describe cerca del fin de la Primera parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, en términos de lo que sí tenemos y lo que no tenemos y lo que necesitamos con urgencia en relación con la revolución que sí es la solución fundamental al problema que enfrentan las masas de la humanidad y en última instancia la humanidad en su conjunto. Aquí va la manera en que describí esa contradicción en Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución:
En particular debido al trabajo que he hecho y la dirección que he venido dando durante las décadas después de los 1960, sí contamos con el mayor desarrollo del método y enfoque científico de la revolución, con el nuevo comunismo; contamos con el enfoque y plan estratégicos de hacer esta revolución; contamos con la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, una visión abarcadora y un “plano” concreto para una sociedad radicalmente nueva y emancipadora con el objetivo de emancipar a toda la humanidad. Pero hablemos sin pelos en la lengua: lo que no tenemos, todavía, son masas de personas que se hayan convencido de la revolución y que se vean impulsadas a trabajar por ella, sobre todo los jóvenes, que siempre son la fuerza motriz de cualquier revolución; y, si bien tenemos la base y el andamiaje de organización revolucionaria a partir de la cual se podría construir y expandir en la forma de una fuerza de vanguardia capaz de realmente dirigir la revolución hasta el final, aún no tenemos el necesario cuadro de líderes, en todos los niveles y en todas regiones del país, que tengan no solo la determinación sino los cimientos científicos para dirigir a las masas a las cuales hay que atraer e incorporar para hacer la revolución51.
Esto se refiere a la contradicción a la que un creciente número de personas —aquellos que han estado participando en trabajar para esta revolución durante algún tiempo, y aquellos que empiezan a participar en esta revolución— debemos dedicarnos activamente a examinar y resolver. Una parte central de este proceso es poner los problemas de la revolución ante las masas de personas, entre ellas las personas que acaban de conocer y están empezando a formar parte de este movimiento para una revolución real, y conseguir su participación para ayudar a resolver estos problemas.
Como se dice en Breakthroughs (Abriendo Brechas):
Un principio muy importante, entendido y aplicado correctamente, es que, en un sentido fundamental y esencial, las masas hacen la revolución. Eso no es y no debe tomarse como una receta para seguir a la cola de las masas y su espontaneidad. Pero éstas sí son las personas que tienen que hacer esta revolución y deben llegar a participar, en cada etapa, en bregar con el proceso y contribuir al proceso de determinar las formas para luchar y resolver y transformar las contradicciones que se enfrentan, los problemas de la revolución, con el fin de abrir importantes brechas y avanzar. Este es un principio muy importante y es algo que no debe igualarse a seguir a la cola de las masas y a pensar que, en un sentido reificado, todo el conocimiento está ubicado en las masas y que lo único que hay que hacer es decirles cuál es el problema y de inmediato ellas encontrarán una solución. Se trata de conseguir que participen, que se active un número cada vez mayor de ellas, sobre una base con dirección científica, en el proceso de luchar por enfrentar y transformar las contradicciones las cuales hay que resolver por medio de lucha en el camino hacia la realización de la revolución52.
Y como se enfatizó hace poco:
Al parecer, tal vez todavía exista cierta renuencia a poner este aspecto (nuestras deficiencias, y las necesidades apremiantes) directa y claramente ante las personas con las que nos estamos encontrando. En oposición a tal renuencia, es importante subrayar que una parte crucial de realmente abrir las brechas que necesitamos con urgencia en construir un movimiento real para una revolución real, y de hecho una parte esencial de organizar a las personas en la revolución es de hecho poner ante las masas, entre ellas las personas con las que nos estamos encontrando por primera vez, los problemas y las necesidades de la revolución, y conseguir que participen, desde el principio, en ayudar a resolver (y en ciertos aspectos ayudar a identificar más y ayudar a resolver) los problemas y las necesidades de esta revolución.
Además, se subraya que es necesario que no hagamos esto con hipérbole sino con un “brío y entusiasmo” genuino que se basa en saber que las personas pueden jugar un papel activo, junto con otros, en desarrollar colectividades, para “integrar sus ideas creativas en el proceso científico” de resolver los problemas tanto inmediatos como estratégicos de esta revolución, la que, con todas sus dificultades y retos, representa el camino hacia adelante, el único camino hacia adelante, para salir de los horrores que constituyen la vida cotidiana de las masas de la humanidad, y el inminente desastre para la humanidad en su conjunto, bajo la dominación de este sistema del capitalismo-imperialismo.
En oposición a la monstruosidad que es este sistema, a sus gigantescos crímenes contra la humanidad y a las pútridas formas de pensar y cultura que riega continuamente, tiene gran importancia difundir con osadía la alternativa positiva: la ciencia, la dirección, la estrategia para la revolución y una visión y plan concreto y panorámico para una sociedad y mundo radicalmente nuevo y emancipador.
En conclusión, como dije en From Ike to Mao and Beyond:
Si uno ha tenido la oportunidad de ver el mundo como es en realidad, puede encaminar su vida por rumbos profundamente distintos. Puede entrarle a la vida de comer o ser comido, y muy probablemente ser devorado en el proceso de salir adelante. Puede meter el hocico en el comedero y engullir lo más que pueda, y empujar a los demás para agarrar más. O puede dedicarse a hacer algo que cambie toda la dirección de la sociedad y el mundo. Si uno pone lado a lado las dos cosas, ¿cuál tiene significado? ¿Cuál contribuye de hecho a algo que valga la pena? La vida de uno va a tener valor o va a ser inútil. Y no se puede dedicar la vida a algo más grande que contribuir lo máximo que podamos a la transformación revolucionaria de la sociedad y del mundo, a ponerle fin a todos los sistemas y las relaciones de opresión y explotación, y a todo el sufrimiento y destrucción innecesarios que traen. Eso lo he aprendido más y más profundamente a lo largo de las vueltas y revueltas e inclusive de los grandes reveses, así como los grandes logros, de la revolución comunista hasta ahora, en lo que de hecho todavía son sus primeras etapas históricas....
Cuando veo todo esto, vuelvo a pensar en el amigo que decidió dedicar la vida a curar el cáncer — y pienso en la necesidad mayor aún de ponerle fin al sistema del capitalismo-imperialismo y a todo el sufrimiento y la opresión que encarna e impone a lo largo y ancho del mundo. Se ve que la vida no podría dedicarse a nada más importante y que las contribuciones que uno haga en el curso de la vida son lo más importante y lo más elevado de todo lo que podría hacer. Esto entraña momentos de gran decepción, sí, pero también momentos de gran gozo. El gozo de ver cómo los seres humanos se libran de trabas, se alzan, empiezan a ver el mundo tal como es en realidad y abrazan más conscientemente la lucha para cambiarlo. El gozo de saber que somos parte de este proceso y de contribuir lo máximo que podamos a él. El gozo de la camaradería de estar con otros en esta lucha y de saber que es algo que vale la pena, que no estamos metidos en algo insignificante y nimio, sino en algo elevado. El gozo de mirar al futuro, de divisar la meta por la que luchamos y de ver a quienes empiezan a captar lo que podría significar, no solo para sí mismos, sino para la sociedad, para la humanidad entera53.
1. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Discurso filmado de 2018. El texto está disponible en español en revcom.us, y el video y el texto en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
2. CIENCIA Y REVOLUCIÓN: Sobre la importancia de la ciencia y la aplicación de la ciencia a la sociedad, la nueva síntesis del comunismo y la dirección de Bob Avakian, Una Entrevista a Ardea Skybreak (Insight Press, 2015). Está disponible en español en revcom.us, y en inglés en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
3. Bob Avakian, ¡Fuera con todos los dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo (JB Books, 2009). El libro está disponible al pedido en revcom.us. [volver]
4. Bob Avakian, EL NUEVO COMUNISMO: La ciencia, la estrategia, la dirección para una revolución real, y una sociedad radicalmente nueva en el camino a la verdadera emancipación (Editorial Aurora Roja, 2018). También está disponible en revcom.us. [volver]
5. Carta de Marx a Kugelmann, 1868, citada en El comunismo: El comienzo de una nueva etapa, Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, septiembre de 2008 (RCP Publications, 2009). Disponible en revcom.us. [volver]
6. Bob Avakian, “Un ‘salto de fe’ y un salto al conocimiento racional: Dos saltos muy distintos, dos concepciones del mundo y métodos radicalmente diferentes”, Revolución #10, 31 de julio de 2005. Está disponible en el libro Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian, y en revcom.us. [volver]
7. Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us. [volver]
8. REVOLUCIÓN Y RELIGIÓN: La lucha por la emancipación y el papel de la religión, Un diálogo entre CORNEL WEST y BOB AVAKIAN (2015). La película del diálogo de noviembre 2014 en inglés está disponible en la forma de dos dvd en revcom.us. También está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
9. Tal como se explica en el sitio web RefuseFascism.org (Rechazar el Fascismo):
El régimen de Trump y Pence representa un peligro catastrófico para la humanidad. Los campos de concentración en la frontera... la aceleración de la devastación ambiental... el peligro de la guerra, incluso la amenaza de una guerra nuclear... el dominio de la supremacía blanca... las turbas fascistas y los racistas asesinos en masa... la eliminación de la verdad y la ciencia... casi eliminado el derecho al aborto... el destripamiento del estado de derecho y los derechos democráticos y civiles... ASÍ SE ESTÁ DESENVOLVIENDO EL FASCISMO....
Debemos aprehender la crisis del juicio político de destitución que ahora está brotando, tomar la historia en nuestras propias manos y convertir el temor ante el futuro en una fuerza para la esperanza — unidos en torno a una sola demanda unificadora: ¡El Régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, YA!
Rechazar el Fascismo acoge a los individuos y las organizaciones con diversos puntos de vista que compartan nuestra determinación a negarse a aceptar a un Estados Unidos fascista, se sumen a nosotros y/o sean socios con nosotros en esta gran causa. [volver]
10. Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”, Revolución, 13 de noviembre de 2016. Disponible en revcom.us. [volver]
11. Edward Wasserman, “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers” [Julian Assange y la guerra contra los denunciantes], New York Times, 27 de abril de 2019. [volver]
12. Bob Avakian, “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar”, Revolución, 18 de julio de 2018; originalmente posteado el 24 de julio de 2005. Disponible en revcom.us. [volver]
13. Bob Avakian, “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES DESDE LA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”, Revolución, 26 de junio de 2005. Disponible en revcom.us. [volver]
14. Paul Krugman, “Racism Comes Out of the Closet” [El racismo sale del armario], New York Times, 16 de julio de 2019. [volver]
15. Bob Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. Discurso filmado de 2018. El texto está disponible en español en revcom.us, y el texto y el video en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
16. Woodrow Hartzog y Evan Selinger, “Just a Face in the Crowd? Not Anymore” [¿Nada más que un rostro en la multitud? Ya no], New York Times, 18 de abril de 2019. [volver]
17. Bob Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS): El avance histórico hecho por Marx, y el nuevo avance histórico del nuevo comunismo, Un resumen básico. Prepublicación, 3 de agosto de 2019. Disponible en revcom.us. [volver]
18. Bob Avakian, From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, A Memoir by Bob Avakian [Una autobiografía de Bob Avakian] (Insight Press, 2005), en inglés. Hay pasajes en español en revcom.us; y lecturas en audio en inglés por Bob Avakian de selecciones de su autobiografía en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
19. Bob Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! En nombre de la humanidad, nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista, Un mundo mejor ES posible, Un discurso de Bob Avakian. Discurso filmado de 2017. El texto en español está disponible en revcom.us, y la versión filmada en inglés está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
20. Bob Avakian, “3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor”, 1º de mayo de 2016. Disponible en revcom.us. [volver]
21. Bob Avakian, “El problema, la solución y los retos ante nosotros”, un discurso pronunciado en 2017. El texto en español está disponible en Revolución, 15 de noviembre de 2017, revcom.us; el audio y el texto en inglés están disponibles en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
22. Bob Avakian, Lo BAsico, de los discursos y escritos de Bob Avakian (RCP Publications, 2011). [volver]
23. Ibíd. [volver]
24. “All Played Out” [Todo gastado y trillado], un número de palabra hablada con letra de Bob Avakian y música de William Parker (Centeringmusic BMI, 2011), en inglés. Disponible en soundcloud.com/allplayedout. También está disponible en revcom.us y thebobavakianinstitute.org. [volver]
25. Carlos Marx, Grundrisse, Siglo XXI, 2002, tomo 1, “El dinero como relación social”, pp. 91-92, énfasis en el original; traducción corregida. Citado en Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us. [volver]
26. Carlos Marx, El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte (Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, primera edición, 1978). [volver]
27. Avakian, Cavilaciones y forcejeos.
* Bob Avakian, Hacer la revolución y emancipar a la humanidad. Un discurso de Bob Avakian, Revolución, octubre de 2007-febrero de 2008. Disponible en revcom.us. [volver]
28. Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS). [volver]
29. Bob Avakian, El comunismo y la democracia jeffersoniana (RCP Publications, 2008). Está disponible en inglés en revcom.us y thebobavakianinstitute.org; hay pasajes en español en revcom.us. [volver]
30. Carlos Marx, Miseria de la filosofía (Siglo XXI Editores, México, décima edición, 1970). [volver]
31. Carlos Marx, Crítica del programa de Gotha (Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, primera edición, 1979). [volver]
32. Bob Avakian, Cavilaciones y forcejeos: Sobre la importancia del materialismo marxista, el comunismo como una ciencia, el trabajo revolucionario con sentido y una vida con sentido. De un discurso de 2009. Revolución, mayo-septiembre de 2009. Disponible en revcom.us.
*Bob Avakian, Salir al mundo — como una vanguardia del futuro. De un discurso pronunciado en 2008. Revolución, febrero-abril de 2009. Disponible en revcom.us.
** El camarada Damián García, un miembro muy querido del PCR, fue asesinado por agentes de la policía en Los Ángeles el 22 de abril de 1980. Dos semanas antes, izó la bandera roja sobre El Álamo, en lugar de la bandera de Texas, como parte de una campaña para hacer nacer un auge de lucha revolucionaria con motivo del Primero de Mayo de 1980. La “Declaración con motivo de la muerte de Damián García” de Bob Avakian salió en Obrero Revolucionario (ahora Revolución) #51, 25 de abril de 1980. Una parte de esta declaración se cita en su autobiografía From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist (Chicago: Insight Press, 2005), pp. 408-409, en inglés. [volver]
33. Ardea Skybreak, La ciencia de la evolución y el mito del creacionismo — Saber qué es real y por qué importa (Editorial Tadrui, Bogotá, 2006), traducción corregida. [volver]
34. Avakian, Cavilaciones y forcejeos. [volver]
35. Avakian, Lo BAsico. [volver]
36. Comité Central del Partido Comunista Revolucionaria, Estados Unidos, “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, Revolución #457, 19 de septiembre de 2016, actualizado el 24 de septiembre de 2017. Disponible en revcom.us. [volver]
37. Los 6 Puntos de Atención para la Revolución
El Club Revolución defiende los siguientes principios, vive según ellos y lucha por ellos:
1. Nosotros nos basamos en los más elevados intereses de la humanidad —la revolución y el comunismo— y nos esforzamos por representarlos. No toleramos que se use la revolución en busca del beneficio personal.
2. Nosotros luchamos por un mundo en el que TODAS las cadenas resulten rotas. Las mujeres, los hombres y las personas de género diferente son iguales y camaradas. No toleramos el abuso físico o verbal contra las mujeres ni el tratarlas como objetos sexuales, ni toleramos los insultos o “bromas” sobre el género u orientación sexual de las personas.
3. Nosotros luchamos por un mundo sin fronteras, y por la igualdad entre diferentes pueblos, culturas e idiomas. No toleramos los insultos, “bromas” o nombres despectivos sobre la raza, nacionalidad o idioma de una persona.
4. Nosotros tomamos partido con los más oprimidos y nunca perdimos de vista su potencial de emancipar a la humanidad — ni nuestra propia responsabilidad de dirigirlos para hacerlo. Trabajamos por ganar a gente de todos los orígenes sociales a que participe en la revolución, y no toleramos la venganza entre las personas.
5. Nosotros buscamos y luchamos por la verdad sin importar qué tan poco popular sea, a la vez que escuchamos y aprendemos de las observaciones, percepciones y críticas de otros.
6. Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas. [volver]
38. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución, corregido. [volver]
39. Ibíd. [volver]
40. Ibíd. [volver]
41. Avakian, ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE! [volver]
42. Jonathan Kozol, Savage Inequalities [Desigualdades salvajes] (Crown Publisher, 1991). [volver]
43. Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte (Proyecto de texto), de la autoría de Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, 2010 (RCP Publications, 2010). También está disponible en revcom.us. [volver]
44. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
45. Ibíd. [volver]
46. Comité Central del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”. [volver]
47. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
48. Bob Avakian, Reflections, Sketches & Provocations: Essays and Commentary, 1981-1987 [Reflexiones, notas y retos: ensayos y comentarios, 1981-1987] (RCP Publications, 1990), libro en inglés. El artículo salió originalmente en el Obrero Revolucionario (ahora Revolución): “Sobre Phil Ochs o por qué hay que escoger entre Kennedy y la revolución”, #176, 15 de octubre de 1982. [volver]
49. Para conseguir más información sobre la Gira Nacional “Organícense para una Revolución REAL”, visite revcom.us. [volver]
50. “EL NUEVO COMUNISMO PODRÍA CAMBIARLO TODO, SI...”, Revolución, 21 de marzo de 2018. Disponible en revcom.us. [volver]
51. Avakian, Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución. [volver]
52. Avakian, BREAKTHROUGHS (ABRIENDO BRECHAS). [volver]
53. Avakian, From Ike to Mao and Beyond. [volver]
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Actualizado | revcom.us
Revcom comparte con nuestros lectores unos pasajes de esta nueva obra de Bob Avakian:
La ausencia de una verdadera esperanza de conseguir una vida mejor en este mundo es una gruesa cadena que pesa, asfixia y deja profundas cicatrices a las masas de la humanidad, incluidos los jóvenes que están concentrados en los ghettos y barrios de Estados Unidos así como en las hacinadas prisiones-cámaras de tortura. Y el individualismo extremo promovido en toda esta sociedad, la fascinación obsesiva con “el yo”, ha reforzado el grueso tope a las aspiraciones de la gente, ofuscando su capacidad de reconocer la posibilidad de un mundo radicalmente diferente y mejor, más allá de los límites estrechos y restrictivos de este sistema, con todos sus horrores muy reales.
Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución* sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas).
* Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución es un importante discurso de Bob Avakian, pronunciado en el verano de 2018. El texto en español, y el video y el texto en inglés, están disponibles en revcom.us.
El individualismo es un factor significativo y un “elemento unificador” en muchas de las tendencias negativas que juegan un papel importante en impedir que las personas reconozcan la realidad y la profundidad de los horrores que continuamente causa este sistema — y que reconozcan la urgente necesidad de actuar, junto con otros, para abolir y arrancar de raíz todo esto, en su fuente misma. Esto resalta y realza el hecho de que el individualismo, que se nutre y se expresa en formas extremas en esta sociedad particular en este momento, es un problema profundo al que hay que hacer frente y transformar.
El individualismo virulento y el individualismo ajeno
Estas son dos amplias categorías del individualismo, que tienen algunas características particulares diferentes pero que también tienen en común la concentración básica en el yo y la fascinación con el yo. El individualismo virulento es una variación extremadamente venenosa de esto. En lo básico, se refiere a la idea de que “Estoy tratando de conseguir todo lo que pueda para mí y que se jodan los demás. Y si tengo que pisotear a los demás para conseguir lo que quiero, pues, así es la vida y lo voy a hacer de la mejor manera que pueda, para que pueda conseguir todo lo que quiero — lo quiero todo y lo quiero ahora”.
El individualismo ajeno es el individualismo que quizá no tenga esas características agresivas particulares y quizá ni siquiera tenga una actitud conscientemente hostil hacia otras personas en general, pero que supone ir por la vida persiguiendo los intereses, aspiraciones o “sueños” personales, sin prestar atención a las cosas más grandes que se están dado en el mundo y al efecto de eso en las masas de personas en todo el mundo y, de hecho, en el futuro de la humanidad.
Como señalé en el Diálogo con Cornel West en 2014, la “selfie” es una representación icónica perfecta de todo este panorama y toda esta cultura. No es que cada “selfie” sea en sí mala, por supuesto. Pero hay toda una cultura a su alrededor, incluso hasta el extremo de que las personas van a un lugar hermoso en la naturaleza y ¿con qué se ocupan? Con tomar una “selfie” de sí mismas en lugar de apreciar (y sí, tomar fotografías de) la inmensa belleza que se extiende ante sí mismas. Lo importante, con esta perspectiva, es: “Aquí estoy, mírame”. Es el etos de “mírame, mírame, mírame” que predomina tanto en ambas formas del individualismo, incluso en la forma que no es conscientemente virulenta pero que, no obstante, es llamativamente ajena.
No me opongo necesariamente a que la gente vea algunos videos o YouTubes de gatos que tocan el violín (y cosas similares en el Internet), pero si una persona está obsesionada con ese tipo de cosas —ni hablar de que su obsesión sea referirse con bajezas y rebajar a otras personas en el Internet— pues, obviamente, eso es algo por lo que cualquier persona digna debería estar muy preocupada y a lo que debería oponerse fuertemente y contra lo que debería luchar fuertemente.
Donde quiera que uno vaya, se oye: “Ah, esto realmente va a ser bueno para desarrollar la ‘marca’ de ella”; “Ah, realmente han sido muy creativos en su manera de impulsar su ‘marca’”. No se puede dar la vuelta hacia ningún lado sin escuchar que se utiliza de esta manera la palabra “marca”. Y esto va de la mano, por supuesto, con la exaltación del vil espíritu empresarial — lo que objetivamente representa esfuerzos por sacar una tajada de la explotación de la gente, al convertirse en parte del proceso general que se basa en gran medida en la superexplotación de las masas populares, incluidos niños, en el tercer mundo.
Quizá el individualismo ajeno parezca más benigno (o, en términos simples, menos "nefando") pero, no obstante, se caracteriza por ser imperdonablemente ignorante de lo que está pasando en el mundo más amplio, o por conscientemente elegir ignorar lo que está pasando en el mundo más amplio, más allá del yo (y más allá del estrecho círculo alrededor de uno mismo), y las consecuencias de esto para las masas de personas en el mundo, y en última instancia para toda la humanidad — o por prestar atención a esto únicamente en la medida en que afecte a uno mismo en términos inmediatos y limitados.
Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política.
Las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió.
Cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Quisiera hablar de la acusación de que “¡Ustedes van a hacer que personas resulten muertas!” Se ha hecho esta acusación con frecuencia, especialmente cuando propagamos, como es debido, no sólo la necesidad de la revolución, sino lo que ésta significa — el derrocamiento del sistema existente por medio de la derrota de sus agentes armados cuando las condiciones para ello hayan surgido: la existencia de un pueblo revolucionario que cuente con millones y millones de personas y una aguda crisis revolucionaria en toda la sociedad. ¿Cuál será nuestra respuesta a esta acusación?
¡Ya están resultando muertas masas de personas por todo el mundo, y ya están sufriendo de formas horrendas mientras están con vida, a causa de este sistema — y una de las expresiones más dolorosas de esto es la manera en que se induce a un enorme número de personas que ya sufren una terrible opresión bajo este sistema, y a los jóvenes en particular, a que se maten unos a otros, ya sea en conflictos de pandillas o en guerras al servicio de los imperialistas y otros opresores reaccionarios! Nuestra meta es clara:
No más generaciones de nuestra juventud, aquí o a través del mundo, cuyas vidas se acaban, cuyo futuro ya está sellado, que han sido condenados a una muerte temprana o a una vida de miseria y brutalidad, que el sistema ha destinado a la opresión y al olvido incluso antes de que nazcan. Yo digo no más de eso. [Lo BAsico 1:13]
¡Nuestro objetivo es por fin eliminar todo esto!
Como insta “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”, en nuestra manera de impulsar esta revolución tenemos que tener seriedad y ciencia — y nuestra estrategia y plan para la revolución se basa precisamente en un método y enfoque serio y científico. Por eso, entre otras cosas, el sexto punto de los Puntos de Atención para la Revolución pone en claro:
Nosotros trabajamos por un derrocamiento concreto de este sistema y un camino mucho mejor que deje atrás los destructivos y brutales conflictos que existen hoy entre las personas. Dado que tenemos seriedad, en esta etapa no iniciamos la violencia y nos oponemos a toda violencia contra la gente y entre las personas.
Este mismo método y enfoque es lo que conduce a esta conclusión clara basada en la ciencia:
En términos fundamentales, tenemos dos opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer la revolución!
Hay que promover este entendimiento y orientación, y hay que luchar enérgicamente por esto entre las masas de personas, y especialmente entre los jóvenes, a los que este sistema no les ofrece ningún futuro digno — si es que, para repetir, siquiera tengan un futuro.
En la sección de apertura del libro El Nuevo Comunismo (“Introducción y orientación”), hablé de la amarga realidad de que las masas de los oprimidos temen tener esperanzas.
Temerosas de tener esperanzas de que quizás el mundo no tenga que ser así, de que quizás haya una manera de salir de esto. Temerosas de tener esperanzas porque sus esperanzas han sido frustradas tantas veces.
Esto es un factor importante por el que tantas personas recurren a la religión — porque parece que no existe ninguna esperanza en este mundo para un fin al terrible sufrimiento y degradación a lo que están sometidas continuamente, lo que les impone el funcionamiento de este sistema, pero que también lo ofusca y encubre la propia manera en que opera este sistema y el papel de sus instituciones, funcionarios y agentes armados, los que actúan sistemáticamente para engañar a la gente respecto a por qué el mundo está como está y si realmente se podría cambiar y cómo, si es posible poner fin a todo este sufrimiento innecesario y cómo.
En esta conexión, sobresale una vez más la gran importancia del método y enfoque científico del comunismo, tal como se ha desarrollado por medio del nuevo comunismo, y de la realidad y la posibilidad del cambio emancipador, radical, en este mundo.
Abordar la realidad tal como es —con su constante cambio y desarrollo— y entender las fuerzas motrices subyacentes, es crucial para desempeñar un papel dirigente y decisivo en la gestación de esa revolución y en la creación de una era completamente nueva de la historia humana, que romperá y eliminará para siempre las cadenas materiales —los grilletes económicos, sociales y políticos de explotación y opresión— que esclavizan a la humanidad hoy, así como las cadenas mentales, los modos de pensar y la cultura que corresponden a esas cadenas materiales y las refuerzan.
La religión siempre se presenta como una fuente de “esperanza” o de consuelo. Pero ¿realmente es una fuente de esperanza — o es, en esencia y en el aspecto que la define, una ilusión que paraliza? La religión ofrece el concepto del consuelo para paliar el sufrimiento, y de cifrar las esperanzas en otro mundo y en fuerzas de otro mundo para poder conseguir algún tipo de consuelo debido a todo el sufrimiento al que la gente está sometida, y para poder sobrevivir un día más. Pero la pregunta que hay que hacer es: ¿Es lo que las personas necesitan un consuelo para paliar el sufrimiento que este sistema las obliga a soportar, o necesitan alzarse y abolir al sistema que encarna e impone este sufrimiento, y al abolirlo, eliminar la necesidad de contar con un consuelo para paliar el sufrimiento que ya no están teniendo que soportar, el sufrimiento innecesario al que están obligadas a soportar?
Los fundamentalistas cristianos (entre ellos el actual vicepresidente Mike Pence y otros que ocupan poderosas posiciones en el gobierno, los medios de comunicación y otras instituciones importantes) son una fuerza impulsora del fascismo teocrático (un gobierno tiránico de una autoridad religiosa medieval). Acatan y propagan agresivamente una lealtad irreflexiva al dogma religioso y una aplicación de éste que, en su interpretación textual (en la que insisten estos fascistas cristianos), promueve y conducirá a toda suerte de atrocidades y horrores (como se puede ver tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento de la Biblia — algo que analicé en ¡Fuera con todos los dioses!).
Hay muchas personas religiosas cuyas perspectivas y sentimientos religiosos sí las inspiran y las motivan a tomar posiciones contra la opresión e incluso hacer sacrificios en la lucha contra la opresión. Y, claro está, hay que respetar eso y unirnos con eso. Pero al mismo tiempo, eso no elimina la necesidad de desarrollar una lucha fuerte en la esfera ideológica contra la concepción del mundo pregonada por la religión y el papel que la religión juega como una cadena mental sobre las masas de personas, la que de hecho obra en contra de que adopten y apliquen sistemática y consecuentemente un enfoque científico para conocer la realidad, y en particular lo que está causando el sufrimiento al que las masas de la humanidad están sometidas y cuál es la solución a eso.
Sí, en última instancia, hay que llevar a cabo la lucha en la esfera de la práctica; hay que llevarla a cabo en la lucha concreta para enfrentar y al final derrocar al sistema que encarna e impone toda esta opresión horrorosa. Pero es de tremenda importancia que las personas, incluso antes de que se desarrollen un alto nivel teórico, lleguen a entender de manera básica que no existe ninguna necesidad, no existe ninguna necesidad permanente, de que sean así las condiciones existentes, y por qué eso es cierto. Esto es la fuente de la esperanza, sobre una base científica, y no sobre la base de ilusiones tales como las que la religión propaga y perpetúa.
Aunque las personas sí existen como individuos, el terrible sufrimiento de las masas de la humanidad y los retos urgentes que enfrenta la humanidad en su conjunto como resultado de la escalada de destrucción del medio ambiente por este sistema del capitalismo-imperialismo, así como la posibilidad de una conflagración nuclear que continúa asomándose como una amenaza existencial sobre la humanidad — pues, no es posible abordar todo eso con seriedad, y ni hablar de realmente resolverlo, mientras cada individuo persiga sus intereses particulares, y de hecho, cuando las personas actúen de esta manera, eso constituye un obstáculo importante a la consecución de la solución necesaria.
Otro aspecto de lo que opera aquí es el “cinismo desencantado”.... Ese pseudocinismo desencantado (o ese verdadero cinismo, pero pseudo concienciación del mundo) es otra manifestación del individualismo parásito — cuando alguien justifica negarse a hacer algo o no hacer algo sobre los crímenes que se están cometiendo en su nombre, y todas las horrorosas cosas que están ocurriendo en el mundo, sobre la base de: “Sí, ya lo sé, pero así es la vida. Y después de todo, en realidad no hay nada que se pueda hacer al respecto. Cualquiera que se ponga al frente y diga que va a hacer algo al respecto es tan corrupto como la gente que ya está perpetrando estas cosas, así que en realidad no hay nada que se pueda hacer”. Como se ha dicho, con mucho discernimiento, se podría traducir este sentimiento así: “Ah, estoy tan agradecido que haya resultado que lo correcto que hay que hacer es no hacer nada sobre estos ultrajes y horrores en el mundo”.
El chovinismo pro estadounidense es uno de los mayores obstáculos que se interpone en el camino y lastra a la gente: la asquerosa noción de que Estados Unidos y los estadounidenses son mejores y más importantes que los demás.
Respecto a la clase media de Estados Unidos, aunque hoy para importantes sectores de esta clase no les va tan bien como en el pasado —y algunos de ellos de hecho se están esforzando— en el sentido económico, a medida que la brecha social y las disparidades de ingresos siguen ensanchándose a proporciones obscenas, todavía existe entre ellos, o entre muchas personas en la clase media, un sentido persistente y generalizado de “derecho y privilegio” como estadounidenses y una identificación de sus propios intereses con lo que de hecho es un sistema de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad: el imperialismo capitalista estadounidense. Y, como se señala en ¡EL RÉGIMEN DE TRUMP Y PENCE TIENE QUE MARCHARSE!, este veneno del chovinismo pro estadounidense también ejerce cierta influencia entre los más amargamente oprimidos, a pesar de que está en agudo conflicto con la opresión sistemática a la que están sometidos en Estados Unidos bajo este sistema.
En vista de las invasiones y las guerras en marcha, los golpes de estado, la matanza de cientos de miles de civiles, la destrucción de países y la relegación de millones de personas a la desesperanza y al hambre a manos de los imperialistas de Estados Unidos y sus “aliados” y títeres rastreros: ¡¿Dónde está la indignación de masas y la oposición activa y decidida proveniente de las personas en Estados Unidos —en nombre de las cuales se cometen continuamente estos monstruosos crímenes— incluso proveniente de las personas que se llaman a sí mismas “progresistas” o se proclaman “concienciadas”?!
Hay una gran necesidad de que la gente ampliamente rompa con este chovinismo pro estadounidense. Como he enfatizado anteriormente, hay 3 cosas que tienen que ocurrir para que haya un cambio duradero y concreto hacia lo mejor:
1) Las personas tienen que reconocer toda la historia propia de Estados Unidos y su papel en el mundo hasta hoy, y las correspondientes consecuencias terribles.
2) Las personas tienen que adentrarse con seriedad y ciencia en la manera en que este sistema del capitalismo-imperialismo funciona en los hechos, y los correspondientes resultados concretos en el mundo.
3) Las personas tienen que examinar profundamente la solución a todo eso.
Si bien es correcto y necesario unirse con amplios sectores de la población en oposición a las injusticias y a los atropellos cometidos por los que gobiernan en Estados Unidos, y si bien esto ha cobrado una realzada importancia con la ascensión al poder del régimen fascista de Trump y Pence, es una verdad básica que sin romper con el chovinismo estadounidense —sin hacerle frente al verdadero horror de lo que Estados Unidos ha sido, y lo que ha hecho, en Estados Unidos y en todo el mundo, desde su fundación hasta el presente— y sin empezar a odiar profundamente todo esto, no es posible, en última instancia, retener su propia humanidad y actuar en pro de los más excelsos intereses de toda la humanidad.
En oposición directa a la venenosa perspectiva del chovinismo pro estadounidense, la orientación que hay que defender firmemente y por la que hay que luchar ferozmente es el principio básico y la verdad sencilla, pero profunda, de que “La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países” e “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”, que se encuentra en Lo BAsico 5:7 y 5:8.
Y, como se explica más completamente en Lo BAsico:
Los intereses, objetivos y grandes planes de los imperialistas no corresponden a nuestros intereses — no corresponden a los intereses de la gran mayoría de la población en Estados Unidos ni de la abrumadora mayoría de la humanidad. Hay que entender las dificultades en que se han metido los imperialistas en aras de sus intereses, y hay que responder a ellas, pero no desde su punto de vista y sus intereses sino desde el punto de vista de la gran mayoría de la humanidad y de la necesidad básica y urgente de un mundo diferente y mejor, de otro camino. (Lo BAsico 3:8)
Es crítico ganar continuamente a un creciente número de personas a asumir esta orientación fundamental por lo que se refiere a la realización de cualquier cambio positivo, y esto será decisivo en la realización de la revolución para por fin acabar con este monstruoso sistema del capitalismo-imperialismo.
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Lo siguiente es de un reciente discurso dado por Bob Avakian
Actualizado | Publicado originalmente 11 de agosto de 2019 | revcom.us
Con una nota del autor del otoño de 2019
Esta obra es el texto revisado de un discurso pronunciado en la primavera de 2019, y la siguiente sección (“El individualismo, la BEB y la ilusión del ‘camino indoloro’”) se publicó (posteada en revcom.us) a partir del verano de 2019. A finales de septiembre de 2019, Nancy Pelosi (y la dirigencia del Partido Demócrata de la cual ella es una representante prominente), después de una prolongada y obstinada insistencia en negarse a iniciar un proceso político de destitución contra Donald Trump, cambió de curso y anunció que sí se iniciará una “indagatoria de juicio político de destitución” en contra de Trump. Este cambio de curso estaba ligado —y Pelosi y Compañía han hecho un intento de centrar esta “indagatoria de destitución” principal, si no exclusivamente— a la revelación (derivada de un informe de un “denunciante” en el gobierno) de que Trump ha estado involucrado en un esfuerzo por presionar al gobierno de Ucrania para hacerle el “favor” a Trump de desenterrar (o “confeccionar”) trapos sucios sobre Joe Biden, ex vicepresidente (bajo Obama) y uno de los contendientes principales por la nominación del Partido Demócrata en las elecciones presidenciales de 2020. Pelosi y los demócratas han identificado esto como un abuso del poder presidencial a favor de los intereses personales de Trump (particularmente de cara a las elecciones de 2020) y han enfatizado su insistencia en que, al convertir este “favor” en la base (y el precio) para la continuación de la ayuda militar de Estados Unidos a Ucrania, en su enfrentamiento con las fuerzas pro-rusas, Trump “socavó la seguridad nacional de Estados Unidos”, en particular en relación con su importante adversario, Rusia. En otras palabras, mientras que, desde la perspectiva burguesa de los demócratas, su preocupación es muy real respecto a los “intereses nacionales” imperialistas de Estados Unidos, las “normas” de la forma en que se ha impuesto y mantenido el gobierno de este sistema, la importancia para ellos de una “transición pacífica” de una administración a otra mediante las elecciones —y el peligro para ello que representa el destripamiento de estas “normas” por Trump—, Pelosi y Compañía, al centrarse esta “indagatoria de destitución” sobre esta base tan estrecha, han subrayado que están actuando de acuerdo con su interpretación de los intereses del imperialismo capitalista de Estados Unidos y su impulso para seguir siendo la potencia imperialista dominante en el mundo, y continúan negándose a exigir la destitución de Trump a causa de sus muchas declaraciones y actos escandalosos contra las masas de personas, no sólo en Estados Unidos sino a nivel internacional: su manifiesto racismo y promoción de la supremacía blanca y la violencia supremacista blanca; su burda misoginia y ataques a los derechos de la mujer, incluido de manera muy prominente el derecho al aborto, y a los derechos de las personas LGBT; sus reiterados llamamientos y respaldo para la intensificación de la brutal represión y supresión del disentimiento; su discriminación contra los musulmanes y su cruel persecución de los inmigrantes, que abarca el encierro en condiciones parecidas a campos de concentración, incluso para aquellos que huyen de la persecución y de la amenaza muy real de muerte en sus “países de origen” y que sobre esa base están solicitando asilo, y la separación de hijos, incluso los muy pequeños, a sus padres; su embestida contra la ciencia y la búsqueda científica de la verdad, incluida su negación de la ciencia del cambio climático y las continuas maniobras para socavar y revertir incluso las protecciones menores y completamente ineficaces para el medio ambiente; sus amenazas con destruir países, inclusive con armas nucleares — en pocas palabras, su impulso multifacético para consolidar completamente el gobierno fascista e implementar una agenda fascista horrorosa, con terribles consecuencias para las masas de la humanidad.
Aunque, al cierre, no está claro qué conllevará esta “indagatoria de destitución” —si de hecho la Cámara de Representantes realizará un juicio político, y luego qué sucederá en el Senado para determinar si él debe ser condenado y destituido de su cargo—, ya está claro que la forma en que los demócratas están buscando limitar estrechamente la movida para destituir a Trump enfatiza una vez más la importancia de estos puntos básicos de orientación:
Los demócratas, junto con el New York Times y el Washington Post, etc., están buscando resolver la crisis con la presidencia de Trump de acuerdo a los términos de este sistema y al servicio de los intereses de la clase dominante de este sistema, que representan. Nosotros, las masas de personas, debemos avanzar a todo vapor y millones de nosotros debemos movilizarnos para resolver esto al servicio de nuestros intereses, al servicio de los intereses de la humanidad, los que son fundamentalmente diferentes y contrarios a los intereses de la clase dominante.
Esto, por supuesto, no significa que la lucha entre los de arriba es irrelevante o no tiene importancia; más bien, la manera de entender y abordar esto (lo que hay que explicar repetidamente a la gente, incluido por medio de la lucha que se necesita y se lleva bien), está en términos de cómo se relaciona con “la lucha desde abajo” y cuáles oportunidades puede ofrecer, para la movilización de masas de personas en torno a la exigencia de que el régimen en su conjunto tiene que largarse, por su naturaleza y acciones fascistas y por lo que está en juego para la humanidad.
Claramente, la destitución no sólo de Trump, sino también del vicepresidente fascista cristiano, Mike Pence, y de hecho de este régimen fascista en su conjunto, es de importancia urgente. Pero esto sólo servirá a los intereses fundamentales de las masas de personas —no sólo en Estados Unidos sino en el mundo entero— de lograr esto, pero no sobre la base de limitar las cosas a los términos y por medio de la promoción de los “intereses nacionales” del Estados Unidos monstruosamente opresivo, sino sobre la base de la movilización de la oposición de masas al fascismo de este régimen de Trump y Pence, el que se produjo y surgió al poder por medio del “funcionamiento normal” de este sistema, del cual es una expresión extrema pero de ninguna manera “ajena”.
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Todo esto —incluido el individualismo aparentemente más “benigno”, o ajeno— se relaciona con la insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del camino indoloro. Si algo hace que la gente se sienta incómoda —y aún más, si ofrece la perspectiva del sacrificio, el sacrificio necesario, de su parte— demasiadas pero demasiadas personas le dan la espalda. Como he señalado anteriormente, hay toda esta actitud de abordar la realidad como si se tratara de un “buffet de ensalada” o de abordarla como un consumidor: “Bueno, eso me hace sentir incómodo. Pues, voy a dejar eso a un lado. No quiero mirar eso porque eso me hace sentir incómodo”.
Voy a hablar más tarde sobre algunas de las formas más ridículas y escandalosas de esto. Pero solo para dar un pequeño anticipo, como señalé en El Nuevo Comunismo, algunas personas fueron a uno de los campus universitarios hace un par de años con un cartel de las Vidas Robadas, o sea, las personas que fueron asesinadas por la policía (no todas ellas, de ninguna manera, pero docenas de ellas), y alguien se acercó y empezó a lloriquear: “No me gusta ese cartel, que me hace sentir inseguro”. Como dije en ese entonces: Ah, ¡qué pena! Dejemos esa clase de mierda y empecemos a hablar y abordar en serio lo que le está pasando a las masas de personas, una parte significativa de lo cual está representado por lo que contiene ese cartel.
Una de las formas más comunes y problemáticas de esta insistencia repetida y obstinada en perseguir la ilusión del “camino indoloro”, particularmente entre las personas que se consideran un tanto iluminadas (o progresistas, o “concienciadas”, o como quieran decirlo), es lo que muy acertadamente llamamos la BEB —Basura Electoral Burguesa— y el fenómeno de que las personas se restringen continuamente a los límites estrechos de lo que un sector de la clase dominante les presenta, como se encarna en el Partido Demócrata: “Estos son los límites de lo que yo consideraré en términos de posiblemente generar un cambio” — porque esta es la rutina gastada y trillada de lo que es, al menos hasta este momento, relativamente seguro en términos de actividad política. Tal vez no sea tan seguro en el futuro, según sea la evolución de las cosas con estos fascistas que están trabajando para consolidar su poder ahora mismo mediante el régimen gobernante de Trump y Pence. Pero por ahora parece relativamente indoloro. También es completamente ineficaz y no produce ningún tipo de cambio que se necesita, pero es una manera de sentir que uno está haciendo algo mientras evita cualquier sacrificio, y hasta cualquier incomodidad real.
Una de las formas en que esto se manifiesta, junto con la BEB, es cuando las masas de personas no se enfrentan a la realidad del fascismo de Trump y Pence y, por lo tanto, no actúan de una manera que esté a la altura del peligro y de los horrores potencialmente aún mayores que esto representa.
Veamos las cosas en perspectiva, y hablemos de un elemento muy importante de esto que he mencionado antes, la elección de Trump —mediante el colegio electoral, y no el voto popular— es, en un sentido real, una extensión de la esclavitud: las personas quienes votaron por Trump son el tipo de personas que hubieran estado a favor de la esclavitud si hubieran vivido en los tiempos de la esclavitud en Estados Unidos. Y aquellos que consideran que es aceptable tener al supremacista blanco abierto Trump en la Casa Blanca son el tipo de personas que hubieran ignorado o hubieran aceptado abiertamente y justificado o racionalizado la esclavitud cuando existió. Y aquí tengo que invocar lo que pensaba que fue un comentario muy perspicaz de Ron Reagan (sí, el hijo inconformista de Ronald Reagan, quien también es, para su gran mérito, un ateo irredento): Ron Reagan ha señalado (y esto es muy perspicaz) que la “base” de Trump muy analizada y excesivamente analizada continuará apoyando a Trump, no importa lo que éste haga, porque Trump odia a todas las mismas personas que esa base odia.
A diferencia de toda la ofuscación sobre las dificultades económicas que están soportando las personas, bla, bla, bla, que a menudo se usa para racionalizar por qué la gente votó y continúa apoyando a Trump, lo que Ron Reagan ha señalado de manera puntualizada es la esencia de la “base” de Trump. Y, por cierto, observe la forma en que todos los medios de comunicación tradicionales, la CNN y los demás, usan este término continuamente: la “base” de Trump. Este es un término neutral, “base”. Estos son una bola de fascistas, ¿qué no? Y al usar estos eufemismos, o estos términos neutrales, como “base”, eso oculta e impide que las personas vean lo que realmente representan Trump y quienes lo apoyan, y la profundidad del verdadero peligro que esto representa. El comentario de Ron Reagan va muy al grano. Luego abunda: Ellos odian a la gente LGBT, odian a las mujeres (a las mujeres independientes, y en realidad, a todas las mujeres), odian a los negros, odian a los inmigrantes, odian a los musulmanes, y así sucesivamente. Y Trump odia a todas las mismas personas que ellos odian.
Por eso esa base nunca abandonará a Trump, haga lo que éste haga. Es por eso que Trump pudiera decir muy correctamente: “Yo muy bien podría dispararle a alguien en la Quinta Avenida de la Ciudad de Nueva York, y estas personas no se volverían en contra de mí”.
Al mismo tiempo, cabe decir sin rodeos: para los millones, y decenas de millones, de personas que dicen que odian todo lo que Trump representa y lo que está haciendo pero quienes, después de todo este tiempo, todavía no se han tomado las calles en una movilización sostenida que exija que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¡esto hace que sean colaboradores con este régimen fascista y en sí culpables del atroz delito de tolerar a este régimen cuando aún podrían tener la posibilidad de que se cumpla la exigencia de que el régimen tiene que marcharse, por medio de tal movilización de masas!
Para parafrasear a Paul Simon: Están desperdiciando su resistencia por un puñado de murmullos —o cosas peores— proveniente del Partido Demócrata.
La hora ya es muy tarde —y aún queda un tiempo, pero no mucho— para que esto cambie, ¡para que las masas de personas por fin se tomen las calles y permanezcan en las calles, con la firme determinación de que este régimen fascista debe marcharse ya!
Y aquí van algunas preguntas muy relevantes para los millones y decenas de millones de personas quienes odian todo lo que Trump representa pero no se han movilizado o han rechazado movilizarse, en masa, en acciones no violentas pero sostenidas en torno a la exigencia de que sea sacado del poder el régimen de Trump y Pence, como ha llamado a hacer Rechazar el Fascismo: si usted no va a tomarse las calles ahora para exigir que el régimen de Trump y Pence tiene que marcharse, ¿qué hará si Trump sale reelegido (quizás mediante el colegio electoral, incluso si vuelve a perder el voto popular)? ¡¿Y qué hará si Trump pierde las elecciones (incluido según el conteo del colegio electoral) pero luego se niega a reconocer los resultados e insiste en que aún es presidente?!
Al mismo tiempo, es necesario señalar los problemas muy serios con la ingenuidad peligrosa y los alardes de “izquierda” de ciertos intelectuales “progresistas”. Por ejemplo, alguien como Glenn Greenwald, que ha hecho algunas cosas buenas al poner al descubierto las violaciones de los derechos de las personas bajo este sistema —los derechos humanos, los derechos civiles y las libertades civiles—, pero quien, siempre que se mencione algo sobre los terribles crímenes y horrores representados por el régimen de Trump y Pence, de inmediato insiste en decir cosas como: “Sí, pero ¿y qué de Hillary Clinton, y qué de los demócratas y las cosas terribles que ellos han hecho?” Todo lo cual es cierto. Como hemos señalado: El Partido Demócrata es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Y esto sí que hay que sacar a la luz. Al mismo tiempo, hay que reconocer que el Partido Republicano es fascista, y si uno no comprende que ello tiene un significado real y una importancia real —y cada vez que alguien habla de los atropellos y los horrores perpetrados por estos fascistas, de inmediato insiste en poner: “Sí, pero ¿y qué de los demócratas?”— está dirigiendo a las personas, o está conduciendo a las personas, para que se alejen de un entendimiento de las verdaderas dinámicas que están en marcha aquí y los verdaderos peligros.
Y luego está Slavoj Žižek. Como se explica sin rodeos, y con mucha precisión, en el artículo de Raymond Lotta, “Slavoj Žižek es un pomposo imbécil que hace mucho daño”:
Slavoj Žižek, un influyente tonto filósofo que a menudo se presenta como un “comunista”, declaró su apoyo a Donald Trump en la televisión británica. Una victoria de Trump, según Žižek, ayudará a los republicanos y los demócratas a “repensarse a sí mismos” y podría suscitar “una especie de gran despertar”. Y al hablar desde su pedestal de “¿qué, yo preocupado?” [Lotta señala:] Žižek pronunció que Trump “no introducirá el fascismo”.
Como Lotta agrega sucintamente: “Lo anterior es malo, es veneno”. Y es similar al pensar erróneo y peligroso en el que caen y el que propagan personas como Glenn Greenwald. Al igual que Glenn Greenwald, implica minimizar la verdadera realidad y peligro de lo que representa el fascismo, a la vez que, de nuevo, el Partido Demócrata es un instrumento de la dictadura burguesa y una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Este tipo de pensamiento equivocado también se manifiesta en alguien como Julian Assange, quien en realidad, según todas las apariencias, y al parecer esto sí que es cierto, contribuyó a las maquinaciones que se desenvolvieron en torno a la campaña de Trump, con el involucramiento, al parecer, de los rusos en esto, y quien lo hizo con el mismo tipo de racionalización que Žižek puso, tal como Raymond Lotta lo cita — que Clinton y el Partido Demócrata representan el antiguo establecimiento, las viejas formas de hacer las cosas, y si salen derrotados y logra meterse alguien quien está afuera del establecimiento, eso sacudirá las cosas. He escuchado a Assange decir (según sus propias palabras, y no solo según las palabras de otras personas que describen lo que es su posición): “Tal vez esto lleve a un cambio negativo, o tal vez lleve a un cambio positivo, pero al menos conducirá a un cambio, o mantendrá abierta la posibilidad del cambio”.
Bueno, ¿a qué tipo de cambio está conduciendo esto en realidad? No hay margen para el agnosticismo o la ignorancia sobre el tipo de cambio al que está conduciendo. Sí, la dictadura burguesa de cualquier forma es muy mala para las masas de personas, es muy opresiva y muy represiva para las masas de personas, y necesita ser derrocada. Pero una dictadura fascista abierta que pisotea cualquier pretensión de defender los derechos de las personas no es algo que deba incluirse en la categoría de “tal vez sea un cambio positivo, o tal vez sea un cambio negativo”.
Ahora bien, al mismo tiempo que hacer esta crítica aguda, particularmente con respecto a Julian Assange, es muy importante enfatizar la necesidad de oponerse a la persecución de Assange por parte de los imperialistas estadounidenses, cuya persecución de él es una respuesta y venganza por el papel de él — no respecto a algo con los rusos, sino en grado primordial por poner al desnudo solo algunos de los crímenes monstruosos de este sistema. A este respecto, salió un interesante artículo titulado “Julian Assange and the War on Whistle-Blowers” de Edward Wasserman, un profesor de periodismo y decano de la Escuela de Posgrado de Periodismo de la Universidad de California-Berkeley. (Este artículo salió en el New York Times el sábado 27 de abril del año en curso, 2019.) Wasserman señala que, cualesquiera que sean sus debilidades políticas y personales, Julian Assange, mediante WikiLeaks, “facilitó una espectacular divulgación de secretos oficiales”, que incluyó, como lo expresa el mismo Wasserman, “crímenes de guerra, tortura y atrocidades contra civiles en Irak y Afganistán” por parte de Estados Unidos. Por eso la clase dominante de Estados Unidos lo está atacando en el ámbito jurídico y de manera política. En esta dimensión la gente tiene que acudir en defensa de Assange, incluso con las limitaciones y debilidades de él. Y han aumentado muchísimo la necesidad y la importancia de defender a Assange, particularmente contra la persecución política y jurídica del gobierno de Estados Unidos, debido a que el gobierno de Estados Unidos (encabezado por el régimen fascista de Trump y Pence) ahora ha amontonado cargos muy fuertes de espionaje en este proceso de persecución, con ominosas consecuencias, no solo para Assange, sino para todos y cada uno de los que se atreverían a destapar y desenmascarar los crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad cometidos continuamente por el imperialismo estadounidense y sus instituciones de violencia y represión.
No obstante, sin dejar de darle en absoluto la debida importancia y énfasis a oponerse a estas maniobras represivas del gobierno de Estados Unidos, sigue siendo necesario y también tiene mucha importancia criticar a esta perspectiva y enfoque encarnado en el pensar de personas como Assange y Glenn Greenwald, así como Žižek. La idea de que estos políticos burgueses (o del “establecimiento”) son simplemente “todos la misma cosa”, sin ningún análisis de los matices, o ni siquiera las diferencias descaradas, entre ellos y las consecuencias de esto para las masas de personas, las masas de la humanidad — pues, esto es muy perjudicial.
Aquí cabe examinar las críticas que se hicieron a los comunistas alemanes en el período del ascenso al poder de Hitler y de los nazis en Alemania en la década de 1930. Se atribuyó a los comunistas alemanes esta consigna: “Nach Hitler, Uns” (que significa: “Después de Hitler, nosotros”). En otras palabras, el mismo tipo de pensar — que de hecho con Hitler al frente del gobierno, eso iba a sacudir las cosas e iba a causar una crisis tan grande en la sociedad que, por lo tanto, los comunistas iban a tener la oportunidad de llegar al poder. Eso representó una subestimación muy seria de lo que representaban Hitler y los nazis, y las terribles consecuencias de esto para la humanidad. Sí, los comunistas ahí debieron haberse opuesto consecuente y firmemente a todo el sistema sobre una base revolucionaria, pero también era muy importante y necesario reconocer que Hitler y los nazis eran una representación particularmente perversa y extrema de todos los horrores de este sistema, y los iban a llevar a cabo de formas muy extremas.
Así que, en relación con todo esto, hace falta un enfoque científico de construir una oposición al fascismo que está encarnado en el régimen de Trump y Pence en los Estados Unidos de hoy, de una manera que parta y proceda del entendimiento que se captura en las obras mías, como “Los fascistas y la destrucción de la ‘República de Weimar’... y qué la va a reemplazar” y “No ser Jerry Rubin, ni incluso Dimitrov, sino comunistas revolucionarios de a de veras: EL RETO DE DEFENDER LAS GARANTÍAS FUNDAMENTALES — DESDE UNA PERSPECTIVA COMUNISTA Y NO OTRA”. (Estos artículos están disponibles en revcom.us. Son parte de las Obras escogidas de Bob Avakian).
Como he subrayado varias veces, y como se concentra en la consigna que lanzamos: “El Partido Republicano es fascista. El Partido Demócrata también es una máquina de masivos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”. Esto enfatiza la importancia de ambos aspectos de la cosa: reconocer la particularidad de lo que representa el fascismo del régimen de Trump y Pence y del Partido Republicano en su conjunto, y enfrentar la naturaleza y los masivos crímenes del sistema en su conjunto, y todos aquellos que son funcionarios y ejecutores de este sistema, incluido definitivamente al Partido Demócrata.
En un artículo publicado en el New York Times (martes 16 de julio de 2019), “El racismo sale del armario”, Paul Krugman señala que no solo Donald Trump sino el Partido Republicano en su conjunto han abandonado el racismo disimulado, y han empezado a expresarlo abierta y crudamente. Krugman concluye este artículo de esta manera, refiriéndose al abandono, por parte del Partido Republicano, de toda pretensión de oponerse al racismo:
Resulta tentador decir que los argumentos republicanos a favor de la igualdad racial siempre fueron hipócritas; hasta es tentador ver con buenos ojos la transición de los mensajes en clave al racismo declarado. Sin embargo, si la hipocresía es el tributo que el vicio le rinde a la virtud, lo que estamos viendo en este momento es un partido que ya no siente la necesidad de rendir ese tributo. Y eso es profundamente aterrador.
En esta cita, Krugman sí que señala algo —algo que es importante y relevante— hasta donde va. El problema es que no va lo suficientemente lejos y, en particular, no rompe con los términos restrictivos de las contradicciones y los conflictos entre los partidos de la clase dominante (los republicanos y los demócratas). La posición de hipócritamente fingir una oposición a los atropellos tales como la opresión racista, a la vez que de hecho actuar como representantes, funcionarios y ejecutores de un sistema en el que esta opresión está integrada y el que no podría existir sin esta opresión — pues no solo se aplica al Partido Republicano del pasado (si siquiera se aplicó a ese partido en los últimos 50 años y más), sino también se aplica al Partido Demócrata. Lo que está concentrado en esta situación es la necesidad de reconocer, y manejar correctamente, una contradicción muy real y aguda: el hecho de que, por un lado, el Partido Demócrata, al igual que el Partido Republicano, es un partido de un sistema que continuamente comete, y no puede dejar de cometer, masivos crímenes contra las masas de la humanidad y encarna una amenaza existencial al futuro de la humanidad; y, por otro lado, el hecho de que (para parafrasear lo que se cita anteriormente del artículo de Krugman) existe una diferencia muy real y un peligro muy directo encarnado en el hecho de que uno de estos partidos de la clase dominante (los republicanos) abandona abiertamente gran parte de la pretensión de ser otra cosa salvo un rapaz, y sí racista, saqueador de seres humanos y del medio ambiente. Esto requiere de la síntesis correcta, en términos fundamentales, de oponerse al sistema en su conjunto, del cual ambos partidos son instrumentos, y de trabajar activamente, de manera continua, hacia el objetivo estratégico de abolir este sistema en su conjunto, mientras que también, con la misma perspectiva estratégica fundamental, reconocer el agudo peligro inmediato que representa el régimen fascista de Trump y Pence y trabajar de urgencia para atraer e incorporar a masas de personas en una movilización no violenta pero sostenida en torno a la exigencia de que ¡este régimen tiene que marcharse ya!
No reconocer a fondo este entendimiento, y sus diferentes aspectos y su dimensión completa, y no actuar según él, está muy relacionado con el individualismo — particularmente en la forma de buscar la ilusión del progreso indoloro, en lugar de estar dispuesto a hacerle frente a verdades inconvenientes e incómodas y actuar en consecuencia, incluso con los sacrificios que quizá sean necesarios.
Con todos los matices y particularidades de las contradicciones que sí hay que reconocer, esta verdad crucial puede expresarse de esta manera básica y concentrada:
El Partido Demócrata es parte del problema, y no es la solución.
Aquí hay que poner un reto ante todos aquellos que insisten en la posición de que “los demócratas son la única alternativa realista”: en la página web revcom.us, sale la serie “Crimen Yanqui”, que cuenta y detalla muchos de los más destacados crímenes horrorosos de la clase dominante de Estados Unidos, que se remontan a los inicios de Estados Unidos hasta el presente, cometidos bajo las administraciones republicanas y demócratas. Aquí va el reto: vaya a leer la serie “Crimen Yanqui” y luego regrese y trate de explicar por qué dejarse llevar en apoyar a los demócratas es algo digno que hacer.
Junto con sus otros crímenes, y su papel particular en mantener e imponer este sistema, en las circunstancias actuales, el Partido Demócrata también es un facilitador activo del fascismo debido a su negativa, incluso bajo los términos del sistema que representa, a hacer algo de importancia para oponerse al fascismo del régimen de Trump y Pence. Esto se concentra en la insistencia, de parte de la dirigente del Partido Demócrata, Nancy Pelosi (o Puercalosi, tal como se le debe llamar), de que un juicio político de destitución, una vez más, no está en consideración. Algunas personas quizá no recuerden (o quizá hayan elegido olvidar), y otras personas quizá ni siquiera lo sepan, pero surgió un sentimiento masivo a favor de procesar a George W. Bush en un juicio político de destitución en los años 2005-2006, en particular debido a la forma en que llevó a Estados Unidos a la guerra, al atacar e invadir a Irak, al causar una masiva destrucción y matanza en ese país, sobre la base de mentiras sistemáticas las que muy conscientemente perpetró todo su régimen con Colin Powell, Cheney y Rumsfeld, Condoleeza Rice y los demás, quienes deliberada y sistemáticamente mintieron al afirmar que Irak tenía armas de destrucción masiva y que supuestamente con esas armas amenazaba a Estados Unidos (y a los “aliados” de Estados Unidos). Con esas mentiras justificaron que se perpetrara la guerra de agresión de Estados Unidos contra Irak — la que, de hecho, fue un crimen internacional de guerra. En gran parte sobre esa base, surgió un sentimiento de masas a favor de un juicio político de destitución contra George W. Bush. Bueno, cuando los demócratas, en las elecciones de 2006, ganaron el control de ambas cámaras del Congreso, de inmediato Nancy Puercalosi dijo que un juicio político de destitución no estaba en consideración. Y ahora ella está haciendo lo mismo una vez más — y lo está haciendo no solo como individuo, sino como representante de la dirigencia del Partido Demócrata. Para tomar prestada una expresión de la escena de las pandillas, los “shot-callers” (o sea, los pesos pesados que dan las órdenes) del Partido Demócrata dicen: “No debemos procesar a Trump en un juicio político de destitución porque eso solo le beneficiará a él; él está trabajando para incitarnos a que lo procesemos”. Como si someter a Trump a un juicio político de destitución no sería algo bueno. Puercalosi insiste: “No vamos a caer en eso, vamos a pedir que Trump rinda cuentas”. ¿Ah, sí? ¿Cómo? ¿Cómo van a pedir que él rinda cuentas cuando ustedes los demócratas se niegan a usar uno de los instrumentos más poderosos que tienen, el juicio político de destitución, para realmente hacer algo con sentido para oponerse a lo que él está haciendo?
El otro día vi a una comentarista en una de las cadenas que hizo una observación la que (junto con muchas tonterías que también escupía y a pesar de esas tonterías) en realidad fue un tanto perspicaz e importante. Ella dijo: “Las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Si alguien puede hacer algo y salirse con la suya, la ley no tiene sentido”. Bueno, Puercalosi, su noción de “rendir cuentas” (hacer que Trump “rinda cuentas”) no tiene sentido porque usted se niega a ejercer los medios más efectivos que quizá tenga a su disposición para “hacer que él rinda cuentas”.
Ahora bien, algunas personas dicen que Puercalosi y los demás simplemente están haciendo todo eso porque tienen en mente las elecciones de 2020, y no quieren darle argumentos al Partido Republicano en apoyo a su insistencia de que “se trata de una cacería de brujas” contra Trump y el Partido Republicano. Quizá eso sea una consideración secundaria de parte de los demócratas, pero si escuchamos a Puercalosi, ella nos está diciendo de qué se trata en realidad. Ella dice que destituir a Trump dividiría aún más al país [Estados Unidos] — como si el “país” no estuviera ya muy dividido de manera muy profunda y muy intensa, en este momento, lo que es precisamente el motivo por el que alguien como Trump podría ser elegido en primer lugar.
Pero en realidad existen tres razones, o podríamos llamarlas los “tres temores”, que tienen Puercalosi y los demás. Temen a Trump y a los republicanos, y por lo tanto están permitiendo que Trump y los republicanos establezcan los términos de lo que pueden hacer. Su “lógica” es la siguiente: “Dado que Trump reaccionaría a fregadazos si tratáramos de destituirlo, por lo tanto, no deberíamos intentar someterlo a un juicio político de destitución”. Esa es la lógica de lo que están diciendo, aunque no lo articulen así directa y explícitamente. Así que están dejando que los republicanos establezcan los términos — lo que, por supuesto, solo causa que los republicanos sean aún más agresivos en conseguir su agenda y en desafiar y pisotear las “normas” de este sistema. Incluso de acuerdo con sus propios “principios” burgueses, los demócratas deberían actuar sobre la base de lo que está en su Constitución, y no de acuerdo a lo que los republicanos les permitan hacer.
Segundo, junto con temer a Trump y al Partido Republicano, sí temen la realidad de que las leyes no se hacen cumplir en sí y de por sí. Temen que si sometieran a Trump a un juicio de destitución —y si, de alguna manera, incluso lograran no solo destituirlo, sino que también de hecho lo condenaran en el Senado—, Trump bien podría declarar: “Jódanse, yo soy el presidente, no reconozco este juicio político”. En tal caso, ¿a qué y a quiénes pueden recurrir? Esto nos lleva a la otra dimensión de este segundo “temor”: temen a la “base” de Trump. Temen a estas fuerzas fascistas en la sociedad que Trump está alentando y azuzando para que actúen cada vez más de manera violenta y quienes (como explicaré en adelante) sí tienen muchas armas y están demostrando no solo su disposición, sino también su entusiasmo, por usarlas. Así que Puercalosi y los demás temen eso.
Pero al menos en la misma medida —y aquí va el “tercer temor”— temen a las personas al otro lado de la divisoria en Estados Unidos, a las personas que tienden a votar por los demócratas, especialmente a las masas básicas de los oprimidos. Temen a las propias personas, a las masas básicas y a otras personas, a quienes el Partido Demócrata es responsable de “acorralar” en la BEB y de “domesticar” su disentimiento. Temen a las personas que están enojadas por lo que representan Trump y Pence. No quieren que esas personas salgan a las calles, a menos que estén contenidas dentro de los límites estrechos de lo que el Partido Demócrata, y el sistema al que sirve, pueden permitir. Y no quieren el enfrentamiento entre esas personas y los fascistas que se han cuajado en torno a Trump. ¿Usted cree que quieren ver a las masas de negros, inmigrantes y otras personas, incluidas las masas de personas de diferentes capas sociales que están furiosas sobre lo que representan Trump y Pence — cree que quieren ver a esas personas en las calles en una oposición directa y decidida a lo que representan Trump y Pence? Esa es una de las peores pesadillas de Puercalosi y Compañía, no solo debido al potencial de un enfrentamiento combativo con los fascistas, sino porque las personas podrían salir completamente del control del Partido Demócrata, y de todo el sistema del cual los demócratas son representantes, funcionarios y ejecutores. Una gran parte de lo que ellos están representando e imponiendo se vería seriamente comprometida.
Así que esto es lo que realmente está pasando con Puercalosi y los demás al oponerse obstinadamente a una movida a favor de un juicio político de destitución.
Y luego hay que ver a uno de los principales funcionarios agresivamente fascistas del Partido Republicano, al congresista por Iowa, Steve King. Hace poco, junto con todos sus otros posteos escandalosos y declaraciones abiertamente racistas, misóginas y crudamente despectivas sobre los musulmanes y los inmigrantes, etc., King posteó un meme, con este comentario, en su página oficial de campaña:
La gente sigue hablando de otra guerra civil. Un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro no sabe cuál baño usar.
Ahora bien, hay que decir que este comentario contiene una “observación demente”. Obviamente, este es un vil ataque a las personas trans, así como a aquellos que apoyan a los derechos de esas personas. Así que, por una parte, esta es una declaración escandalosa, una declaración completamente reaccionaria y cruel. Pero sí expresa cierta observación demente, o una representación demente de cierta verdad, porque si bien las personas apoyan correctamente los derechos de la gente trans, la gente gay, las mujeres y otros, existen limitaciones y problemas reales con la perspectiva espontánea que prevalece entre aquellos que se encuentran en el lado correcto de la divisoria. Existe una estrechez relacionada a la “identidad”, y una omisión o una falta de atención suficiente a las dinámicas más grandes que se perfilan en la sociedad (y en el mundo) en su conjunto, y las implicaciones de esto, tal como representa, una vez más, el hecho de que, si bien las personas están luchando o oponiendo cierta resistencia en torno a este o aquel caso particular de opresión, discriminación y prejuicio, no están movilizándose para oponerse a todo el embate masivo que se encarna en el régimen de Trump y Pence, ni hablar de todo el sistema que ha producido este régimen. Existe el problema serio de que, en general, las personas que se consideran como “progresistas” o “concienciadas” no han hecho, por no decir algo peor, ninguna ruptura real con el chovinismo pro estadounidense (sobre el cual diré más en adelante). Y, en relación con esto, existe el problema fundamental de intentar resolver el conflicto con lo que representa el régimen de Trump y Pence y su “base” fascista, con sus “ocho millones de millones de balas”, confiando en lo que han sido las “normas” del orden burgués en Estados Unidos (o buscando retomarlas) (y, de parte de algunas personas, esto supone un llamamiento a “restaurar la civilidad”) mientras los fascistas están decididos a pisotear y triturar estas “normas” y no tienen ningún problema con que las personas que se les oponen adopten la posición de “civilidad” (acomodación) respecto a su implacable ofensiva fascista. Aunque esto no se aplica absolutamente, ocurre con demasiada frecuencia que, las palabras del poeta William Butler Yeats describen esta situación muy seria: “Los mejores carecen de toda convicción, mientras los peores rebosan de intensidad apasionada”. Y, así, si bien las cosas podrían estar encaminadas hacia una guerra civil, y la cosa podría llegar a la hora de la verdad incluso en el futuro no muy lejano, la alineación actual es muy desfavorable para cualquiera que represente algo digno en el mundo.
Todo esto, de cierta manera demente, está representado en la declaración de King de que un bando tiene aproximadamente ocho millones de millones de balas, mientras que el otro bando no sabe cuál baño usar. Una vez más, no se trata de que no sea importante la cuestión del uso del baño y las cuestiones más amplias que eso encierra. Eso sí que es importante. Pero existe un panorama más amplio aquí de esta tendencia o movimiento en desarrollo hacia una guerra civil, la que ahora mismo es muy unilateral en un sentido muy malo, y si las cosas continúan en esta trayectoria, el resultado podría ser verdaderamente desastroso.
Así que eso debería ser algo para reflexionar en serio — y no solo eso, sino también un estímulo serio para que entren en acción las personas que se preocupan por las diversas formas en que los ataques están cayendo sobre las personas y se está intensificando la opresión en todos los ámbitos contra grandes sectores de la población, a los cuales es necesario juntar para luchar contra la ofensiva de estas fuerzas fascistas — y además, en términos más fundamentales, es necesario atraer e incorporar a esos sectores sociales sobre la base de reconocer que se trata del sistema en su conjunto, del cual ha surgido este fenómeno fascista, y el que encierra una opresión tan terrible de la gente, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, sistema mismo que hay que borrar de la tierra.
Ahora bien, otro elemento de esto que no podemos pasar por alto es que, si bien una buena parte de lo que King describe se aplica de cierta manera demente, en particular a las personas progresistas o a las personas de clase media llamadas “concienciadas”, existe otro tipo de problema con respecto a las personas oprimidas más básicas, y en particular a los jóvenes — un gran problema de que sus armas ahora están apuntadas los unos a los otros entre sí. Y sin abundar a fondo sobre esto ahora, esto es algo que hay que transformar radicalmente al construir un movimiento para una revolución real.
Así que ya llegamos a la cuestión de la relación entre impulsar la construcción de una revolución real y la todavía muy urgente cuestión de expulsar a este régimen fascista. Lo siguiente de la Segunda parte de Por qué nos hace falta una revolución real y cómo concretamente podemos hacer la revolución sigue siendo extremadamente relevante e importante:
La relación entre la lucha contra este régimen fascista y los preparativos para la revolución no es un “camino recto” ni una “calle de un solo sentido”. Los que entienden la necesidad para una revolución no deben tener la orientación respecto a esta relación como si “primero debiéramos construir un movimiento de masas para expulsar a este régimen, y luego podríamos dedicar nuestros esfuerzos a trabajar directamente para la revolución”. Es crucial unificar y movilizar gente, desde diferentes perspectivas, de manera muy amplia, en torno a la demanda de que este régimen tiene que marcharse, pero será mucho más difícil hacer esto a la escala y con la determinación que se requieren para lograr este objetivo si, al mismo tiempo, no se ha atraído e incorporado a crecientes cantidades de personas en torno al entendimiento de que es necesario poner fin no sólo a este régimen sino al sistema cuyas contradicciones profundas y determinantes han engendrado este régimen, sistema que por su propia naturaleza, ha impuesto y continuará imponiendo un sufrimiento horroroso y completamente innecesario a las masas de la humanidad, hasta que sea abolido este sistema mismo. Y, entre más sí se atraiga e incorpore personas para que trabajen consciente y activamente para la revolución, la creciente fuerza y “autoridad moral” de esta fuerza revolucionaria, a su vez, fortalecerán la determinación de crecientes cantidades de personas a expulsar a este régimen fascista que ahora está en el poder, aunque no se gane a la revolución a muchas de éstas (y quizás nunca se gane a algunas de ellas).
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Actualizado 14 de noviembre de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us
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Este discurso de Bob Avakian (BA), en inglés, hace un análisis científico de las raíces de este régimen fascista — tanto en la historia de Estados Unidos como en las raíces más profundas en el sistema del capitalismo-imperialismo. BA lo hace con pasión, humor, humanidad y un profundo sentido de la historia. Se adentra en las cuestiones más profundas, más inquietantes, primero en el discurso y después durante la sesión de preguntas y respuestas que trató una amplia gama de temas.
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(en inglés)